El Senado y Cámara de Diputados...

PROGRAMA NACIONAL PARA LA ERRADICACIÓN DEL MOSQUITO

ARTÍCULO 1°.- CRÉASE EL PROGRAMA NACIONAL PARA LA ERRADICACIÓN DEL MOSQUITO EN EL ÁMBITO DEL MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIÓN.

Artículo 2º.- Es objetivo del presente Programa proceder al exterminio del mosquito en todo el territorio nacional, con la finalidad sanitaria de evitar la transmisión de enfermedades; y asimismo producir un efecto económico beneficioso sobre la producción ganadera.

Artículo 3º.- A fin de cumplir con el objetivo del presente Programa se llevarán a cabo, como mínimo, las siguientes acciones:

a) Se convocará al INTA a los efectos de que determine los pasos a seguir en la fumigación, de modo tal de no afectar a los restantes integrantes de cada ecosistema donde se lleve a cabo la eliminación y erradicación definitiva del mosquito.

b) Se convocará a las Fuerzas de Seguridad para que, dentro de sus jurisdicciones, cuenten con elementos sanitarios necesarios para coadyuvar en las tareas que se designen.

c) Se tendrán en cuenta en el presente Programa estrategias de cooperación y políticas conjuntas con los países vecinos.

d) Se organizarán campañas de prevención por todos los medios que se consideren necesarios.

Artículo 4º.- De forma.

Señor presidente:

Dado el peligroso avance de enfermedades contagiosas, y en gran medidas mortales, que son transmitidas por medio de mosquitos, con la secuela de peligros que ello provoca sobre el resto de la población nacional, se hace necesario y de modo urgente el llevar adelante un PROGRAMA NACIONAL PARA LA ERRADICACIÓN DEL MOSQUITO.

Como bien dice el Dr. Ángel Girardi, "sabido es que el mosquito es uno de los pocos insectos que no posee ninguna actividad útil dentro de los ecosistemas en donde se localiza. Muy por el contrario, su interferencia tanto en el mundo de los seres humanos cuanto de los animales de sangre caliente, es causa de un sinnúmero de inconvenientes graves tales como transmisión de enfermedades, las cuales además de llegar al extremo de producir la muerte del ser afectado, determinan serias pérdidas económicas tanto en el sector público como en la actividad privada".

Tenemos investigadores que desean operar en visceral contacto con el medio al que pertenecen, por lo que esperan proyectos para la investigación de temas que resueltos tecnológicamente significarían soluciones fecundas; es por eso que hoy me aboco a proponer un tema de estudio que puede ser un punto de contacto entre todos los sectores comprometidos con el bienestar físico y espiritual de las personas (político, productivo, científico, etc.; público y privado). Propongo una situación problemática, cuya resolución puede actuar de modo de engranaje entre alguno de los sectores de nuestra sociedad: la exterminación del mosquito.

Todos los habitantes del país padeceremos durante los meses de verano las oleadas de mosquitos que nos mortifican y nos privan, muchas veces, de disfrutar el encanto de nuestras islas y de las bellezas de nuestro entorno natural y ahora además podríamos estar expuestos no sólo al mosquito anóteles trasmisor del paludismo sino también al transmisor del dengue y la fiebre amarilla urbana, dos enfermedades virales transmitidas por un mosquito que ya se encuentra en gran parte de América del Sur y amenaza con introducirse definitivamente en la Argentina.

Este Programa busca, principalmente, llevar a cabo la finalidad sanitaria de evitar la muerte de personas por la transmisión de enfermedades peligrosas como el dengue, la leptospirosis u otras, pero también intenta producir un efecto económico beneficioso sobre la producción ganadera. El ganado vacuno prácticamente no tiene protección contra el mosquito y el ataque del mismo lo intranquiliza, deja de comer normalmente retardando su engorde, haciéndoles perder kilos de peso, que son riqueza argentina que se malogra y que el país y el mundo necesitan. Se dice que a poco que comience la exportación de carne roja al mundo no aftósico no tendremos la cantidad necesaria para satisfacerlo: entonces, señores investigadores, queda planteado el proyecto: la exterminación del mosquito. Habida cuenta la extensión de nuestro país, sus infinitos lugares lacustres donde el mosquito prolifera, su erradicación no será tarea fácil, pero tampoco lo era la erradicación de la langosta y de la aftosa, sin embargo ambos flagelos fueron vencidos merced a la acción del Estado Nacional en el caso de la langosta, y del Estado, y los productores agropecuarios en el caso de la aftosa.

