PROYECTO DE TP
Expediente 2347-D-2014
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE EL ESTADO DE REPARACION DEL ROMPEHIELOS ARA ALMIRANTE IRIZAR.
Fecha: 09/04/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 24
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Dirigirse al Poder Ejecutivo
Nacional para que a través del Ministerio de Defensa de la Nación, informe
respecto a la reparación del rompehielos ARA Almirante Irizar:
Estado de avance de la obra.
Motivos de la demora en la
finalización de la misma.
Teniendo en cuenta que en el
informe del Jefe de Gabinete de Ministros del corriente año, se notifica que se
prevé que el rompehielos Almirante Irízar se encuentre operativo para la
Campaña Antártica de verano 2015/2016, se solicita saber qué naves se tiene
previsto utilizar para la Campaña Antártica 2014/2015, con vistas a asegurar el
aprovisionamiento de nuestras bases de manera segura y sustentable y la
continuidad de las tareas científicas y expedicionarias.
Teniendo en cuenta que en ese
mismo informe se expresó que la empresa TANDANOR ha facturado hasta el
momento $ 48.892.500 en el año 2009, $ 106.861.507 en el año 2010; $
143.189.846 en el año 2011; $ 130.376.000 en el año 2012, $ 17.618.372 en el
año 2013 y $ 35.208.419 en n el corriente año; haciendo un total de $ 482.146.
644, con un saldo restante de $ 51.510.772, se solicita saber:
¿Cuál era el costo presupuestado
para el inicio de la obra de reparación?
¿Cuál es el costo proyectado para
la finalización de la misma?
Detalle de las reparaciones
llevadas a cabo
Detalle de las reparaciones
faltantes.
¿Quién es el responsable técnico
de la reparación integral del rompehielos?
¿Cuál sería el costo de la
adquisición de un buque de similares características?
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Al cumplirse 7 años del lamentable
accidente que dejó fuera de servicio al Rompehielos Almirante Irízar, volvemos
a ratificar el Pedido de Informes presentado el día 15 de marzo del 2013 con
Número de Expediente 929-D-2013, para recuperar estado parlamentario y
teniendo en cuenta algunas informaciones vertidas por el Jefe de Gabinete de
Ministros, Contador Jorge Milton CAPITANICH, el día 3 de abril del corriente
año, en su informe N° 84 a la Honorable Cámara de Diputados de la
Nación.
Presencia Argentina en la
Antártida
En primer lugar, cabe tener
presente que el 22 de febrero de 2014, se cumplieron 110 años de presencia
ininterrumpida en el continente antártico, siendo nuestro país el único en tener
una permanencia tan extensa en los confines australes. La celebración del Día
de la Antártida Argentina no es un tema menor, y dada la coyuntura que nos
plantean los tiempos actuales, evocar aquellos hechos correctos en la
construcción de nuestro pasado, debe servirnos de ayuda a la hora de mirar
nuestro complejo presente desde una perspectiva positiva.
En tal sentido, recordamos que el
22 de febrero de 1904 fue inaugurada la actual base Orcadas, ubicada en la isla
Laurie, 1501 kilómetros al sureste de Ushuaia. En ese entonces, un joven de 18
años, Hugo Acuña, fue el encargado de izar por primera vez la bandera
argentina en aquellas latitudes. Desde ese momento, y durante los primeros
cuarenta años, la Argentina fue el único país con ocupantes permanentes,
miembros de nuestras Fuerzas Armadas y civiles, quienes explorando la región
a pie, con pico y pala dieron los primeros pasos creando bases, observatorios,
laboratorios y demás hitos que permitieron el asentamiento argentino en la
región.
El 22 de febrero de 1904 no sólo
significó el primer izamiento de la enseña patria en los confines australes, sino
también el establecimiento del Observatorio Meteorológico y Magnético y la
primera Oficina de Correos de la Antártida. A partir de allí, la Argentina dejó en
claro la voluntad de reafirmar su soberanía, así como de comprometerse con
sus legítimos derechos en el territorio antártico.
Dicho compromiso también abarcó
desde sus inicios una constante vocación por la ciencia, con un permanente
despliegue de actividades de exploración, investigación y apertura de nuevas
bases. Este compromiso por la ciencia se inscribe en el marco del Sistema del
Tratado Antártico, que promueve el uso de la Antártida exclusivamente para
fines pacíficos, la protección de su medio ambiente y la cooperación
internacional.
