PROYECTO DE TP
Expediente 1832-D-2008
Sumario: CREACION DEL AREA INTEGRAL DE CONSERVACION Y DESARROLLO SUSTENTABLE DENOMINADA CORREDOR BIOLOGICO DEL RIO PARANA: OBJETIVOS, USO DE LA TIERRA, AUTORIDAD DE APLICACION, CREACION DEL FONDO AMBIENTAL DEL CORREDOR BIOLOGICO DEL RIO PARANA.
Fecha: 28/04/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 33
El Senado y Cámara de Diputados...
CORREDOR BIOLOGICO DEL
RIO PARANA
TITULO I
Institucionalización
Capítulo I
Creación
Artículo 1° - Créase el Area Integral de
Conservación y Desarrollo Sustentable, la que se denominará a los efectos de la
presente ley, "Corredor Biológico del Río Paraná".
Art. 2° - El Corredor Biológico del Río
Paraná estará delimitado por el tramo del río Paraná, en el espacio que abarca las
estribaciones de la represa Yacyretá en la provincia de Misiones, y el límite sur de la
zona de islas de delta del Río Paraná, incluyendo en la misma, las zonas de islas y
sectores de la franja costera de ambas márgenes que pertenezcan a áreas protegidas
de cualquier tipo, y/o zonas que por su estado de conservación sean de interés para
incorporar a este corredor biológico, siendo éstas de propiedad estatal o privadas.
Capítulo II
Objetivos
Art. 3° - Son objetivos prioritarios de esta
ley el desarrollo regional, la justa y equitativa distribución de las riquezas que de los
recursos naturales se produzcan, garantizar el acceso a una adecuada calidad de vida
de los habitantes, y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales de la
región.
Art. 4° - Será deber del Estado la
reducción y/o cesación de formas productivas o de consumo que pudieran atentar
contra el fiel cumplimiento del artículo 41 de la Constitución Nacional.
Art. 5° - La preservación será considerada
como prioritaria ante cualquier decisión que exigiera la intervención de la gestión
pública y/o privada. Si por alguna circunstancia se debieran tomar decisiones que
signifiquen la aprobación o denegatoria de medidas preventivas para la protección de
nuestros recursos, nunca podrá alegarse la falta de certeza científica como justificativo
de indecisión por parte de las autoridades correspondientes.
Art. 6° - La libertad de las personas, en lo
que hace a sus actividades sociales y económicas dentro del Corredor Biológico del Río
Paraná, debe ser encuadrada y subordinada al cumplimiento del interés social
expresado mediante el artículo 41 de nuestra Constitución Nacional, y de las futuras
leyes que pudieran dictarse, no pudiendo primar por sobre éste, las pretensiones
personales de los habitantes que pudieran afectar a los intereses de la Nación y al uso
sustentable de sus recursos.
Art. 7° - Si se incorporara una especie
exótica que posteriormente pudiera causar daños al ambiente o a los ecosistemas del
Corredor Biológico del Río Paraná, será
responsabilidad de quien lo introduce, aun
si mediara autorización previa de parte de las autoridades competentes.
Art. 8° - A los fines de dar cumplimiento
fiel de la presente ley, se considerarán instrumentos válidos para la gestión ambiental,
entendiéndose por esta última: las acciones tendientes a la previsión, prevención y
administración de las medidas necesarias para llevar adelante una acción sobre la base
del medio ambiente, los que seguidamente se expresan:
a)Todo instrumento legal de carácter
nacional o internacional refrendado por el Estado nacional que pudiere servir a los fines
del cumplimiento de la presente ley, y a favor del desarrollo sustentable;
b)Todos aquellos planes y programas de
desarrollo social y económico, que pudieran ayudar al desarrollo sustentable, y a la
protección integral de nuestros recursos;
c)Los planes de regulación de
asentamientos humanos;
d)Las acciones de amparo que dentro del
marco del artículo 43° de la Constitución Nacional, y toda otra acción procesal que
pudiera significar apoyo para el fiel cumplimiento de la presente ley, y a la protección de
los recursos naturales de la Nación;
e)Las sanciones penales, administrativas
y/o las obligaciones que producto de las medidas de protección de los recursos
naturales existan o pudieran existir;
f)La investigación y el desarrollo científico y
tecnológico;
g)Las prevenciones y/o restricciones que
pudiere promover el Estado en procura de la protección de nuestros recursos naturales,
y los ambientes;
h)Los estudios de impacto ambiental sobre
obras públicas o privadas realizadas por organismos nacionales y/o a requerimiento de
organismos de crédito externo;
i)Las inversiones públicas en obras que
persigan el mejoramiento y la protección del medio ambiente.
