El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1º) Las empresas prestatarias del servicio de transporte automotor de pasajeros de larga distancia de todo el país, que brinden a sus pasajeros el servicio de reproducción audiovisual, estarán obligadas a difundir por ese medio un mínimo de 70 % de contenidos relacionados con la difusión de promociones turísticas y culturales nacionales.

Artículo 2º) En la difusión de los contenidos expresados en el artículo anterior, no podrán incluirse propagandas de tipo políticos o de campañas proselitistas bajo ningún concepto.

Artículo 3º) Los gobiernos nacional, provinciales o municipales podrán pautar publicidades, debiendo las mismas estar enmarcadas en lo dispuesto en el artículo 1º de la presente, en cuanto que sólo se podrán publicitar contenidos de carácter turístico y cultural. Tales pautas se compensarán con los subsidios que se destinan al sistema de transporte de pasajeros.

Artículo 4º) Queda regulado que:

a) dentro de la artística de la producción audiovisual, se podrán incluir 3 (tres) minutos de publicidad que podrán ser comercializados por la provincia o el municipio, según el caso, a fin de recuperar costos de producción;

b) la Secretaría de Transporte de la Nación contará con otros 3 (tres) minutos en tanda publicitaria, a fin de amortizar el monto de subsidios que se otorgan a las empresas de transporte.

Artículo 5º) El organismo encargado de velar por las disposiciones de la presente, como así también de establecer el sistema de penas y multas será la secretaría de Transporte de la Nación.

Artículo 6º) La secretaría de Transporte de la Nación deberá controlar que la emisión de los contenidos audiovisuales sea justa en posibilidad y cantidad de difusión, e igualitaria para todas las provincias.

Artículo 7º) El contenido audiovisual deberá ser generado por los gobiernos provinciales, quedando a su criterio la contratación de la productora para elaborar el material a difundir.

Artículo 8º) El contenido, de al menos dos horas de duración, deberá abarcar circuitos turísticos que incluyan tanto los destinos consagrados como también las nuevas propuestas en materia turística, y pueblos productivos. La edición deberá contar con música nacional y regional incentivando y difundiendo también a los artistas locales y deberá promocionar el calendario de Eventos y Fiestas Populares argentinas. Se podrá ofrecer un subtitulado del contenido en otros idiomas para turistas extranjeros.

Artículo 9º) Se dará prioridad a la emisión de cortos de ficción y cine argentino.

Artículo 10º) Se incluirán spots de campañas de prevención de salud para los viajantes.

Artículo 11º) Se autoriza al poder Ejecutivo a reglamentar en todo lo no previsto por la presente ley.

Articulo 12º) El contenido y la difusión publicitaria deberán atenerse a la Ley de Radiodifusión y la normativa del COMFER.

Artículo 13º) La presente ley entrará en vigencia al día siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial de la Nación.

Artículo 14º) de forma.

Señor presidente:

La Argentina es un país de una gran extensión geográfica, en donde la lamentable desaparición del servicio de transporte de pasajeros en ferrocarriles en el interior y la irregularidad en la prestación de servicios aéreos, como el precio de sus tarifas -que resultan prohibitivas para los sectores de ingresos bajos y medios-, ha potenciado el transporte de colectivos de larga distancia como una alternativa casi única para las personas que se trasladan de un punto a otro de nuestra generosa geografía.

Por ello, el sistema de transporte terrestre de larga distancia se ha convertido en el de mayor uso, al contrario de otros países de gran extensión. Según estadísticas, cerca del 85% de la población utiliza este medio, contra un 3 % que usa el transporte aéreo y un 8 % el ferroviario. En el año 2008 se vendieron más de 85.000.000 de boletos. Por efecto de la crisis estos se redujeron a 60.000.000 el año pasado y se prevé una fuerte recuperación para el presente.

Las empresas prestatarias de larga distancia brindan un servicio de exposición audiovisual, a los efectos de hacer más amenas las largas horas en que transcurre el traslado de un lugar a otro. Generalmente, el material audiovisual exhibido está formado por películas extranjeras, alguna de ellas con un alto contenido de violencia, que contribuye a profundizar la extranjerización y la des- culturización de nuestra gente.

