La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo Nacional, en el marco del Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego, efectivice la instalación de un centro de recepción en la oficina del RENAR de la provincia de La Rioja para que las armas y municiones entregadas sean inmediatamente inutilizadas.

Señor presidente:

En Argentina, como en gran parte de los países del mundo, las armas de fuego aumentan los índices de violencia dentro de la sociedad. La proliferación de armas en manos de civiles tiene como consecuencia un aumento del número de muertos por accidentes, suicidios y/o homicidios. También incrementa el riesgo de morir o resultar herido en una situación de delito o bien, que las situaciones de conflictos interpersonales sean resueltas de manera violenta.

De acuerdo a la Dirección Nacional de Política Criminal, el 64% de los homicidios dolosos en Argentina no se da en ocasión de robo ni delito. Según la misma fuente, en el 54% de los homicidios del país se utiliza un arma de fuego. Del mismo modo, la encuesta nacional de factores de riesgo realizada en 2005 indica que el 27,2% de los homicidios, accidentes o suicidios ocasionados con armas de fuego ocurren en la vivienda. Entre 1997 y 2007, por ejemplo, murieron 9 personas por día (36.374 muertos), de las cuales el 39% representan muertes por violencia familiar, discusiones o peleas, el 28,8% representan suicidios y el 25% son muertes en ocasión de delito.

En este contexto, y con el objetivo de reducir el circulante de armas en manos de civiles a partir de la recolección de armas, se lanzó el programa de entrega voluntaria de armas de fuego. Este programa de alcance nacional forma parte de una política integral de control y prevención de la violencia armada, que incluye medidas de control del mercado legal y medidas de persecución del mercado ilegal de las armas de fuego en la República Argentina.

Más específicamente, la Ley 26.216 establece como objetivos del Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego la disminución del uso y proliferación de armas de fuego y municiones, la reducción de accidentes y hechos de violencia ocasionados por el acceso y uso de armas de fuego, la sensibilización acerca de los riesgos de la tenencia y uso de armas, la promoción de una cultura de no violencia y resolución pacífica de conflictos que desaliente la tenencia y uso de armas.

La recepción de armas se lleva a cabo a través de las oficinas del Registro Nacional de Armas (RENAR), por medio de sus diferentes bocas de recepción y los puestos móviles ubicados en varias provincias del país. Entre julio del 2007 y diciembre del 2009, por ejemplo, se recolectaron 107.761 armas de fuego y 774.679 municiones, lo que representó aproximadamente el 10% de las armas registradas en el país. Hasta el momento, se entregaron más de 158.000 armas de fuego en nuestro país.

La provincia de La Rioja, sin embargo, no cuenta con una delegación del RENAR habilitada para recibir armas de fuego y municiones. Aunque el Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas prevé la instalación de bocas móviles, la necesidad de contar con un punto permanente de recepción en la oficina provincial del RENAR resulta apremiante. Conjuntamente con Catamarca, Formosa, Santa Cruz y Santiago del Estero, La Rioja constituye una de las cinco provincias del país que no cuenta con delegaciones del RENAR habilitadas para recibir armas de fuego y municiones para que las mismas sean inmediatamente inutilizadas.

La disminución de la cantidad de armas en manos de civiles ayudará a la reducción de la cantidad de armas ilegales, puesto que una de las vías de provisión del mercado negro de armas es, justamente, el robo y hurto de armas en casas particulares que detentan legítimos usuarios. En efecto, el aumento de los índices de criminalidad y violencia que estamos sufriendo en nuestra provincia, como así también en el resto del país, estuvo asociado directamente con la proliferación creciente de armas de fuego y municiones en el mercado negro.

Aunque un programa de entrega voluntaria de armas no basta para reducir los índices de delito en la provincia, sí constituye una herramienta preventiva de la violencia social, aumenta la calidad de vida de la población, reduce la sensación de inseguridad, favorece la incorporación de mecanismos de resolución no violenta de conflictos y, por sobre todo, contribuye a la construcción de una sociedad más pacífica.

Por lo expuesto es que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.