Art. 9° - Generar condiciones favorables
para:
a)La conservación e incrementación de las
masas forestales que se hallen incluidas en ese territorio y provengan de la flora
nativa;
b)Preservar la calidad de las aguas del río
Paraná y sus tributarios;
c)Reconocer y hacer reconocer los servicios
ambientales que naturalmente ofrecen estas áreas naturales, tales como: Fijación de
carbono, sostén de la biodiversidad, provisión de agua apta para el consumo humano y
mejoramiento del hábitat en especial para la fauna íctica de la región;
d)Prevenir el aislamiento y la insularización
de los ambientes naturales, garantizando así la continuidad de los procesos de
migración de especies de la fauna silvestre, así como también sus desplazamientos
estacionales;
e)Favorecer la dispersión y reposición
natural de la flora silvestre;
f)Contribuir a mejorar la calidad de vida de
los residentes del área mediante la promoción de políticas sustentables de desarrollo,
que permitan asegurar una mejora en los servicios que reciben las comunidades
locales;
g)Contribuir al cumplimiento de los
compromisos asumidos por el Estado nacional y ratificado en los convenios marcos
sobre cambios climáticos, de diversidad biológica y Convención Ramsar;
h)Asegurar el mayor aprovechamiento de
los beneficios económicos que se produzcan de la reducción certificada de gases del
efecto invernadero en proyectos que promuevan la conservación y uso sustentable de
recursos forestales nativos;
i)Generar políticas de planeamiento
biorregional.
Capítulo III
Uso de la tierra
Art. 10. - El Poder Ejecutivo, a través de la
autoridad de aplicación nacional, implementará programas e incentivos a los fines de
garantizar un apoyo concreto a la protección en tierras privadas de áreas naturales y de
restauración de la flora y fauna nativas, tendrán especial interés aquellas zonas que se
identifiquen dentro del corredor como puntos importantes para el restablecimiento de la
conexión del denominado Corredor Biológico del Río Paraná.
Art. 11. - Dentro del área del denominado
Corredor Biológico del Río Paraná, la autoridad de aplicación nacional podrá
promocionar únicamente programas y proyectos que signifiquen planes de forestación
con especies nativas y planes de actividades agropecuarias a gran escala que no afecten
la conectividad del corredor ni signifiquen la deforestación de bosques nativos a gran
escala.
Art. 12. - Las áreas naturales protegidas
que queden incluidas dentro de este corredor, seguirán conservando el mismo estatus
jurídico, que poseían al momento de la sanción de la presente ley, salvo decisión
fundada de los propietarios del predio, de incorporar sus fundos al sistema de nacional
de áreas protegidas dentro de la órbita de la Administración de Parques
Nacionales.
TITULO II
Autoridad de
aplicación
Capítulo I
Designación
Art. 13. - Serán autoridades de aplicación
local de la presente ley, aquellas dependencias provinciales que designe cada una de las
provincias que integran el Corredor Biológico del Río Paraná.
Art. 14. - Será obligación de la autoridad
de aplicación nacional la adopción de todas las medidas tendientes a garantizar la
conservación de la biodiversidad en todo el territorio del Corredor Biológico del Río
Paraná, así como también la distribución justa y equitativa de los beneficios que se
deriven de su aprovechamiento, dándose prioridad al estado provincial que genere y/o
posea territorialmente el recurso.
Art. 15. - Es obligación de las autoridades
de aplicación la protección especial de toda aquella especie considerada singular, así
como también de los espacios naturales de importancia especial, y del germoplasma de
las especies nativas, debiéndose adoptar rigurosas medidas de control y protección para
todas aquellas especies cuya supervivencia se considere en peligro de extinción.
Art. 16. - La coordinación general del
corredor estará a cargo de la autoridad nacional de aplicación.
Capítulo II
Fondo
Art. 17. - Créase el Fondo Ambiental del
Corredor Biológico del Río Paraná, el que estará constituido de la siguiente
manera:
1.Los mecanismos de compensación por
servicios ambientales que presten las áreas naturales conservadas por parte de
propietarios privados, de terrenos dentro del citado espacio.
2.Créditos nacionales, provinciales e
internacionales.
3.Aportes y contribuciones especiales.
4.Legados y donaciones.
5.Fuentes de ingresos estatales generadas
a través de multas a infractores ambientales.
6.Ingresos provenientes del cobro de
regalías por el uso de ciertos recursos naturales.
7.Ingresos provenientes de actividades
relacionadas con:
-El turismo y en especial el ecoturismo
dentro del área.
-La pesca comercial y deportiva que no
implique la afectación de fondos devengados por las provincias anteriormente.
-Toda otra actividad que genere
impuestos, retenciones, tasas o contribuciones no provinciales que se recauden por
actividades desarrolladas dentro del área.
Art. 18. - La distribución económica del
Fondo en cada una de las jurisdicciones provinciales estará a cargo de la autoridad de
aplicación nacional, y la misma se realizará de forma coordinada, monitoreada y
ejecutada con la autoridad de aplicación local.
Capítulo II
Destino del Fondo
Art. 19. - Tendrá como prioridad:
a)El fomento de la explotación rural
sustentable dentro de las pautas del proyecto;
b)Propiciar el turismo de bajo
impacto;
c)Desarrollar las actividades de pesca
sustentable, tanto en sus versiones comercial como deportiva;
d)Restauración de las áreas naturales, que
sean consideradas clave, para la consolidación del corredor;
e)Fomentar y permitir la gestión ambiental
municipal de aquellas poblaciones que dentro del corredor implementen proyectos y
programas que ayuden a la consolidación del corredor.
