PROYECTO DE TP
Expediente 2636-D-2014
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE DIVERSAS CUESTIONES RELACIONADAS CON LAS DECLARACIONES PUBLICAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACION, CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER, ACERCA DE LA EXISTENCIA DE ARMAMENTO NUCLEAR Y SISTEMAS DE INTELIGENCIA ELECTRONICA EN LA BASE MILITAR BRITANICA DE MOUNT PLEASANT, EN LAS ISLAS MALVINAS.
Fecha: 21/04/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 29
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Poder Ejecutivo
que, a través de los organismos que resulten competentes, informe lo que a
continuación se solicita con referencia a las declaraciones públicas de la
Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, acerca de la
existencia de armamento nuclear y sistemas de inteligencia electrónica en
la base militar británica de Mount Pleasant en Malvinas:
1. Eleve la información de
que dispone el Poder Ejecutivo Nacional para sustentar tal
aseveración;
2. Detalle de qué
organismo/s nacionales y/o de otros Estados proviene tal información;
3. Indique, en los términos
previstos por la Ley 25.520, qué organismo/s de inteligencia se encuentran
abocados a producir Inteligencia Nacional e Inteligencia Estratégica
Militar;
4. Informe presupuesto
anual, desde 2003 a esta parte, discriminado por organismo, de las
dependencias estatales dedicadas a la producción de Inteligencia Nacional y
Estratégica Militar.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
En marzo de 2009, la
Subcomisión de Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo hace público un
documento titulado "The status and location of the military installations of the
member states of the european union and their potential role for the
european security and defence policy (ESDP)".
Dicho documento fue elaborado
a requerimiento del subcomité de Seguridad y Defensa del Parlamento
Europeo por James Rogers y Louis Simon, profesores especializados en
temas de seguridad de las Universidades de Cambridge y Londres
respectivamente, y figura en el mismo como funcionario responsable el Dr.
Gerrard Quille, Director General para Política Exterior del Departamento
Político de la Unión Europea.
Si bien en la portada del
documento se aclara que las opiniones contenidas en el documento son
responsabilidad de los autores y que las mismas no "necesariamente"
representan la posición oficial del Parlamento Europeo, queda claro que no es
sólo una presentación académica, sino un documento que cuenta con el aval
de las autoridades británicas, y solicitado a los autores por el subcomité de
Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo.
A través de dicho documento,
Gran Bretaña ofrece al resto de los estados europeos fortalecer y consolidar
su poder marítimo, en general sobre todos los océanos, pero en particular
sobre el Atlántico Sur, utilizando como punto de apoyo para ello una serie de
enclaves coloniales -no todos británicos, sino también franceses y españoles-
.
Su línea general refiere a
antiguas teorías y autores de una geopolítica eurocéntrica arcaica, que
propone la apropiación y dominio del Atlántico Sur y del Índico, a los cuáles
caracteriza como el nuevo "espacio vital".
En lo que al Atlántico Sur se
refiere, en el mapa anexo al documento, desde Malvinas parten tres flechas
que apuntan a la Patagonia y el sur de la Provincia de Buenos Aires, la
Antártida y las Islas del Atlántico Sur, y el Pasaje interocéanico Drake y el
estrecho de Magallanes. "Falkland Islands" reciben la máxima puntuación
estratégica en el listado de todas las islas: son las únicas definidas con
ubicación soberana y capacidad para fuerzas aéreas, terrestres y navales.
Si a dicho mapa sumamos la
utilización reiterada del concepto de "forward presence", lo que puede
traducirse como presencia expansiva, y que en términos militares también
puede ser definido como vanguardia o punto de apoyo, queda claro que se
trata de una propuesta sustentada en el poder militar más puro y duro.
Más allá de la clara violación del
TIAR, del tratado de Tlathelolco, y de otros acuerdos regionales e
internacionales reconocidos por el derecho vigente, el documento explicita
propuestas francamente agresivas para la Argentina y otros países del
hemisferio Sur, particularmente para América Latina.
Coherente con la concepción
belicista expresada en el documento mencionado, Gran Bretaña envió a
Malvinas, en septiembre de 2009, 4 aeronaves capaces de duplicar la
velocidad del sonido, según informó en aquella época el diario británico The
Sun. Cada uno de esos jet Typhoons se destaca por la capacidad de operar
tanto como caza como bombardero, y se encuentran equipados con misiles
aire-aire MBDA Asraam y cañones Mauser de 27 mm.
Más allá de esta concepción
geopolítica, la escalada belicista británica tiene un objetivo más inmediato y
concreto: custodiar las exploraciones petroleras, porque si efectivamente se
trata de una cuenca de 60.000 millones de barriles, las Malvinas ya no serán
sólo un bastión militar británico, sino además una tabla de salvación para las
exhaustas reservas de petróleo de Gran Bretaña.
De confirmarse la existencia de
cantidades importantes de petróleo, Argentina deberá replantearse el eje
estratégico-militar con Brasil e incrementar su presencia en el Atlántico Sur,
ya que el gran temor británico es tener que invertir cuantiosas sumas en una
defensa importante para Malvinas.
El pasado 02 de abril de 2014,
en ocasión del acto oficial por el Día del Veterano y los Caídos en Malvinas, la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner denunció que las Islas Malvinas
son utilizadas como una base nuclear de la Otan y que la mayoría de los
habitantes del archipiélago austral son militares.
"Desde Malvinas se maneja
todo el sistema militar y todos los sistemas electrónicos del mundo", dijo la
Presidenta en el discurso emitido por cadena nacional desde la Casa
Rosada.