En el marco de dicha cooperación,
nuestro país ha prestado ayuda a numerosas expediciones extranjeras e
internacionales, tales como la de Nordenskjöld, Gerlache y Charcot, quienes,
como agradecimiento, dejaron toda una serie de nombres argentinos para
designar la geografía antártica: Islas Argentinas, Roca, Quintana, entre otras.
En las últimas décadas, son múltiples las misiones argentinas destinadas al
auxilio de barcos varados en el hielo. Ya en estos tiempos, la estación científica
Carlini aloja un laboratorio germano-argentino, único de cooperación científica
entre dos países en el continente blanco.
En la década del 60 se dieron
además dos hechos fundamentales. En primer lugar la expedición encabezada
por el general Jorge Leal, en 1965, quien junto a nueve hombres, entre los
cuales se contaba un venadense, el suboficial Ricardo Ceppi, llegan por tierra al
Polo Sur por primera vez para un contingente argentino, verdadera proeza
coronada en la mañana del 10 de diciembre de ese año.
En segundo lugar, a partir de
octubre de 1969, con la fundación de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio,
hecho de trascendencia nacional, histórica y geopolítica, se terminó con el
aislamiento del continente antártico, al cual ahora es posible llegar en cualquier
época del año.
Fruto de esa permanencia en la
Antártida, lo constituyen las bases, 6 de las cuales son de actividad
permanente:
Base Belgrano II
Base Carlini
Base Esperanza
Base Marambio
Base Orcadas
Base San Martín
Y las 7 bases restantes, que son
de actividad temporaria:
Base Brown
Base Decepción
Base Cámara
Base Matienzo
Base Melchior
Base Petrel
Base Primavera
Títulos de soberanía
La Argentina ha llevado adelante
numerosos actos de gobierno y administrativos en relación a las actividades y
en defensa de los derechos argentinos. Entre las disposiciones legales de mayor
importancia debemos citar el decreto del Presidente Roca de 1904 por el que se
establece el Observatorio Meteorológico Antártico Argentino, el decreto de 1951
que crea el Instituto Antártico Argentino, el decreto-ley 2191, que fija los límites
del Sector Antártico y la ley 18.513 de 1969 que crea la Dirección Nacional del
Antártico. A estas disposiciones deben agregarse, desde la vigencia del Tratado
Antártico (1959), las recomendaciones aprobadas por el Gobierno argentino
que fueron adoptadas en cada una de las Reuniones Consultivas
antárticas.
Los títulos de soberanía de nuestro
país sobre ese sector son múltiples, siendo los principales las siguientes: 1.
continuidad geográfica y geológica, 2. herencia histórica de España, 3.
actividades foqueras desde que éstas comenzaron en la región; 4. ocupación
permanente de una estación científica que se mantiene desde comienzos de
siglo hasta nuestros días: el Observatorio Meteorológico y Magnético de las
Islas Orcadas del Sur, inaugurado en 1904; 5. instalación y mantenimiento de
otras bases temporarias en la península antártica e islas adyacentes; también
en la barrera de hielo de Filtchner, aparte de numerosos refugios en distintos
puntos del sector; 6. trabajos de exploración, estudios científicos y cartográficos
en forma continuada; 7. instalación y mantenimiento de faros y ayudas a la
navegación; 8. tareas de rescate, auxilio o apoyo, tales como el salvamento a
comienzos del siglo XX del eminente sabio explorador sueco Otto Nordenskjöld
y sus compañeros, el rescate de un enfermo y un accidentado, ambos ingleses
de la apartada estación de Fossil Bluff; 9. presencia argentina en tierra, mar y
aire en todo el Sector, inclusive el mismo Polo Sur, alcanzado en tres
oportunidades alternativamente por aviones navales y de la Fuerza Aérea y por
la expedición terrestre de Ejército conocida como Operación 90, encabezada
por el Gral. Jorge Leal.
A partir del Tratado Antártico, la
Antártida está afectada a un régimen jurídico especial cuyo ámbito territorial
abarca toda el área al sur de los 60º de latitud Sur. Dicho tratado, refrendado
en Washington el 1° de diciembre de 1959, por los gobiernos de Argentina,
Australia, Bélgica, Chile, la República Francesa, Japón, Nueva Zelandia,
Noruega, la Unión del Africa del Sur, la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados
Unidos de América, establece en su artículo primero que: "La Antártida se
utilizará exclusivamente para fines pacíficos. Se prohíbe entre otras, toda
medida de carácter militar, tal como el establecimiento de bases y
fortificaciones militares, la realización de maniobras militares, así como los
ensayos de toda clase de armas. El presente Tratado no impedirá en empleo de
personal o equipo militares, para investigaciones científicas o para cualquier
otro fin pacífico".