Art. 20. - El Poder Ejecutivo nacional
reglamentará la presente ley, determinará el organismo de su dependencia que
revestirá el carácter de autoridad de aplicación nacional e implementará y pondrá en
funcionamiento el Fondo por ley aquí creado en su jurisdicción, dentro de los 180 días
de promulgada la presente.
Art. 21. - Comuníquese al Poder
Ejecutivo.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Elevo a consideración de la Honorable
Cámara de Diputados de la Nación el presente proyecto de ley que tiene por objeto la
creación de un área integral de conservación y desarrollo sustentable, a la que se
propone se la denomine "Corredor Biológico del Río Paraná", el que estará delimitado
por el tramo del río Paraná, en el espacio que abarca las estribaciones de la represa
Yacyretá en la provincia de Misiones, y el límite sur de la zona de islas de delta del Río
Paraná, incluyendo en la misma, las zonas de islas y sectores de la franja costera de
ambas márgenes que pertenezcan a áreas protegidas de cualquier tipo, y/o zonas que
por su estado de conservación sean de interés para incorporar a este corredor
biológico.
"La República Argentina es uno de los
países con mayor variedad de ecorregiones del mundo: dieciocho zonas continentales y
cuatro áreas oceánicas están representadas en su territorio. Cinco de estas ecorregiones
se encuentran solamente en la Argentina y ocho han recibido la máxima clasificación de
prioridad de conservación en el informe: 'Una evaluación del estado de conservación de
las ecorregiones terrestres de América latina y el Caribe' " (WWF-BM. 1995).
Esta afirmación incluye alrededor de 9.000
especies de plantas superiores, esta variedad coloca a la Argentina entre los 17 países
con mayor diversidad en este sentido, siendo cerca del 30 % de ellas endémicas. En lo
que hace a animales, se conocen más de 2.380 especies de vertebrados con un
endemismo de 38 especies de mamíferos y 19 de aves. De la diversidad enunciada,
529 especies de vertebrados, y 240 de plantas se hallan bajo amenaza de extinción.
Esto significa en otros términos que cerca del 21 % de los mamíferos sufre peligro de
desaparecer, lo que se agrava si se tiene en cuenta que de otro 22 % no se tienen
datos fiables acerca de su estado poblacional, y de otro 57 % se sabe que se halla en
riesgo bajo de supervivencia, pero riesgo al fin. En lo que hace a las aves, en idéntica
situación se halla un 7 % bajo amenaza seria, y nada menos que el 85,7 % se
encuentra con riesgo bajo de supervivencia, mientras que de un 7,2 % no se cuenta con
datos que permitan conocer su estado de conservación con la certeza necesaria para
elaborar estrategias de conservación. Pero a ello se debe agregar un concepto extra: la
posible extinción de estas especies debería ser llamada exterminio, como suele referir
acertadamente el naturalista Juan Carlos Chebez al respecto, puesto que este peligro
no se debe a fenómenos naturales, sino a acciones humanas sobre los ecosistemas
que implican una amenaza extrema ya sea en forma directa como indirecta para la
biodiversidad. En otras palabras, las desapariciones no se deben a hechos naturales,
sino a acciones humanas intencionadas que afectan a las especies involucradas. De
hecho el fuego que afecta actualmente a buena parte de esa zona, no solo significa una
preocupante degradación del ambiente de dicha región, sino que además afectará
negativamente a buena parte de las especies que allí habitan y provoca a la vez un
importante daño ecológico.
La diversidad genética y la posibilidad de
intercambio de materiales heredables entre poblaciones de diferentes regiones son la
base fundamental tanto para la evolución, como para la continuidad de una especie. Al
mismo tiempo, a lo largo de miles de años, la humanidad ha participado en esta
selección, realizando un proceso paralelo al natural, produciendo modificaciones
genéticas que le permitieron adaptar especies domesticadas para su consumo. Pero
para que este proceso continúe, se hace preciso mantener la riqueza del material
genético disponible en forma silvestre, desde las formas más simples que pueden
implicar cepas de microorganismos hasta animales y plantas superiores.
Este proceso ha hecho al mundo testigo de
una desaparición de variedades a un ritmo alarmante, en especial durante el último
siglo, tanto de especies silvestres, como de
otras domesticadas o generadas por acción
humana. Dentro de esta situación, los pueblos indígenas y las poblaciones aisladas, han
jugado un papel crucial en la conservación al utilizar prácticas menos productivistas y
más sustentables de aprovechamiento de los recursos.
La gestión ambiental de los recursos
naturales y el ambiente es una de las áreas de mayor importancia para el desarrollo
sustentable. Y dentro de este marco, la riqueza natural de la región de la cuenca
Paraná-Uruguay se encuentra entre los aspectos básicos que comporta la
sustentabilidad y la competitividad gracias a las ventajas comparativas que presenta
naturalmente y que se acentúan por las incorporaciones que se produjeron a través de
siglos de ocupación de los espacios por la población que allí vive.
