PROYECTO DE TP
Expediente 2693-D-2009
Sumario: RENDIR HOMENAJE A LOS TRABAJADORES Y ESTUDIANTES QUE PARTICIPARON DEL CORDOBAZO, AL CUMPLIRSE EL 40 ANIVERSARIO.
Fecha: 29/05/2009
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 57
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Rendir homenaje y declarar su
reconocimiento a los trabajadores y estudiantes que participaron en el Cordobazo,
con motivo de cumplirse el 40 aniversario de la gesta popular que marcara un hito
en la historia argentina y latinoamericana.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
En concordancia ideológica o no, los
procesos de cambio en Argentina se sumaban a las enormes transformaciones
sociales y políticas en América Latina y el mundo, con la resonancia vívida de la
Revolución Cubana y la presencia de Ernesto Guevara en Bolivia, el giro social de
la Iglesia a través de la Teología de la Liberación, los procesos independentistas en
África, el movimiento contracultural, feminista y negro en Estados Unidos, el mayo
Parisino y la movilización estudiantil en México en 1968, la revolución cultural en
China, etc. A esto se sumaba el avance de las tecnologías de la información, con la
explosión de la televisión, así como numerosos avances científicos que definieron
nuevas miradas sobre el mundo, y nuevas relaciones entre los territorios y las
culturas.
Las manifestaciones culturales
masivas, como el folclore o el rock en Argentina, o el movimiento tropicalista en
Brasil, que reunían formaciones académicas con experiencias políticas y
expresiones populares, alimentaban la creencia sesentista de que la revolución
podía ser, primero, cultural. La clase media se incorporaba al terreno de lucha,
como tal vez nunca más volvió a integrarse a un movimiento de transformación. Y
otra vez la actividad universitaria, principalmente en Córdoba, como había
sucedido en 1918, se ubicaba como protagonista de las discusiones por el cambio
educativo y social. En rigor, y sin querer agotar las muchas, variadas y complejas
causas que lo produjeron, puede decirse que la gestación de este gran movimiento
denominado Cordobazo duró casi tres años, comenzando con las luchas
estudiantiles del 66, cuyo resplandor persistió hasta 1969 y que dejó un
movimiento estudiantil activo, fuertemente influido por las movilizaciones de la
CGT de los Argentinos y por sus propias reivindicaciones.
Pero las armas, otra vez junto al
sillón presidencial, definieron los términos de la batalla. En Rosario, días antes al
estallido en Córdoba, la movilización gremial y estudiantil era detonada, primero,
por el asesinato del estudiante Adolfo Bello, y luego, en las marchas consecuentes,
por las muertes de los estudiantes Juan José Cabral y Luis Norberto Blanco,
también en manos de la policía.
Las armas supieron dialogar con un
reordenamiento cultural reaccionario (en muchas universidades las asambleas
estudiantiles estaban prohibidas, los alumnos con pelo largo eran mal vistos o
perseguidos), así como con las más variadas formas de tortura, un mecanismo del
orden (de la muerte) que con los años se volvería sistemático. El responsable de la
represión en Córdoba, general Luciano Benjamín Menéndez, ya recomendaba por aquel
entonces a los directivos de establecimientos escolares "señalar a las personas culpables de
subversión". Se volvía cada vez más difícil optar por el campo cultural como principal
escenario de la disputa.
Córdoba se había convertido en la
capital industrial del interior. En ella estaban instaladas la mayoría de las fábricas
de automotores del país, una industria moderna que era propiedad de poderosas
sociedades extranjeras como Fiat y Renault. Esta última había adquirido las
instalaciones de Industrias Kaiser Argentina, IKA, de origen estadounidense,
radicada en Córdoba desde 1955 y dedicada a la producción de automóviles. Los
obreros industriales que trabajaban en esas plantas recibían salarios más altos que
el salario promedio industrial percibido en otras provincias. Como resultado de
todos estos factores, en la ciudad de Córdoba se profundizó el proceso de
urbanización. Como ha demostrado la historia de muchos países de occidente, los
procesos de industrialización y progreso económico (aunque en este caso fuera en
manos de capitales extranjeros) han beneficiado la concentración, agrupación y
movilización de los sectores sindicales.
La derogación de los regímenes
especiales sobre el descanso del sábado inglés en Mendoza, San Juan, Tucumán y
Córdoba, el congelamiento de los convenios colectivos y de los salarios, el
ofrecimiento irracional de los mercados a los monopolios internacionales y la
muerte de los estudiantes en Rosario, entre muchas otras medidas y acciones
autoritarias, confluyeron en la movilización del 29 de mayo de 1969, donde
obreros y estudiantes salieron unidos a las calles de Córdoba. Para muchas
corrientes políticas de nuestro país, el Cordobazo significaba el comienzo de la
revolución social que conducía al país hacia el socialismo o, al menos, hacia la
recuperación de la democracia.
Ante la magnitud de la movilización,
Onganía ordenó que las Fuerzas Armadas se hicieran cargo de la represión. La
protesta fue un hecho localizado en la ciudad de Córdoba y como resultado de los
enfrentamientos hubo presos, decenas de heridos y 16 muertos, algunos ajenos a
la manifestación.