Esta masa de personas constituye un público cautivo imposibilitado de cambiar de canal, que bien podría aprovecharse para divulgar las ricas bondades naturales y culturales de nuestra patria, fomentando con esto el arraigo de nuestros valores y el incentivo al turismo.

Es bueno contar con un medio que contribuya con la educación, que difunda la geografía, historia, fiestas populares, cultura y actividad productiva de cada región de nuestro país, como así también incentivar las inversiones, estrechar lazos con el ámbito público y privado y un espacio para emitir spots de prevención de salud.

Esta alternativa puede constituir una fuente importante de recursos para las empresas prestatarias del servicio, ya que cadenas hoteleras, gastronómicas y demás empresas ligadas al turismo pueden aportar pautas publicitarias para promocionar en tales espacios sus respectivas ofertas.

Los organismos estatales como Secretarías de Cultura, de Turismo, gobiernos provinciales y municipales podrán contar con un espacio para difundir todo tipo de material que esté relacionado con el acervo cultural como así también promocionar la actividad turística de las distintas regiones del país, siendo posible en este caso compensar tales pautas con los cuantiosos subsidios con que los Estados nacionales y provinciales aportan al transporte de pasajeros en general.

Por otra parte considero oportuno prohibir, en caso de que se apruebe la presente iniciativa, toda publicidad política y la aparición de figuras del ámbito político en el contenido producido. Esto en el sano interés del público usuario que ya bastante atribulado está en momento de campañas electorales por el inusitado bombardeo de publicidad política al que se ve sometido, como para sumarle otro medio más de actividad proselitista.

Más allá de lo expuesto precedentemente, es una obligación como representantes del pueblo argentino difundir, por todos los medios posibles, las bondades de nuestros recursos naturales y culturales, como el mejor modo de acentuar nuestra argentinidad, que ha venido siendo avasallada, y que tal proceso se ha acentuado en esta era que vivimos, que a no dudarlo es la era de las comunicaciones, en donde una de sus poderosas herramientas son los medios audiovisuales; estos imponen tendencias y modas.

Es importante que cada provincia defina y decida tanto el contenido como la contratación de la productora para generar la creación del arte audiovisual pertinente, a fin de evitar contratos monopólicos nacionales y la discriminación de provincias y municipios dentro del contenido.

Basta observar el comportamiento y costumbres que se vienen imponiendo en nuestros jóvenes, que adoptan músicas y danzas foráneas, y conocen mucho más de las estrellas de cine de Hollywood, que de nuestros artistas nacionales. Nuestros cantautores populares han quedados desplazados por figuras extranjeras que imponen una música que en nada tienen que ver con nuestras costumbres. Hoy, entre las nuevas generaciones de argentinos, son más conocidos algunos paisajes foráneos, repetidos hasta el hartazgo por la industria cinematográfica, que las bellezas escénicas existentes en nuestro país. Sería muy cómodo responsabilizar de todo esto al proceso globalizador, cuyos efectos son innegables; pero cabría preguntarse ¿qué hemos hecho para revertir o mitigar estos procesos extranjerizantes que atentan contra nuestras ricas tradiciones?

Se ha llegado a un buen nivel de importancia de la actividad turística en nuestro país, pero todos coincidimos en que todavía es un recurso que en alto porcentaje permanece en lo potencial: nos queda mucho por crecer, especialmente en el interior del país, en donde es indispensable el desarrollo de infraestructura básica, y en donde la falta de difusión de sus innumerables recursos paisajistas invitan a una explotación racional del turismo. Esta actividad, si se desarrolla bajo un sano control, no tiene prácticamente impacto ambiental negativo, y significa una actividad que proporciona desarrollo y posibilidades de crecimiento sustentable.

Es nuestra obligación legislar sobre todo aquello que nos permite difundir e inculcar nuestros valores.

Por todo lo expuesto, espero un rápido y positivo tratamiento de la presente iniciativa.