Desgraciadamente, la realidad marca una
preocupante debilidad institucional y financiera que apoye la consolidación de
actividades sustentables en la región. Dentro de ese marco, es usual ver oficinas
estatales a las que se le asignan grandes responsabilidades, pero casi inexistentes
recursos tanto económicos como financieros para que ejerzan su cometido. Tampoco es
raro ver que estas áreas son frecuentemente las que reciben los recursos menores en
los presupuestos, y cuando se llega al final del ejercicio, son también las que primero
reciben el recorte de asignaciones para que las cuentas cierren. Toda esta situación se
ve acentuada por la casi frecuente inexistencia de posibilidad de que estas reparticiones
participen en la discusión de políticas fiscales y económicas que les permitan explicar su
incidencia en políticas generales de integración y comercio. De esta manera, se limita y
cierra el camino a la discusión por parte de la sociedad de la importancia del debate
ambiental y su inclusión en los mecanismos económico-financieros de gestión. Esta no
es una discusión menor, ya que actualmente es uno de los ejes de la economía mundial
de los países desarrollados, y que no podemos perder si deseamos hallar formas de
salvar la riqueza ambiental de nuestra región y a la vez permitir la construcción de una
alternativa sustentable que permita la inclusión de los sectores más desprotegidos de
nuestra sociedad.
Al respecto, si bien se han observado
avances en la opinión pública, la realidad marca que aún se consideran como decisiones
de segundo orden a las medidas de protección del capital ambiental y de la calidad de
vida de las personas de la región, en lo que hace a las consideraciones político-
económicas de los gobiernos tanto provinciales como nacionales.
La región presenta tasas de crecimiento
mayores que las medias del continente y en el ámbito mundial, como consecuencia de
las presiones que sufre por el desplazamiento demográfico desde áreas más deprimidas.
Esto está llevando a que los recursos naturales sufran presiones mayores que las que
pueden soportar en condiciones normales. La aparición de grandes conglomerados
urbanos en la zona, los efectos que devienen de su actividad, la expansión de la
frontera agraria sobre la base del monocultivo que implica un juego simultáneo y
perverso de explotación extensiva y desmedida que termina derivando en rindes
decrecientes y agotamiento de las disponibilidades con la inevitable pauperización de los
sectores productivos, que a la vez deben aumentar su presión sobre los recursos para
seguir sobreviviendo, aun a costa de cercenar su futuro, y que a la vez expulsan hacia
espacios antes protegidos o a salvo del uso productivo a las actividades de menores
rindes por hectárea como es la ganadería.
Las áreas protegidas y el desarrollo
sustentable
"Las áreas protegidas son esenciales para
la conservación y manejo de la biodiversidad y los ecosistemas, por lo cual ellas son un
elemento clave para alcanzar el desarrollo sostenible." (1*)
Uno de los elementos que hacen a su
importancia, más allá del sentido conservacionista, se halla en el papel estratégico que
pueden jugar como sumideros de carbono y su relación con respecto al cambio
climático.
Dentro de este marco, y correspondiendo
con el artículo 8 de la Convención sobre Diversidad Biológica del cual nuestro país es
parte, establece el acuerdo para que los Estados firmantes implementen dentro de sus
estrategias nacionales de biodiversidad y
planes de acción, el fortalecimiento de los
sistemas nacionales de áreas protegidas de manera prioritaria. Pero a la vez, dentro de
esta propuesta, se debería tener como componentes imprescindibles, entre otros, "el
análisis de vacíos para determinar biomas mal protegidos e identificar oportunidades
para desarrollar corredores biológicos que podrían contribuir a la conservación de la
biodiversidad y al desarrollo sostenible por fuera de las áreas protegidas" [artículo 8º,
inciso a)]. (2*)
Pero luego continúa proponiendo la
implementación de un amplio espectro de categorías de manejo que permitan incluso el
uso múltiple, (8°, inciso b), y la inclusión de gobiernos locales y poblaciones vecinas
[artículo 8º, inciso c)]. (3*)
Más allá de estas consideraciones, es
necesaria una estrategia que contemple la planificación de mecanismos reguladores que
admitan sistemas de manejo que resuman prácticas de protección ambiental que
incluyan diseños de corredores y mosaicos de ambientes en escala regionales que
contengan a los ecosistemas considerados como prioritarios y de mayor biodiversidad
como el sistema de los ríos Paraná y Uruguay junto con sus humedales accesorios tales
como Iberá, Bajos Submeridionales, región de bañados y esteros chaqueños, entre
otros. En este sentido se hace importante dar impulso a experiencias planificadoras a
escalas amplias, de cuencas o ecorregiones aun cuando estas propuestas superen los
marcos provinciales y llegado el caso vayan más allá de las fronteras nacionales y haga
falta la constitución de acuerdos con países limítrofes.
Pero para que este proyecto pueda lograr
un sustento de parte de la opinión pública debe ser llevado a la discusión participativa
de la mayor amplitud posible por parte de los grupos directamente implicados en su
posterior gestión y aprovechamiento directo. Se hace imprescindible que la propuesta
implique a la vez un estrechamiento de intereses entre conservación y el uso de
espacios, lo que va indisolublemente unido al desarrollo de programas que generen
empleos y mejoras en la calidad de vida de los habitantes de esas zonas. Pero además,
y simultáneamente, deben generar interés por la conservación, tanto a escala local
como regional, ya que los beneficiados directos serán los más interesados en sostener la
propuesta y quienes la sostengan en el tiempo.
