La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo nacional, a través de la autoridad competente, impulse las medidas necesarias orientadas a la investigación y desarrollo de polímeros destinados a aumentar la eficiencia en el manejo del agua para riego.

Señor presidente:

Mientras en Argentina aún no se efectivizaron la aplicación a gran escala para cuidar el agua que necesitarán las futuras generaciones, en México el ingeniero Sergio Rico Velasco, egresado del Instituto Politécnico Nacional, diseñó un método de almacenamiento de agua de lluvia para poder utilizarla sin problemas en el momento que se necesite acarreándola dentro de sacos en aviones, transportes terrestres o a lomo de caballo.

Este es el concepto fundamental de la lluvia sólida, un método de almacenamiento de agua a través de la utilización de polímeros, moléculas químicas muy absorbentes, que permiten regularizar el riego de los vegetales incrementando asombrosamente la capacidad de retención de agua en todo tipo de suelo, sin ocasionar problemas de sobresaturación. Los granos de un polímero modificado atrapan el agua, que se concentra en pequeñas esferas en forma de gel. Luego se colocan bajo tierra en campos de cultivo, lo que permite a las raíces de las plantas mantenerse hidratadas y crecer durante meses sin necesidad de lluvia o riego.

El método podría ser una solución a la sequía que padece México, la más intensa en los últimos 60 años y que afecta a 19 de los 32 estados del país, situación similar que afecta extensas regiones del mundo.

Curiosamente, el desarrollo e investigación de éste polímero ingresó a la República Argentina en forma masiva desde los EE.UU. smally, desde el año 1998 el mismo es comercializado en toda América del Sur por una firma comercial encargada de suscribir convenios de investigación para nuevas aplicaciones con entidades públicas como el INTA, Ministerios provinciales, Universidades extranjeras como la del Estado de Sao Paulo de Brasil, Chile y Liverpool de Inglaterra.

Oportunamente, el SENASA tipificó este polímero como una enmienda física y, a pesar de su origen por síntesis química, se lo define como ecológico pues se degrada naturalmente y no incorpora elementos ajenos al suelo. Cuando está seco presenta un aspecto similar a los granos de sal gruesa de cocina de color blanco transparente pero al incorporarle agua en cantidad suficiente aumenta su volumen formando un gel viscoso no soluble que le permite retener de 200 a 500 veces su peso en agua u otro solvente (p.ej. fertilizantes), expandiéndose en 100 veces su volumen original. Forma así una especie de reserva hídrica, permanente, de la que cede a la planta hasta 95% de su capacidad de retención. Así, un kilogramo de estos polímeros es suficiente para solidificar 500 litros de líquido, que se pueden conservar sin problemas hasta por diez años. La mezcla puede transportarse a cualquier parte dentro de sacos de plástico y bajo sombra para evitar la evaporación. Los granos de agua mantienen húmedos los campos de cultivo, condición necesaria para que los microorganismos que allí habitan procesen los nutrientes de la tierra y después por ósmosis los transmitan a las plantas. Y allí radica el secreto: conservar la humedad durante mucho tiempo.

Con la lluvia natural o los sistemas tradicionales de riego, la mayor parte del agua y minerales de la tierra se filtran al subsuelo. Los polímeros, en cambio, los retienen durante largos períodos y cuando se agota el líquido que contienen pueden volverse a llenar con un mínimo riego, con una reducción aproximada a las 2/3 partes. De esta forma, este nuevo insumo ofrece grandes beneficios a los productores agropecuarios ubicados en zonas con serios problemas de suelos o deficiencias hídricas, con o sin riego o riegos deficientes, dedicados a cultivos intensivos como la horticultura a campo y bajo cubierta, a la floricultura y viveros, o extensivos como la implantación y/o mantenimiento de pasturas, la forestación, la fruticultura, el tabaco y la caña de azúcar. Actúa muy eficientemente en inoculación de semillas, pues adhiere por corriente electrostática aplicándose en forma común optimizando la germinación y con gran ahorro de semillas especialmente en sitios de lluvia escasa e irregular.

Esta enmienda no sólo es útil para la agricultura, sino que también sirve para prevenir y combatir incendios forestales, por ejemplo al colocar los polímeros en la zona que el fuego puede atacar y cediendo paulatinamente la humedad a la tierra logrando apagarlo sin mayores riesgos. El método se ha aplicado en varias comunidades rurales del país, e incluso se ha utilizado en Ciudad de México para reforestar parques y conservar jardines urbanos. Asimismo, no es la primera vez que se utilizan polímeros para atrapar sustancias en líquidos, e incluso es común en el tratamiento de aguas residuales o contaminadas.

Con respecto al manejo de pasturas, sabemos que uno de los factores más importante de la degradación de las mismas es el estrés hídrico en momentos claves del ciclo de producción de las mismas, especialmente en los rebrotes en donde al estrés fisiológico causado por la pérdida de la parte vegetativa de la planta por pastoreo, mas la falta de agua en forma disponible para las especies forrajeras, conlleva a la pérdida del stand de plantas, con la consecuente degradación del recurso forrajero. Por lo tanto, el uso del polímero en pasturas implantadas es garantía de un buen abastecimiento de agua en forma constante durante todo el ciclo de producción evitando el estrés de las plantas y asegurando la producción de materia verde de calidad por muchos años.

Para los productores forestales, el polímero permite el transporte de los plantines a raíz desnuda, en bandejas sumergidas en gel, y por largas distancias aún en condiciones rigurosas de temperatura ambiente. Al impregnar las raíces en el gel se elimina el estrés, por lo que las pérdidas de plantas al momento del trasplante y en sus primeros dos años de producción pueden evitarse.

Lamentablemente, en México el polímero no se había utilizado para almacenar agua de lluvia, y combatir la extensa sequía. ¿Por qué?... de acuerdo a lo expresado por el propio Ing. Rico Velasco..."El gobierno no quiere ver otras alternativas, cumplen con un mínimo de actividades. El problema de la sequía en la Sierra Tarahumara, por ejemplo, lo ven como un problema ajeno". En tal sentido, la agencia periodística BBC Mundo solicitó a la gubernamental mejicana Comisión Nacional del Agua una evaluación del uso de lluvia sólida como alternativa a la sequía, pero no obtuvo respuesta. Promisoriamente, las investigaciones y ensayos con la denominada lluvia sólida, existen en la Argentina desde fines de los '90, siendo muy pertinente retomar el impulso de las investigaciones que oportunamente se desarrollaron en el Departamento de Suelos del INTA-Castelar, donde se realizaron ensayos sobre el comportamiento de esta enmienda para el manejo del estrés hídrico y su eficiencia.

Por las razones expuestas, señor Presidente, y por considerar la conveniencia científica de diferenciarnos y ser precursores en tecnologías innovadoras tendientes a mitigar los daños de un clima cada vez más adverso, solicito el acompañamiento de mis pares para la aprobación del presente proyecto.