PROYECTO DE TP
Expediente 1933-D-2012
Sumario: DESIGNAR CON EL NOMBRE DE "GENERAL INGENIERO ENRIQUE MOSCONI" AL TRAMO DE LA RUTA NACIONAL N° 22 QUE VA DESDE EL PUENTE CARRETERO SOBRE EL RIO NEUQUEN HASTA LA CIUDAD DE PLOTTIER, PROVINCIA DEL NEUQUEN.
Fecha: 04/04/2012
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 23
El Senado y Cámara de Diputados...
Art. 1º.- Desígnese con el
nombre de "General Ingeniero Enrique Mosconi" al tramo de la Ruta Nacional
Nº 22 que va desde el puente carretero sobre el Río Neuquén hasta la ciudad
de Plottier, conocido como Carretera Urbana Neuquén-Plottier, o "Multitrocha",
provincia de Neuquén.
Art. 2º.- Solicítese al Sr.
Administrador General de Vialidad efectuar todas las diligencias necesarias desde el
punto de vista administrativo y legal a fin de dar cumplimiento a lo estipulado en el
artículo precedente.
Art. 3º.- Comuníquese al Poder
Ejecutivo.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El presente proyecto responde a una
iniciativa impulsada por el Movimiento para la Recuperación de Nuestro Petróleo y
demás Recursos Energéticos, que tiene por objeto designar con el nombre de "General
Ingeniero Enrique Mosconi" al tramo de la Ruta Nacional Nº 22 conocido como
Carretera Urbana Neuquén-Plottier, o "Multitrocha", ubicado en la provincia de
Neuquén.
¿Por qué Enrique Mosconi? Porque
el Gral. Mosconi comprendió mejor que nadie, en los albores de la actividad petrolera
en el país, el carácter estratégico de los hidrocarburos en el proceso de desarrollo
nacional. Porque su accionar y su ideario fueron claves en la decisión del presidente
Hipólito Yrigoyen de fundar la primera empresa petrolera estatal del mundo,
Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Porque en dicha gestión dio sobradas muestras de
talento puesto al servicio del país: se crearon destilerías, se electrificaron ciudades, se
ubicó a la petrolera estatal entre las más eficientes del mundo, se cuadruplicó el capital
inicial en apenas ocho años, se implantó el precio único para los combustibles en todo el
país, se dio trabajo a miles de obreros. Porque el modelo de gestión estatal de Y.P.F.,
también por iniciativa de Mosconi, fue adoptado por otros países de América, como
Colombia y México, demostrando la capacidad de los argentinos para explotar sus
propios recursos naturales con calidad y eficiencia, en beneficio de la Nación y sin la
participación de las corporaciones internacionales. En definitiva, porque su vida y su
obra constituyen un ejemplo de patriotismo e inteligencia puestos al servicio del
bienestar del país y de su gente, digno de ser imitado por las generaciones presentes y
futuras.
En la ciudad de Neuquén no existe
ninguna calle ni espacio público que lleve su nombre, motivo por el cual el Movimiento
para la Recuperación de Nuestro Petróleo y demás Recursos Energéticos ha sentido la
necesidad de impulsar el tratamiento y aprobación del presente Proyecto.
El Movimiento para la Recuperación
de Nuestro Petróleo y demás Recursos Energéticos se fundó el 25 de mayo de 2008 y
está integrado por numerosas organizaciones políticas, gremiales, sociales y
estudiantiles de Neuquén. Son objetivos de este movimiento, entre otros: el impulso de
políticas públicas que contemplen el carácter estratégico que tienen los recursos
energéticos para el desarrollo del país; el bregar por una explotación racional,
sustentable y respetuosa del medio ambiente; la educación de la comunidad provincial
en materia hidrocarburífera, de modo de ir fortaleciendo en la sociedad toda un patrón
de identidad vinculado a uno de los principales recursos económicos con los que la
provincia de Neuquén cuenta. En tal sentido, el Movimiento para la Recuperación de
Nuestro Petróleo y demás Recursos Energéticos considera que la figura de Mosconi
representa un hito más que importante en la historia de la energía del país y de la
región.
