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PROYECTO DE TP


Expediente 2034-D-2006
Sumario: DECLARAR "MES DE LA SOBERANIA" AL MES DE AGOSTO DE 2006.
Fecha: 26/04/2006
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 38
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:


Declárese al mes de Agosto de 2.006: "Mes de la Soberanía" por cumplirse el bicentenario de la rendición de las tropas británicas con motivo de la primera invasión inglesa en el mes agosto de 1.806.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Según Natalio Pisano: "Popham, el marino que comandaba las naves inglesas en el cabo de Buena Esperanza no pensaba en la independencia de América: Las ideas de Miranda debían aprovecharse para arrebatar a España sus posesiones, con las que podía enriquecerse el Imperio Británico, Es así que, propuso a Baird, el general en jefe, la realización de un ataque directo al Río de la Plata, con parte de las fuerzas disponible en Colonia del Cabo... consideraban que la empresa sería grata a sus superiores ante quienes ganaría en consideración.
Baird aprobó el proyecto de Popham y encomendó a éste la dirección naval. Las fuerzas de desembarco estarían integradas por el regimiento Nº 71 de Infantería, del Teniente Coronel Dionisio Pack. El mando general de la empresa se confió al General Beresford.
El 14 de abril de 1.806 zarpó la expedición rumbo al Río de la Plata. El 8 de junio, con un poco más de mil hombres, los ingleses llegaban al cabo Santa María, en la entrada del Río de la Plata. Informado de la existencia de un tesoro en Buenos Aires, decidieron avanzar sobre ella, sin atacar Montevideo.
El Marqués de Sobremonte era el Virrey del Río de la Plata, con falta de dotes para la defensa del territorio, solicitó a España y al Perú elementos defensivos. Sus requerimientos no fueron atendidos.
España no estaba en condiciones de enviar tropas, y el virrey del Perú no quería desprenderse de fuerzas de su territorio.
En Buenos Aires no había tropas permanentes. Sobremonte procuró la formación de cuerpos de voluntarios, que se adiestraron con armas rudimentarias. Se fabricaron cartuchos de fusil, se reforzaron las defensas con unos pocos cañones y se atendió especialmente a la protección de Montevideo, considerada como punto más probable de ataque. Es por eso que casi todas la fuerzas disponibles se habían concentrado en esa ciudad.
Convenido al ataque directo sobre Buenos Aires, las naves inglesas se acercaron a la margen derecha del Río de La Plata y anclaron frente a la reducción Quilmes. El 25 de junio desembarcaron las tropas dirigidas por Beresford y pasaron la noche ocultas entre los pajonales.
La noticia no tardó en llegar a Buenos Aires. En la primera horas de la noche, Sobremonte, enterado del desembarco dispuso la salida de un cuerpo de milicianos mal armados, a las órdenes del subinspector Pedro Arce, para intentar el rechazo del invasores. Los quinientos hombres de esta fuerza se dispersaron en la mañana del día 26, en Quilmes ante el ataque de las tropas inglesas.
El mismo día Beresford avanzó hasta el Riachuelo, y en las primeras horas del 27 de junio, venció la débil resistencia de la guarnición del puente de Gálvez. Por lo que el camino a la ciudad quedaba a su disposición.
El virrey no creyó ya posible defender la ciudad. Con pocas tropas, y llevando con él los caudales que debían enviarse a España, partió rumbo a Córdoba, con el objeto de reorganizar desde allí la reconquista. A mediodía Beresford estaba ya en el fuerte: la ciudad, sin preparación para resistencia alguna, se había entregado sin oposición. Inmediatamente el jefe inglés dispuso la persecución de las tropas que marchaban con el virrey. Cerca de Luján alcanzaron las tropas con el tesoro y Sobremonte pudo llegar a Córdoba sin dificultad, ya allí se ocupó en reunir fuerzas para volver sobre Buenos Aires.
La primera medida de gobierno dictada por el vencedor, tras disponer la entrega de las armas por parte de los habitantes, aseguraban el orden y el respeto de la propiedad privada, además de la plena libertad religiosa: sabia el jefe inglés que había animosidad contra ellos por ser protestantes, y deseaba todo motivo de oposición popular. La libertad comercial que prometió en seguida tendía también a congraciar a los habitantes con los invasores.
Todo ello no basta para tranquilizar al pueblo. Había lealtad a corona de España ... por lo que, empezó a planearse la forma de desalojar a los invasores. Los planes fueron muchos y los intentos varios, pero el único que resultó eficaz fue el del Capitán de navío de la Real Armada, Santiago de Liniers, noble marino francés al servicio de España, era comandante del fuerte de la Ensenada.
Liniers logró permiso de Beresford para trasladarse a Montevideo, con un pretexto familiar. En Montevideo se entrevistó con el gobernador español don Pascual Ruiz Huidobro, le expuso sus planes y obtuvo el mando de unos ochocientos hombres para intentar la reconquista de Buenos Aires. Contaba Liniers con el apoyo y auxilio que le prestaría el pueblo, que no esperaban más que la señal de insurrección para lanzarse contra los ingleses. Sobremonte, por su parte, se aprestaba a partir de Córdoba con fuerzas más considerables, pero no era posible demorarse hasta su llegada.
