La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

De interés legislativo el "Proyecto Conservación del aguará guazú", que desarrollado desde inicios del año 2002 por las ONG Huellas y Oikoveva, en la provincia de Corrientes.

Señor presidente:

El Proyecto Conservación del aguará guazú, que es desarrollado en Corrientes desde inicios del año 2002 por las ONG Huellas y Oikoveva.

Desde el próximo día 30 y hasta el 2 de junio, el proyecto de conservación del aguará guazú se expondrá en el Tercer Foro de Conservación in situ que se realizará en la ciudad de Angers, Francia, durante los cuatro días de foro se concretará la presentación de proyectos desarrollados en ecosistemas de Latinoamérica, y talleres relacionados con diversos grupos de animales silvestres.

El grupo del Zoológico desde el año 2001 implementó una nueva filosofía en los programas de conservación, soportando proyectos a pequeña escala que son desarrollados por los propios actores locales y que buscan soluciones sustentables con el involucramiento de la población. El alto nivel de biodiversidad de Latinoamérica, así como la variedad de ecosistemas y el número de miembros del mencionado zoológico involucrados en la conservación, hacen obvia la necesidad de un forum 2006 focalizado en las redes de conservación América latina-Europa de acuerdo al Memoradum of Agreement (Acuerdo) firmado en septiembre de 2005 por la entidad y la Asociación de Zoológicos y Acuarios de Latinoamérica.

La conservación es una cuestión de combinar esfuerzos y esto sólo se logra a través de los conservacionistas, zoológicos, acuarios, público local, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, instituciones científicas y de decisión política en el ámbito de la conservación. Es decir, todos aquellos que puedan participar en preservar los animales silvestres y sus hábitats.

¿Cuáles son los principales motivos por los que esta especie está desapareciendo en Argentina? A partir de una serie de talleres destinados a detectar los problemas de conservación del aguará guazú, se convocaron en diversas oportunidades a especialistas de distintos países. Tres de esos encuentros tuvieron lugar en Argentina, y el primero de ellos denominado "Taller para la Conservación in situ y ex situ, de Chrysocyon brachyurus en Argentina y países limítrofes, que se desarrolló en el 2002 en la localidad de Mburucuyá.

Fue organizado por Huellas y Oikoeva y contó con el auspicio nominal de la Administración de Parques Nacionales y el Ministerio de Educación de la Provincia de Corrientes. Los principales problemas y amenazas detectados para la especie, en la totalidad de su área de distribución, son la muerte directa por su imagen negativa ante los pobladores, intentos reiterados de captura para tenerlos como mascotas y comercialización, la caza para la obtención de productos como pieles y huesos (reliquias religiosas), la fragmentación del hábitat y el desconocimiento de su ecología, comportamiento y distribución. Igualmente, la falta de interés general, de toma de decisiones políticas, de cumplimiento en las reglamentaciones vigentes así como la falta de continuidad en las gestiones de gobierno; los escasos esfuerzos de investigación y educación aislados y con pocos resultados concretos y la falta de un protocolo de acción para la especie acompañado de medidas compesatorias.

El último taller I Maned Wolf International Workshop. Population and Habitat Viability Analysis (PHVA), de escala internacional, celebrado recientemente en octubre pasado en Brasil, en Minas Gerais, permitió lograr un panorama más amplio de las problemáticas de conservación que tiene el aguará guazú en Sudamérica. La mayoría de ellas son coincidentes con las identificadas para Argentina, y en tal sentido cabe destacar para nuestro país el significativo número de casos de animales muertos por pobladores sin que medien acciones legales de protección.

Comenta James Dietz, uno de los primeros y principales investigadores de aguará guazú en América, que hace "cientos de años antes de la llegada de la civilización, las tierras altas de Sudamérica central fueron cubiertas con praderas de pastizal y bosques de matorrales. El aguará guazú, el mayor y más distintivo de los cánidos sudamericanos, habría cazado en estos ambientes y sido morfológica y socialmente moldeado por él". El chrysocyon brachyurus (Illiger, 1815) es comúnmente conocido como aguará guazú en Argentina. El significado de su nombre científico resulta instructivo, describiendo aspectos biológicos de la especie. Etimológicamente, el nombre se refiere al "perro dorado de cola corta", donde chrys proviene del griego chrysos y significa dorado, cyon del genitivo kynos que significa perro. Y por otra parte, brachy proviene del griego brakhys que significa corta, y ur del griego oura, refiriéndose a la cola. Félix de Azara fue el primer naturalista que lo describió, y lo denominó con la voz indígena Aouara Gouazou, de donde se piensa que pudo haber derivado la voz "Aguará Guazú".

Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú y Argentina le brindan ambientes naturales a la especie. En Uruguay su existencia actual es dudosa y se presume que se encuentra extinto. Dentro de Argentina habita en Formosa, Chaco, Corrientes, Santiago del Estero, Santa Fe, Córdoba, Misiones y Entre Ríos, estando su distribución posiblemente asociada a la presencia de cuerpos de agua, pastizales y ambientes de sabana parque. Los cambios del paisaje producidos por la actividad humana (agroganadera) tendrían un rol fundamental en definir la presencia de la especie, y en tal sentido, información básica colectada en la provincia de Corrientes muestra parches de presencia. Estudios desarrollados en Brasil y Bolivia señalan una dieta omnívora, consumiendo vertebrados como peces, aves, mamíferos, reptiles y también frutos silvestres. Debido a su tamaño corporal y hábitos alimenticios, requiere de amplias áreas donde refugiarse, reproducirse y buscar sus propias presas. Evita los ambientes con actividad humana, aun si pareciera poder convivir con el hombre mientras los requerimientos de su hábitat le permitan co-existir. Estudios desarrollados en Brasil revelan que cuanto más pequeñas son las áreas con calidad, menor será el número poblacional, y una menor heterogeneidad genética tendrá lugar.

El Parque Nacional Mburucuyá es la primera y única área de conservación bajo jurisdicción nacional en la provincia de Corrientes, y posee una superficie de 17.660 km2. En ella habitan 8 especies de carnívoros silvestres, entre las que se ubica el aguará guazú. Desde el 2002 se desarrollan en sus inmediaciones acciones para difundir la problemática de la especie y promover su conservación en el marco del Proyecto de Conservación de los Carnívoros del Nordeste Argentino Mediante La Participación de los Pobladores Locales.

En ese contexto, Huellas y Oikoveva organizaron en el 2002 el I Taller para la Conservación del Aguará Guazú en Argentina y países limítrofes, obteniéndose el auspicio nominal de la Administración de Parques Nacionales y declaración de Interés Provincial y Educativo por la Honorable Cámara de Senadores de Corrientes y el Ministerio de Educación de Corrientes, respectivamente.

El parque estuvo presente brindando charlas sobre el área y capacitando a docentes en el marco de la conservación. En el evento se propusieron las áreas protegidas como epicentros concentradores y compiladores de registros de la especie y de información sobre los conflictos con los pobladores. Históricamente, en el 2001 comenzó a planificarse un proyecto en el parque, pero no fue hasta enero del 2002 el lanzamiento de la propuesta.

El objetivo era determinar las condiciones del área para realizar estudios ecológicos sobre el aguará guazú. Entre 1997 y 1998, se habían colectado heces en el área protegida, donde la representatividad de las muestras de aguará fue comparativamente baja con relación a las otras especies de carnívoros. Las evidencias de este animal estuvieron ligadas a las cañadas, esteros y pastizales de sabana-parque.

Cabe mencionar que los cambios climáticos de 1998 podrían haber afectado su presencia dentro del área protegida. Comunidades vecinas al parque, como Caa-Pará, Blanco Cué y Manantiales fueron encuestadas y los resultados de los registros de aguará no resultaron alentadores, aun si la actitud de los pobladores visitados fue positiva y abierta hacia el proyecto. Sobre la base de esa primera prospección se decidió trabajar fuera del área protegida a partir de junio de 2002. Las encuestas desarrolladas fueron semi-estructuradas, dirigidas a pobladores de parajes y casas individuales, sobre rutas y caminos. Las preguntas se orientaron a conocer: 1) el acercamiento de las especies hasta las moradas de los pobladores y la frecuencia con que son observadas, b) la actitud y respuesta hacia los carnívoros, c) el tipo de hábitat donde han sido registrados, y d) la procedencia de la información, en el caso de no ser ellos mismos quienes han tenido algún contacto con los animales.