La medida que aquí se propone
conllevaría un fortalecimiento de la identidad del pueblo neuquino y, siendo la Ruta
Nacional Nº 22 la principal puerta de ingreso a la provincia, el nombre de General
Ingeniero Enrique Mosconi incorporaría una fuerte impronta identificatoria a una
provincia cuya principal actividad es la hidrocarburífera.
A continuación presentamos una
pequeña síntesis biográfica del General Enrique Mosconi, basada en el artículo "Enrique
Mosconi. Perfil de un verdadero patriota" de Santiago Senén González y Fabián Bosoer,
el texto "Enrique Mosconi: El Petróleo Argentino" de Alejandro Lezcano, y la
conferencia sobre "Yrigoyen, Y.P.F. y el petróleo" que brindara el Cdor. Gustavo
Calleja, subsecretario de Combustibles en el gobierno de Raúl Alfonsín, secretario
general de la Fundación Illia e integrante del Movimiento por la Recuperación de la
Energía Nacional Orientadora (MORENO).
ENRIQUE MOSCONI (1877-
1940)
Enrique Mosconi nació en la ciudad
de Buenos Aires el 21 de febrero de 1877. Hijo de Enrico, un ingeniero italiano que
llega al país contratado para la construcción de ferrocarriles y vías en Rosario, Córdoba
y Mendoza, y de María Juana Canavery, una argentina descendiente de irlandeses.
Luego de cursar los estudios secundarios ingresa en el Colegio Militar, donde se gradúa
como subteniente de infantería el 20 de noviembre de 1894, a los diecisiete años.
Posteriormente inicia la carrera de ingeniería en la Universidad de Buenos Aires y
egresa en 1901 con el título de Ingeniero Civil, presentando como tesis un proyecto de
embalse para el lago Nahuel Huapí y la colocación de una exclusa reguladora en los ríos
Limay y Negro, ubicados en la provincia de Neuquén, con el objetivo de habilitar la
navegabilidad hasta el Mar Argentino. En 1903, con sólo veintiséis años, obtiene el
grado de Ingeniero Militar. De 1905 a 1908 forma parte de la comisión de graduados
Argentinos en Europa, donde es designado a los cuerpos de la especialidad de
Ingenieros en el ejército Alemán.
Luego de una intensa actividad en el
ejército, en 1912 integra junto a su amigo Jorge Newbery la primera comisión directiva
de la Escuela de Aviación Militar, instalada en el Palomar de Caseros, y pasa a formar
parte de la naciente Fuerza Aérea.
En 1914, Mosconi es designado a
comandar el grupo Nº1 de ingenieros. En 1915 es trasladado como subdirector general
de Arsenales de Guerra, y para 1916, asume como director del arsenal "Esteban de
Luca", donde comienza a desarrollar todo lo aprendido en Alemania, introduciendo el
reemplazo de la energía térmica de carbón por petróleo y experimentando en fundición
de aceros con óxido de Quequén. Además, reforma el sistema de arrastre de la
ametralladora dándole a ésta un valor táctico del cual carecía; prohíbe en los talleres el
uso de maderas extranjeras, y a cambio ordena la utilización de las maderas nacionales;
y se producen granadas de mano de tipo alemán. Prepara la primera estadística
industrial militar del país para poder conocer el tiempo necesario para la construcción
de los materiales que una movilización militar requería. Investiga, obtiene y emplea
productos del país para la construcción de nuevos cañones para fusil máuser y
ametralladoras.
En 1921 Mosconi crea un proyecto
de rutas aéreas en el que se establecen las diferentes líneas: de transporte, militares y
correo postales, así como los caminos a seguir por cada una, los horarios, frecuencias
semanales, las medidas, permisos y estaciones. El 1 de febrero de 1922 crea el grupo
Nº1 de aviación. En el discurso inaugural, Mosconi expone que "habrá que organizar la
defensa antiaérea, como organismo complementario, y la industria de construcciones
aeronáuticas, para que el país encuentre dentro de sus fronteras, este importante
elemento de defensa nacional".
