La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Dirigirse al Poder Ejecutivo Nacional, para que a través de los Organismos que correspondan, se sirva informar sobre los puntos que abajo se detallan, relacionados con el funcionamiento de la Morgue Judicial de la Nación

1. ¿Cuántos cadáveres pueden conservarse en la Morgue en condiciones adecuadas?

2. ¿Cuántos cadáveres se encuentran almacenados en la misma actualmente?

3. ¿Se encuentra la Morgue Judicial preparada para responder ante un accidente o catástrofe con múltiples víctimas fatales?

4. ¿Qué datos de los cadáveres se registran para establecer la identidad del fallecido N.N.?

5. ¿Cuánto tiempo se conservan los cadáveres que nadie reclama y qué se hace con ellos pasado ese tiempo?

6. ¿Cómo se gestionan los residuos patogénicos que genera la actividad de la Morgue Judicial de la Nación? En caso de corresponder, informe qué empresa se encarga del tratamiento y/o disposición final de los mismos.

7. ¿Qué tipo de tratamiento reciben y donde se vierten las aguas residuales y/o residuos líquidos de la Morgue Judicial de la Nación?

8. ¿Son suficientes los recursos humanos con los que cuenta la Morgue para cumplir en forma eficiente sus funciones?

9. ¿Por qué no se hace efectiva la adquisición y/o remodelación de un edificio para la Morgue Judicial?

Señor presidente:

La Morgue del Poder Judicial de la Nación, destino obligado de los fallecidos en circunstancias dudosas, accidentes de tránsito o víctimas de crímenes se encuentra en un real estado de precariedad. Instalada en un edificio prestado (Junín 760 de la Capital Federal), que no fue diseñado para que en él se desarrolle esa actividad, con pocos empleados y una reducida capacidad para albergar cadáveres, la Morgue no está preparada para atender las tristes necesidades de una ciudad cada vez más poblada y violenta.

Sucede en otros países, y hasta puede ser entendible, que una morgue se desborde ante una catástrofe o un accidente con numerosas victimas pero lo cierto es que la Morgue Judicial de la Nación se encuentra habitualmente al borde del colapso.

De 1995 a la fecha ese organismo duplicó la cantidad de autopsias que atiende al año. El aumento de la población y de la violencia hacen que mayor cantidad de cadáveres tengan hoy ese destino. Muchos también estiman que el aumento de casos tuvo lugar a partir del homicidio de María Marta García Belsunce y su encubrimiento con un certificado de defunción falso. Desde ese momento los médicos actúan con mayor cautela antes de firmar un certificado de defunción y ante cualquier duda, tanto de aquellos como de jueces y fiscales, los cuerpos son enviados a la morgue. Esto hizo que del 2002 al 2003 ese organismo pasara de hacer 2.976 autopsias a 3.355 al año, según los registros oficiales de la Corte.

Según dichos de los propios empleados, que fueran publicados en los diarios Clarín (19-08-07) y La Nación (24-06-04), es cada vez más habitual que la capacidad de las cámaras frigoríficas sea desbordada. Ocurrió con casos de extrema excepción, como cuando fue el atentado a la AMIA -en 1994, con 85 muertos- y con la tragedia de Cromañón -diciembre de 2004, con 194 muertos-, cuando la Morgue se vio definitivamente superada. Pero se trabaja tan al límite, que el desborde se da cuando hay un accidente de tránsito fuera de lo habitual, con más de 10 o 15 víctimas.

El edifico donde funciona el organismo referido no es el adecuado porque nunca fue pensado para una morgue. Pertenece a la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, que lleva diez años reclamándole a la Corte su devolución. Por otro lado, las deficiencias estructurales y la poca capacidad de la misma pueden ocasionar problemas sanitarios dado que se trata de un edificio en el que se generan numerosos residuos patogénicos pero que no está preparado para disponer, tratar y gestionar adecuadamente los mismos.

Hace cuatro años que la Corte Suprema de Justicia de la Nación al fijar el presupuesto de gastos para el ejercicio futuro viene contemplando los "montos necesarios para llevar adelante la adquisición y remodelación integral de un edificio a los efectos de destinarlo para un nuevo asentamiento de la Morgue Judicial". Sin embargo, dicha erogación nunca se hizo efectiva. Todo nos hace pensar que este año 2008 será igual a los anteriores en los que a pesar de encontrarse previsto no se destinaron los fondos necesarios para empezar a dar solución a algunos de los problemas antes mencionados.

Un ejemplo de la falta de recursos económicos de la Morgue es que en la misma se toman fotografías analógicas de los cadáveres NN, no digitales! Los rollos se revelan cada vez que alguien busca a algún familiar y sospecha que puede encontrarse allí por los otros datos registrados. En plena era de la tecnología la morgue judicial no cuenta con una simple máquina de fotos digital que permita registrar debidamente cada cuerpo y cargar las imágenes en el sistema informático.

Las cuestiones planteadas son serias. La muerte de las personas requiere una respuesta institucional que tenga en cuenta y respete la dignidad humana, el dolor de los deudos y su búsqueda de justicia.

La dignidad de la persona no se extingue con la muerte, el cuerpo humano y sus restos deben ser manipulados en todo momento con respeto. Mal puede hacerse efectivo ese derecho cuando los sitios destinados a ello no tienen las condiciones estructurales y los recursos suficientes, aún con la mejor voluntad de sus empleados y funcionarios.

Por otro lado, el estado está obligado a prever que un accidente o un desastre natural pueden acarrear muchas muertes (sobre todo en una ciudad con muchos habitantes), proyectar soluciones posibles y destinar los recursos correspondientes.

Las instituciones deben prepararse para responder adecuadamente a distintas contingencias y cumplir, aún en casos excepcionales, con eficiencia sus funciones, sobre todo cuando las mismas involucran cuestiones tan caras a los sentimientos de los ciudadanos.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares apoyen con su voto afirmativo esta iniciativa.