La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Manifestar su repudio por el segmento "Bailando Kids" del programa ShowMatch de Marcelo Tinelli, por la exposición indebida a tensiones, por parte de los integrantes menores de edad, el uso de lenguaje inadecuado, y sus futuras consecuencias.

Señor presidente:

El ingreso de menores de edad en el universo absorbente de la televisión, lo expone indebidamente a presiones que no puede manejar en su corta madurez. Un niño puede cantar, bailar, representar distintos personajes de manera natural solo por divertirse y no, buscando ser elegido "el mejor" por un jurado de un programa televisivo.

Para los niños la actividad de representar es un juego dentro de su imaginación, asumiendo roles referentes a su mundo cercano, constituyendo parte de su educación, pero en los últimos años son recurrentes los programas de televisión que retratan las situaciones de exposición de niños, como en largas colas para su elección o largas horas en set de grabación, sometidos a intensa iluminación y altas temperaturas.

Se entiende por trabajo infantil, a toda actividad económica y o estrategia de supervivencia, remunerada o no, realizada por niños o niñas por debajo de la edad mínima de admisión al empleo o trabajo, o que no han finalizado la escolaridad obligatoria o que no han cumplido los 18 años si se trata de trabajo peligroso.

En las escuelas, centros culturales, fundaciones etc., vemos crecer una tendencia importante hacia la participación de niños y niñas, en la elaboración de películas, documentales, videos, espectáculos, o un desfile, pero se trata de manifestaciones culturales articuladas, muchas veces con el rescate mismo de la identidad cultural de una región, experiencias que se ubican al margen del mercado.

Pero existe una gran e importante diferencia de las cantidades de horas que los niños dedican a las actividades de comunicación, con las exigencias específicas a las que está sometido en un contrato, reglado por relaciones comerciales, que traspasa su mundo de juegos.

Ante la presencia de desigualdades sociales en nuestra sociedad, los medios se ostentan como una herramienta de movilidad social, más evidente que las escuelas, estableciendo ante los padres, posibilidades de garantizar un futuro promisorio mediante la exposición de sus hijos, al concretarse, termina por volverse una sobrecarga de responsabilidad en los hombros de los niños, que pasan a mantener con su dinero, a los demás miembros de la familia.

Señor Presidente, el Comfer ya abrió un sumario y aplicará sanciones por violación de la ley de horario de protección al menor, no puede haber niños en la pantalla, a menos que estén en la tribuna o que se explique que es un programa grabado.

El trabajo infantil indebido en programas de televisión, no solo atenta contra la educación, también limita al acceso al juego y perjudica la salud de los menores. Desde el "cirujeo" hasta la explotación sexual, pasando por la mendicidad, el "cartoneo" o el malabarismo callejero, el futuro de estos chicos está seriamente hipotecado.

Por lo brevemente acá expuesto, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de Resolución.