Se torna importante lograr metas que
permitan a la población valorar los servicios ambientales que presta la biodiversidad,
tanto como ecosistema, como a través de las actividades productivas que se desarrollan
en el marco del programa, sin perder de vista el valor que significa como factor de
conservación de culturas y para la recreación de las personas.
¿Qué es un corredor
biológico?
Allá por el año 1936, Simpson utilizó por
primera vez el término corredor para sus estudios de dispersión de especies, en especial
sobre la paleoflora y paleofauna, adjudicándole su uso, para las categorías de
continentales.
Pero en lo que hace a la fauna, recién
hacia finales de los años 40 se comienza a asociar la viabilidad de poblaciones con el
aislamiento entre las diferentes poblaciones de una misma especie, aunque aún no
lograban determinar fehacientemente la conexión entre insularidad y viabilidad. Recién
hacia principios de los 60, Preston
comenzará a recorrer el camino de la
recomendación de implementar corredores que conecten áreas protegidas. A pesar de
los años, aún no se ha definido plenamente el papel que juega en la sustentabilidad, la
implementación de estos corredores, pero se ha llegado al acuerdo de que juegan un
papel importante en lo que hace a la subsistencia de poblaciones tanto de fauna como
de flora.
De cualquier manera, estos corredores,
además de poseer una anchura suficiente como para permitir la libre circulación de
especies, deben diseñarse sobre la base de los beneficios ambientales y socioculturales
que impliquen para la población, en especial para quienes viven dentro de ellos, o en su
vecindad.
Se hace necesario agregar este concepto al
de áreas protegidas y como complemento de éstas, ya que garantizan la conectividad
entre las existentes, permitiendo así que los ecosistemas tengan la posibilidad cierta de
que se puedan adecuar a los cambios climáticos que se vienen operando cada vez con
mayor celeridad y que someten a sus componentes a presiones continuas.
¿Para qué sirven los
corredores?
La función de los corredores biológicos se
centra principalmente en el papel de preservar la diversidad biológica de la región a la
vez que se conforma en una forma de ayudar al desarrollo sustentable de las
sociedades ligadas a él permitiendo así que ambas actividades se complementen y se
ayuden en su gestión.
Para que éstos cumplan una función
efectiva, además deberían asegurar la conexión entre espacios separados por barreras
artificiales como pueden ser rutas puentes, represas, etcétera. (4*)
Además deben servir para garantizar la
continuidad de los procesos naturales intra e interregionales que de otra manera se
verían en peligro por acción de los cambios ambientales devenidos de la antropización, y
en forma indirecta y a consecuencia de ésta, por el cambio climático que comienza a
mostrar efectos cada vez mayores y más devastadores.
Pero para poder asegurar su éxito se debe
lograr conseguir la confianza de los grupos involucrados, respetando especialmente sus
intereses.
Nuestra región se halla entre las de mayor
biodiversidad del mundo, tanto en especies, como en recursos biológicos. Pero un factor
altamente limitante de su aprovechamiento se halla centrado en tres aspectos
fundamentales:
1. Falta de equidad en el reparto de los
beneficios.
2. Falta de desarrollo económico.
3. Presión demográfica.
Un corredor correctamente planificado y
gestionado es la mejor solución para asegurar los beneficios de la conservación. Surge
así, a modo de visión diferente del conservacionismo tradicional, que ve la gestión en
este tema a través de garantizar espacios lo más grandes posibles, pero que quedan
aislados entre ellos, favoreciendo así la insularización a mediano o largo plazo.
Esta nueva propuesta trata el tema con
una mirada biorregional con respecto a su manejo y ordenamiento. Dentro de este
concepto, se trata de que los gobiernos a cargo del tema, desarrollen estrategias para el
uso de la tierra, el agua y los recursos que estas áreas contienen.
iguiendo la tendencia mundial, se observa
día a día cómo las áreas protegidas van quedando aisladas entre sí por causa del
avance de la frontera agrícola, la deforestación, el desarrollo de vías de comunicación, la
urbanización, etc. De esta manera, los hábitat naturales de las especies, van quedando
cada vez más fragmentados y arrinconados, y poco a poco se reducen en tamaño hasta
que se producen inevitables desapariciones o exterminios de los mismos.
En la medida que esta situación se hace
más frecuente, las especies que los habitan ven cada vez más reducidas sus
posibilidades de acceso al agua, los alimentos, y el intercambio genético que garantice
su supervivencia. También se vuelve cada vez más fácil para los depredadores darles
caza, viéndose esta cuestión agravada por la presencia del hombre en esta actitud, lo
que pone a poblaciones enteras en situación de extremo peligro por las prácticas de uso
intensivo e indiscriminado que hace de estas especies en forma de recursos, llevándolas
al límite del exterminio antes que el de la extinción, puesto que con su acción, produce
una matanza que supera las circunstancias y causas que podrían calificar a este hecho
de extinción, al haber una acción determinada e intencional, que va más allá de las
circunstancias naturales.
La imposibilidad de acceder a refugios y
espacios adecuados, va provocando la paulatina disminución en la cantidad de
ejemplares debido a la situación de desigualdad que se presenta frente a los
depredadores, así, al formarse islas de hábitat naturales, las especies van disminuyendo
su capacidad de respuesta, y poco a poco van desapareciendo poblaciones enteras.