Con motivo de la finalización del
año militar, la Escuela de Aviación organiza excursiones de entrenamiento que llegarán
hasta las fronteras argentinas, previstos para iniciarse en agosto de 1922. Al llegar el
día, Mosconi se encuentra con que la empresa norteamericana Wico (West Indian Oil
Company), la única que importaba combustible para aviones en la Argentina, se negaba
a suministrarlo por no efectivizarse previamente el pago correspondiente. Vale recordar,
como se preocupan en destacar Senán González y Bosoer, que la mayoría del
combustible que se consumía en Argentina por aquellos años era importado, y la
situación energética del país era muy precaria, ya que la única producción de petróleo se
quemaba en calderas para poder utilizarlo. Ante esta situación Mosconi se pregunta muy
molesto "¿Y si esta operación no se tratara de un simple raid de entrenamiento? ¿Y si se
tratase de un requerimiento urgente derivado de una operación de guerra? ¿Es posible
que nuestro país, y sus fuerzas armadas como brazo ejecutor, quedarán librados al
erróneo criterio o a la desconfianza de un comerciante extranjero?" Entonces según
relató el mismo Mosconi "pedí allí entrevistarme con el gerente,... y le dije: advierta que
el Servicio Aeronáutico del Ejército no debe un solo centavo a su compañía; que se trata
de una repartición solvente y dependiente del Ministerio de Guerra y que, por lo tanto,
no sólo me sorprenden su manifestación y exigencia, sino que las considero
impertinentes y no las acepto... Allí en el mismo escritorio me propuse,
juramentándome conmigo mismo, cooperar por todos los medios legales a romper los
trusts". Y fue lo que hizo. La decisión de Mosconi cambiaría la historia argentina.
Con Hipólito Yrigoyen se plantea la
necesidad de recuperar las concesiones otorgadas a particulares en todo el territorio
nacional. Son varios los proyectos de Yrigoyen nacionalizando el subsuelo y
estableciendo el monopolio nacional de su explotación y la nulidad de las concesiones
otorgadas que nunca fueron tratados por el Senado, que estaba integrado por una
mayoría conservadora. En junio de 1922, el presidente Hipólito Yrigoyen firma el
decreto con el que daría lugar a la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos
Fiscales. Le toca a Marcelo T. de Alvear la concreción de las ideas fundamentales de
Yrigoyen. A instancia de su Ministro de Agricultura Tomás Le Breton, Alvear designa
al frente de Y.P.F. al militar más brillante, el Cnel. e Ing. Civil y Militar Enrique
Mosconi, quien crea una empresa integrada vertical y horizontalmente, compuesta por
argentinos a los que convierte en soldados civiles llamados "ypefeanos".
Como la traba del Senado opositor
seguía existiendo y los conflictos con los gobernadores que respondían a los intereses de
las petroleras se sucedían en forma continuada, Alvear, su ministro Tomás Le Bretón y
Mosconi , deciden potenciar a Y.P.F. mediante la recuperación de las áreas entregadas a
particulares en los territorios nacionales y su inmediata entrega a Y.P.F. (Decretos del
10 de enero de 1924 de revisión y anulación, y cesión a Y.P.F: de 7.236 concesiones
que abarcaban una superficie de 8,2 millones de hectáreas, se pasó a 72 concesiones con
73.000 Hectáreas).
Como primer paso Mosconi
proyectó la construcción de la destilería de La Plata, inaugurada en diciembre de 1925.
Esta iniciativa marcó un toque de alarma para los trusts petroleros encabezados por la
Standard Oil (que unida a la oligarquía salteña, luchaba por la provincialización del
petróleo), iniciando toda clase de resistencia al proyecto. Sin embargo el congreso
argentino aprueba el contrato y se pone a disposición de Y.P.F. la suma de 24 millones
en letras de Tesorería, y se firma un acuerdo con la Bethlehem Steeel Co. para la
construcción de la destilería, la cual después amplía las instalaciones con una planta de
cracking combinada. La destilería entra en producción inmediatamente, elaborando
nafta, kerosene, fuel oil y a menos de cinco meses de su habilitación comienza la
producción de nafta de aviación. El año 1926 señala la entrada de Y.P.F. en el mercado
de combustibles con sus propios productos. La capacidad de producción asciende a
1800m3 diarios. Las ganancias capitalizadas y reservas ascienden a más de 71 millones
de pesos; el beneficio líquido del ejercicio es de 6 millones. La producción fiscal de
petróleo alcanza a 415.558 metros cúbicos, volumen equivalente al 76,9% del total
nacional. Se importan más de 45 mil toneladas de crudo.
