La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el PODER EJECUTIVO recomiende a los Gobiernos de las Provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a través del Ministerio de Salud y Medio Ambiente de la Nación, una campaña sistemática destinada al público en general que tenga por fin alertar a la población sobre los síntomas de la tuberculosis, enfermedad que no se encuentra erradicada en nuestro país.

Señor presidente:

La tuberculosis es una enfermedad de graves consecuencias, que no se encuentra erradicada en nuestro país, tal como lo prueba la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. Ella ha señalado que el subdiagnóstico del mal es un hecho de características lamentables, porque cada año aparecen 12000 casos en nuestro país, que podrían reconocerse tempranamente con una simple placa radiográfica. Solamente en la Ciudad de Buenos Aires se concentra el 10 por ciento de esos casos, ubicables en todos los niveles de la escala socioeconómica.

Una de las razones que dificultan el diagnóstico es la facilidad con que se la confunde con otras enfermedades, como, la gripe, por ejemplo. Ciertos síntomas comunes, como la tos, la fiebre, los dolores musculares determinan que el paciente opte por el poco recomendable recurso de la automedicación, hasta que las señales más graves se hacen presentes y obligan a la visita de un profesional que se ve obligado a actuar cuando bien puede ser tarde o comparativamente tarde, imponiendo la necesidad de tratamientos largos y costosos.

La tuberculosis no tiene prácticamente en la actualidad presencia mediática y los mismos médicos no siempre piensan en ella, cosa que agrava el cuadro.

Hace muchas décadas, cuando era una enfermedad presente en la conciencia colectiva, existía el temor hacia ella, reflejado de múltiples maneras. También estuvo presente en la literatura al igual que en otras formas expresivas.

La enfermedad conocida en todas sus facetas, de contagio y desarrollo, como también en su culminación, muchas veces desemboca en la muerte. Se transmite de personas enfermas a sanas a través de la saliva, presente en las expectoraciones y también se conoce que la vacuna BCG, administrada a los recién nacidos, es una protección eficaz.

Todo esto justifica plenamente múltiples medidas, incluidas campañas destinadas al público en general, que tengan por fin alertar a la población acerca de un riesgo grave, que está muy lejos de haber desaparecido.

Por lo tanto, es que solicito a los Señores Legisladores me acompañen en el presente proyecto.