Incluso en situaciones en las que los hábitat parecen ser lo suficientemente grandes
como para viabilizar una población determinada, la existencia de algún fenómeno
natural (sequía local, incendios, crecientes de cursos de aguas demasiado prolongadas,
etcétera) o bien la introducción de un predador exótico con estrategias de supervivencia
demasiado agresivas, puede llevar a la desaparición de grupos enteros.
Existen investigaciones que prueban que se
deben contar con espacios mínimos como para albergar poblaciones con entre 50 y
5.000 individuos de una determinada especie, y de acuerdo a su tasa de reproducción e
incidencia en el ambiente, como para que se pueda esperar la viabilidad del grupo. Pero
a la vez, estos conceptos están siendo revisados debido a que se ha incorporado
últimamente el factor del cambio climático que hace variar la mayoría de las
convicciones hasta aquí tenidas como centrales. A la vez, esta situación debe ser
incorporada dentro de los factores de incidencia humana, puesto que si bien son
procesos que de otra manera se darían naturalmente, la rapidez con que se están
observando, y la celeridad con que estos se interconectan potenciándolos, tiene un
origen francamente antrópico, y no permite a las poblaciones afectadas, adoptar las
medidas necesarias para contrarrestarlos o generar una respuesta que se traduzca en
nuevas estrategias de supervivencia.
Al mismo tiempo que se reconoce que esta
situación avanza a pasos agigantados, los biólogos están viendo la posibilidad de
hacerle frente por medio de la implementación de corredores que conecten las áreas
protegidas existentes mientras simultáneamente tratan de crear nuevas, que extiendan
en la medida de lo posible, los espacios protegidos para especies tanto de animales,
como de vegetales garantizando así su supervivencia. (5*)
Si bien se puede hablar de una cantidad de
espacios protegidos que sirvan de refugio, o de estaciones de paso para animales
migradores, y aun para los que no lo son, o lo que es peor, los que huyen del avance de
la frontera agrícola, debemos tener en cuenta que la situación con algunas especies
animales, y en general las vegetales, no logran conseguir escapar a la velocidad que las
circunstancias reclaman, quedando así atrapados por la nueva realidad.
La generación de una estrategia de
corredores biológicos, no sólo puede transformarse en una salida para la conservación,
sino que además puede garantizar la existencia de
grandes masas forestales, con su acción de
sumidero de carbono ayudando así a las actividades de mitigación del efecto
invernadero y la contaminación atmosférica.
Los corredores biológicos pueden jugar
también un papel importante en la protección de cursos de agua, y de esa manera,
resguardar un recurso que se halla mundialmente en peligro, y que en el caso de
nuestro país debe ser garantizado, ya que si bien se cuenta con importantes recursos de
este tipo, los estudios que se vienen realizando a lo largo de los últimos años
demuestran que su situación se está deteriorando rápidamente.
Los corredores superan a los sistemas de
protección tradicionales, desde el momento en que pueden llegar a espacios mayores
(no todos los terrenos deben ser cerrados a la actividad humana), y en consecuencia,
tampoco requieren el cese de la actividad comercial o productiva en los espacios que ya
se hallan ocupados, sólo que se les requiere su uso en forma sustentable y la
implementación de prácticas amigables con las áreas protegidas vecinas.
Los corredores proponen cuatro
tipos de categorías de uso de tierra:
1. Zonas núcleo: son las áreas protegidas.
Su finalidad es lograr que espacios con peligro de desaparición, pero que a la vez
cumplen servicios de sustento de biodiversidad, sean protegidos en el mejor estado de
funcionamiento posible. En este sentido humedales, cauces de agua, bosques, llanuras,
etcétera, son pasibles de ser protegidos no sólo como paisajes a ser cuidados en virtud
de su biodiversidad, sino además en razón de los recursos de la biodiversidad misma
que contienen, y lo que representan para la humanidad. Aun para aquellos que no ven
en la naturaleza más que un paisaje sin valor más allá de lo visual, se debe explicar que
las especies silvestres son un recurso crítico para la bioexploración relacionada con la
producción y mejora de nuevos alimentos y medicinas, así como también materias
primas para distintas industrias. En otras palabras, generan ingresos. Estas zonas, de
acuerdo a la mayoría de los expertos, debería importar alrededor del 10 % de los
espacios de una región ecológica como piso mínimo de conservación. Pero más allá de
las consideraciones de tamaño, lo primordial para la efectividad de las zonas núcleo,
reside en la conjunción de tamaños, cobertura de hábitat y la eficacia con que se los
maneja. Para ello se deben establecer estrategias de implementación y gestión a
mediano y largo plazo, que incluyan a ONG y formas participativas en su aplicación por
parte del sector público y privado, junto con las entidades científicas oficiales y las
comunidades vecinas al lugar. (6*)
2. Zonas buffer o de amortiguación: son
aquellas que rodean a las áreas protegidas, y que contienen indistintamente tierras en
su mayoría en estado silvestre o bajo explotación sustentable. La finalidad de estos
ambientes es fundamentalmente la de filtrar las actividades perturbadoras de la relación
entre las áreas protegidas y los espacios humanizados. Dicho de otra manera, en estos
espacios, se evita tanto la caza furtiva y la interferencia humana sobre los espacios
protegidos, como el ingreso de animales, en especial aquellos considerados peligrosos
