La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su preocupación por la adopción de restricciones a la importación de autos y autopartes producidos en nuestro país por parte de la República Federativa del Brasil y la posibilidad que la República de Chile amplíe hasta un máximo de cuatro años las salvaguardias para diversas importaciones agrícolas procedentes de la Argentina y de la Unión Europea.

Señor presidente:

El pasado jueves 12 de mayo, el gobierno de Brasil puso en marcha restricciones a la importación de autos y autopartes provenientes de México, Corea del Sur, Francia, Estados Unidos, Alemania, China y Argentina. Si bien dicha medida afecta a todos los países mencionados, el más perjudicado es la Argentina, para el que las exportaciones de autos a Brasil representan el 39% de las exportaciones del rubro.

La importancia para nuestro país de tal medida se percibió de inmediato: en la aduana brasileña se detuvieron más de 2700 vehículos fabricados por las terminales argentinas de las automotrices General Motors, Mercedes Benz y Toyota. El impacto de esta medida contra Argentina puede ser devastador para la industria automotriz: en 2010, Brasil importó 634.000 vehículos (18,8% de su demanda interna) y Argentina colocó 358.362 unidades y fue su principal proveedor con el 56%.

Esta decisión del gobierno de Dilma Rousseff se toma apenas días después que empresarios brasileños se quejaran de los retrasos de las autoridades argentinas en la entrega de certificados sanitarios para el ingreso de productos brasileros a nuestro país y de las licencias no automáticas que aplica nuestro país. En los últimos años, en un supuesto interés de proteger la industria nacional, el gobierno de Cristina Kirchner aumentó de manera considerable el número de productos incluidos en las licencias no automáticas de importación, que en caso de Brasil, sólo en lo que va del 2011, se incrementaron de 408 a 577 ítems.

Brasil es nuestro principal socio, aunque la balanza comercial arroje un déficit muy marcado para Argentina: U$S 4.088 millones en el 2010 y U$S 1.000 millones durante los primeros tres meses de 2011, lo que significa una profundización del déficit del 140% contra los primeros tres meses de 2010, en los cuales el saldo había sido negativo en U$S 443 millones.

Paralelamente, en Chile, los productores sufren el bajo precio del dólar, razón por la cual el gobierno aplica tres métodos de defensa del comercio internacional destinados a productos subvencionados en sus países de origen: medidas antidumping, derechos compensatorios y las salvaguardias.

Durante las últimas semanas, el gobierno chileno recibió numerosas quejas de productores frutícolas por las dificultades en el ingreso de fruta chilena a la Argentina, y en parte por ello, el gobierno de Sebastián Piñera aceleró el tratamiento legislativo de una propuesta para modificar y ampliar el período máximo de vigencia de medidas de salvaguardias (sobretasa arancelaria a productos importados). Dicho proyecto, aprobado en el Senado chileno, implica la ampliación del plazo de las salvaguardias para diversas importaciones agrícolas, desde los actuales dos años hasta un máximo de cuatro años, como medida de protección para la producción nacional contra la supuesta competencia desleal extranjera, procedente fundamentalmente de la Argentina.

Cabe recordar que Chile ya había impuesto una salvaguardia provisional a la importación de leche (condensada y en polvo) y queso gouda provenientes de Argentina y Uruguay (2009), y a la harina de trigo argentina (2006), por la acusación de los productores chilenos de posible dumping por parte de los molinos argentinos subsidiados por el gobierno de Cristina Kirchner.

Este tipo de medidas de importantes clientes de nuestros productos resultan consecuencia de una gestión caracterizada por la improvisación permanente y la falta de políticas estratégicas de mediano y largo plazo, donde las medidas cortoplacistas de política interna generan permanentes conflictos comerciales y políticos, no sólo con nuestros vecinos, sino con un número más que importante de países en todo el mundo.

Por ello, Señor Presidente, solicito la aprobación del presente Proyecto de Declaración.