La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su beneplácito por la iniciativa del Poder Ejecutivo de implementar un tren de alta velocidad entre las ciudades de Buenos Aires y Rosario, y entre ésta y Córdoba, proyecto que contempla una inversión de hasta 800 millones de dólares y que posibilitará cubrir tales trayectos en una hora y media y tres horas respectivamente, y que viene a llenar una histórica demanda de comunicación geovial de alta calidad entre las tres principales ciudades de nuestro país.

Señor presidente:

La Argentina del Presidente Kirchner todo lo puede. Desde realizar un exitoso y único canje de la deuda externa hasta pagar de contado al FMI todas sus acreencias con nuestro país. Desde contar con un superávit fiscal nunca antes visto hasta batir los récords de producción y crecimiento sostenido del PBI. Nuestro país ha comenzado a soñar con un futuro mejor, y este gobierno se empeña en hacer realidad tales deseos.

Como Diputado por Córdoba, no he podido menos que entusiasmarme con la Autopista Córdoba - Rosario, verdadero "monumento a la ineptitud" de sucesivos gobernantes que nunca acertaron a priorizar su construcción como parte de una Argentina federal e integrada. Nuestro gobierno ha hecho más por esta obra en dos años que nadie en las últimas dos décadas.

Pero hoy mis mejores pronósticos han sido colmados. A la certeza de contar con una moderna autopista que una la Ciudad de Córdoba con la Ciudad de Rosario se suma la posibilidad de prever, hacia finales de 2007, un tren de alta velocidad entre Buenos - Rosario y Córdoba.

Conforme el anuncio realizado el 8 de mayo por el Presidente Kirchner, pronto los cordobeses podremos viajar en tren desde la capital de la provincia a Buenos Aires en cinco horas y media o, en el mejor de los casos, en tres horas y media.

Este proyecto prevé la construcción de un tren rápido que demandará una inversión de 800 millones de dólares y cuya construcción comenzará en el primer trimestre de 2007. Y como mejor que decir es hacer, ya se ha llamado la licitación nacional e internacional para la ejecución de esta obra, la cual prevé que el servicio entre Buenos Aires-Rosario (310 kilómetros) sea realizado con trenes eléctricos de "alta velocidad" con doble vía, que harán el recorrido en una hora y media a una velocidad de entre 250 y 300 kilómetros por hora, mientras que, para el recorrido entre Rosario y Córdoba (400 kilómetros) se estima que el recorrido demandará dos horas si se efectuara con el mismo tipo de trenes, o cuatro horas si los fuera con trenes diesel, con una velocidad de 160 kilómetros por hora, que es la segunda alternativa para este tramo.

Tan formidable anuncio ha sido seguido con singular interés por importantes grupos nacionales y franceses, país que cuenta con una superlativa experiencia en la construcción y operación de trenes rápidos. Todo parece augurar una rápida y feliz concreción de tan importante proyecto, en un país que se encontraba ya desacostumbrado a asociar los anuncios de obra pública con la efectiva y real ejecución de la misma. En el caso de Córdoba, debemos recordar que la Nación destinó en 2006 un 454 por ciento más de recursos que en 2002 para obras públicas: de 34,5 millones de pesos pasó a 461 millones, esto sin contar los 500 millones de dólares destinados a la construcción de la autopista Córdoba-Rosario. Nunca antes había podido verse semejante federalismo a la hora de la inversión de los excedentes fiscales.

Señor Presidente, estimo conveniente que esta Honorable Cámara exprese en forma indubitable su respaldo y agrado ante tan estratégica iniciativa, que posibilitará contar con un país más integrado, más justo y más equitativo en términos geográficas y de traslación de bienes y personas.

Por lo expuesto, solicito la aprobación del presente proyecto por parte de mis pares.