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PROYECTO DE TP


Expediente 1906-D-2007
Sumario: CREACION DE LA COMISION BICAMERAL PARA EL CAMBIO CLIMATICO EN EL AMBITO DEL CONGRESO DE LA NACION.
Fecha: 30/04/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 40
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


CAMBIO CLIMATICO
ART. 1º: Créase la Comisión Bicameral para el Cambio Climático en el ámbito del Congreso de la Nación, integrada por doce (12) Diputados y doce (12) Senadores a propuesta de los bloques parlamentarios. La composición de la Comisión deberá reflejar la representación política de las Cámaras de manera que todos los bloques se encuentren representados.
ART. 2º: OBJETIVOS
La Comisión Bicameral para el Cambio Climático tendrá como objetivo general la elaboración de un Plan Nacional para el Cambio Climático que contenga políticas y medidas sociales, económicas y ambientales que aborden los siguientes objetivos específicos:
1. Proponer planes de corto, mediano y largo plazo que promuevan medidas para limitar o reducir los efectos adversos del cambio climático en nuestro país, teniendo en consideración los cambios en el medioambiente físico.
2. Determinar los efectos nocivos que el cambio climático puede acarrear sobre la composición, capacidad de recuperación y la productividad de los ecosistemas naturales, en el funcionamiento de los sistemas socioeconómicos, en la salud y bienestar humanos.
3. Proponer medidas preventivas tendientes a reducir al mínimo las causas del cambio climático, mejorar los sistemas de alerta temprana y mitigar sus efectos adversos.
4. Elaborar protocolos de actuación integral que tengan en cuenta los costos de su implementación, su eficacia, los diversos contextos socioeconómicos, la inclusión de todas las fuentes sumideros y depósitos de gases de efecto invernadero, abarcando a todos los sectores económicos.
5. Promover y apoyar tecnologías, prácticas y procesos que controlen, reduzcan o prevengan las emisiones, como así también promover la investigación y desarrollo de fuentes alternativas de energía bajas en carbono.
6. Elaborar planes apropiados e integrados para la ordenación de las zonas costeras, los recursos hídricos y la agricultura para la protección y rehabilitación de las zonas afectadas por las inundaciones, la sequía, la desertificación, los vientos y los tornados.
7. Promover modalidades agrícolas y prácticas sostenibles de gestión forestal a la luz de las consideraciones del cambio climático.
8. Promover la gestión sostenible, la conservación y la mejora de los sumideros y depósitos de todos los gases de efecto invernadero.
9. Relevar las actividades de investigación, recopilación de datos, monitoreo y observación sistemática, evaluar el estado de los conocimientos, así como recomendar la implementación de las actividades que se consideren necesarias para coordinar y promover las investigaciones científicas y técnicas de seguimiento climático e hidrológico.
10. Proponer las medidas adecuadas para la aplicación de programas de educación y sensibilización pública, que asegure la difusión y el acceso a la información sobre el cambio climático y sus efectos, así como la participación ciudadana en las distintas estrategias de prevención y respuesta.
11. Recomendar toda otra medida que considere pertinente a fin de cumplimentar los objetivos de la presente ley en coordinación con el nivel nacional, regional e internacional.
ART. 3º: PLAZO
La Comisión Bicameral elevará el Programa Nacional para su consideración por las respectivas Cámaras en el plazo de 180 días, prorrogable por igual plazo por única vez en caso necesario.
ART. 4º: REGLAMENTO INTERNO
La Comisión Bicameral dictará su propio reglamento interno de funcionamiento que será aprobado por el voto de las dos terceras partes de sus miembros. Elegirá su presidente y demás autoridades por mayoría de votos. La Comisión tendrá su sede en el Congreso de la Nación y su presupuesto será solventado por ambas Cámaras en partes iguales.
ART. 5º: GRUPO DE EXPERTOS/AS
La Comisión Bicameral deberá conformar en los primeros 30 días de constituida un Grupo de Expertos/as integrado como máximo por diez reconocidos/as especialistas y será presidido por quien la Comisión designe a tal efecto entre sus miembros. Tendrá como misión elaborar una propuesta de Plan Nacional para el Cambio Climático, de conformidad con lo previsto en el Art. 2º de la presente ley, la que deberá ser presentada a la Comisión con una antelación de 30 días al vencimiento del plazo estipulado en el Art. 3º. En caso de que existan disidencias a la propuesta mayoritaria, éstas deberán manifestarse por escrito debidamente fundadas. La tarea será remunerada de acuerdo a lo que establezca la Comisión, no pudiendo exceder el monto de los honorarios, el correspondiente a la categoría más alta para el cargo de Asesores del Congreso de la Nación.