para el hombre desde las zonas de protección, hacia las habitadas. Y en forma general,
cumplen el papel de ordenar las relaciones intrazonales y sus impactos negativos entre
los diferentes espacios de los corredores. Dentro de ellas pueden realizarse, llegado el
caso, actividades productivas limitadas, siempre que favorezcan a la biodiversidad al
tiempo que signifiquen ingresos a la comunidad. De cualquier manera, las explotaciones
deben ser fundamentalmente reconversiones de otras ya existentes, evitando la
realización de nuevas, y dentro de ellas se deben establecer planes de manejo que
signifiquen la menor interferencia posible sobre la vida de la flora y fauna de las zonas
de exclusión vecinas. (7*)
3. Zonas conectoras: son los terrenos
dedicados literalmente a corredores. Su función es la de brindar el servicio de unir las
distintas áreas protegidas garantizando de esa
manera, la funcionalidad de los espacios
protegidos. Su propósito es brindar vías de comunicación aseguradas y lo más
protegidas posible, en aguas y terrenos, para asegurar la dispersión de las plantas y la
migración y movilidad de los animales, al mismo tiempo que se convierten en vehículo
de fomento de la adaptación y respuesta a
las presiones que sufren en hábitat y
climas que están cambiando a un ritmo mayor que el que les permiten sus estrategias
naturales de supervivencia y las capacidades de adaptación a las circunstancias. Lo ideal
sería que aquellas zonas que se incorporen a corredores, en caso de estar bajo
producción, se las devolviera a un estado silvestre lo más parecido a su estado original
por medio de una política de restauración. Sin embargo, existen zonas en las que ya es
imposible efectuar intervenciones de este tipo, puesto que hay espacios importantes
que están urbanizados, o cuentan con explotaciones productivas importantes. El
objetivo final es lograr que se retorne a condiciones lo más "silvestres" posibles o bien
que tomen medidas de mitigación adecuadas. Desde la óptica socioeconómica, los
servicios que prestan los corredores pueden brindar beneficios que redunden en calidad
de vida e ingresos mejores para los habitantes de esas zonas. Para ello se deben tomar
medidas no sólo de protección sino, además, se debe estudiar las formas en que se les
reconozcan los servicios por parte del resto de la sociedad, y la posterior redistribución
equitativa de los ingresos que se generen para que incentive el interés de los implicados
en sostener el sistema. En consecuencia, se deberían estudiar formas de retribución,
fomento e incentivos que ayuden a una estrategia de este tipo. (8*)
4. Zonas de uso múltiple: se diferencian del
resto en el sentido de que comprenden actividades agroganaderas, forestales, o con
asentamientos urbanos. Estas pueden hallarse dentro de las zonas de corredores o en
las de amortiguación, pero se deben efectuar controles y aplicar medidas de manejo
determinadas que tiendan a la protección y manejo sustentables. 9 Estas políticas deben
contemplar incentivos a aquellos que se preocupen por cumplir con esta visión, así
como también prever reintegros por servicios ambientales. Por ejemplo, fomentar
cultivos forestales nativos sustentables, uso de pesquerías en forma planificada,
agroganadería orgánica, etc. (9*)
Los espacios a destinar a cada categoría,
dependerán de la situación socioeconómica de los pobladores, así como también del
estado de las poblaciones silvestres y sus necesidades. Juntamente con lo hasta aquí
planteado, se debería estudiar la implementación de sistemas de retribuciones por
servicios ambientales a la sociedad para que además de favorecer la conservación, se
reconozcan los esfuerzos de aquellos que trabajan en ese sentido, cubriéndose además
los costos de aplicación y sustento del sistema.
Para que se pueda caminar en este
sentido, se debería implementar paralelamente una serie de medidas que involucren a la
población, en especial a la directamente comprendida en el proyecto, es decir, a los
habitantes de la región a intervenir.
El ordenamiento o planificación del uso de
la tierra en su concepción clásica implicaría establecer restricciones de índole legal a los
propietarios o a los ocupantes tradicionales. La base jurídica de estas limitaciones no es
clara. En algunos casos se aplican efectivamente restricciones de este tipo, se han
establecido mecanismos compensatorios o incentivos económicos.
Entre las metas a incluir dentro
de las acciones a implementar, deberían tenerse en cuenta:
A. Contemplar los intereses de los grupos
sociales que intervienen: en este aspecto, se debe contar con las condiciones
socioeconómicas de los actores, y los valores culturales que portan. Por ejemplo,
mientras para el caso de poblaciones indígenas, los recursos muchas veces son
"comida", para los conservacionistas son especies a proteger de toda intervención
humana, y para los marginados urbanos, pueden llegar a ser en determinados casos,
una opción de acceso a tierras y/o comida. Para los
productores, de acuerdo a su visión de los
negocios, pueden significar recursos a explotar en forma de actividad minera (sin
contemplar su renovación), o de manera sustentable. El éxito o fracaso de las acciones
estarán inevitablemente atadas a la determinación acertada y científica de las tasas de
explotación sustentable de los recursos implicados, a la distribución de los beneficios, a
las acciones de mitigación que
se implementen. En este sentido, existe
una serie de pasos que se podrían implementar:
1) Identificar los puntos de acuerdo y
divergencia de intereses entre los distintos grupos sociales intervinientes.
