La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo que, a través de la autoridad correspondiente, disponga la implementación de redes de monitoreo hidrológico y el desarrollo de un sistema integrado de información hídrica de libre disponibilidad en las distintas jurisdicciones regionales, a los efectos de priorizar e implementar programas de prevención de riesgos y mitigación de inundaciones, sequías y otros eventos extremos generados por el denominado Cambio Climático, que permitan planificar las actividades productivas del sector agropecuario.

Señor presidente:

El monitoreo integral de los recursos hídricos del país ha sido siempre un anhelo de la comunidad hídrica argentina y que los distintos gobiernos impulsaron en mayor o menor medida para su concreción. Este proceso comenzó con un largo proceso que tomó particular auge a partir de la formulación de los principios rectores de política hídrica argentina en un proceso participativo y federal.

De acuerdo al informe de desarrollo humano presentado por la ONU en el año 2006 titulado "Mas allá de la escasez: Poder, pobreza y la crisis mundial del agua", en las últimas tres décadas se han producido diferentes intentos por incrementar el acceso al agua y saneamiento a nivel mundial. Entre ellos se pueden iniciativas tales como en la década de los 80´s donde se fijo el objetivo de "Agua y Saneamiento para Todos", y en los 90's la "Tercera década del Agua". En el año 2000 se firmó La Declaración del Milenio, aprobada por los líderes del mundo en la Cumbre del Milenio celebrada por las Naciones Unidas, donde se plasmaron las aspiraciones de la comunidad internacional de cara al siglo XXI.

Singularmente, cuando se trata el problema del agua y su saneamiento, en el mundo se registra un exceso de conferencias y debates pero un déficit en la ejecución de programas de monitoreo y acción.

Si bien es prioritario que millones de personas tengan acceso al agua potable y a servicios de saneamiento, cada país debe organizar su propia política para superar este déficit. Los países menos desarrollados y con escasa cobertura se enfrentan a limitaciones relativamente disímiles de aquellos países con ingreso medio. Sin embargo, es posible identificar un marco indicativo de acción.

Durante la Décima Conferencia del Clima de las Naciones Unidas (Buenos Aires, 2004) se reiteró el contradictorio desarrollo del sistema económico mundial, que alienta un crecimiento que genera pérdidas irrecuperables por la degradación medio ambiental, el agotamiento de los recursos naturales y los efectos del cambio climático. Dicha conferencia confirmó que el agua constituye uno de los vehículos principales de impacto del cambio climático. Para el caso de América Latina, los impactos de lluvias torrenciales, tormentas, sequías, desastres hídricos y el desplazamiento de las siembras a zonas menos fértiles ya se evidencian en la agricultura, y la disminución en la producción de alimentos es una amenaza constante.

En febrero del 2005, la Conferencia sobre Cambio Climático, que reunió a 200 científicos de 30 países en el Servicio Meteorológico del Reino Unido, concluyó que el fenómeno es mucho más serio de lo que se pensaba. El informe confirma que los ecosistemas muestran los efectos del cambio climático reflejado en las alteraciones del hielo polar, en el deshielo de los glaciares, del agua de alta montaña y en las variaciones de los regímenes de lluvia, el mismo que tiene incidencia directa en la disminución paulatina de los recursos hídricos en las regiones vecinas, afectando seriamente el acceso de las poblaciones al agua. Estas limitaciones y el incremento del nivel del mar, provocarán que muchas familias pierdan sus hogares debido a que decenas o cientos de metros de costa desaparecerán en los próximos 100 años.

Según las estimaciones del Centro Tyndall de Gran Bretaña, Perú es uno de los tres países más vulnerable a los riesgos climáticos del mundo, superado solo por Honduras y Bangladesh, por lo que las consecuencias del cambio climático podrían tener resultados muy serios para el país y adyacencias, debido que por sus características geográfico altitudinales sería afectado por eventos meteorológicos extremos como heladas, sequías, crecidas e inundaciones, estimándose que en los próximos años los recursos hídricos tendrían serias limitaciones para la sostenibilidad de la biosfera.

Este escenario merece una profunda reflexión y compromiso de los actores del sector público y privado involucrados en la gestión y uso de recursos hídricos para el diseño de planes y programas que posibiliten la ejecución de acciones orientadas a una eficiente gestión del agua.

Efectivamente, las inundaciones y la reciente sequía que azota a vastas regiones agropecuarias afectan gravemente la situación económica y social del país, especialmente en los sectores del transporte y toda actividad productiva derivada del ámbito rural. Lamentablemente, aún existen factores negativos tales como la limitada cobertura con estaciones de alerta, la ausencia de infraestructura apropiada y protección forestal de las riberas para el control de inundaciones, fijación de los suelos, la falta de un apropiado ordenamiento territorial y el cumplimiento de sus regulaciones en las zonas de mayor exposición a estos fenómenos.

En la Cordillera de los Andes las temperaturas del siglo XX se han incrementado en 0,62º C entre 1901 y 1997, aumentando en 0,4 ºC por encima de lo esperado durante los 90´s. Estas temperaturas tienden a reflejar la señal de calentamiento global. Entre los 30ºS y 30ºN se ha medido desde 1958 hasta 1990, un fuerte ascenso del nivel de congelamiento del aire que varía entre 100 a 150 m. Tras 20 años de investigación en glaciares de los Andes de Perú, Bolivia y Ecuador los científicos predicen que en los primeros 15 años del presente siglo el 80% de los glaciares de América del Sur desaparecerán. Se adjudica el rápido retroceso de los glaciares de Ecuador en los 80´s, al calentamiento del Océano Pacífico (Francou, 2006).

Minetti y González (2006) bajo el concepto de "tropicalización del clima" detectaron evidencias a gran escala de Cambio Climático en base al tratamiento estadístico de variables meteorológicas de series confiables para la provincia de Tucumán. Estos cambios consisten en un aumento de la precipitación promedio en largos períodos, aumento de la nubosidad asociado con disminución de las temperaturas diurnas y aumento de las nocturnas indicando cualitativamente los impactos ecológicos y antrópicos a esperar.

En este marco de situación, numerosas asociaciones científicas internacionales (GLOCHAMORE Project-UNESCO-MAB, MRI, GSA y la IUGS) enfatizan la necesidad de controlar y monitorear cambios en el paisaje que ocurran en períodos inferiores a los 100 años, especialmente en regiones con alto riesgo de desastres naturales. Es necesario pensar en los recursos hídricos desde los actores sociales, más allá de lo ecológico, basado en un desarrollo sustentable.

Por otro lado será necesario reforzar y dinamizar las capacidades de las autoridades locales para dar cumplimiento a regulaciones de ordenamiento territorial para evitar asentamientos de poblaciones en quebradas y franjas marginales de lechos de ríos de alto riesgo por ocurrencia de deslaves.

Respecto a las sequías, se requieren realizar evaluaciones continuas de las condiciones hidrometeorológicas para monitorear la presencia de fenómenos de sequías y preparar planes de contingencia de suministro hídrico tanto para los sectores periurbanos como rurales.

Por las razones expuestas, señor Presidente, y dada la prioritaria necesidad de prevenir las graves contingencias generadas por el Cambio Climático sobre la producción y el desarrollo de vastas regiones del territorio nacional, solicito el acompañamiento de mis pares para la aprobación del presente proyecto de resolución.