Una afirmación de tamaña
envergadura motiva que le preguntemos al Poder Ejecutivo Nacional en qué
sustenta estas afirmaciones y con qué información de inteligencia cuenta la
Presidenta de la Nación para semejante aseveración.
Algo más de un año antes, el
25 de febrero de 2013, la Argentina denunció en la ONU el refuerzo militar en
las Malvinas, alertando sobre el envío de un submarino nuclear británico. Esa
denuncia se produjo menos de dos semanas antes del referéndum que los
malvinenses realizaron para definir el estatus jurídico de las islas.
En esa oportunidad, el
vicecanciller Eduardo Zuain denunció a Londres ante la Conferencia Mundial
de Desarme de la ONU por la proliferación de arsenal nuclear en la zona del
Atlántico Sur circundante con las islas Malvinas.
Zuain lamentó "que el Reino
Unido no haya brindado ninguna información que permita desmentir" la
presencia de "armamento atómico" a bordo de los submarinos desplegados
en la zona de Malvinas, y para sustentar este argumento, recordó que en
2003 el gobierno británico confirmó que la flota de ese país llevaba armas
nucleares durante el conflicto de 1982.
La posibilidad de
desplazamientos de submarinos con capacidad de portar armamentos
nucleares denunciada por nuestro país, se da en el marco del Tratado de
Tlatelolco, que prohíbe el armamento nuclear en América Latina y el
Caribe.
Frente a esta acusación, el
representante del Reino Unido ante la Conferencia de Desarme de las
Naciones Unidas, el embajador Jo Adams, reafirmó que su país adhirió a los
protocolos del Tratado de Tlatelolco en 1969 y "continuará honrando el
acuerdo".
El Tratado de Prohibición de
Armas Nucleares en América latina y el Caribe, conocido como Tratado de
Tlatelolco, es un acuerdo que establece la desnuclearización de la región
desde su entrada en vigor, el 25 de abril de 1969. El Reino Unido no es un
Estado parte, pero adhirió a esos protocolos, al igual que Estados Unidos,
China, Francia y Rusia.
La denuncia de Argentina se
sustentó también en el desplazamiento con destino a Malvinas, desde la base
británica de Plymouth, de la fragata Tipo 23 HMS Argyll, botada en 1988 y
modernizada en 2010, que cuenta con avanzados sistemas de misiles contra
buques y aviones, torpedos y cañones de 30 mm. Esta fragata reemplazó en
Malvinas al HMS Edinburgh, que hacía un año se encontraba en la
región.
En la misma línea, días atrás, el
gobierno argentino convocó al embajador británico para presentarle una
"enérgica protesta" por ejercicios militares, con lanzamiento de misiles, que
realizará Inglaterra en las Islas Malvinas y elevó una queja ante las Naciones
Unidas. En ese sentido, el canciller Héctor Timerman afirmó que "es un acto
de agresión colonial" y criticó que "el Reino Unido hace caso omiso a las
resoluciones de las Naciones Unidas que llaman a ambas partes a reanudar
las negociaciones de soberanía y a abstenerse de producir modificaciones
unilaterales mientras persista la controversia".
La denuncia se realizó ante el
Mercosur, la Celac, el Grupo de los 77 más China y otros organismos,
argumentando que "la ocupación de Malvinas no es más que una excusa para
el establecimiento de una poderosa base militar, como fuera enfatizado por la
Presidenta, pues sirve a sus intereses estratégicos en el Atlántico Sur con
proyecciones sobre la Antártida, el Pacífico y el Océano Indico", y que "las
Islas Malvinas se encuentran entre los territorios más militarizados del
mundo, teniendo presente la proporción de efectivos militares con su
población civil. Poseen un militar por cada dos civiles".
A diferencia de su mentora,
Timerman habló de "poderosa base militar", pero omitió hablar de "arsenal
nuclear".
Queda claro entonces que los
fríos mares del Atlántico Sur se están convirtiendo para gran Bretaña en los
mares calientes donde se disputará el dominio geopolítico y geoeconómico. Y
frente a la creciente militarización y los riesgos de la consiguiente
nuclearización del Atlántico Sur, que constituyen una clara violación del
derecho internacional y regional y una amenaza para todo el continente
sudamericano, nuestro país tiene el deber de prestar debida cuenta del
fenómeno para actuar en consecuencia.
En ese sentido, y más allá de
nuestro mandato constitucional de resolución del conflicto por la vía
diplomática, nos preocupa sobremanera el estado de precariedad de nuestras
Fuerzas Armadas para defender nuestro territorio nacional y en particular
nuestra plataforma marina. Todos los países del mundo, sin que se los pueda
catalogar de belicistas, han desarrollado un poder de fuego disuasivo
suficiente y necesario como para poner límites de resguardo a la prepotencia
y ambición de otros. No se trata de atacar a nadie, sino de defender nuestro
territorio, pero hoy en día, Argentina no puede hacer ni lo uno ni lo otro. No
puede pensar en una acción disuasoria porque no tiene capacidad, ni se
puede hacer respetar porque carece de medios para plantear una posición de
fuerza.
Pero en esta oportunidad, lo
que nos interesa, en tanto legisladores nacionales, es conocer la información
de que dispone la Presidente de la Nación para denunciar la presencia de un
"arsenal nuclear" en Malvinas, y qué organismo del Estado es el que produjo
dicha información.
Por todo lo expuesto solicito a
mis pares me acompañen en la aprobación del presente pedido de
informes.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
MARTINEZ, JULIO CESAR | LA RIOJA | UCR |
OLIVARES, HECTOR ENRIQUE | LA RIOJA | UCR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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