PROYECTO DE TP
Expediente 2487-D-2008
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO NACIONAL DISPONGA LA CREACION DE UNA COMISION ENCARGADA DE REALIZAR LA INVESTIGACION DE LOS GRAVISIMOS HECHOS COMETIDOS CONTRA CIUDADANOS CIVILES EL DIA 16 DE JUNIO DE 1955, CONOCIDOS COMO EL BOMBARDEO A PLAZA DE MAYO.
Fecha: 21/05/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 49
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Dirigirse al Poder Ejecutivo para
solicitarle que, en el corto plazo, disponga la creación de una comisión encargada
de realizar la investigación histórica, pormenorizada y exhaustiva, de los
gravísimos hechos cometidos contra inocentes ciudadanos civiles acontecidos el día
16 de junio de 1955, y conocidos como el bombardeo a Plaza de Mayo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El 16 de junio de 1955, en tres
incursiones sucesivas, desde unos cuarenta aviones de guerra de la Marina y la
Fuerza Aérea fueron arrojadas no menos de 13 toneladas de bombas sobre la
Plaza de Mayo y sus inmediaciones. También fueron atacadas la sede de la CGT y
la residencia presidencial, en el porteño Palacio Unzué. Supuestamente el ataque
estaba dirigido a una persona en particular, pero en verdad, fue un acto de
genocidio contra los argentinos, provocado por ciertos sectores civiles y
orquestados por minúsculos grupos de las fuerzas armadas.
Llamar a las cosas por su nombre,
saber con exactitud hasta los más mínimos hechos, es un punto de partida hacia el
replanteo de la Argentina que queremos, hacia la Argentina que conoce y respeta
su pasado y por sobre todo, se proyecta en un futuro donde no haya lugar para la
repetición de formulas macabras y alejadas de un estado de derecho.
Ese fatídico día de 1955, miembros de
las Fuerzas Armadas, tuvieron su más deshonroso bautismo de fuego, cuando
arrojaron toneladas de bombas sobre la Capital de la República y ametrallaron a
civiles, a sus conciudadanos, causando la muerte de centenares de personas
totalmente inocentes y más de un millar de heridos, aproximadamente. Era la
venganza no contra el gobernante legítimamente electo, sino contra la voluntad de
los ciudadanos, cuya silenciosa fidelidad en las urnas realizó la gestión que llevó al
Presidente a serlo de todos los argentinos.
Esta parte de la historia Argentina,
como tantas otras que conspiraron contra la Constitución Nacional, contra el
sistema democrático, profundizando el enfrentamiento entre argentinos, debe ser
conocida. Se debe llegar al verdadero sentido real de esos hechos. La intolerancia
política y la persecución ideológica merecen ser sancionadas moral y públicamente.
Para que esto ocurra, todos los argentinos deben conocer objetivamente la historia
de nuestro país, aún en sus momentos más oscuros y dramáticos.
Inexplicablemente, poco se ha
difundido y escasamente investigado sobre tan brutal acto. Pocos fueron desde el
ámbito de la literatura y la militancia que profundizaron sobre estos hechos. Pero
el Estado tiene un deber, cual es, intentar lograr llegar a la exactitud y veracidad
de los acontecimientos que marcaron y laceraron esa parte de nuestra historia. El
Estado tiene la obligación de investigar, indagar y revelar la verdad a las víctimas,
sus deudos y a la sociedad toda. Nuestra Patria tiene el derecho de conocer la
verdad de los hechos y de los acontecimientos injustos y dolorosos provocados por
las múltiples formas de violencia de todo signo.
Ese derecho se traduce en la
posibilidad de conocer los motivos que impulsaron a los autores y los detalles de
tiempo, lugar y modo de los hechos violatorios al orden constitucional, preparados
con mucho tiempo de antelación. Algunos juristas expresan que el derecho a la
verdad es un bien jurídico colectivo inalienable, lo que no arroja duda alguna sobre
estas circunstancias, pero más allá de una concepción colectiva de este derecho
hay que pensar que tiene también una concepción individual, cuyos titulares son
cada una de las víctimas y sus familiares.
