La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Solicitar al Poder Ejecutivo que arbitre las medidas necesarias técnicas, administrativas, y presupuestarias para llevar a cabo la conversión de un 20% de todos los cajeros automáticos del país, administrados por el Banco de la Nación Argentina, a efectos de que puedan ser operados por personas ciegas o de baja visión, en un lapso no mayor de un año, a contar desde la aprobación de la presente norma.

Señor presidente:

Existen razones de variada índole, que justificarían la aprobación de esta iniciativa. Entre las mas importantes cabria destacar el criterio que tiende a integrar cada vez mas a la sociedad a las personas con capacidades diferentes, entre ellas los ciegos o con capacidad visual disminuida, que tienen sumamente dificultada o imposibilitada la posibilidad de operar en cajeros automáticos de entidades bancarias.

Seria ocioso en este momento, reseñar las ventajas que ha representado la generalización del uso de este medio en la vida cotidiana, que permiten a los usuarios la libertad de elegir lugares, horarios y circunstancias en las que llevar a cabo sus tramites bancarios, incluso en días y horarios inhábiles.

Luego de algún tiempo de adaptación, la sociedad acepta con gran naturalidad cobrar sus haberes, o pagar sus facturas o debitar sus compras de un medio automático que se ha incorporado a las costumbres habituales, haciendo olvidar las largas colas y perdidas de tiempo que implicaban la concurrencia a los locales bancarios, sobrepasados de clientes y servicios, además de la dificultad que provocaba quedarse sin posibilidad de retirar efectivo una vez que el banco había cerrado la atención al publico.

No obstante, es necesario señalar que estas ventajas que ha alcanzado la sociedad moderna, no llegan a todos sus miembros por igual. En efecto, mucho se habla de los obstáculos físicos, psicológicos, y el trato discriminatorio que deben afrontar las personas con capacidades diferentes.

Medios de transporte, accesos a lugares públicos y privados, y falta de accesibilidad de innumerables herramientas técnicas se van interponiendo en la vida de este sector de la sociedad que debe luchar y reclamar del estado una mejor adecuación de la infraestructura y los medios que todo ser humano requiere para su bienestar y el de sus familias.

La existencia de cajeros automáticos aptos para ciegos se remonta al año 2001 donde se han instalado los primeros en la Unión Europea, (Cataluña y Brescia) EE.UU, y luego en prácticamente todo el mundo desarrollado, incluyendo desde 2004 a la Ciudad de Buenos Aires, y recientemente la Ciudad de Rosario, y muy pocos mas, en el ámbito de la Argentina.

Estos dispositivos permiten el acceso a personas ciegas o de baja visión a operaciones bancarias, mediante una guía efectuada por medio de audio y teclado adaptado a sistema Braille. Toda la operación se puede realizar bajo la mayor discreción ya que el audio puede ser brindado por auriculares. En el caso de visión escasa, las pantallas están diseñadas en fondo negro, con tipografía de gran tamaño que resalta sobre el fondo de pantalla.

Pera mas seguridad y privacidad del invidente, estos cajeros no pueden ser abiertos mientras hay alguna persona llevando a cabo una operación.

Las reformas técnicas que se deben producir no tienen un costo significativo, y aunque así lo fuera, bien merece ser aplicado a una transformación que beneficie a un núcleo de la sociedad que merece disponer de las mismas oportunidades que el resto de la sociedad.

No contamos con un relevamiento estadístico, pero sin duda son muchas las personas que padecen ceguera permanente o disminución de la visión, por ello consideramos que una proporción del 20% de los cajeros instalada con este mecanismo es adecuada para atender a quienes esta destinada. Por supuesto que esta proporción debe considerarse según la cantidad de cajeros disponibles en diversas localidades y regiones donde el número es escaso.

Considerando suficientemente validos los argumentos aquí señalados, solicito a mis colegas se acompañamiento para sancionar la presente norma.