El Senado y Cámara de Diputados...

ARTICULO 1º.- Suspéndanse los efectos de la Ley Nº 26.192 de aprobación del Protocolo de adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al MERCOSUR.

ARTICULO 2º.- De forma.

Señor presidente:

El MERCOSUR es un acuerdo de naciones para promover su progreso conjunto. Ese acuerdo, claramente estratégico para nuestro país, parte de un afecto y de una voluntad asociativa entre las partes firmantes y parte de la convicción de que debemos conformar un espacio común que genere ventajas de escala a los emprendimientos de nuestros habitantes. Las medidas unilaterales de los estados que atenten contra ese acuerdo en defensa de intereses propios contradictorios con la integración, vulneran en forma directa la razón de ser del MERCOSUR.

Cuando una nación vulnera el interés nacional argentino, no estamos frente a una decisión interna y soberana de otro estado, como deplorablemente dicen miembros de gobierno argentino, sino, por el contrario, ante medidas que afectan las relaciones entre países.

La decisión del gobierno de Venezuela de expropiar empresas argentinas, mientras afirma al gobierno de la República Federativa del Brasil que no adoptará igual temperamento en relación con empresas brasileñas, a más de ser un agravio a las relaciones entre nuestros países y al respeto que se debe al nuestro, especialmente por parte de otras naciones sudamericanas, implica un ataque directo al interés nacional de los argentinos.

En efecto, las expropiaciones chavistas de empresas argentinas no sólo han buscado desarticular una cadena de valor de una empresa argentina que opera a nivel global con máximos niveles de competitividad, sino que han puesto en desventaja a todas las empresas argentinas con operaciones en Venezuela, que son unas cincuenta.

Para ver eso sólo hace falta darse cuenta de que si las empresas argentinas son "expropiables", mientras no lo son las brasileñas, las empresas argentinas con sedes en Venezuela serán castigadas por las evaluaciones crediticias de riesgo, no sólo para su operaciones venezolanas, sino también para sus restantes operaciones globales, ya que parte de su respaldo se ve afectado por un riesgo mayor. Ello descoloca a las empresas argentinas frente a las brasileñas, afectando en forma directa y brutal el espíritu de cooperación entre naciones que el MERCOSUR implica y aún generando una fisura inmerecida en nuestras relaciones con Brasil.

En consecuencia con ello, más allá de la opinión de muchos que consideran que el gobierno de Chávez vulnera las cláusulas democráticas de la OEA y del MERCOSUR, por su persecución de opositores y de medios de prensa que no lo apoyan, lo cierto es que las acciones antes mencionadas del jefe venezolano impiden la posibilidad de que Venezuela se incorpore al MERCOSUR, por el momento, mientras siga con esa política contraria al espíritu del acuerdo y al interés nacional argentino.

Es por ello que, haciendo una clara diferenciación entre Venezuela y su actual gobierno, propiciamos no la derogación de la ley nacional que aprobó el protocolo de adhesión de Venezuela al MERCOSUR, sino la suspensión de sus efectos, para que dicha nación hermana pueda ingresar al acuerdo cuando adhiera realmente a sus principios de integración igualitaria, democracia y respeto de todos los derechos humanos, incluidos los de expresión, libertad de prensa y posibilidad de representación popular plural.