Cuando los investigadores determinen si la lucha será biológica o química, y encuentren el camino para combatirlo, sin que esto signifique atentar contra el equilibrio ecológico, pienso que la acción ulterior debería articularse también con las Fuerzas Armadas y de Seguridad; que la Aviación, Unidades de Ingenieros y Prefectura Naval Argentina podrían hacer su contribución, y los productores agropecuarios también deberían hacer su aporte a través de un organismo como el SENASA, que ha demostrado, en el caso de la lucha contra la aftosa, una eficacia merecedora del reconocimiento de los argentinos.

Concluyendo, el país debe luchar coordinadamente con todos los medios a su alcance hasta erradicar el mosquito, con lo que la comunidad se vería liberada de sus peligros y molestias, y la producción ganadera de la carne y la leche se incrementarían apreciablemente.

Adjunto un artículo periodístico que aporta información valiosa sobre el tema:

Admiten que el dengue llegó para quedarse en el norte argentino - por Franco Varise

(Diario "La Nación", 2 de abril de 2007)

El ministro de Salud, Ginés González García, reconoció que el mal "seguirá por unos cuantos años más"

Convivir con el dengue en las provincias del Norte empezó a tomarse como algo de todos los días. Los habitantes de esa "región de riesgo" ya conocen de cerca el peligroso rostro de esta enfermedad que hace siete años reapareció en el país nadie sabe bien por qué. En rigor, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, admitió que el dengue "seguirá en el país por unos cuantos años más, por lo que habrá que prepararse para una carrera más larga, para un cambio de conducta de los habitantes", dijo la semana pasada. Esta vez, a diferencia de otros años, la situación parece diferente y bastante más grave. Sucede que en Paraguay, que limita con las provincias de Formosa, Misiones y Salta, la epidemia de dengue afecta a unas 22.000 personas, con un saldo lamentable de 17 muertos hasta ahora. El cuadro en ese país vecino podría definirse como de "zozobra sanitaria". El virus, que se transmite por la picadura del mosquito Aedes aegypti , no reconoce las fronteras geopolíticas. Basta decir que sólo 80 kilómetros separan Asunción del Paraguay de Formosa, por ejemplo. Y en Clorinda, la aduana para cruzar al país vecino consiste en apenas un puente sobre el río Pilcomayo, que, muchas veces en el año, es un hilo de agua. En una recorrida por esa zona, LA NACION pudo observar cómo es vivir con esta enfermedad acechando a diario.

En Formosa, el dengue mantiene a la población en estado de alerta. Saben que no importan las jurisdicciones donde uno resida porque, como dicen los vecinos, el mosquito ataca al rico y al pobre.

María Leal de González, del barrio 2 de Abril, madre de tres hijos, entiende que todos tienen que fumigar sus casas. "Ahora estamos preocupados por la gran cantidad de casos que hay en Paraguay. Por eso hacemos caso cuando nos dicen que hay que eliminar las botellas, evitar las aguas estancadas en el fondo. Está muy fea la situación. Cuando escucho que se muere la gente nos asustamos un poco", expresó.

Según el Ministerio de Salud nacional, en Salta ya se confirmaron cinco casos de dengue "autóctono", seis en Formosa y otros cuatro en Corrientes. Aunque la gran mayoría de los más de 220 enfermos que se registraron hasta ahora se trató de personas que provenían de Paraguay o de Brasil, el hecho de que aparezcan infectados dentro del territorio nacional encendió una luz de alerta.

Guillermo Romero es un vendedor de garrafas del barrio San Juan, de Formosa. "Bastante mal me sentí cuando comenzó este problema del dengue, porque hay muchos mosquitos en mi barrio", consideró. Reconoció que la falta de higiene es el mayor problema. "Cuando escucho que aumentan los casos prefiero tomarme las cosas con calma, porque el miedo no conduce a nada bueno. Estoy listo para reaccionar", sostuvo, como si se tratara de un conflicto bélico.