ART. 6º: PROCESO DE CONSULTA
La Comisión Bicameral elevará en consulta la propuesta elaborada por el Grupo de Expertos/as, por el término de 15 días, a los organismos oficiales públicos, sectores y entidades que considere pertinente por su gravitación y/o representatividad, debiendo incluir como mínimo a los siguientes:
1. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
2. Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
3. Servicio metereológico.
4. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
5. Universidades Nacionales.
6. Sectores agropecuario e industrial, trabajadores y empresarios.
7. Sector Cooperativo.
8. Organizaciones no gubernamentales ambientalistas.
9. Punto focal que participe en las actividades del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) .
ART. 7º: DIFUSION Y AUDIENCIA PÚBLICA
La Comisión Bicameral elaborará el Plan Nacional para el Cambio Climático sobre la base de la propuesta formulada por el Grupo de Expertos/as y las consideraciones presentadas por los organismos, sectores y entidades consultadas en el plazo previsto en el Art. 3º de la presente ley. Dicho Plan deberá ser debidamente difundido y sometido a audiencia pública, con carácter previo a ser tratado en sesión por las respectivas Cámaras del Congreso de la Nación.
ART. 8°: Comuníquese.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Los cambios del clima en la Tierra y sus efectos adversos son una preocupación común de toda la humanidad, tal como se ha reconocido en los fundamentos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992) suscripto por nuestro país. Este instrumento ha sido el puntapié inicial de los compromisos asumidos por la comunidad internacional que, por ahora, dista mucho de avanzar hacia soluciones concretas orientadas a detener el efecto devastador que el cambio climático ha comenzado a producir en distintos lugares de nuestro planeta. Esta Convención se ha complementado con el Protocolo de Kyoto (1997) que si bien entró en vigencia en febrero de 2005, su alcance también es limitado debido a la falta de ratificación de muchos países responsables de la emisión de gases tóxicos, entre ellos, los Estados Unidos.
Resulta necesario adoptar medidas inmediatas sobre la base de planteamientos mutuamente enriquecedores a nivel nacional, regional e internacional proporcionando mejor información, mejor planificación y promoción para la innovación y difusión de tecnologías.
Los expertos que han profundizado investigaciones sobre el tema, han señalado y alertado sobre las graves consecuencias que el cambio climático ya está generando en el mundo y en nuestra región. El cambio climático constituye una amenaza contra los elementos básicos de la vida humana: acceso al suministro de agua, producción de alimentos, salud, uso de las tierras y medio ambiente.
En los últimos 250 años desde la Revolución Industrial, la humanidad ha producido un cambio extra natural en el clima. Dicho de otro modo, el cambio climático es un cambio antropogénico, es decir realizado por la actividad humana. En los cuadros que muestran los datos climáticos comparativos de miles de años se registran las variaciones de los últimos mil años y se observa una pequeña tendencia hacia el enfriamiento de la temperatura; excepto si se dirige la mirada hacia la última parte, en donde se observa un repunte de temperatura.
La razón principal de esta subida es un proceso de industrialización que ya lleva 150 años, y en particular la combustión de cantidades cada vez mayores de petróleo, gasolina y carbón, la tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola. Las actividades humanas han ido aumentando sustancialmente las concentraciones de gases contaminantes de efecto invernadero en la atmósfera, intensificando el efecto invernadero natural, lo cual dará como resultado un calentamiento adicional de la superficie y la atmósfera de la Tierra.
La temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado más de 0,6° C desde los últimos años del siglo XIX y se prevé que aumente de nuevo entre 1,4º y 5,8º para el año 2.100. Aún cuando el cambio sea el mínimo esperado, será mayor que en cualquier siglo de los últimos 10.000 años (1) . El decenio de 1990 parece haber sido el más cálido del último milenio, y 1.998 el año más caluroso.
Numerosas especies vegetales y animales, debilitadas ya por la contaminación y la pérdida del hábitat, se extinguirán en los próximos 100 años. Se espera que el nivel del mar suba de 9 cm (el término medio para el siglo XX fue entre 10 y 20 cm) a 88 cm, ya que la subida de temperatura hace que el volumen del océano se expanda, y la fusión de los glaciares y casquetes polares aumente el volumen del agua. Esto quiere decir que el mar podría invadir los litorales fuertemente poblados o directamente provocar la desaparición total de algunas naciones, contaminar las reservas de agua dulce de miles de millones de personas y provocar migraciones en masa.
Los rendimientos agrícolas disminuirán en la mayor parte de las regiones tropicales y subtropicales, y también de las templadas si la subida de la temperatura fuera aún mayor. Se prevé también un proceso de desertificación de zonas continentales interiores, provocando como mínimo perturbaciones en el aprovechamiento de la tierra y el suministro de alimentos (2) .
