La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su consternación por las inundaciones que afectaron los partidos de La Matanza, La Plata, Berisso, Ensenada y San Martin, de la provincia de Buenos Aires como zonas criticas y el resto del conurbano bonaerense, que obligaron a la autoevacuación de más de 3000 personas, con lamentables pérdidas de vidas humanas y cuantiosos perjuicios económicos. Asimismo manifiesta su preocupación por el alarmante retraso de las obras de infraestructura como por la demora en la reubicación de los barrios que se encuentran en zonas inundables.

Señor presidente:

Los días 2 y 3 de abril del corriente año la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sufrieron la caída de una desvastadora lluvia como hace tiempo no se producía, con el agravante de que la precipitación se produjo en menos de tres horas. Un fenómeno parecido se desencadenó en abril del año pasado al producirse otro terrible temporal que azotó a casi las mismas localidades de la provincia de Buenos Aires, ocasionando algunas consecuencias nefastas producto de los fuertes vientos, y de una importante caída de granizo y agua. Meses después, casi finalizando el año, otro fuerte vendaval cayó sobre la provincia de Buenos Aires y Capital Federal.

Los diferentes distritos y las localidades, hace años vienen padeciendo en forma recurrente estas consecuencias climáticas que en muchísimos casos se podrían evitar, si existiera una exacta información del sistema meteorológico. Hoy existe un solo radar que no funciona con la exactitud que debería. No es preciso para determinar con que capacidad telúrica el fenómeno se presenta. A esto se suma la falta de infraestructura para contener el volumen de agua, y de coordinación interjurisdiccional, construcciones sin control, falta de prevención y adecuado funcionamiento de desagües y sumideros, proliferación de barriadas en zonas bajas e inundables, entre otros factores.

Esto es producto de la falta de planificación y ausencia del estado. Todo eso hace un coctel más que peligroso en el cual los habitantes y ciudadanos estamos indefensos ante el poder de la naturaleza.

Si bien es cierto que la cantidad de lluvia y por lo tanto de agua caída que anego los partidos y localidades bonaerenses fue más que imprevista, las nefastas consecuencias se agravaron como producto y efecto de la falta de obra y su mantenimiento.

Estamos convencidos que si las obras estuviesen al día, o que el trabajo se hubiera mantenido, ningún temporal de estas características tendría por qué inundar hasta el punto de anegar zonas jamás afectadas, por estas contingencias. Las propiedades fueron destruidas en horas, algunos lugares aislados por tiempos prolongados, y lo que más sensibiliza a la población es falta de respuesta de todos los resortes del estado.

Fue francamente calamitoso ser espectador de lo terrible de este fenómeno. No se concibe que en ciertas zonas la cantidad de volumen de agua superara los dos metros de altura, y que encima se ocultara y negara la realidad de los hechos y sus consecuencias. Por ejemplo un dato que es alarmante: no contar hasta el día de la fecha con la certeza sobre la cantidad de personas fallecidas a consecuencia del temporal.

Ante la gravedad descripta, requerimos a los poderes ejecutivos a nivel nacional, provincial y municipal que arbitren todas las medidas a su alcance para paliar la actual situación social y económica creada por el episodio y evitar que su reiteración en el futuro encuentre a la población en semejante condición de desamparo.

Es por lo expuesto que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de Declaración.