La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su profunda preocupación ante las versiones periodísticas que anuncian el abandono de la hermana República Oriental del Uruguay del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) como miembro fundador, para pasar a la categoría de Estado Asociado.

Señor presidente:

Traemos a consideración de esta Honorable Cámara la preocupación que nos produce el enterarnos que la República Oriental del Uruguay abandonaría el estatus de País Fundador para pasar a la categoría de Estado Asociado.

Esta noticia, por demás alarmante, es de una gravedad inusitada para quienes estamos convencidos de la necesidad de constituir un mercado regional.

La importancia que alcanza la consolidación de un bloque regional en el contexto de un mundo cada vez más globalizado, se puede ver en distintas latitudes del mundo. Y el sentido más profundo que, intrínsicamente, lleva en su espíritu la consolidación del bloque, es ni más ni menos que la complementación recíproca entre sus miembros, esta es la primera de las causas que hacen a su viabilidad.

De otra manera no podría concebirse la incorporación a la Unión Europea de los países del ex Bloque Soviético, que ingresan en condiciones que no son óptimas en términos crematísticos, pero encuentran la solidaridad de los países que componen la comunidad para desarrollarse, y así poder complementar su economía productiva con el desarrollo tecnológico de vanguardia, permitiendo un crecimiento en su economía que lo pone a resguardo de algunos vaivenes financieros de profundo corte especulativo y esto, no es por cuestiones puramente paternalista, lo hacen por la propia protección común y la persistencia en el tiempo del Mercado Común Europeo.

Pero además hay cuestiones históricas que avalan la constitución del bloque regional, ya sea con los planteamientos del los postulados Morenistas en la Revolución de Mayo, la acciones de Castelli y Belgrano, en el norte y en el Paraguay, como la idea fundacional de José Gervasio de Artigas, uno de los primeros hombres de nuestra historia en hablar de Independencia y federalismo; en el pensamiento y la acción de San Martín y Bolivar, de Sandino, Irigoyen y el General Perón, hombres que creyeron, en otros tiempos y en otros contextos, y tal vez hasta de distintas formas, en que la única manera de defendernos en términos políticos y económicos ante las potencias extranjeras que se abastecen de hidrocarburos y alimentos de Sudamérica, y hacen todo lo posible para que no se profundice un proceso de industrialización en nuestros países.

Es evidente que el MERCOSUR y la Comunidad Europea trabajan desde hace mucho tiempo en el intercambio comercial, y en la unificación de estándares de producción, y ello ha repercutido en un importante intercambio comercial entre ambos mercados comunes.

Que este sea el inicio de las discusiones sobre el impulso homogéneo que debe tener el MERCOSUR no debe asustarnos, grave sería que países fundadores cambien su estatus por sentirse excluidos de los acuerdos y de las decisiones políticas. Tratemos de aprender de nuestros errores y que podamos corregirlos a tiempo, todos los miembros del mercado.

La República Oriental del Uruguay no está excluida, junto con Chile y Argentina tienen un destino común, habitamos los confines del hemisferio Sur, no creemos en enfrentamientos estériles, creemos en la construcción de un futuro de integración económica, y esto lo demuestran distintos acuerdos de infraestructura para el bloque regional, al cual Uruguay está firmemente integrado. La construcción de un autopista sobre las rutas 14 y 117 en Entre Ríos y Corrientes, que mejorará el intercambio y el tránsito sobre los puentes Gualeguaychú-Fray Bentos, Colón-Paysandú, Concordia-Salto, Utruguayana-Paso de los Libres, el dragado y balizamiento de las hidrovias Paraná-Paraguay y el Río Uruguay hasta el puerto de Concepción del Uruguay, el reciente anuncio del las provincias argentinas que conforman la llamada Región Centro, de construir el corredor bioceánico, son anuncios y realidades que tratan de terminar con las asimetrías que en realidad sufren Uruguay y Paraguay, pero que no se solucionan con cambios de estatus, sino con acciones conjuntas que profundicen la integración para que todos seamos parte de esta realidad.

Es por estas y otras cuestiones que ampliaremos en su momento las que nos impulsan a solicitar un pronto tratamiento de este proyecto.