La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional a fin de solicitar su intervención para que, en la medida de sus atribuciones, y junto con las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires arbitren las medidas conducentes para crear en el Delta del Paraná un área protegida que preserve una zona representativa de dicho ecosistema.

Así también, para que el delta del Paraná sea incluido en la Lista de Humedales de Importancia Internacional establecida en la Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, ratificada por ley 23.919.

Señor presidente:

Los recientes incendios de pastizales, ocurridos en el mes de abril del corriente año, en la zona del delta del Paraná han puesto en evidencia, entre otras cosas, que las actividades productivas sin planificación y regulación estatal tarde o temprano ocasionan conflictos y problemas de diferente tipo.

En la materia agrícola, la expansión de los cultivos de soja, sin control, desde hace más de una década, viene desplazando a otras actividades a zonas marginales y provocando pérdida de valiosos ecosistemas.

Es así como el Delta del Paraná, una zona tradicionalmente forestal o de pequeños emprendimientos madereros o frutihortícolas se ha convertido en una región ganadera.

La quema de pastizales usada tradicionalmente por los isleños para generar pasturas para los animales, en pequeñas extensiones de tierra, se ha potenciado dado que cada año son más las hectáreas dedicadas a la actividad ganadera en las islas. Así, según estimaciones la cantidad de ganado en las islas creció de aproximadamente de 15.000 a 180.000 cabezas, en los últimos cinco años.

Por ello, esas quemas aisladas de años atrás son hoy incendios de más de 70.000 hectáreas, que afectaron entre el 7% y el 8% de todo el ecosistema del delta del Paraná, donde vive un gran número de especies vulnerables.

Especies perdidas, gran cantidad de cenizas, de materiales derivados de la combustión y de suelo perdido, que pasa a los cursos de agua e impacta en la fauna ictícola, ocasiona el crecimiento de una actividad que no debe tener lugar, en esa magnitud, en un humedal.

El problema lógicamente no empieza ni termina en la quema de pastizales sino en la actividad ganadera misma, por el enorme volumen de cabezas de ganado que están ingresando en la zona. Entre los impactos que pueden preverse, de continuar esta sobreexplotación ganadera del ecosistema humedal, en el mediano y largo plazo, se encuentra la posible proliferación de algas (eutrofización) en riachos y lagunas entre islas, debido al exceso de nutrientes (nitrógeno y fósforo); consiguiente mortandad de peces y la pérdida de biodiversidad.

El riesgo al que se somete a este ecosistema único es lo que fundamenta este proyecto. Es imprescindible que las provincias cuyos territorios comprende el Delta del Paraná se unan en la conservación y protección de la región. Para ello consideramos que las autoridades nacionales competentes serán de gran utilidad y podrán brindar el apoyo que las jurisdicciones locales soliciten y que haga posible la preservación de este humedal.

Los humedales son ecosistemas de gran importancia por los procesos hidrológicos (recarga de acuíferos) y ecológicos (mitigan las inundaciones y la erosión costera) que en ellos ocurren y la diversidad biológica que sustentan.

Los humedales generalmente sustentan una importante diversidad biológica y en muchos casos constituyen hábitat críticos para especies seriamente amenazadas.

Los humedales fluviales del valle aluvial del Paraná, unas 3.000.000 de hectáreas desde la confluencia con el río Paraguay hasta el Delta, ni siquiera están nominados como sitio Ramsar y carecen de una protección acorde a su extraordinario valor. Forman parte indisociable del "corredor de humedales" más grande del planeta que nace en el Pantanal mattogrosense, baja por los humedales del Alto Paraguay y continúa en los humedales del río Paraná en la Argentina. Sin duda uno de los más grandes reservorios de la Tierra en cuanto a agua dulce y biodiversidad, además de riquezas como la pesca y lugares de extraordinario valor paisajístico, que involucra extensas áreas de Brasil, Bolivia, Paraguay y Argentina, en el corazón de Sudamérica.

El Delta del Paraná alberga unas 700 especies vegetales. La fauna registra 543 especies de vertebrados: 47 mamíferos, 260 aves, 37 reptiles, 27 anfibios y 172 peces. Su gran riqueza en aves, con 260 especies estimadas, representa el 31% de la avifauna de la Argentina. La avifauna acuática residente y migrante, cumple una función importante como efectivos transportadores de nutrientes desde los humedales hacia los ambientes terrestres y viceversa.

Allí, en ese sitio que debería ser sujeto de actividades reguladas y fiscalizadas con mayor rigor, sin que ello implique la prohibición de las mismas, se quemaron (y a la fecha de presentación de este proyecto aún arden algunos focos) más de 70.000 hectáreas para el pastoreo de ganado.

La predominancia del agua determina que los humedales tengan características diferentes de los ecosistemas terrestres y, lógicamente, las actividades de estos ecosistemas no puedan simplemente trasladarse a aquellos. Una cosa es la explotación ganadera en el territorio continental y otra muy diferente es la realización de esta actividad en un humedal o zona de islas.

Por otro lado no debemos dejar de mencionar que uno de los aspectos fundamentales por los que en muchos países del mundo se presta mayor atención a la conservación de los humedales es su importancia para el abastecimiento de agua dulce, cuya obtención se evidencia como uno de los problemas ambientales más importantes de los próximos años. Dado que la existencia de agua limpia está relacionada con el mantenimiento de ecosistemas sanos, la conservación y el uso sustentable de los humedales se vuelve una necesidad impostergable.

En síntesis, este proyecto tiene como objetivo la conservación de un área representativa de la región y de la diversidad biológica y cultural que alberga. Es importante destacar que, como ya expresamos, no pretendemos que se prohíban las actividades que sustentan la vida de los isleños sino que, a través de un manejo integrado, se asegure la utilización sustentable de los recursos naturales de la zona y se preserve el humedal para las generaciones presentes y futuras.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares acompañen con su voto afirmativo esta iniciativa.