PROYECTO DE TP
Expediente 2154-D-2013
Sumario: INSTRUIR COMO "DIA DEL NAVEGANTE DEPORTIVO" EL 8 DE AGOSTO DE CADA AÑO EN, HOMENAJE AL NAVEGANTE VITO DUMAS.
Fecha: 17/04/2013
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 30
El Senado y Cámara de Diputados...
ARTÍCULO 1: Instituyese el 8 de
agosto como "Día del Navegante Deportivo" en homenaje gran deportista
amateur argentino Don Vito Dumas, primer navegante en circunvalar el globo
en solitario por la ruta del Cabo de Hornos.
ARTÍCULO 2: Comuníquese al
Poder Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Vito Dumas nació el 26 de
septiembre de 1900 en el barrio de Palermo de la ciudad de Buenos
Aires, Argentina.
Se casó con Adela Navarro con
quien tuvo un hijo: Vito Diego. Practicaba muchos deportes, en especial los
individuales (box, patines, tenis y natación). Según contó su esposa, ocho años
menor que él, en 1925 fue campeón mundial de permanencia en el agua. Ella
lo describió físicamente como de cuerpo de atleta, 1,75 de altura, cabello
castaño oscuro, tez blanca, amplia frente y ojos verdes; y afirmó que su
personalidad era la de un hombre introvertido, más bien retraido:2
Era un hombre muy activo. Le
gustaban los deportes. Además pintaba, hacía escultura. Cursó estudios en la
Academia de Bellas Artes. Lo que se proponía lo hacía. Una vez, sin haber
estudiado nunca nada sobre radio, armó un aparato. Lo que le faltaba era
constancia, disciplina. Comenzaba todo con mucha euforia y luego lo
abandonaba inesperadamente. No dudo que era muy inteligente y tenía
intuición.
Aunque era hijo de padres en buena
situación económica, estos perdieron su fortuna y él tuvo que salir a trabajar de
joven: "Tuve que limpiar pisos, hacer mandados, lustrar chapas de bronce de
algún negocio".3
.El 27 de junio de 1942, en
plena Segunda Guerra Mundial, partió para su mayor hazaña: la vuelta al
mundo en solitario. por la llamada "ruta imposible", a la altura de los 40 grados
de latitud sur. Esta ruta recibe el nombre de "Los cuarenta bramadores" por el
itinerario cercano al paralelo de 40º sur, zona de fuertes vientos y frecuentes
tormentas, denominada, también "la ruta imposible".
En 1934 Dumas había hecho
construir un barco al que bautizó "Lehg II" en un astillero de San Isidro. Era de
doble proa, eslora de 9,55 metros, manga de 3,30 metros, calado de 1,70 m
totalmente cargado. Poseía una quilla de hierro de 3.500 kilos; arbolado a
Kecht (o sea, con dos mástiles).2
Estaba obsesionado por esa línea
temible e imaginaria que pasa por Buenos Aires, Ciudad del Cabo, Wellington y
Valparaíso, y que regresa, circular, al Río de la Plata tras doblar el mítico Cabo
de Hornos. La Segunda Guerra Mundial, lejos de amedrentarlo, le sumó a su
proyecto una justificación ética: demostrar, mientras "un soplo de espanto
arrasa al mundo", que "no todo está perdido, que aún quedan soñadores,
románticos, visionarios", como escribió antes de partir
Como estaba en pleno apogeo
la Segunda Guerra Mundial, tuvo que asegurarse proveerse al máximo, pues
las ventas en los distintos países podían llegar a estar fraccionadas y
restringidas. Así que calculó provisiones para un año
Por temor o cautela, la Prefectura
argentina se negó a firmarle los documentos necesarios para su viaje, por lo
que debió zarpar del puerto de Montevideo. Llevaba diez libras esterlinas en el
bolsillo, una buena provisión de tabaco, setenta kilos de papas y otros
alimentos generosamente donados por amigos y admiradoras. Sus pocas
pertenencias, relata en su libro Los cuarenta bramadores, incluían una
"magnífica muda de ropa interior de pura lana" proporcionada por un amigo
llamado Weber, un gorro y un par de guantes suministrados por la revista El
Gráfico. Esos fueron sus sponsors, además de sus amigos de la YMCA de
Buenos Aires, un almacenero del Bajo Belgrano y los timoneles del Club
Náutico Buchardo, que ayudaron en el trabajo de preparación de su barco
Luego de un año y treinta y seis
días, por la temible ruta de los "cuarenta bramadores" y de tocar los puertos de
Ciudad del Cabo, Wellington, Valparaíso y Mar del Plata atravesando el
peligrosoCabo de Hornos,
el 8 de agosto de 1943 luego de 437
días de los cuales 274 fueron navegando) luego de haber recorrido
20.420 millas marinas(37.818 km) a través de tres océanos, arribó a Buenos
Aires, donde la gente lo recibió con gran afecto
Un cronista de la época estima en
50 mil el número de personas que ocuparon la Dársena Norte para recibirlo.