El costo total de las nuevas
instalaciones fue de 4 millones $m/n (pesos moneda nacional, unidad monetaria usada
de 1899 a 1969), cancelado completamente en poco mas de tres meses de producción.
Aprovechando la energía libre generada se creó la fábrica de latas, con maquinaria
automática. Como dijera el mismo Mosconi "si se hubiese tenido que adquirir esta
cantidad de latas (736.538 envases a abril del '29) se habrían gastado $m/n 785.701,372
mas que lo que costó su fabricación en la destilería. Esta economía amortizó
aproximadamente la cuarta parte del capital total invertido". Otro complemento, fue la
fabrica de cajones y el aserradero que "representó una economía anual de mas de un
tercio del capital invertido en ella, obteniéndose cajones mejores que los que se
compraban hechos".
Otra de las grandes obras de
Mosconi durante su gestión de Director de Y.P.F. fue la electrificación de Comodoro
Rivadavia, necesaria para agilizar el modo de producción y explotación de los pozos
petroleros del lugar, así como el buen funcionamiento del sector administrativo de la
empresa. Aprovechando la energía libre generada se creó, en 1927, la fabrica de latas,
con maquinaria automática. Como dijera el mismo Mosconi "si se hubiese tenido que
adquirir esta cantidad de latas (736.538 envases) se habría gastado más de lo que costó
su fabricación en la destilería. Esta economía amortizó aproximadamente la cuarta parte
del capital total invertido". Otro complemento fue la fábrica de cajones y el aserradero
que representó una economía anual de más de un tercio del capital invertido en ella,
obteniéndose cajones mejores que los que se compraban hechos. En 1928 se da inicio a
la explotación de petróleo en Salta y debido a una intensa exploración llevada a cabo en
la zona noroeste, se produjo en 1933 el descubrimiento petrolífero de Tranquitas.
Para el año 1927, y tras descubrir
yacimientos en el norte, oeste y sur, la petrolera estatal Y.P.F. ya ocupaba el décimo
lugar entre las empresas de mayor producción en el mundo (ese mismo año saca del
10mo. puesto a la Compañía Británica de las Indias Orientales, produciendo un 6% de
crudo por sobre esta).
En 1927, Mosconi decide que su
acción no sólo se quede a nivel nacional sino que proyecta el rompimiento del control
de los trusts Petroleros Internacionales a nivel continental, convirtiéndose en un
precursor de la integración iberoamericana. Así fue que invitado por diferentes naciones
de la región inició una gira por barco en la que visitó varios países para dictar
conferencias y mantener reuniones oficiales. Mantuvo como prioridad el establecer
relaciones con los institutos militares de formación y fue consolidando lazos fraternales,
al dejar en cada país una réplica del sable del General San Martín, como un símbolo de
unidad americanista.
Por iniciativa de Mosconi, inspirada
en "conceptos de solidaridad nacional", se unifica el precio de los combustibles en todo
el país, al tiempo que se rebajan los precios. Con tan poco tiempo, Y.P.F. se convirtió en
el principal promotor del Bienestar General.
Sin descuidar su pasado académico
y previendo la necesidad de formar especialistas en el tema del petróleo para un futuro
no lejano, Mosconi logra que el 30 de diciembre de 1929 el Poder Ejecutivo dé lugar a
su proyecto de un convenio entre Y.P.F. y la Universidad de Buenos Aires, presidida
por el yrigoyenista Ricardo Rojas. Este acuerdo establecía que la petrolera otorgaría a la
universidad la suma de $m/n 50 mil anuales para solventar los gastos necesarios para la
capacitación de profesionales en la especialidad, impulsando la creación de la carrera de
ingeniería en petróleo.
La firma del convenio con la
Facultad de Ingeniería de la U.B.A. e Y.P.F., creando el Instituto del Petróleo, fue
aprobado por el Presidente Yrigoyen, quien en el decreto respectivo señaló: "Con la
creación del Instituto del Petróleo, los ingenieros civiles e industriales podrán
especializarse en materia petrolífera para actuar con eficiencia en el desempeño de
cargos técnicos directivos relacionados con la minería e industrialización del petróleo".