Sí, debemos reconocer que el
gobierno constitucional presidido por Néstor Kirchner fue sin dudas quien mayor
referencia histórica y difusión masiva de estos hechos aportó al país, que se hizo
firme en la reposición de la justicia, no como modo vengativo, sino con la sonada
conciencia de que la verdad es la que indudablemente ayuda a construir una Patria
Libre, Justa, Soberana, Independiente y a afirmarla, fehacientemente, en la
doctrina de lo históricamente firme y de lo inatacablemente veraz.
El derecho a la verdad tiene su raíz
más profunda en la forma Republicana de Gobierno. Desde los lluviosos días de
aquel mayo de 1810, nuestro pueblo siempre quiso saber de que se trataba. Este
derecho también es parte integrante de la libertad de expresión y del derecho a
conocer la información en posesión del Estado. Es, además, la conciencia de que
con él edificamos la verdad, individual y colectivamente. Nuestra historia merece
levantarse sobre una veracidad completa, pública, imparcial y oficial; y nosotros
debemos ejercer ese derecho a la verdad, derecho que es correlativo de un deber,
el deber de saber que ocurrió y por qué.
Los asesinatos, las masacres, las
ejecuciones extrajudiciales son crímenes de lesa humanidad, que violan el derecho
a la vida, a la integridad física y a la libertad. Estos hechos y violaciones deben ser
investigados por el Estado, por una doble causa: por ser el que reúne la voluntad
de cada individuo, y el único capacitado para aclarar estos actos. Es el que está
mejor posicionado para ello ya que tiene a su disposición la información, la
documentación y otros elementos que debieran ser el punto de partida de la
investigación requerida.
El esfuerzo por esta verdad debe
estar dirigido al conocimiento y al reconocimiento. El conocimiento consiste en la
verdad de los hechos, que a partir de la evidencia acumulada, ya no pueden
negarse. Se podrá siempre aducir a causas exculpatorias de orden ideológico o
histórico, o razones de emergencia, de fuerza mayor, estado de necesidad, o
imperioso requerimiento de la salvación nacional, aunque se expresen estas
justificaciones solamente en sentido figurado o retórico.
En cuanto al reconocimiento, es una
especie de transformación que sufre la verdad histórica cuando ella es asumida en
forma oficial por el Estado y la sociedad, expresando a las víctimas y a sus
familiares que el padecimiento sufrido no pasó desapercibido, y que se toma
conocimiento y reconocimiento de esa historia con la intención de contribuir a
evitar que se repita en el futuro.
Una comisión dedicada a esta tarea,
una Comisión de la verdad, no es algo desconocido para nosotros. Como
antecedente, podemos enunciar a la CONADEP, y a los actuales famosos juicios
por la verdad.
En el contexto internacional,
comisiones con esta finalidad existieron y existen en la actualidad. Son órganos de
investigación creados para ayudar a enfrentar graves situaciones de violencia
política o conflictos internos y también para enfrentarse con el pasado desde un
punto de vista crítico, a fin de superar las invisibles pero profundas heridas
producidas y evitar, como ya dijimos, que se reiteren acontecimientos violatorio al
orden constitucional, o al sentimiento de paz en el que siempre los argentinos
vivimos.
Por los fundamentos expuestos es
que solicito a mis pares, acompañen y apoyen el presente Proyecto de Resolución,
como así también el Proyecto de Comunicación (N° expediente 747/08),
presentado por el senador Juan Carlos Romero.
Firmante | Distrito | Bloque |
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LLANOS, EDITH OLGA | BUENOS AIRES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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DERECHOS HUMANOS Y GARANTIAS (Primera Competencia) |
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
---|---|---|
22/07/2008 | DICTAMEN | Aprobado con modificaciones con disidencias |
Dictamen
Cámara | Dictamen | Texto | Fecha |
---|---|---|---|
Diputados | Orden del Dia 0578/2008 | CON MODIFICACIONES; LA COMISION ACONSEJA APROBAR UN PROYECTO DE DECLARACION; 3 CON DISIDENCIAS | 14/08/2008 |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
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Diputados | CONSIDERACION Y APROBACION | 03/12/2008 | APROBADO |