La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Adherir a la Conmemoración de la formación del Primer Gobierno Patrio, a celebrarse el día 25 de mayo, en reconocimiento a la noble y valiente actuación de esos hombres que en 1810 tuvieron capacidad de dar el primer paso para la constitución de un país independiente y soberano.

Señor presidente:

Año tras año, un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo nos convoca a hacer una comparación de protagonistas, acciones y objetivos.

Los efectos de la Revolución Francesa repercutieron en todo el mundo y el Virreinato del Río de la Plata no fue la excepción. Tras los duros enfrentamientos en los Estados absolutistas europeos contra los ideales revolucionarios, pudo instaurarse la idea de derechos individuales, democracia, división de poderes, soberanía popular, entre otros.

Ante el avance del poder de Napoleón en Europa y la ocupación de España, los Estados americanos vieron la oportunidad para obtener su independencia de la Corona española, que a la luz de los hechos se había mostrado incapaz de dirigir su organización política y de satisfacer los requerimientos económicos de estos territorios.

La tarea no fue fácil, hubo muchos escollos que superar -internos y externos- e intereses dispares que actuaron como frenos a la impronta independentista, pero el objetivo era claro, y pudimos lograrlo, aunque haya llevado varios años.

Algunos podrán mirar aquellos acontecimientos como un pasado de ideales carentes de vigencia actualmente, limitándose a una exteriorización de homenaje formal y ritual, al punto que la bandera nacional, nuestro símbolo identificatorio por excelencia, sea la gran ausente en la mayoría de los edificios y casas particulares en esta fecha.

Durante los doscientos un años que transcurrieron desde aquel suceso, nuestro país vivió todo tipo de acontecimientos: desde el crecimiento y desarrollo hasta configurarnos en un país rico y avanzado respecto a nuestros pares continentales, hasta la expoliación más feroz de sus principales bienes. Presidencias ejemplares y gobiernos nefastos. Violentas guerrillas y terrorismo de Estado.

Ante esto, sería bueno poner de manifiesto que los propósitos y anhelos albergados por los padres de la patria no han dejado de tener actualidad, y más hoy, ante la profunda crisis moral, material, y espiritual en la que se encuentra sumida nuestra sociedad, tras haberse quedado atrapada en un debate interminable entre su pasado y su presente, que no le ha permitido elaborar un proyecto de país para las próximas generaciones.

Debemos reafirmar en nuestra sociedad valores rectores que guíen nuestras conductas, como lo son la unión y la solidaridad, para lograr superar ese individualismo absoluto que conspira contra la idea de "Nación" que debemos poseer como ciudadanos, y que coadyuvarán a cohesionarnos a la luz de un pasado en común, y una identidad común como destino de país.

Por todo lo expresado anteriormente con motivo de la conmemoración aludida, estimo que esta Honorable Cámara debe expresarse en tal sentido, por lo que solicito el apoyo de mis pares.-