La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más profundo reconocimiento por su entrega y valor en defensa de nuestra Soberanía a las trescientas veinte y tres víctimas fatales y los sobrevivientes que integraron la tripulación del Crucero ARA "General Belgrano" el cual fuera hundido hace treinta años, el 2 de Mayo de 1982, por el submarino nuclear británico clase Churchill, HMS Conqueror, en aguas del Atlántico Sur y fuera de la zona exclusión de doscientas millas náuticas unilateralmente impuesta por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte durante la Guerra de Malvinas.

Señor presidente:

A las 16.02 hs del 2 de Mayo de 1982, un torpedo lanzado por el submarino nuclear HMS Conqueror alcanzó su objetivo: el crucero ARA "General Belgrano" que transportaba una dotación de 1093 personas, incluyendo a toda la cadena de mandos, conformada por oficiales, sub- oficiales, cabos, marineros, conscriptos y dos civiles voluntarios, encargados de la cantina del buque.

La misión original conferida al Comandante Héctor Bonzo incluía navegar hasta el teatro de operaciones, realizar estacionamiento en la Isla de los Estados, cumplir tareas relacionadas con la vigilancia de los accesos Sur al Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), interceptar unidades del enemigo y disuadir en el marco regional, así como evitar el contacto táctico con unidades que portaran misiles superficie-superficie. El 1° de Mayo, el buque argentino recibió nuevas órdenes de carácter ofensivo y el comandante Bonzo evaluó ingresar a la ZET (Zona de Exclusión Total) de 200 millas impuestas por la potencia usurpadora para cumplir su nueva misión de hostigamiento y desgaste hacia las fuerzas británicas.

Sin embargo, por diversos inconvenientes la superioridad procedió a cancelar la operación informando al Belgrano a las 05:00 del 2 de Mayo y se le ordenó un cambio de operaciones para mantenerse ahora sobre un área hacia el oeste en espera de nuevas órdenes. A las 15:20 de la fecha del trágico ataque inglés el buque se ubicó a 100 millas de la Isla de los Estados y a 35 de la ZET; o sea fuera de la zona de exclusión. La comandancia británica, en una cruda lógica de "ataque preventivo" ordenó al HMS Conqueror hundir al Belgrano para neutralizar futuras acciones de éste, desde el sector sur de la ZET. Analistas e historiadores coinciden en que la decisión política fue concebida por sectores del gobierno encabezados por la Primera Ministra Margaret Thatcher para sabotear definitivamente cualquier posibilidad de negocación que estaba teniendo lugar con los auspicios del presidente peruano Belaúnde Terry y organismos internacionales.

El ataque se produjo con tres torpedos. El primero cegó las vidas de doscientos setenta y cuatro tripulantes argentinos. Pocos minutos después, dos torpedos más destruyeron la proa de la nave y se inició el "zafarrancho de siniestro". Perdiendo motricidad y sistemas eléctricos, la nave comenzó a escorar a babor. El personal comenzó a dirigirse a las estaciones de abandono asignadas. Había setenta y dos balsas salvavidas disponibles. El cuadro era desgarrador: las órdenes llegaban a través de simples megáfonos de mano y gritando, al no haber electricidad para los parlantes. Abundaban los heridos, quienes llegaban cargados a hombro por sus compañeros. Varios intentaron el descenso a las cubiertas inferiores para ayudar a sus compañeros, y perdieron su vida en la peligrosa tarea. A las 16:23 el comandante ordenó abandonar la nave. La fuerte marejada dificultó la visión y comunicación entre las balsas. A las 16:50 la escora de 60° dramáticamente preanunciaba el hundimiento y en 10 minutos el crucero fue engullido por las aguas del Atlántico Sur, llevándose muchas vidas y un símbolo por la defensa de nuestra soberanía.

Conocida la noticia por los mandos navales, se dispuso inmediatamente el operativo de rescate. De tal operación formaron parte aviones Neptune, Focker, Electra, y los buques ARA Gurruchaga, Bahía Paraíso, Bouchard y Piedrabuena. En terribles condiciones

climáticas, con mar embravecido y tormenta se logró el contacto visual con las balsas. Rápidamente se dio aviso a las demás unidades de búsqueda del avistamiento de un gran campo de balsas que se extendía por aproximadamente dos millas marinas, que se encontraban cerca del buque Piedrabuena. Comenzaron así los trabajos de rescate, siempre dificultados por la fuerte tormenta. En gran parte de las balsas se encontraba algún fallecido, heridos, quemados, y la mayoría de los supervivientes presentaba principios de congelamiento.

El HMS Conqueror continuó operativo y cuando arribó nuevamente a suelo británico, izó la bandera "Jolly Roger": la tradicional bandera pirata con calavera y tibias cruzadas; en este caso con la figura de dos torpedos, celebrando el hundimiento del ARA General Belgrano y mostrando el espíritu que anima a la Royal Navy desde hace siglos. A 30° años de una desgraciada guerra para nuestro país, conducida por una Dictadura inepta y genocida, no podemos dejar de reconocer a quienes con su vida se ofrendaron por la causa de la Soberanía Nacional y de la recuperación de nuestras Islas del Atlántico Sur.

Por ello solicito el acompañamiento de mis pares al presente proyecto.