La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo nacional y que por su intermedio a quien corresponda, se facilite al taller protegido de la ciudad de Villa Gobernador Gálvez de la provincia e Santa Fe, la subvención del déficit operativo del mismo, para lograr de esa manera, permitir ampliar el cupo de jóvenes con capacidades diferentes, que en este taller se instruyen y capacitan, trabajando en tareas manuales, que le permiten insertarse en un amplio sector del sistema laboral.

Señor presidente:

En la ciudad de Villa Gobernador GÁLVEZ (provincia de Santa Fe), nace por la inquietud de algunos padres de chicos discapacitados, hace nueve años, el taller protegido.

Estos niños estaban recién egresados de la escuela especial de la ciudad y no había ninguna institución que los contuviera, para seguir creciendo como jóvenes útiles.

Los padres, con el apoyo de la municipalidad, concretaron el tan anhelado proyecto, como era aquel de enseñar a estos jóvenes, tareas manuales que despertaran en ellos el interés de progresar en cada uno de los rubros que fueron incluyendo, así fue que comenzando con al confección de bolsas de polietileno, cuyo mayor comprador fue la propia municipalidad, luego se agregó a la producción la fabricación, la fabricación de trapos de pisos y la elaboración de elaboración de puré de tomates. A estos sé le pueden agregar, tareas de perforación en piezas para una empresa local o el embalaje de aros de pistón para otra empresa de Rosario.

De cuatro jóvenes que comenzaron la experiencia, hoy ya son cuarenta y dos (42) los operarios que trabajaban en dicho taller, están distribuidos según la capacidad adquirida, treinta y uno (31) ya cumplen tareas las (8) horas y los once (11) restantes un turno de (8) horas, hasta que culminen con su aprendizaje.

El sueldo que estos jóvenes cobran, depende de la producción del taller, llegando a cobrar a veces algo más que un plan social, pero si tenemos en cuenta el esfuerzo y la dedicación que cuesta estas personas poder realizarse, veríamos que sería un acto de justicia, el echo de poder inscribir a estos operarios y que cuenten con beneficios, como cualquier trabajador.

Para poder hacer posible esto, sería necesario que el Estado se hiciera cargo del déficit operativo del taller, subvencionándolo, por intermedio de la Secretaría de Acción Social de la Nación u otro organismo del Estado a determinar.