A su vez, y en lo tocante a los
reclamos de soberanía de diversas naciones, en el artículo cuarto se sostiene
que:
"1 - Ninguna disposición del
presente Tratado se interpretará: como una renuncia, por cualquiera de las
Partes Contratantes, a sus derechos de soberanía territorial o a las
reclamaciones territoriales en la Antártida, que hubiere hecho valer
precedentemente..."
"2 - Ningún acto o actividad que se
lleve a cabo mientras el presente Tratado se halle en vigencia constituirá
fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía
territorial en la Antártida, ni para crear derechos de soberanía en esta región.
No se harán nuevas reclamaciones de soberanía territorial en la Antártida, ni se
ampliarán las reclamaciones anteriormente hechas valer, mientras el presente
Tratado se halle en vigencia".
Participación argentina en la
exploración antártica y llegada al polo sur
En 1939 la necesidad de contar
con un organismo centralizado que se dedicara a la defensa y desarrollo de los
intereses argentinos en la Antártida dio origen, un año más tarde, a la creación
de la Comisión Nacional del Antártico, dependiente del Ministerio de Relaciones
Exteriores y Culto. En base a una recomendación de la Comisión, y sobre un
plan preparado por el Servicio de Hidrografía Naval, se organizó la expedición
antártica de 1942, al mando del Capitán de Fragata Alberto J. Oddera.
La expedición Oddera se realizó a
bordo del buque 1º de Mayo alcanzando la isla Decepción el 6 de febrero de
1942. El día 8 el Capitán Oddera tomó posesión formal en nombre del gobierno
Argentino del Sector Antártico, depositando el acta labrada en un cilindro que
quedó en la isla. Esta ceremonia se repitió luego en los archipiélagos Melchior e
islas Argentinas. Además realizó un importante trabajo hidrográfico y
cartográfico, instaló el primer faro argentino en la actual isla 1º de Mayo
(Archipiélago Melchior) y llevó a cabo trabajos biológicos y geológicos con
personal del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.
En 1943 se sucede otra campaña
antártica que completa los estudios comenzados por la anterior y alcanza las
aguas de bahía Margarita, donde rescata el instrumental abandonado en la
Base del Este por la Expedición norteamericana de Byrd.
Resultado de ambas expediciones
fue un gran enriquecimiento cartográfico, hidrográfico de declinación
magnética, meteorológicos, mareográficos, reconocimientos aéreos y acopio de
muestras biológicas, geológicas y glaciológicas, así como trabajos de
señalamientos con faros y balizas. Se habían echado las bases para una futura
expansión de la actividad antártica la cual no se hizo esperar: en la campaña
1946-1947 se crea el destacamento Melchior y se realiza un vuelo de
reconocimiento hasta más allá del Círculo Polar al mando del contralmirante
Gregorio Portillo. Un año más tarde se instala el destacamento Decepción y se
lo dota de una estación sismográfica y de estudios vulcanológicos y se
construye un refugio sobre la Península Antártica en bahía Andvord.
En la década sobresale la figura
del entonces coronel Hernán Pujato, quien en 1949 elaboró un ambicioso plan
cuyos puntos salientes eran: 1. la creación de un instituto científico específico;
2. la realización de una expedición polar a la Antártida Continental y el
establecimiento de una base al Sur del Círculo Polar; 3. la compra de un buque
Rompehielos que posibilitara la penetración del Mar de Weddell y la instalación
de una base en su extremo austral; 4. la conquista del Polo Sur; 5. la
instalación de una población con familias.
El plan se cumplió en todos sus
puntos con la instalación el 21 de marzo de 1951 de la Base San Martín en
Bahía Margarita, la creación el 17 de abril de 1951 del Instituto Antártico
Argentino; la adquisición del rompehielos "Gral. San Martín" en 1954 y su
primera campaña antártica en 1955 en la cual se instaló la Base Gral. Belgrano
y la realización de la primera Expedición Terrestre Argentina al Polo Sur en
1965 al mando del entonces coronel Jorge E. Leal, llamada "Operación 90", que
cumplió con los objetivos de apuntalar, por un lado, la presencia argentina en
su límite más austral y, por otro, el científico al efectuar observaciones y lograr
información valiosa para diversas líneas de investigación como asimismo nuevas
experiencias sobre técnicas polares.