Y.P.F. significó la aparición de técnicos argentinos que llegaron a ser considerados
entre los mejores del mundo. Uno de los discípulos de Mosconi fue Ing. Julio V.
Canessa, un ypefiano yrigoyenista considerado el padre del gas en la Argentina, quien
obtuvo del Presidente Perón la creación de Gas del Estado en 1946, empresa de la cual
fue su primer Director General. Vale aclarar que, con la privatización de Y.P.F., el
Instituto fue privado de sus recursos y depende de los cursos que realice. Esta
frustración educativa debe sumarse al desmantelamiento del Laboratorio que Y.P.F.
poseía en Florencio Varela, el más importante de Sudamérica y uno de los más
afamados en mundo.
Como resultado de la continuidad de
la acción de Yrigoyen y Alvear se llega a 1929, año en que, en términos de Enrique
Mosconi, se "tomó el mercado" de los combustibles líquidos, desplazando a los "trusts
internacionales del petróleo", en base a producción local descubierta, desarrollada,
transportada y refinada. Ese año afirmaba Mosconi: "El 1º de agosto de 1929 es una
fecha memorable en la organización económica de la Argentina y por ende de la
América del Sud (...) Un siglo antes se inició en el Plata el proceso de la independencia
política de América Latina, en aquella campaña heroica que hizo sus primeras armas en
San Lorenzo, tomó cuerpo en Chacabuco y Maipú y, luego de pasar por Lima, termina
en Junín y Ayacucho, cerrando allí el período de dominación de España en el Nuevo
Mundo. Pues bien, a semejanza de aquel gran movimiento continental que dio
independencia política a nuestro continente, se encuentra en marcha el movimiento que
terminará conquistando la independencia económica para nuestra América (...) El
primer capítulo tiene realización feliz en Buenos Aires el 1º de agosto de 1929, fecha en
que nuestro país rompe los trusts petrolíferos que hasta entonces impusieron sus
exigencias y da a la América Latina el ejemplo y el impulso inicial del movimiento que
se ha transmitido a algunos países hermanos, México, Colombia y Uruguay, entre ellos
y que se propagará irremisiblemente a los demás pueblos de nuestra raza, hasta el
establecimiento de la independencia integral de Sud América. Esta visión no encuentra
fantasía ni ultra optimismo como parecía en el año 1922, cuando anunciamos que en
nuestro país abatiríamos los trusts, proyecto que se imaginó fantástico pero que fue
realidad magnífica siete años después (...) desde el 1º de agosto de 1929, fecha en que
los trusts inglés y norteamericano quedan definitivamente rotos en nuestro país, los
habitantes de la República no sufren más imposiciones que las emanadas de su propio
gobierno que decide libre de ingerencias extrañas en todo lo relativo al combustible
líquido y empiezan a volcarse tierra adentro los millones que hasta entonces tomaban el
camino del mar (...) La República Argentina se ve libre de todo peligro y asechanza que
pudiera perturbarla o detenerla en su marcha a su futuro engrandecimiento y bienestar".
Yrigoyen plantea como eje de su
campaña electoral de 1928 la obtención de su Ley Nacionalizadora del Petróleo. En un
Mensaje al Congreso afirmaba el Presidente: "La riqueza petrolífera del País es sin duda
alguna más que suficiente para proveer al consumo interno de este combustible líquido.
La posibilidad de producirlo en condiciones económicas para competir con el producto
extranjero está comprobada". Era un explícito reconocimiento y apoyo a Mosconi. La
lucha por la Ley de Nacionalización del petróleo se da en todos los frentes con la idea
de presionar al Senado. Se crean organizaciones que asumen esa lucha; una de ellas es
la Alianza Continental, donde militaban el Gral. Alonso Baldrich, Arturo Orzábal
Quintana, Moisés Lebenshon, Diego Luis Molinari y Arturo Orgaz; otros argentinos -
José Ingenieros, Alfredo Palacios, Gabriel Del Mazo y Julio V. González habían creado
la Unión Latinoamericana, mientras que relacionada con el comunismo actuaba la Liga
Antiimperialista Argentina.
