La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder Ejecutivo para que a través de los organismos pertinentes informe:

1) Controles viales que se actualmente se aplican a la circulación de camiones en las rutas nacionales.

2) Medidas que prevén tomarse relativas al control de la circulación de camiones en las rutas nacionales.

3) Campañas viales relativas a la circulación de camiones en rutas nacionales realizadas en 2010, en curso y las que prevén realizarse.

4) Resultados de los operativos dispuestos a la fecha, sanciones aplicadas ante infracciones verificadas y grado de cumplimiento de las mismas.

5) Controles efectuados por parte de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte durante 2010 y 2011 a los trasportes de carga y estadísticas de los mismos.

6) Contenido del Plan Nacional de Seguridad Vial en materia de control vehicular de circulación de camiones en las rutas nacionales.

Señor presidente:

Sabemos de los incontables accidentes que provoca el desplazamiento vehicular y aun más los que son producto de la circulación de camiones en las rutas argentinas. Las estadísticas advierten hoy que en uno de cada tres accidentes hay un camión. Son, junto a los micros, el 12 % de los vehículos que circulan en rutas, mientras que el 88 % restante son autos y camionetas.

Las rutas argentinas tienen un ancho de siete metros. Los camiones modernos tienen la trompa de 3,30 metros de ancho. Si uno va y otro viene, hay un instante en que entre ellos, hay apenas 40 centímetros.

Nueve de cada diez siniestros se producen por errores de manejo y la invasión del carril ajeno es la falla más notoria, según señala el último estudio el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI), entidad conformada por compañías de seguro.

La peor combinación posible es la de rutas en mal estado y el exceso de camiones. El aumento de estos en los últimos años es notable gracias al crecimiento de la economía. Pero a eso lo acompañó la parálisis o destrucción del sistema ferroviario nacional y las enormes demoras o moras en la construcción de autopistas o rutas de resistencia. Hoy el 95 % de la mercadería que se transporta en la Argentina se hace a través de camiones y sólo el 4% se mueve por tren. El impacto no es sólo social, también es vial. Las rutas no aguantan tanta carga. El asfalto cede, se perfora o se deforma como si fuera una sustancia líquida.

El asfalto disponible tampoco ofrece seguridad: el 76 % de los impactos se producen en rutas nacionales (51%) y provinciales (25%). El índice baja notoriamente en autopistas, con una presencia del 9 %. Es decir, cuando el camino es mano y contramano, el riesgo se multiplica. Todos conocemos la sensación de pasar en la ruta camiones de 18 metros de largo: no se sabe cómo termina.

Camiones más veloces y un parque automotor que se extiende más rápido que la infraestructura complican el panorama. En 1930, cuando se construyó la red troncal actual, había 300 mil autos. Hoy hay nueve millones de autos y dentro de 10 años habrá 18 millones.

Las fallas humanas más comunes de los conductores en general - después de la invasión de carril, que se da el 38 % de las veces- a las distracciones (18 %), la velocidad inadecuada (11 %), maniobras abruptas (10%), el desacato a las señales (8%), no respetar la prioridad de paso, ni la distancia de seguimiento y manejar cansado o alcoholizado.(fuente: Informe CESVI).

En el caso de los camioneros, que cobran según los kilómetros recorridos, las exigencias profesionales son mayores, ya que tienen que aprobar un examen psicofísico y realizar un curso de formación para obtener la Licencia Nacional Habilitante. Los operadores de transporte de cargas, es decir los empleadores, están obligados a verificar que se cumpla este requisito. Además, los choferes tienen que aprobar un curso anual de actualización para mantener la licencia. ¿Hay demasiados camiones? La respuesta es elemental: sí, hay demasiados camiones para esta situación de la infraestructura vial. Es cierto también que el ferrocarril de carga colapsó hace ya muchos años, y que aun no se han movilizado propuestas eficientes relacionadas con su recuperación.

Por su parte, la Agencia Nacional de Seguridad Vial, creada por la Ley Nº 26.363 en 2008, en la órbita del Ministro del Interior, tiene la función de coordinar el conjunto de acciones y actores involucrados en el cumplimiento del resultado estratégico definido por el Gobierno Nacional de reducir en un 50% la mortalidad por siniestros viales en un plazo de cinco años.

Con la creación de la Agencia, el Estado nacional definió el núcleo de su política sobre seguridad vial y estableció como ejes fundamentales de la misma a las tareas de concientización, prevención, control y sanción en materia vial en la Argentina. Cabe en este marco conocer los alcances y la marcha del Plan Nacional, que definido párrafo arriba, suena tan venturoso.

En el año 2008 se produjeron en Argentina 97.474 siniestros de tránsito con víctimas. En éstos siniestros fallecieron en el lugar del hecho 4.222 personas. El seguimiento de las víctimas graves, arrojan una cifra total de 7.552 personas fallecidas, incrementándose dicha cifra en un 1,52% respecto del año 2007.

Por su parte, el estado de la red caminera argentina comprende asfalto gastado, mordido, ondulado o agujereado, banquinas estrechas, fangosas, desniveladas o simplemente inexistentes, guarda rails oxidados, peligrosos cruces de caminos a nivel, semáforos en plena carretera y desfiles de camiones cuya carga y peso nadie controla: es sólo una muestra del menú de riesgos a los que millones de automovilistas se exponen cada vez que salen a las principales rutas nacionales.

La red vial argentina es de 239.677 kilómetros, incluyendo las rutas nacionales y las provinciales. Las transitan unos 10 millones de vehículos, y cada año se suman no menos de 30 mil camiones, los principales factores de riesgo móvil.

Del total de la red vial, sólo están pavimentados 76.039 kilómetros, es decir, el 31,72%, menos de un tercio del recorrido. El resto (163.638 kilómetros) es de ripio o de tierra. Para más datos: el 38% de los accidentes ocurre por invasión del carril opuesto. (Fuente: CESVI).

Si se piensa en soluciones podemos decir que la construcción de una poderosa red vial ferroviaria y multimodal, con infraestructura adecuada y que acompañe el crecimiento, sería una. Pero no cabe duda de que importa el consenso de las jurisdicciones y fundamentalmente una posición del Gobierno nacional en cuanto a políticas de Estado. Por los fundamentos expuestos solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de resolución.