La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su preocupación y repudiar los actos vandálicos y expresiones antidemocráticas perpetrados sobre el mural confeccionado por los alumnos del Instituto Politécnico General San Martín, de la ciudad de Rosario, en conmemoración del 32 aniversario del golpe de Estado

Señor presidente:

Durante el pasado fin de semana un grupo de personas desconocidas escribió consignas antidemocráticas sobre el mural que conmemora el 32 aniversario del Golpe de Estado, ubicado en el frente del Instituto Politécnico General San Martín de la ciudad de Rosario.

Dicho mural había sido confeccionado por los estudiantes nucleados en el Centro de Estudiantes del Politécnico (C.E.P.), quienes además habían participado en la elección de las frases y dibujos que cargarían de contenido la actividad.

"Ya fue López, ya fue Pocho, siguen ustedes, hippies del Poli", otra leyenda igualmente perversa decía "30.000 zurdos no podrán detener la derecha". Este hecho causó alarma y un rápido gesto de rechazo por parte de esa comunidad educativa. Los estudiantes resolvieron tapar las leyendas y recuperar los murales, en el convencimiento de que el contenido de las pintadas no fue un hecho aislado y no podía ser subestimado. Con esa convicción la asamblea estudiantil resolvió repudiar el hecho y repintar los murales.

Sin embargo dos días después y sobre el mural repintado los estudiantes del Politécnico se encontraron con el mural nuevamente arruinado con la frase "zurditos basta de sofismos y demagogias, la derecha sigue en pie".

Este tipo de hechos reflejan la necesidad de profundizar y afrontar integralmente la reconstrucción de una ciudadanía democrática y garante de los derechos humanos. La teoría y la experiencia histórica nos demuestran que sólo en un Estado de derecho democrático es posible que se reconozcan los principios de derechos humanos: sólo puede calificarse a una sociedad de democrática cuando en ella se respetan tales derechos. Y esto no se refiere únicamente a su vigencia jurídica, sino también a su realización efectiva en la cotidianeidad. Porque la democracia es mucho más que una doctrina de acción política; es un modo y una cultura de vida.

En este escenario entendemos esencial la educación en derechos humanos y para la democracia, la cual ha ganado reconocimiento como un derecho en sí mismo: el derecho a ser educado en derechos, a ser educado como sujeto de derechos. Razón de más, entonces, para subrayar como contrapartida necesaria, el deber del Estado de implementarla en forma masiva y sistemática.

La lógica que sustenta esta concepción es simple pero poderosa. Las libertades fundamentales, los derechos humanos y los principios y normas de la democracia sólo pueden observarse y protegerse si se conocen. Y si se conocen, se interiorizan y se practican por parte de todas las personas, no solamente por grupos esclarecidos de gobernantes, académicos o activistas.

La reconstrucción del tejido social implica una tarea que exige esfuerzos compartidos y en tal sentido reforzamos nuestro compromiso con un modelo que se construya sobre bases amplias, democráticas, tolerantes e igualitarias.

Por todo lo expuesto solicitamos a nuestros pares la aprobación del presente proyecto de Resolución.