La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su beneplácito por la aceptación de la candidatura de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo por parte del Comitè Noruego, para que les sea otorgado el Premio Nobel de la Paz 2010.

Señor presidente:

Con el terror implantado a partir del golpe de estado del 24 de marzo de 1976 la desaparición de personas fue un hecho cotidiano. Treinta mil hombres y mujeres fueron privados de su libertad, torturados y muertos. Junto a sus padres fueron secuestradas también centenares de criaturas. Muchas nacieron también en centros clandestinos ya que numerosas jóvenes fueron llevadas allí estando embarazadas. La mayoría de esos niños fueron robados e inscriptos como hijos propios por los miembros de las fuerzas de represión, dejados en cualquier lugar, vendidos o abandonados en institutos como seres sin nombre N.N. De esa manera los hicieron desaparecer al anular su identidad, privándolos de vivir con su legítima familia..

Para poder mitigar en alguna medida ese tremendo daño, surgió a fines de 1977 un grupo de abuelas que más tarde se constituirían como Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo, con la finalidad de localizar y restituir a sus legítimas familias todos los niños secuestrados desaparecidos por represión política, y crear las condiciones para que nunca más se repita tan terrible violación de los derechos de los niños, exigiendo castigo a todos los responsables.

A través de una tarea minuciosa y paciente de investigación las Abuelas fueron recogiendo datos en los Juzgados , en los Institutos de Menores, y en la sociedad toda que -una vez conocida su existencia a través de las numerosas campañas de difusión- proporcionaron valiosa información.

Además de los ya 101 nietos restituidos a sus familias de origen, la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo cuenta en su haber importantes logros. Para poder identificar fehacientemente la filiación no existían métodos científicos. Es así que recurrieron a la Sociedad Americana para el avance de la Ciencia de los Estados Unidos donde les manifestaron que lo que querían era posible y que iban a investigar. El resultado fue la creación del índice de abuelidad que llegó a alcanzar un 99,99% de certeza sobre la filiación de una persona. El método fue desarrollado por los científicos Mary-Claire King y Cristian Orrego.

Paralelamente se creó un Banco de Datos Genéticos donde figura el mapa genético de las familias que han tenido niños desaparecidos, que es el punto de apoyo para realizar las pruebas de filiación.

Gracias al accionar de las Abuelas hoy está incluído el Derecho a la Identidad en la Convención sobre los Derechos del Niño.

Por los 101 nietos que pudieron reconstruir sus vidas, por la infatigable labor en pro de recuperar a los que faltan, por la busqueda incansable de la verdad, por su lucha contra la impunidad y a favor de la memoria, pido a mis pares que me acompañen en esta iniciativa.