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PROYECTO DE TP


Expediente 2690-D-2006
Sumario: EXPRESAR REPUDIO POR LA POLITICA EXTERIOR DEL GOBIERNO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA.
Fecha: 22/05/2006
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 55
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:


1. Su más absoluto y enérgico repudio a la política belicosa del régimen y gobierno de los Estados Unidos, presidido por George W. Bush.
2. En particular, su repudio a la clara e indisimulable decisión del gobierno norteamericano de invadir el territorio de la República Islámica de Irán, como ya lo ha hecho en Afganistán e Irak.
3. Su reconocimiento al derecho del pueblo iraní a ejercer plenamente su soberanía sobre los recursos naturales existentes en su territorio, así como a investigar y desarrollar las posibilidades de la energía nuclear.
4. Su compromiso con la defensa irrestricta e incondicional del derecho de los pueblos a autodeterminarse, a establecer libremente su condición política, a proveer a su desarrollo económico, social y cultural, a disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, y a no ser privados en ningún caso de sus medios de subsistencia.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Este Congreso tiene la obligación política y moral de repudiar la política belicosa del régimen y gobierno de los Estados Unidos, presidido por George W. Bush, que desde hace casi un año, viene declarando su intención de agredir de diversas formas militares al Estado y al pueblo de la República de Irán.
En la última declaración pública del 3 de mayo del año en curso, el gobierno de los Estados Unidos, a través del embajador estadounidense ante las Naciones Unidas, John Bolton, manifestó su decisión de seguir adelante con las acciones contra Irán, "aún sin la participación de las Naciones Unidas". En el mismo sentido se pronunció el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Sean McCormack quien "habló ayer sobre la posible aplicación de las sanciones contra Irán sin el visto bueno de la ONU." (Argenpress.info, 3 de mayo 2006).
Durante el mes de abril, exactamente el día 7, el propio presidente de los Estados Unidos, declaró ante la prensa mundial que su Gobierno no descarta el uso de la fuerza nuclear para atacar a Irán.
El sábado 14 de abril, el congresista demócrata Dennis J. Kucinich, miembro del Subcomité gubernamental para las Reformas, la Seguridad Nacional, Amenazas Emergentes y Relaciones Internacionales, envió al presidente G.W. Bush una carta pública con una grave preocupación. En ella le pide que aclare si es verdad la información de la prensa norteamericana de días anteriores, según la cual "fuerzas especiales norteamericanas operan ya en Irán".
"Me resulta difícil creer que haya sido tomada una decisión tan imprudente, pero hay diversas fuentes que lo confirman. La semana pasada, medios nacionales han revelado que usted ha comenzado de hecho a operar en Irán". Esto reclamó el congresista.
Ese mismo día 14 de abril, el coronel retirado de las fuerzas aéreas, Sam Gardiner, declaró para la agencia de noticias CNN, que el embajador iraní en la Agencia Internacional para la Energía Atómica, Alisghar Soltaniyeh, le informó que los iraníes han capturado disidentes "que les han confesado que trabajaban para las tropas norteamericanas en Irán".
Esa misma semana, el periodista norteamericano Seymour Hersh, uno de los más respetados del país por haber develado escandalosos actos militares durante la guerra de Vietnam, aseguró -sin que nadie lo haya desmentido- que "marines norteamericanos están ya llevando a cabo operaciones encubiertas en las regiones iraníes de Baluchistán, Kurdistán y Juzestán".
El plan de agresión militar contra Irán ha llegado al punto que ya se publican mapas de ataque. En uno de ellos, dado a publicidad por varias agencias internacionales, se llega al extremo de detallar las posibles bases y vías de ataque a usar por las fuerzas militares de los Estados Unidos. Informan las mismas fuentes que una vía es "sobrevolar el espacio de Turquía", otra usar el territorio y el espacio aéreo de Irak y de Jordania, dos naciones convertidas en títeres, una por negociaciones (Jordania), la otra después de una invasión. También se detalla que se podría usar el corredor de Arabia Saudita y Jordania, o bien la península arábiga, y se señalan en esos mapas, los lugares de las presuntas instalaciones nucleares y defensas antiaéreas de la República Islámica de Irán.
El Estado de Israel sería la principal fuerza a utilizar para este plan de agresión, según manifiesta conteste el propio gobierno racista de Tel Aviv.
Según los mapas prediseñados para este programa de guerra, Estados Unidos mantiene 10 bases militares en la región islámica del golfo Pérsico, la lejana Asia y el Medio Oriente, con suficiente capacidad militar para destruir un país como Irán, en una acción similar a lo realizado en Irak.
Lo grave es que este claro proyecto bélico, esta nueva guerra de dominación, está en marcha ante nuestras narices, incluida las de este Congreso, sin que haya señales de reacción y sensibilidad, como si tamaña locura bélica nos fuera a dejar indemnes en nuestras vidas cotidianas y la de nuestros pueblos y naciones. Los derechos sociales y políticos de las naciones retrocederán como retrocedieron con la invasión a Irak y con todas las guerras de agresión.