Mosconi apenas asumió Yrigoyen su
segundo mandato le presentó la renuncia y fue confirmado después de cuatro meses; a
partir de ese momento recibió de Yrigoyen todo su apoyo y, siendo un militar
nacionalista y apolítico, terminó transformándose en yrigoyenista, al igual que su mano
derecha en su gesta el Gral. Alonso Baldrich. Sostenía el Director General de Y.P.F. que
"Mi acción fue posible merced a esa sombra moral ante la que pasaban los millones sin
conmoverlo".
Todavía faltaba la segunda parte del
Plan de Mosconi, aprobados por los presidentes radicales: la expulsión definitiva de los
trusts internacionales. No cuesta mucho razonar la ingerencia de las petroleras en el
golpe del 6 de septiembre de 1930.
En septiembre de 1930, el golpe
militar conducido por el general Uriburu derroca a Yrigoyen y Mosconi renuncia a la
Dirección de Y.P.F. Cuenta Raúl Larra en "Mosconi: General del Petróleo" que
Mosconi "Apenas conoce la nómina de los colaboradores de Uriburu advierte que su
tarea en Y.P.F. ha terminado". El elenco del nuevo gobierno de facto habla a las claras
del rol que jugaron las empresas extranjeras en el golpe: los colaboradores de Uriburu
eran, entre los más cercanos, Enrique Santamarina, vicepresidente de la Nación,
accionista de Astra (perteneciente a la Standard Oil); Matías Sánchez Sorondo, ministro
del Interior, presidente de la Franco Argentina Comercial y Financiera y, además,
abogado de la Standard Oil; Ernesto Bosch, ministro de Relaciones Exteriores y
presidente de la Compañía Industrial y Comercial de Petróleo (del grupo de la Anglo
Persian) y presidente de Escandinavia S.A.; Ernesto Padilla, ministro de Justicia e
Instrucción, director de la Germano Argentina de seguros, vocal de la compañía Técnica
e Importadora; Horacio Beccar Varela, ministro de Agricultura, director de la S.A.
Argentina de Comodoro Rivadavia (de capitales ingleses), síndico de Austea S.A.
(subsidiaria de la Standard Oil) y abogado del National City Bank of New York,
director de la Destilería de Petróleo El Cóndor, presidente de Firestone, vocal de Sol
Compañía Petrolera y abogado del Frigorífico Anglo, entre otros; Octavio Pico,
Ministro de Obras Públicas, con importantes cargos en las subsidiarias de la Standard
Oil (Cia. Argentina de Comodoro Rivadavia y Petrolera Andina S.A.
Luego de ser sometido a
cuestionamientos relacionados con su gestión al frente de Y.P.F. (se le abre un sumario
acusándolo de aplicar indebidamente el presupuesto de Y.P.F. y se lo destierra a Europa
en "misión" de seguir estudiando la evolución de la aviación europea), enfermo y
olvidado, sin más propiedades que la casa en la que vivía con sus hermanas, en la
esquina de Aráoz y Arenales (la cual había sido comprada por un préstamo del Banco
Hipotecario, del que aún restaban varias cuotas), Enrique Mosconi muere en Buenos
Aires el 4 de junio de 1940.
En el período de octubre de 1922 a
diciembre de 1935 Y.P.F. enriqueció a la economía nacional de $m/n 582 millones
($1.089 millones actuales).Como lo dijera Mosconi: "esos 582 millones podrían
aumentar si un grupo de hombres argentinos decidiera repetir la acción de Y.P.F. en luz
y fuerza, teléfonos, seguros, tarea ésta que puede cumplirse en la mitad del tiempo que
ha demandado Y.P.F.".
El hombre que administró
cuantiosas sumas y la empresa de mayor capital en Hispanoamérica, tenía al fallecer por
todo capital, un saldo en su cuenta corriente del Banco de la Provincia de Buenos Aires,
de nueve pesos moneda nacional con noventa centavos. Vale recordar que durante su
gestión en Y.P.F. se negó a cobrar los sueldos que le hubieran correspondido, por
entender que el percibir su salario militar "era suficiente para servir a la Patria".