Tal protesta tuvo repercusiones a lo
largo del país: Rosario fue declarada zona de emergencia y colocada bajo
jurisdicción militar, se profundizaron los conflictos en la provincia de Tucumán y las
manifestaciones en La Plata.
El 30 de junio de 1969, el gobierno
declaró el estado de sitio en todo el país. Esta medida, que significaba la
suspensión de las garantías constitucionales de los ciudadanos fue justificada para
"dotar al gobierno del instrumento legal adecuado para asegurar la paz y el orden
en todo el territorio de la república".
Sin embargo, entre junio de 1969 y
mayo de 1970 se produjo una serie de acontecimientos violentos y movilizaciones
sociales que tuvieron profunda repercusión en toda la sociedad y que terminaron
de debilitar la posición de Onganía. Sin duda, el hecho decisivo que precipitó su
caída fue el secuestro del general retirado y ex presidente Pedro Eugenio
Aramburu por los Montoneros en el mes de mayo de 1970. Aramburu fue
asesinado el 1 de junio y su cadáver fue encontrado unos días después. El 8 de
junio, la Junta de Comandantes dio a conocer un comunicado en el que anunciaba
que "las Fuerzas Armadas no estaban dispuestas a otorgar un cheque en blanco al
Poder Ejecutivo Nacional". Finalmente, esa noche, Onganía presentó su renuncia.
El Cordobazo fue un punto de
inflexión en la historia política argentina de las últimas décadas. Tuvo un efecto
multiplicador de manifestaciones violentas contra la dictadura en varias otras
ciudades del país, y fue el punto de partida del resurgimiento de la corriente
clasista en las fábricas, desarrollando un nuevo gremialismo combativo,
democrático y antiburocrático que enfrentaba la traición en el propio seno de la
clase obrera encarnada en el vandorismo y la burocracia sindical conciliadora (la
cual había apoyado el advenimiento de la dictadura de Onganía), pasando a
controlar Comisiones Internas y Cuerpos de Delegados de importancia, llegando a
dirigir el SMATA Córdoba y los sindicatos autónomos de Fiat Concord y Fiat
MaterFer (SITRAM-SITRAC). El dirigente de Luz y Fuerza, Agustín Tosco, y el
mecánico Elpidio Torres fueron las mayores figuras del Cordobazo, pero en su
elaboración y concreción también estuvo el importante gremio de los choferes
(UTA) que encabezaba Atilio López, además de Miguel Angel Correa (maderero),
Héctor Castro (ATE), Jorge Canelles (UOCRA), Carlos Borelli (petroleros), quienes
tuvieron activa participación en las luchas previas que prepararon el clima de la
rebelión.
El Cordobazo fue el inicio de un
proceso de agudización de la protesta social y la lucha armada que, desde
entonces y por varios años, se desarrolló en la sociedad argentina. Esta histórica
gesta significó también la posibilidad concreta de transformación social en sentido
amplio, y como tal ha pasado a formar parte de los acontecimientos más
significativos de la lucha de nuestro pueblo.
Hoy más que nunca debe ser
nuestro objetivo recuperar el sentido histórico de la lucha democrática, sin
violencia, para combatir la desigualdad y la pobreza crecientes, para mejorar las
condiciones laborales de los trabajadores y permitir el acceso a aquellos que el
mercado expulsa día a día, para nutrir nuestra sociedad con profesionales e
intelectuales capacitados y comprometidos con el desarrollo del país. Sin duda esto
sólo será posible a través de la reducción de las diferencias sectoriales en pos de la
unidad organizativa y política, y de la maximización de la soberanía ciudadana,
como objetivo ineludible hacia la conformación de una sociedad libre, justa y
soberana.
Por todo lo expuesto anteriormente,
y con la intención de colaborar en la recuperación de nuestra memoria histórica, es
que solicito a las Sras. Diputadas y Sres. Diputados acompañen en la sanción del
presente Proyecto de Resolución.-
Firmante | Distrito | Bloque |
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LINARES, MARIA VIRGINIA | BUENOS AIRES | COALICION CIVICA - ARI - GEN - UPT |
MORANDINI, NORMA ELENA | CORDOBA | MEMORIA Y DEMOCRACIA |
GIL LOZANO, CLAUDIA FERNANDA | CIUDAD de BUENOS AIRES | COALICION CIVICA - ARI - GEN - UPT |
PERALTA, FABIAN FRANCISCO | SANTA FE | COALICION CIVICA - ARI - GEN - UPT |
VIALE, LISANDRO ALFREDO | ENTRE RIOS | PARTIDO SOCIALISTA |
MERCHAN, PAULA CECILIA | CORDOBA | ENCUENTRO POPULAR Y SOCIAL |
ALCUAZ, HORACIO ALBERTO | BUENOS AIRES | COALICION CIVICA - ARI - GEN - UPT |
REYES, MARIA FERNANDA | CIUDAD de BUENOS AIRES | COALICION CIVICA - ARI - GEN - UPT |
FEIN, MONICA HAYDE | SANTA FE | PARTIDO SOCIALISTA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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