Si se adoptan ahora medidas firmes, aún estamos a tiempo de evitar las peores consecuencias del cambio climático. De hecho, según el Informe "La economía del cambio climático" (3) , más conocido como el Informe Stern, los beneficios de la adopción de medidas prontas y firmes superará con creces los costos económicos de la pasividad. De permanecer inactivos, el costo y riesgo total del cambio climático equivaldrán a un retroceso del 20% en la economía mundial. Por el contrario, el costo de la adopción de medidas puede limitarse al 1% aproximadamente del PBI global cada año.
Si bien todos los países se verán afectados, aquellos que sufrirán antes y más intensamente serán los países y poblaciones más pobres, a pesar de que son los que menos han contribuido a las causas del cambio climático. El informe Stern señala que existe una fuerte correlación entre las emisiones de CO2 y el PBI per cápita. Es decir, desde 1850 Estados Unidos y Europa han producido alrededor del 70% de todas las emisiones de gases, mientras que la aportación de los países en desarrollo ha sido inferior al 25% (4) . Muchos han sido los intentos, y mínimos hasta ahora han sido los resultados en la disminución de la emisión de gases, como mencionáramos antes con lo sucedido con el Protocolo de Kyoto. Sin embargo existen también medidas de implementación inmediata para reducir las emisiones de gases invernadero, cómo disponer la disminución de la despoblación forestal, ya que se calcula que las emisiones resultantes de la tala indiscriminada de bosques naturales representan más del 18% de las emisiones globales.
En un informe reciente elaborado por el II Grupo de Trabajo del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) (5) , se detalla el impacto del cambio climático en las distintas regiones del planeta, como así también el grado de adaptación y vulnerabilidad de las mismas. Para América Latina pronostica un panorama desolador.
Para mediados del siglo, se proyecta que debido al aumento de la temperatura asociado con la disminución de la humedad del suelo se producirá un gradual reemplazo en la región este del Amazonas, pasando de la selva tropical a la sabana. Asimismo un reemplazo de la vegetación del tipo semiárida por vegetación árida, completaría el cuadro. Esto conllevaría a un importante riesgo de pérdida de biodiversidad con la extinción de especies en varias partes de la América Latina tropical.
En las zonas más áridas, se espera que el cambio climático produzca la salinización y desertificación de la tierra apta para la producción agrícola. A su vez, la productividad de algunos cultivos de granos se espera que disminuya, poniendo en riesgo la seguridad alimentaría. En contraposición, se espera que en las regiones templadas aumente la superficie cultivable destinada a la soja, debido a su alta tolerancia al aumento de la temperatura, en detrimento del maíz y otros cultivos.
Respecto al aumento del nivel del mar, implicará mayores riesgos de inundación en las zonas costeras. El aumento de la temperatura superficial del mar tendrá, a su vez, efectos adversos en las barreras de coral de Meso América, por lo que produciría cambios en la locación de los stocks de pescado en el sudeste del Pacifico.
Con relación a la disponibilidad de agua para consumo humano, agricultura y generación de energía, se proyecta una significativa afectación debido a los cambios en los patrones de precipitaciones y a la desaparición de glaciares.
Ahora bien, ¿cuál es la capacidad de adaptación (6) de América Latina frente a estos cambios drásticos? Según este Informe la falta de información básica y sistemas de observación y monitoreo climáticos e hidrológicos; sumado a la dificultad de construir marcos políticos, tecnológicos e institucionales adecuados, en un contexto donde la mayoría de la población vive en la pobreza y habita en zonas de riesgo, aumentan las dificultades para la adaptación complicando los esfuerzos de algunos países por prevenir las consecuencias del cambio climático.
Para Argentina, siguiendo la opinión de los expertos Osvaldo Canziani, copresidente del Grupo de Trabajo II del IPCC, y Graciela Magrin, coordinadora del capitulo 13 del IPCC sobre América Latina (7) , el mayor problema es la no disponibilidad de planificación al corto, mediano o largo plazo para los efectos del cambio climático. Esto se pone en evidencia ante la falta de estudios progresivos de seguimiento climático e hidrológico, y a la falta de previsión respecto a la planificación de zonas de cultivo y ubicación del ganado, para que no sean afectados por futuros posibles cambios climáticos, como por ejemplo inundaciones.
¿Qué es lo que debemos esperar para nuestro país si nos mantenemos pasivos? Lluvias, tormentas y granizos intermitentes y erráticos en todo el país; tornados desde Santa Rosa (provincia de La Pampa) hacia el norte; alteración del área del Río de la Plata y el Delta por inundaciones, cambios del nivel del mar; ingreso de agua salina al suelo, reducción de la producción de energía hidroeléctrica por escasez de agua en zona de Cuyo, el noroeste y una parte de la Patagonia, por nombrar solo algunos de los problemas que las generaciones futuras y no tanto, deberán enfrentar. Para el 2050 comenzarán los problemas de disponibilidad de agua para el consumo.
