La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar la presencia, en los términos de los artículos 71 de la Constitución Nacional y 204 del Reglamento de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, del Señor Canciller del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Héctor Timerman, para que brinde las explicaciones e informes pertinentes sobre la gestión interna y externa actual de la Cancillería de la República Argentina.

Señor presidente:

Entre la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el ataque a las Torres Gemelas y el colapso financiero del que aún la comunidad internacional no se ha recuperado, habíamos asistido a una "edad de oro" en que los llamados países desarrollados compartían valores e imponían al mundo la creencia en una globalización y los denominados "valores democráticos" de Occidente. Dichos valores encontraban correspondencia en los foros internacionales como el G-8, las reuniones de Davos y los discursos de líderes globales (1) .

Tal como fue demostrado en "Por una globalización justa: crear oportunidades para todos" (2) , la globalización debía basarse en un marco ético mas solido, en valores universalmente compartidos y en el respeto de los derechos humanos, puesto que se ha desarrollado en un vacío ético, donde la cuestión del éxito o el fracaso de los mercados tiende a convertirse en la norma última de comportamiento y donde la actitud basada en el lema ganador se lo lleva todo debilitando la estructura de la comunidad y las sociedades. La consecuencia de este mundo global con desigualdades persistentes, encaminó el debate hacia las repercusiones sobre la democracia y la justicia social en el seno de una economía globalizada.

La profunda crisis del 2008 demostró que los desequilibrios persistentes y profundamente arraigados resultaban inaceptables desde el punto de vista ético e indefendibles desde el punto de vista político (3) . Las predicciones sobre las capacidades limitadas de la "economía casino" (palabras repetidamente usadas sobre los créditos subprime y sus consecuencias) lanzaron al mundo a la peor situación desde la gran crisis de los años 30. Hoy asistimos a un momento donde Europa supera con creces los dobles dígitos de desempleo, los Estados Unidos de América rozan el 10%, el sector financiero ha generado enormes déficits presupuestarios , el Reino Unido corta severamente el gasto público , una sangrienta y prolongada guerra se desarrolla en Afganistán, la Unión Europea observa sombras sobre su futuro y su moneda común (con votantes girando hacia partidos extremos y antiinmigratorios, y en los últimos meses el mundo árabe del norte de África y Medio Oriente ha entrado en un proceso de profunda transformación.

No obstante, los países emergentes se han convertido en motor del crecimiento mundial y así Brasil, China, India, muchos países de Asia y África, además de Rusia han logrado formulas para estimular sus economías y su equilibrio. Las tensiones entre los poderes establecidos y los emergentes están caracterizando el actual esquema internacional. El caso de China y Estados Unidos sobre la devaluación del yuan, los conflictos en el seno de la Unión Europea y las propuestas de una región "a distintas velocidades" no hacen más que multiplicar los polos de posibles problemas.

Los riesgos de estallido de nuevos focos se unen a la escandalosa pobreza en que vive una gran parte de la humanidad y problemas sin resolver como desastres en el medio ambiente y guerras regionales.

En este contexto, Argentina está teniendo innumerables oportunidades, como los precios de las materias primas exportables que están produciendo índices de crecimiento económico casi sin precedentes, la convocatoria del Grupo de los 20, que la crisis y la fortuna que el mundo necesitara un foro de diálogo- que en su génesis había sido técnico-, que nos situó en un ámbito que se convirtió en el principal foro de cooperación económica internacional.

Lamentablemente la vaguedad de nuestra política exterior en un mundo en plena evolución, no puede ser mayor. En nuestra región subsisten líneas de pensamiento que conviven en el marco de Cumbres anodinas. Por una parte el MERCOSUR tradicional, por otra Chile, Perú y Colombia y la tercera Venezuela, Ecuador y Bolivia.

Una serie de acontecimientos elevan la sospecha sobre la creación de incidentes con el objeto de utilizar la política exterior con fines internos y electorales dentro de la gestión actual gobierno. Entre los acontecimientos que resultan trascendentales encontramos:

- Los desacuerdos que nos han aislado del mundo financiero;

- La firma de acuerdos que luego no han sido respetados, como algunos de los adoptados en el Grupo de los 20 y el anuncio de políticas que no se cumplen, lo que sitúa al país en el descrédito internacional;

- Los viajes de la Presidenta a destinos no tradicionales que en poco tiempo demostraban la previsible fragilidad de sus políticas, instituciones y manejos autoritarios;

- Reuniones repetidas del actual Canciller, Héctor Timerman, con sus pares sin explicación alguna a la sociedad ni al Poder Legislativo;

- Sobreactuaciones y escándalos innecesarios en la búsqueda de justificaciones que la diplomacia históricamente resuelve de modo eficaz;

- Problemas comerciales y decisiones unilaterales que se convierten artificialmente en cuestiones de Estado;

- La falta de mecanismos institucionales de diálogo que tengan funcionamiento efectivo entre el Poder Legislativo y los principales problemas de la política exterior;

- La laxitud de los comunicados de la Cancillería frente a la gravedad de los problemas de Medio Oriente y el norte de África que han desatado un baño de sangre y represiones indiscriminadas;

- Declaraciones intempestivas a través de redes sociales, que se han vuelto la comidilla de los diarios nacionales e internacionales.

Asimismo, la gestión de ascensos internos y nombramientos en la Cancillería se devela poco clara y colmada de dudas y objeciones con impacto negativo directo sobre el prestigio de nuestro país y el sistema republicano. La omisión de los nombres de algunos funcionarios diplomáticos del Listado General de Ascensos que trata la Comisión de Acuerdo del Senado, como la no inclusión de sus antecedentes en los legajos Junta Calificadora del Ministerio de Relaciones Exteriores, que luego son ascendidos por el Poder Ejecutivo Nacional, se inscriben en este hecho. Según declaraciones publicadas por el diario Perfil, el 3 de mayo y 14 de abril de 2011, el Senador Nacional Carlos Verna manifestó públicamente su queja por la omisión de los nombres de funcionarios destinados al cargo de "ministro plenipotenciario de segunda clase" del Listado General de Ascensos y de la inclusión de sus antecedentes en los legajos. "Esto de ponerlo fuera del listado que votamos en diciembre [de 2010], que no fuera analizado por la Junta Calificadora del Ministerio de Relaciones Exteriores, se debe, en términos poco académicos, a que son protegidos", afirmó el legislador por La Pampa (4) .

En este contexto, el 03 de mayo de 2011, mediante el Decreto 495/2011, se designó Embajador en la Federación de Rusia a Juan Carlos Kreckler, actual Director de Ceremonial en Cancillería y ex representante diplomático en Austria que fue removido durante la gestión de Fernando de la Rúa por haber defendido al fallecido líder neonazi austríaco Jorg Haider. Durante el año 2000, el Diario Página 12 publicó un cable redactado por el representante argentino en Viena, en el cual aseguraba que el líder neonazi austríaco Joerg Haider no es "un político extremista ni neonazi" sino un "demócrata", además de evaluar que la repercusión internacional sobre su ascenso se debía a que "la prensa exagera" (5) . El gobierno argentino tiene un compromiso contra todo vestigio de ataque a los derechos humanos, antisemitismo e intolerancia que no debe ser enturbiado por estos acontecimientos.

Teniendo en cuenta las razones precedentes y la ausencia de valores elementales en el trato entre las naciones: prudencia, mesura, diálogo y presencia en la sociedad internacional, en la que Argentina pierde permanentemente prestigio como resultado de sus expectativas no realistas y la futilidad de sus promesas, solicitamos a nuestros colegas la aprobación de este proyecto.