Una delgada línea

Carmen Lezcano dice que tiene la difícil misión de velar por sí y por su esposo, ocho hijos y un nieto. "Somos once en casa. Gracias a Dios no hay ninguno de ellos que esté enfermo. Cuando comenzaron a aumentar los casos, la verdad es que me preocupé un poco", admitió. Según comentó, tiene miedo, ya que al principio fueron pocos casos, pero luego fueron aumentando y, sobre todo, tras las muertes registradas en Paraguay. "Desde ese momento me dio miedo viajar hacia allá, como era mi costumbre. Ya ni a Clorinda me quiero ir. Me da miedo, porque por allí los casos son muchos más que en Formosa. No quiero ni pensar en que alguno de mis hijos se enferme de dengue."

En esta provincia hay 25.000 paraguayos, muchos de los cuales diariamente se trasladan hacia Asunción u otras ciudades limítrofes por razones laborales o estudiantiles.

Falta de prevención

En Misiones los habitantes de la zona fronteriza con Paraguay no duermen tranquilos por la falta de campañas de prevención. Alba Sosa tiene un puesto ambulante en la cabecera del puente que une Posadas con Encarnación, Paraguay. "Nunca vi pasar un camión de fumigación ni nada de eso", se quejó preocupada, porque del lado paraguayo murieron dos personas a causa del dengue hemorrágico, la variante más peligrosa de esta enfermedad. Hugo Amarilla, de 41 años, es un repartidor de soda que recorre casi la totalidad de los barrios de Posadas. "Nunca vi que nadie estuviera trabajando en terrenos baldíos y pantanosos, donde se cría el mosquito transmisor del mal", afirmó Amarilla. Carlos Villalba, de 73, ex intendente de Puerto Iguazú, dijo estar muy preocupado. Es que, según Villalba, esa ciudad turística "está abandonada a la mano de Dios, el gobierno municipal ni tan siquiera barre las calles mientras el dengue avanza en Paraguay y Brasil". En las áreas ribereñas de Posadas hay una gran proliferación de mosquitos en varios arroyos que funcionan como cloacas a cielo abierto. Debido a las lluvias y el calor, el agua se acumula y la vegetación crece en medio de terrenos baldíos.

Por estas horas, en tanto, miles de turistas han llegado a Puerto Iguazú para disfrutar de la Semana Santa. Pese a los casos de dengue, según fuentes oficiales, no hubo cancelaciones de pasajes ni de estadías en hoteles; por el contrario, cada vez son más las reservas que se realizan.

Sin ánimos de ser apocalípticos, es altamente preocupante lo manifestado por el Sr. Ministro de Salud, Dr. Ginés González García, en el sentido de que el dengue "seguirá por unos cuantos años más, por lo que habrá que prepararse para una carrera más larga, para un cambio de conducta de los habitantes".

La historia nos enseña que muchas veces el cambio de conducta de los ciudadanos demanda un tiempo por demás precioso, de allí que, sin dejar de lado las necesarias medidas de largo alcance, (tales como campaña publicitaria para prevenir la expansión del dengue y otras enfermedades contagiosas transmisibles por intermedio de mosquitos, por ejemplo) es de rigor iniciar ya acciones directas in situ y con resultados concretos para ir acotando el mal y evitar su expansión.

En el mes de septiembre de 2000, la Organización Panamericana de la Salud informó lo siguiente: "La Argentina es un país de riesgo de dengue. Se detectaron mosquitos Aedes aegypty en casi todo el territorio. Para que un país se encuentre en riesgo de sufrir una epidemia de dengue, se necesita la concurrencia de tres condiciones: que exista el vector que lo trasmite, que exista el virus circulando, es decir, personas infectadas y que exista población susceptible de enfermarse". Nuestro país cumple con las tres condiciones. Por eso es fundamental anticiparse.

Este Programa requerirá necesariamente una planificación regional, nacional e internacional, por lo que se propondrán estrategias de cooperación y políticas conjuntas.

Por todo lo expuesto, y ante esta grave situación, ninguna duda cabe acerca de que es deber indelegable del Estado Argentino tomar tales medidas urgentes para revertir de modo decisivo el estado actual de cosas, para beneficio de toda nuestra Nación.

Por estas razones es que solicito a mis pares me acompañen en este proyecto.