Entretanto, en las cercanías de Buenos Aires los vecinos se armaban y organizaban para unirse a Liniers apenas llegara con sus tropas. El criollo Juan Martín de Pueyrredón, figuraba entre ellos. Alzaga era uno de los dirigentes más activos. Los ingleses conocieron esa maniobra y desbarataron el intento. El 6 de agosto atacaron en Pedriel a los voluntarios patriotas y los dispersaron tras breve lucha.
Liniers salió de Montevideo y llegó a Colonia, donde aumentó el número de sus soldados. El 3 de agosto se embarcó la expedición en ocho transportes y varias galeras. En la mañana siguiente, después de burlar la vigilancia ejercida por los británicos en el río, tocaron tierra cerca de la desembocadura del río Luján (Las Conchas). Lentamente a causa del mal estado de los caminos perjudicados por la lluvias, avanzaron primero hasta San Isidro y después hasta los Corrales de Miserere, donde llegaron el 10 de agosto. Durante la marcha se unieron a la expedición de Liniers los dispersos de Pedriel y muchos voluntarios de a pie y de a caballo. Los cañones eran transportados dificultosamente entre el barro de los caminos, en una penosa marcha que puso a prueba el temple de aquellos hombres. La lluvia, por otra parte, les fue favorable en otro sentido: Beresford, privado del apoyo de los pobladores, no podía moverse de Buenos Aires para detener el enemigo; sus cañones no podían avanzar sobre el lodo.
Desde Miserere, Liniers intimó a los ingleses la rendición. Rechazada le intimación, el mismo día 10 de agosto avanzó hasta la plaza de Toros (Retiro), de la que se apoderó con facilidad. Allí reorganizó sus fuerzas durante el día 11, preparando el asalto de la fortaleza, que se inició en la mañana del día 12.
El ataque se llevó en varias calles, hasta centralizarse en la plaza Mayor, en la que Beresford había emplazado sus fuerzas. Fue una lucha ruda, heroica por parte de criollos y españoles, que se lanzaron al asalto sin reparar en peligros. Los ingleses, vencido por el pueblo, se refugiaron en el Fuerte. Finalmente levantaron allí el pabellón español, rindiéndose sin condiciones.
Liniers, militar caballeresco y valiente pero político poco hábil, prometió a Beresford la libertad de él y de sus tropas, previo canje de prisioneros de guerra. El descontento que originó este gesto, evidentemente generoso pero poco realista, anuló la promesa: la rendición incondicional significaba la prisión de los vencidos, y estos términos se cumplieron en la ocasión. Los soldados ingleses fueron internados en diversos puntos del virreinato; los jefes, distribuidos en poblaciones cercanas a Buenos Aires: Beresford y Pack quedaron con otros el cabildo de Luján.
Sobremonte con una expedición desde Córdoba, se enteró de lo sucedido al llegar a San Nicolás.
Dos días después de la reconquista se reunieron los principales vecinos de Buenos Aires en cabildo abierto, se trató la situación militar del Río de la Plata, estimándose que no podía quedar el mando de la fuerzas a cargo del virrey, como era reglamentario según la Leyes de Indias. La salida de Sobremonte fue calificada por muchos como huida vergonzosa, por no haberse preocupado de organizar la defensa de la ciudad contra los invasores. En general, el pueblo no era afecto a su persona.
Sin embargo el Cabildo Abierto no podía desentenderse de las leyes hispanas; ya que significaba casi un desacato solicitar la virrey la delegación del mando militar, que es lo que finalmente se resolvió el 14 de agosto, bajo la influencia de la efervescencia popular. En pública aclamaciones se exigió el nombramiento de Liniers, el héroe del momento, que había realizado la hazaña de reconquistar la ciudad. Este pedido alcanzó a Sobremonte en su campamento de San Nicolás.
Después de protestar en nombre del monarca, de quien únicamente dependía su mando, el virrey terminó por ceder y pasó con sus tropas a Montevideo. Liniers quedó encargado del mando militar en Buenos Aires.
La resolución tomada el 14 de agosto de 1.806 revela el estado de opinión en el Río de la Plata: se respeta el monarca, pero los representantes del pueblo hacen oír su voz ante los mandatarios e influyen en los acontecimientos políticos".
Vemos entonces que en agosto de 1.806, es decir que este año se cumplen 200 años, el pueblo ya vislumbraba su capacidad de defensa y autodeterminación, en otras palabra nos solo estaba dando sus pasos hacia su soberanía, sino que demostraba que tenía la personalidad para lograrlo.
El rechazo de esa invasión del imperio británico y la que se produciría el año siguiente, fueron acciones fundamentales y de carácter decisivo para el posterior nacimiento de las Provincias Unidas del Río de la Plata, hoy República Argentina.
Por ello es que al cumplirse 200 años de un hecho trascendente para nuestra historia, entendemos que es acertado Declarar al mes de agosto de 2.006, como: "Mes de la Soberanía".
Por todo lo expuesto, esperamos que los señores Legisladores acompañen este Proyecto de Ley.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
SOLANAS, RAUL PATRICIO ENTRE RIOS FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
LEGISLACION GENERAL (Primera Competencia)