Pero eran millones los que habían seguido, a través de la radio y los diarios,
sus aventuras. Ese domingo de agosto fue un día de fiesta nacional, y la
consagración de un héroe.
Jean Merrien, escritor francés navegador y especialista en historia marítima, en
su libro "Aux Limites du Possible" se refirió a su proeza como "la hazaña más
inaudita que hombre solo jamás haya cumplido en el mar".2
Pero había quienes se resistían a
aceptar su popularidad. Especialmente en el Yacht Club Argentino, hábitat
natural de una élite que había hecho de la navegación deportiva una de sus
señales de identidad. Desde que, en 1931, Dumas sorprendió al mundo
cruzando el Atlántico en solitario, la aristocracia náutica lo consideró un intruso.
Un ignoto representante de la plebe que ni siquiera tenía título secundario y
que había osado profanar su feudo convirtiéndose, además, en la figura más
popular del momento.
A los marinos, Dumas nunca les
cayó del todo bien, pero la hostilidad se tornó odio en 1949, cuando Perón lo
nombró Teniente de Navío de la reserva de la Armada y le ofreció la dirección
de una flamante Escuela de Náutica Deportiva. Fue un gesto de
reconocimiento, pero también una jugada política: Perón sabía perfectamente
el efecto que provocaría dentro de la Armada la presencia de un "civil con
uniforme" a su lado.
Casi como un juego, nacieron los
primeros rumores: Dumas estaba loco, tenía mala suerte y la convocaba, la
mera mención de su nombre provocaba varaduras y naufragios. Algunos
aportaron brumosos ejemplos, pruebas de lo indemostrable. Otros las
repitieron. Lo que empezó como una broma terminó adquiriendo una dimensión
y una fuerza que ni la mejor planeada de las conspiraciones hubiera podido
lograr. La leyenda encontró terreno fértil en rencores de clase y rivalidades
políticas, y su arraigo fue sorprendentemente duradero. Hasta bien entrada la
década del 90, Dumas seguía siendo "el innombrable". La prohibición de
mencionar su nombre se enseñaba, en los cursos de instrucción, junto con los
primeros rudimentos náuticos. Y sus hazañas fueron borradas de la historia, o
de los relatos que, sobre la historia, hicieron quienes tuvieron el monopolio de
contar cómo fueron las cosas.
Luego de su gran hazaña Vito
Dumas siguió navegando en solitario, fue varias veces a Estados Unidos, y a
Europa siempre motivado por su extremo amor al deporte náutico, sin sponsors
y con escasísimos medios materiales.
Falleció olvidado, el 28 de
marzo de 1965, siendo víctima de un derrame cerebral, a los 64 años de edad.
Varias calles y organizaciones en Argentina llevan su nombre en su homenaje.
En el año 2000, la Armada
Argentina, la Prefectura Naval Argentina, el Yacht Club Centro Naval, el Yacht
Club Argentino y otras entidades náuticas, conmemoraron los 100 años de su
natalicio y realizaron una reparación histórica con una serie de actividades que
culminaron el día 30 de septiembre, con el traslado de los restos del Teniente
de Navío (RN) VITO DUMAS, en un barco de la Armada Argentina desde
Olivos hasta el YCA (Dársena norte) donde se le rindió homenaje para
finalmente trasladar sus restos al Panteón Naval de Chacharita. (1)
Vito Dumas es un ejemplo del
deporte amateur, y un verdadero héroe de la historia de la náutica en nuestro
país. Su ejemplo de perseverancia, valentía e integridad merece ser reconocido
por este Congreso, homenajeando también a los miles de argentinos que todos
los dias surcan nuestras aguas sin otro objetivo que el amor por nuestro mar.
Por todo lo expuesto, solicito a mis
pares acompañen con su voto la sanción del presente proyecto de ley.
Firmante | Distrito | Bloque |
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GONZALEZ, NANCY SUSANA | CHUBUT | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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