La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicita al Poder Ejecutivo, y por su intermedio a las autoridades competentes, tenga a bien, informar sobre cuestiones relacionadas a la remoción de las minas antipersonales, por parte del gobierno de la República hermana de Chile, en el límite con la República Argentina.

1.- Informe la situación actual acerca de la existencia de minas antipersonales en la zona limítrofe con Chile.

2.- Informe las medidas tomadas por Chile para desactivar las minas antipersonales en la zona limítrofe con Argentina, para dar cumplimiento a lo establecido en la Convención de Ottawa de 1997.

Detalle cada una de ellas.

3.- Informe si Argentina colaboró con Chile mediante profesionales para la desactivación de las minas.

En caso afirmativo, informe cuántos profesionales participaron o participan.

En caso negativo, explique las causas.

4.- Informe cuántas minas desde 1999 (entrada en vigor de la Convención) hasta la fecha fueron desactivadas, y cuantas quedan aún por desactivar.

Detalle por región limítrofe.

5.- Informe si existieron damnificados ó accidentados (de nacionalidad argentina) desde la entrada en vigor de la Convención de Ottawa de 1997, hasta la actualidad.

Detalle número de damnificados, por edad, sexo y por región.

Señor presidente:

Las minas antipersonales son un tipo de mina terrestre diseñada para matar o incapacitar. Se utilizan en guerras para degradar la moral de la tropas enemigas y dañar vehículos no blindados. Sin embargo, estas armas no distinguen entre combatientes y población civil.

Estos artefactos pueden permanecer activos durante más de 50 años después del fin de un conflicto. Frecuentemente no se señalizan las zonas minadas, ya que son lanzadas arbitrariamente desde aviones o desde lanzadoras sin ningún control sobre la zona en que caen. La relación bilateral entre Argentina y Chile, que lleva ya doscientos años, ha oscilado entre períodos de cooperación y conflicto.

Felizmente en la actualidad ambas naciones son protagonistas de un proceso de cooperación e integración sin precedentes, que es fruto de la resolución pacífica de las diferencias, principalmente limítrofes, que nos enfrentaron en el pasado. El tratado de Paz y Amistad que puso fin al diferendo del Canal de Beagle marcó el punto de inflexión.

Como vestigio de las oscuras épocas en que la desconfianza y las hipótesis de conflicto eran la norma en las relaciones bilaterales, quedan aún a lo largo de la frontera entre ambas naciones, cientos de miles de minas antipersonales que el ejército chileno sembró como defensa ante un hipotético ataque de Argentina, a finales de la década de los 70. La Convención de Ottawa, sobre la prohibición de minas antipersonales, formalmente denominada Convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales y sobre su destrucción, es un tratado internacional de desarme que prohíbe la adquisición, la producción, el almacenamiento y la utilización de minas antipersonales. La Convención fue dispuesta para su firma los días 3 y 4 de diciembre de 1997 y depositada el 5 de diciembre del mismo año en Nueva York ante el Secretario General de las Naciones Unidas. Entró en vigor el 1 de marzo de 1999. Argentina y Chile son parte de la Convención.

En virtud de la misma, en éste año 2012 vence el plazo para que Chile dé efectivo cumplimiento a las disposiciones que indican desactivar las minas que aún se encuentren en su territorio.

Se estima que son 14 las áreas fronterizas reconocidas oficialmente que están sembradas de minas antipersonales. De norte a sur, encontramos la primera en la ladera sur- sudeste del volcán Lincancabur, cercana al paso Jama en Jujuy; luego en Salta en el Portal de Huaytiquina, la ladera sur del volcán Llullaillaco, la quebrada del Llullaillaco y el paso Socompa; y el resto en distintos puntos que se extienden desde el Portal de Aguas Calientes en Catamarca hasta los Andes Patagónicos.

Anteriormente esta peligrosa situación fue reconocida por el gobierno chileno tras la interpelación en el Congreso del entonces Ministro de Defensa, José F. Guzmán, que no solo afecta a nuestra frontera común sino también a la que comparte Chile con Bolivia y Perú y que contradice los denodados esfuerzos de integración que estamos realizando todos los países de este Continente.

Ningún motivo, justifica la persistencia de esta situación que ya cobró incluso numerosas víctimas inocentes en estos últimos años.

Existieron en años precedentes iniciativas de otros señores diputados, para alentar al Poder Ejecutivo Nacional a ofrecer la ayuda de técnicos argentinos a nuestros hermanos chilenos a fin de acelerar el proceso de desminado, aprovechando la experiencia que nuestros técnicos adquirieron en el área: ya que se han desactivado las cien mil minas antipersonales existentes en suelo argentino (exceptuando las islas Malvinas), y que técnicos argentinos han participado en operaciones de desminado llevadas a cabo por las fuerzas de paz, en el marco de las Naciones Unidas.

Por todo lo expuesto, Sr. Presidente solicito a mis pares me acompañen en la firma de este proyecto.