Basta advertir algunos hechos para calar las consecuencias de quedarse callados ante tal programa de guerra.
Primero: constituiría un alto grado de desestabilización de la zona geopolítica más inestable del planeta,
Segundo: Irán, si fuera derrotada, podría dejar de ser un Estado independiente para convertirse en otro Estado-títere del imperio norteamericano y sus aliados europeos, como lo fue hasta la caída del odiado régimen monárquico del Sha de Irán, en 1979.
Tercero: Ese hecho consolidaría y reforzaría la tendencia guerrera del actual régimen político instalado en Washington, cuyo carácter más notorio, al interior de su propio país, se define por sus intentos de control social, la vigilancia de la población, el recorte de los derechos, el control de los Estados y recursos naturales de las naciones dependientes y la amenaza constante de "guerras de baja intensidad".
Cuarto: Constituiría la masacre de la población iraní, como se hizo con las poblaciones de Irak y Afganistán, y la consecuente destrucción de industrias, edificios, viviendas, redes de servicios básicos, escuelas, hospitales y demás bienes instalados en las regiones y ciudades donde el Estado iraní mantiene sus fuerzas militares.
Quinto: Las estimaciones de la Agencia Internacional de Energía y de expertos
independientes, sobre el "efecto petrolero" de una invasión norteamericana en Irán, son alarmantes.
Unas fuentes hablan de 100 dólares promedio, otras sostienen que podría dispararse a los 150 dólares promedio. En cualquiera de los dos casos, o en otra variante de crecimiento exponencial de los precios de las diferentes de cestas de precios del crudo, las consecuencias serían desastrosas para nuestros pueblos y para los Estados subdesarrollados que no tienen yacimientos de crudo o gas, o que tienen pero no son marcadores de precio internacional, como es el caso de Argentina. Si actualmente millones de personas en el mundo viven sin agua y luz, como ocurre en el Norte argentino, habría que imaginar lo que ocurrirá con un precio a esos niveles.
Lo sorprendente es que ese programa de guerra está en marcha y este Congreso no se inmuta ante tal desastre anunciado.
El argumento utilizado por el gobierno belicoso de Estados Unidos, sobre el peligro de que Irán controle fuentes de energía nuclear es tan falaz como inaceptable, desde cualquier punto de vista. Irán tiene derecho a tener industria nuclear soberana, como la pudo tener Argentina y le fue impedido.
La historia del siglo XX no registra un solo caso de uso agresivo de armas nucleares bajo la responsabilidad de un gobierno, que no haya sido el de los Estados Unidos, en Hiroshima y Nagashaki, en 1945. Ni siquiera la poderosa ex Unión Soviética se atrevió a usar su poder nuclear para agredir pueblos que se rebelaron en su contra, como Berlín oriental (1955), Checoslovaquia (1968), Hungría (1956), Polonia (1980), Afganistán (1982) y otros pueblos y naciones sometidas a Moscú.
Este congreso debe reconocer el derecho absoluto de Irán a desarrollar y poseer fuentes nucleares e industria nuclear, por el simple hecho de ser un Estado oprimido, sometido a una constante agresión desde el triunfo de la Revolución islámica en 1979.
Irán sufrió una guerra de agresión entre 1979 y 1985 donde murieron casi un millón de iraníes. Aquella guerra fue promovida y financiada por los Estados Unidos y Europa, dirigida a derrotar la revolución triunfante de los fedayines que nacionalizó las compañías petroleras y derribó el régimen pro norteamericano del Sha Reza Pahlevi. Entonces, se utilizó al gobierno despótico de Irak, bajo el mando de Sadam Hussein, aliado en esos años de las potencias europeas y de los Estados Unidos. Ambos pueblos pagaron caro en muertes y destrucción la imperdonable decisión de Sadam Hussein de servir al imperialismo contra un país hermano. Pero también fue pagado por él mismo, convertido en objetivo de guerra años después, en 1990, y hoy en reo de los invasores imperialistas.
Este Congreso se convertirá en reo político del imperialismo y su actual ofensiva guerrera contra el Estado independiente de Irán, si no se pronuncia contra el intento de G.W. Bush de atacar a Irán, inclusive con armas nucleares.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
TINNIRELLO, CARLOS ALBERTO CIUDAD de BUENOS AIRES REDES
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
RELACIONES EXTERIORES Y CULTO (Primera Competencia)
Trámite
Cámara Movimiento Fecha Resultado
Diputados SOLICITUD DE REPRODUCCION DEL PROYECTO PARA EL PERIODO 125 (2007), SEGUN LOS TERMINOS DEL ARTICULO 7 DE LA RESOLUCION DE LA HCD DEL 05/06/1996 14/03/2007