El rompehielos ARA Almirante
Irizar
El rompehielos ARA Almirante
Irízar (RHAI), perteneciente a la Armada Argentina, fue construido en 1977 en
Finlandia. Desde el año 1978 participó año tras año en el abastecimiento de las
bases antárticas Argentinas, y de otros países y es el buque insignia de la
Fuerza Naval Antártica.
Participaciones destacadas.
En su larga trayectoria, además de
las campañas normales, se pueden destacar eventos tales como la penetración
del mar de Weddell para relevo de dotaciones y reabastecimiento de las bases
Belgrano II y III (esta última ya inexistente). Durante la Operación Rosario de
recuperación de las Islas Malvinas actuó como transporte de tropas y vehículos
de la Infantería de Marina y el Ejercito Argentino y luego, a partir de mediados
de abril, como buque hospital. En 1989, al producirse el hundimiento del
transporte polar ARA Bahía Paraíso, continuó realizando como único buque las
tareas científicas y logísticas; realizó importantes apoyos y salvamentos, siendo
los más significativos los efectuados al buque Clipper Adventurer en la
campaña antártica 1999/2000, y en especial la tarea desarrollada en el invierno
de 2002 al buque Magdalena Oldendorff, en latitud 70º S y longitud 1º 26' O en
la caleta Muskegbukta.
El Incendio
El 10 de abril de 2007,
encontrándose el ARA Almirante Irizar a 140 millas náuticas (260 km) de Puerto
Madryn, con 241 tripulantes a bordo, sufrió un incendio. A raíz del mismo, el
Comandante del buque, Capitán de Fragata Guillermo Tarapow, debió ordenar
su evacuación total, terminando la operación al día siguiente, sin ninguna
víctima fatal.
Resulta de suma importancia
contar con un rompehielos
Vemos con preocupación las
demoras en la reparación y modernización de la nave, y con ello la continuidad
de las tareas científicas, de abastecimiento y expedicionarias.
Destacamos la importancia que
tiene la reparación de la nave a los efectos de:
- Continuar con las tareas
científicas, y constantes labores durante su permanencia en la Antártida, de
glaciología, meteorología, hidrografía, oceanografía, etc., que permiten ir
completando datos de esa región todavía desconocidos.
-Relevo de dotaciones y
reabastecimiento de las bases permanentes y temporarias, donde se realizan
las actividades científicas monitoreadas por el Instituto Antártico
Argentino.
En particular esta acción es
relevante por la posición geográfica y las características glaciológicas de la base
Belgrano II, ubicada en el extremo sur del mar de Weddell, y la base Marambio,
instalada en una meseta de 200 m de altura. En el primer caso es
imprescindible arribar con un rompehielos y en el segundo, además de la
condición glaciológica de la zona, se debe operar con helicópteros pesados
durante mucho tiempo para depositar la carga a esa altura (consistente en
combustible, víveres y demás efectos).
-Cumplir con el Protocolo de
Protección del Medio Ambiente Antártico (1991), donde se establece la
necesidad de navegar al sur del paralelo 60º con buques y tripulaciones
altamente calificadas, que sólo se logra con la operación de este tipo de
buques.
-Cumplir con los convenios
internacionales donde Argentina tiene asignada una zona de búsqueda, rescate
y salvamento que incluye los mares de Weddell y Bellingshausen, lo que obliga,
en caso de ser necesario navegar esas zonas, la presencia de un rompehielos,
especialmente si se trata de una tarea invernal, como ocurrió con el Magdalena
Oldendorff.
Por tratarse del único rompehielos
existente en el hemisferio sur, su desaparición dejaría a toda esa vasta región
marítima al sur del paralelo 60º sin un buque de este tipo.
La pronta puesta en actividad del
ARA Almirante Irizar resulta un justo homenaje a los pioneros de la exploración
y población de una inhóspita región de nuestro país, y a quienes actualmente
continúan su labor, defendiendo la soberanía y tendiendo puentes de
cooperación con otras naciones.
Es necesario que se vuelquen los
recursos técnicos y económicos que posibiliten contar lo más prontamente
posible con la nave, y asegurar nuestra presencia en el continente antártico y el
correcto abastecimiento a los argentinos que enorgullecen a nuestra Nación,
con su trabajo valioso y abnegado en esa inhóspita geografía.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
ZABALZA, JUAN CARLOS | SANTA FE | PARTIDO SOCIALISTA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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DEFENSA NACIONAL (Primera Competencia) |