La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo que a través de los organismos que corresponda, se mantengan los aranceles compensatorios a la Importación de Aceite de Oliva provenientes de la Comunidad Europea.

Señor presidente:

La comunidad Europea subsidia su exportación de aceite de oliva, a razón de 800 euros por tonelada, lo cual genera una disminución de los precios en el mercado internacional donde compite con el aceite argentino. A esta competencia desleal, de por sí dañina para nuestro país, se agrega ahora la posibilidad de que nosotros mismos facilitemos la ruina de nuestra producción. En efecto, el ingreso al mercado interno argentino está gravado con un impuesto compensatorio de 1000 dólares estadounidenses la tonelada para resguardar nuestra producción de los 800 euros de subsidio que beneficia a la producción europea; este impuesto que rige desde el año 2000, dejaría de tener vigencia a partir del primero de julio de 2006. La Comunidad Europea exige que no sea renovado, aduciendo que si bien ellos subsidian sus exportaciones, Argentina aplicó diferimientos impositivos para la implantación de cultivos olivícolas. Es obvia la mala fe del argumento, ya que la Argentina concedió diferimientos impositivos para financiar la inversión (o sea que el impuesto diferido se pagará después) y no para subsidiar la exportación.

Si nuestro país subsidiara la exportación olivícola en el mismo nivel que lo hace la Comunidad Europea (lo cual no hace ni puede hacer), la producción europea estaría en vías de desaparición aún manteniendo los 1200 dólares por tonelada que paga nuestro producto para ingresar al mercado europeo.

Nuestro país no puede echar a perder un esfuerzo de muchos años en una industria eficiente, con calidad y precios competitivos, en el momento en que ingresan a la producción una importante cantidad de hectáreas de olivo que ya están llegando, luego de varios años de implantación y cuidados, a la madurez productiva.

Argentina es el principal productor de aceite de oliva de América y uno de los mayores del mundo. La superficie implantada pasó de 30.000 has en los '90 a 90.000 has en la actualidad. La producción de aceite a su vez pasó de 7.000 toneladas a 25.000 en 2005 y se prevee que llegará a 115.000 en 2010.

Sería suicida que entreguemos nuestro mercado interno a una potencia que a través de enormes subsidios destruye los mercados internacionales de productos que Argentina ha logrado desarrollar en calidad y precio.

Demás está decir que lo ideal para nuestro país sería que no existieran subsidios ni impuestos a la importación , ni en Argentina, ni en Europa. Desgraciadamente esta aspiración está lejos de ser contemplada por la Comunidad Europea ni para la producción olivícola ni para la producción agrícola en general. Por ello solicitamos se mantengan los impuestos de importación para proteger nuestra producción olivícola de un injusto intento de destrucción por parte de la Comunidad Europea.