Además de ser Y.P.F. la empresa
que inauguró la era de la Argentina industrial, creó pueblos, hospitales, mejoró la
calidad de vida y proporcionó estudios universitarios de alto nivel, esparció ideales de
unión y paz y exaltó la moral de sus trabajadores. En Comodoro Rivadavia y en Plaza
Huincul, donde se encontraban los dos yacimientos mas importantes, impulsó la
construcción de una cooperativa de artículos de consumo, La instalación de una
panadería mecánica que produjo pan de la mas alta calidad (ya que el pan era malo y
caro), la construcción del Hospital Presidente Alvear, equipado con asistencia
completamente gratuita, incluyendo el servicio de maternidad equipado para atender
cualquier caso, Servicio Odontológico, sala de cirugía con moderno instrumental
francés, (comprado con la donación de todos los sueldos del D. Eduardo Zuberbühler,
vocal de la Comisión Administrativa), comedores para empleados solteros, comedor
económico para los obreros, baños públicos gratuitos con agua caliente y fría, atención
dada a las viudas de los obreros a fin de proporcionarles medios de subsistencia,
creación de la Asociación Mutual de Empleados de Comodoro Rivadavia, la cual daba
subsidios por enfermedad y muerte, creación del Colegio Deán Funes -la obra mas
importante en materia educacional de la Patagonia-, bonificaciones por paternidad y
maternidad, entre otras tantas medidas. A su vez, Y.P.F. construyó edificios para otras
escuelas, campos de deportes, cines, teatros, bares, canchas de fútbol y de tenis, el
Boeing Club y Tiro Federal. Fue ésta la culminación de un sueño soberano pensado por
Yrigoyen y ejecutado por Alvear, Mosconi y Le Breton.
El abandono de las políticas que
consideraban a los hidrocarburos como bienes estratégicos que hacen al pleno ejercicio
de la soberanía y la seguridad de la Nación, es decir, aquellas que impulsara el Ing.
Mosconi, y de las concepciones que consideraban que los servicios públicos esenciales
deben responder a las necesidades económicas y sociales de los argentinos y no a los
intereses empresarios, contrasta con la situación en que se encuentra actualmente el
sistema energético nacional. Bien cabe cuestionarnos si, como pregonan algunos que
tuvieron en su momento y en sus manos las decisiones que nos llevaron a la situación en
que nos encontramos, se debe profundizar ese modelo energético de mercado, que
funcionó libre de controles durante más de una década, o volver al paradigma del
General Ingeniero Mosconi, mismo que siguen sustentando tantas naciones del
mundo.
Ha quedado grabada en nuestra
historia la gesta hidrocarburífera de aquellos años. Justo es reconocer en tal sentido los
tiempos de Hipólito Yrigoyen, cuando comenzó a crearse un país diferente al que hoy
nos toca. Un país en el cual la economía quedaba subordinada a la concepción política
de la vida en sociedad. Los bienes comunes y estratégicos, estructurales, permanentes e
imprescindibles para el normal desenvolvimiento de la vida económica (tal es el caso
del petróleo y el gas), fueron puestos al servicio de los intereses nacionales. La
racionalidad interdependiente, que predominaba en aquellos tiempos, entre las áreas del
transporte, energía e industria, no tiene más vigencia; la planificación y ejecución estatal
fue reemplazada por "la mano invisible del mercado". El resultado: la consolidación de
un oligopolio privado, integrado verticalmente, que sobreexplotó los recursos naturales
no renovables, subexploró y en consecuencia redujo el actual horizonte de reservas,
imposibilitado de garantizar la provisión interna frente al crecimiento de la demanda y
la reorientación hacia el mercado externo. Todo esto no puede explicarse más que por la
ausencia de control estatal y de un plan integral de mediano plazo.