Aquellas primeras encuestas configuraron un primer panorama: que los pobladores "raramente ven al aguará"; la mayoría de ellos lo "ignora" o "rechaza", y en caso de encontrarlo "intentan matarlo" o "capturarlo", o bien los "perros de los pobladores" son una de las principales formas de acorralarlos (en la mayoría de los casos finaliza con la muerte del aguará). Las cañadas, esteros y el pastizal son los ambientes donde generalmente se lo avistó o donde se registraron evidencias de la especie.

Casi al borde de su extinción, el carnívoro silvestre conocido como aguará guazú intenta ser protegido por organizaciones ecologistas que desarrollan en la provincia proyectos de conservación. Desde el 2002 se trabaja en suelo correntino para salvar al mal llamado "lobizón", una de las 27 especies de estos seres vivos que habitan en el país.

Pese a pertenecer al grupo de los carnívoros silvestres que representa el 87 por ciento de la diversidad de los predadores sudamericanos, la vida del aguará guazú corre peligro. Además de este animal, el 33% de los carnívoros de toda Argentina habita en Corrientes. Así se encuentra a lo largo y ancho de la provincia: el zorrino común; hurón; lobito de río; aguará popé; zorro de monte; zorro pampeano; gato montés; gato moro y puma. Más del 50% de estos seres vivos del país habitan en el Nordeste. Dentro de las acciones para salvar al aguará guazú de la extinción, en 1992 fue declarado Monumento Natural de Corrientes según el decreto Nº 1.555/92 (en el marco de la Ley Nacional Nº 22.351 del año 1980).

Pero es poco, no alcanza, cada día crece la amenaza contra la subsistencia de este animal que pertenece a la fauna correntina. Como se mencionara, desde 2002 y con base en el Parque Nacional Mburucuyá, la organización Huellas con el apoyo de la ONG francesa Oikoeva, inició el del proyecto "Conservación de los carnívoros silvestres del Nordeste argentino mediante la participación de los pobladores locales".

Con mucho esfuerzo por la falta de recursos, los trabajos en el marco del proyecto continuaron desarrollándose de forma ininterrumpida. Los estudios a campo pretenden relevar información sobre la biología de la especie y su relación con el hábitat, así como los principales conflictos que se presentan entre los pobladores y los predadores, y conocer más acerca de la relación hombre-aguará guazú, para lo cual se desarrollan encuestas semiestructuradas a pobladores rurales.

Paralelamente se realizan colectas y registros de evidencias indirectas (como huellas, heces, evidencias de predación), de evidencias directas (como restos óseos, avistajes), y además se colectan muestras biológicas (como sangre, orina, trozos de piel, parásitos) de animales capturados o encontrados muertos en rutas, por caza o por otros motivos. Esta información es continuamente muestreada y forma parte de los estudios de ecología, sanidad y comportamiento de esta especie y de los otros carnívoros.

Si bien históricamente el aguará guazú fue señalado como un "comedor de gallinas, terneros, corderos y otros animales domésticos", los mismos pobladores no logran evidenciar concretamente esta acusación. Resultados preliminares de encuestas de principio de 2003, provenientes de una zona rural del área de estudio (distante a unos 30 kilómetros de la actual), revelaron que el 86% conoce al aguará guazú. Es más escuchado que visto, y raramente es escuchado; en ningún caso ha llegado a las casas, pero el 10% intentó capturarlo y/o matarlo de alguna manera.

A fines del 2003 y durante tres meses consecutivos, las provincias de Chaco y Corrientes fueron recorridas cubriendo aproximadamente unos 300.000 km2. Aquí se perfeccionó la metodología empleada por Huellas, y de las 398 encuestas, 228 confirmaron la presencia de aguará guazú. El 60% de éstas reportó haberlo visto dentro del año y un 35% declaró no haberlo avistado en el último año. El 74.5% del total que confirmó presencia en la zona afirmó que no come animales domésticos y la presencia de la especie en el medio ambiente fue considerada positiva para el 43% de las personas e indiferente para el 41.7% de los encuestados, donde el 46% y el 39%, respectivamente, poseían animales domésticos.

Todas las encuestas desarrolladas han sido de muy valiosa ayuda para esclarecer áreas de presencia de la especie y para difundir su crítico estado de conservación.

Por lo expuesto, solicitamos a la Cámara de Diputados de la Nación la aprobación del presente Proyecto de Declaración.