Se expandirán las zonas de contagio de enfermedades infecciosas transmitidas por vectores, como la malaria, el dengue y el Chagas. En el caso que siga disminuyendo la capa de ozono - protectora de los rayos solares nocivos- en el sur del país, se esperan más casos de cáncer de piel y problemas respiratorios infantiles.
En el Gran Chaco se agudizará la degradación del suelo, especialmente frágil ante el avance de la desertificación y la salinización, reduciendo la calidad del suelo y limitando los usos potenciales de las aguas subterráneas y en consecuencia afectando seriamente a la producción agrícola y ganadera y la salud de la población.
En cuanto al aspecto económico, la producción de granos estará seriamente comprometida. El futuro del trigo, el maíz y el girasol será difícil ya que basta un aumento de apenas 1º a 1,5ºC de la temperatura, para que desaparezcan. Por el contrario, la producción de soja, como mencionamos anteriormente, se beneficiaría debido a su capacidad de tolerar un aumento en la temperatura de hasta 3ºC. Según estudios del INTA (8) aumentará la producción de la soja en un 35% aproximadamente, mientras que bajará la producción del resto de los cultivos mencionados. Se estima que en un corto plazo el maíz puede perder un 14% de productividad, mientras que la cebada, el trigo y la avena, un 10%, seguidos por el arroz y el azúcar.
Cabe destacar que el monocultivo podría acelerar la degradación del suelo, ya que el uso intensivo del mismo puede provocar un stress que hace, por ejemplo, que disminuya su capacidad de absorción. Esto quiere decir que, ante la saturación de agua de las napas subsuperficiales, la tierra se inundará con mucha más facilidad. Opinan los expertos, como es el caso de Osvaldo Canziani, que la solución es relocalizar los cultivos y los peces en riesgo en zonas más frescas.
Nuestro territorio y nuestra población están pagando un costo muy alto por la ausencia de políticas de corto, mediano y largo plazo para enfrentar los problemas derivados del cambio climático. Basta mencionar las recientes inundaciones de marzo y abril ocasionadas por las inusuales lluvias en las provincias de Córdoba, Buenos Aires, Salta, Entre Ríos, y sobretodo en Santa Fe, como así también la prolongada sequía sufrida en el 2006 en la provincia del Chaco especialmente.
El primer paso para un abordaje integral e inmediato del problema del cambio climático debe realizarse a través del debate y la posterior elaboración de un Plan nacional que involucre a todos los sectores políticos, económicos y sociales.
La responsabilidad ineludible de este cuerpo legislativo es sancionar los instrumentos necesarios para preservar el medioambiente sano y equilibrado para las futuras generaciones. La ausencia de regulación para planificar un desarrollo sustentable en nuestro país tiene y tendrá consecuencias desastrosas para nuestro pueblo.
El tema es sumamente complejo por lo que hemos propuesto la creación de un ámbito de trabajo bicameral, a través de una Comisión donde estén representados todos los bloques, que se aboque a la discusión de un Plan Nacional de Cambio Climático elaborado por un Grupo de Expertos. Proponemos que el plan, aprobado en la Comisión Bicameral, sea objeto de debate público en una audiencia a tal efecto, previo a su discusión en las sesiones plenarias de las Cámaras.
Esta propuesta apunta a conferir un tratamiento especial para una cuestión que consideramos que por su trascendencia y complejidad, requiere un compromiso político, económico y social profundo.
Por todo lo expuesto, solicitamos el tratamiento y aprobación del presente proyecto de ley.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
BINNER, HERMES JUAN SANTA FE PARTIDO SOCIALISTA
STORERO, HUGO GUILLERMO SANTA FE UCR
MAFFEI, MARTA OLINDA BUENOS AIRES ARI
ZANCADA, PABLO V. SANTA FE PARTIDO SOCIALISTA
DI POLLINA, EDUARDO ALFREDO SANTA FE PARTIDO SOCIALISTA
AUGSBURGER, SILVIA SANTA FE PARTIDO SOCIALISTA
SESMA, LAURA JUDITH CORDOBA PARTIDO SOCIALISTA
MORANDINI, NORMA ELENA CORDOBA PARTIDO NUEVO CONTRA CORRUP. POR HONEST. Y TRANSP.
BISUTTI, DELIA BEATRIZ CIUDAD de BUENOS AIRES ARI
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO (Primera Competencia)
PETICIONES, PODERES Y REGLAMENTO
Trámite
Cámara Movimiento Fecha Resultado
Diputados MOCION DE PREFERENCIA (AFIRMATIVA) 09/05/2007