El estudio del caso de Y.P.F. y de su
gran organizador, el Gral. Enrique Mosconi, nos sirve para tener presente que, lejos del
modelo vigente, hubieron y pueden volver a adoptarse otros, más acordes con una
política energética nacional y soberana. El objetivo político de la creación y desarrollo
de Y.P.F. consistió en la obtención de la independencia económica, sin la cual la
soberanía política se tornaba ilusoria, tal como sucede en la actualidad. Para el logro de
tal fin, se desarrolló una empresa integrada horizontal y verticalmente (en base a la
producción local descubierta, desarrollada, transportada y refinada). Sobre el precio de
venta de los combustibles líquidos se fueron cargando impuestos internos al consumo,
conocidos como Fondos Energéticos y Viales, y también el Impuesto al Crudo
Procesado, que se convirtieron en fuente de recursos para poder construir la casi
totalidad de las redes camineras nacionales y provinciales, el sistema de gasoductos
troncales y secundarios, y las represas hidroeléctricas nacionales y provinciales que hoy
disponemos. Desde 1967, el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (hoy ITC)
terminó siendo destinado al Estado Nacional y coparticipado. Es decir, la renta del
petróleo generada hasta julio de 1989, permitió construir la infraestructura energética y
vial de que hoy disponemos, sin olvidar la existencia de reservas de hidrocarburos de 38
años para el gas y 23 para el petróleo, las contribuciones para la seguridad social y los
bajos precios, el desarrollo del uso racional de la energía y el financiamiento para
sectores productivos y demás empresas estatales. También se deben a Y.P.F. las
inversiones para desarrollar los polos Petroquímicos de San Lorenzo, Ensenada y Bahía
Blanca. Se puede afirmar sin ninguna duda al respecto que el Modelo Privatista no
hubiera sido posible en la escala actual sin la herencia recibida del Modelo Estatal.
Lo que es lo mismo que decir, la
captura de las utilidades originadas en la explotación petrolera permitieron el desarrollo
de la infraestructura física de la Nación. Su privatización a precios de liquidación
implicó la cesión de esos recursos al sector privado. Las palabras que alguna vez dijera
Mosconi nos eximen de todo comentario: "Resulta inexplicable la existencia de
ciudadanos que quieren enajenar nuestros depósitos de petróleo acordando concesiones
de exploración y explotación al capital extranjero, para favorecer a éste con las crecidas
ganancias que de tal actividad se obtiene, en lugar de reservar en absoluto tales
beneficios para acrecentar el bienestar moral y material del pueblo argentino. Porque
entregar nuestro petróleo es como entregar nuestra bandera".
Ese desarrollo industrial perdido que
someramente describimos, y su consiguiente tejido social, había contado como elemento
básico constituyente a la política energética centralizada, planificada nacionalmente y
ejecutada por el Estado. Cualquier tipo de solución que se pretenda aplicar para el área
energética debe ser el elemento determinante para afianzar una nación socialmente
equitativa, geográficamente equilibrada y, esencialmente en lo político, soberana.
Arturo Jauretche dijo alguna vez:
"La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado, o la dirigen los poderes
económicos". Estamos convencidos de que, llegado el inevitable fin del insostenible
Modelo de Mercado, debe ser el energético el sector que encabece el cambio de las
condiciones socioeconómicas que nos permitan, de una vez por todas, romper con la
situación de dependencia en que nos encontramos.
Porque nunca dejó de repetir, y
actuar en consonancia, que la clave para conquistar la independencia económica del país
radica en el auto-abastecimiento petrolífero, no podemos dejar de reivindicar la figura
del General Ingeniero Enrique Mosconi, emblema de la defensa de la soberanía nacional
y ejemplo de militar consustanciado con su país, designando con su nombre al tramo de
la Ruta Nacional Nº22 que va desde el puente carretero sobre el Río Neuquén hasta la
ciudad de Plottier, conocido como Carretera Urbana Neuquén-Plottier, o "Multitrocha",
provincia de Neuquén.
El presente es reproducción del
Proyecto de Ley Nº de expediente 2971-D-2009, de nuestra autoría.
Por todo lo expuesto anteriormente,
y con la intención de colaborar en la recuperación de nuestra memoria histórica, es que
solicito a las Sras. Diputadas y Sres. Diputados acompañen en la sanción del presente
Proyecto de Ley.-
Firmante | Distrito | Bloque |
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LINARES, MARIA VIRGINIA | BUENOS AIRES | GEN |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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TRANSPORTES (Primera Competencia) |