2) Establecer mesas de concertación y
mecanismos de funcionamiento estable de discusión entre las partes, a los fines de
negociar las diferencias que surjan, y de compartir los acuerdos a los que se
llegue.
3) Formas de aplicación y apoyo a las
políticas que se establezcan dentro de estas estructuras a lo largo de las actividades de
discusión previas.
4) Administración e implementación de
políticas de seguimiento por parte de los gobiernos locales de las poblaciones
directamente involucradas de la zona. Implementación de unidades descentralizadas de
administración que se coordinen dentro del proyecto global.
Por ejemplo, la producción orgánica está
recibiendo espacios cada vez mayores del mercado internacional, una política de
fomento de estas actividades puede dar un nuevo impulso a las economías regionales
de estos lugares. Pero para que esto suceda, debe existir una línea de apoyo estatal, y
un consenso de las partes. Mientras tanto, desde lo ambiental, redundará en la
utilización conjunta de los espacios dedicados a esta producción por parte de especies
silvestres que tienen estos ambientes como hábitat natural, favoreciéndose así su
repoblación y sustento.
Para los fines descriptos, se deben
implementar una serie de acciones que se podrían resumir en:
a) Crear confianza entre los grupos sociales
participantes invitándolos a intervenir en mesas de discusión que contemplen a los
organismos locales, regionales, y nacionales. En la medida que la discusión se acerca a
los implicados, y éstos ven que están incluidos y son oídos, habrán de jugar un papel
dinamizador del tema y se acelerará la implementación, así como también la
transparencia del proceso.
b) Implementación de políticas y proyectos
que contemplen las realidades de los espacios incluidos en el proyecto, así como
también los aspectos socioeconómicos y biológicos del área, todo esto en forma
equilibrada y reflejando los acuerdos obtenidos en las discusiones previas del proceso.
Dentro de los plazos de aplicación, se debería priorizar las acciones que tiendan a
reforzar el respaldo y la aprobación del proyecto como formas prioritarias, estableciendo
para un mediano y largo plazo aquellas acciones más complejas aun cuando se traten
de intervenciones de conservación, siempre y cuando no impliquen peligros graves para
las poblaciones silvestres. La función de la priorización se centra en el hecho de que se
debe ganar la confianza de las partes intervinientes a los fines de que sirvan de apoyo al
proyecto. En este sentido se podría establecer una periodización que contemple
tentativamente los siguientes pasos y tiempos:
b.1.) Los primeros dos a tres años se
deberían dedicar a las acciones a corto plazo, en donde se tomen medidas que cuiden
de la formación de programas sociales y oportunidades de empleo alrededor de
actividades que ayuden al avance del proyecto. Las acciones y su aplicación deben
contemplar propuestas lo más equilibradas posibles entre la faz ecológica y la social,
con la intención de que se produzcan beneficios
visibles e inmediatas para la población y de
ese modo se genere a la vez un interés por seguir adelante.
b.2.) Durante los 5 o 6 años siguientes
podrían implementarse programas más complejos una vez que se haya afianzado la
participación de los grupos intervinientes. Dentro de este proceso, se pueden establecer
y delimitar los corredores, y las zonas de
amortiguación, a través de la concertación
con los grupos y sobre la base del conocimiento de los pobladores acerca de los lugares
más convenientes para cada zona.
b.3.) En el largo plazo se debe apuntar a
consolidar los espacios, y afianzar programas de producción sustentable de productos
orgánicos que se identifiquen con marcas o certificados de origen. En este aspecto,
jugarán un papel decisivo los gobiernos regionales y la Nación como gestores de la
sustentabilidad de los mercados consumidores de la producción sustentable y con
certificación que se generen en las áreas productivas de los corredores;
B. Posibilitar la participación civil: es
fundamental la participación de la sociedad en el debate del tema. Se debe crear la
concientización de los beneficios del proyecto entre la población, a la vez que discutir las
ventajas de un desarrollo sustentable, pero también, y para que sea efectivo, se debe
contemplar un proceso paralelo de descentralización de responsabilidades de los
gobiernos implicados en el proyecto. Para ello, se deberán establecer mecanismos de
participación que incluyan el acceso a la información pública y a la transparencia de la
actividad gubernamental. En este aspecto, los gobiernos locales habrán de jugar sin
lugar a dudas un papel decisivo como representantes de su población, pero además,
como garantizador del cumplimiento de las medidas que se decidan, y de su justa
aplicación tanto en lo social como en lo económico;
C. Direccionamiento de la información
hacia los grupos de concertación a los fines de favorecer la intervención participativa en
la toma de decisiones: las oficinas de planeamiento y de administración del proyecto
deberán implementar mecanismos para ayudar al acceso a la información por parte de
los actores sociales que intervienen, con la intención de que se les suministre la mayor
información local, provincial y nacional en torno al tema que los convoca. De esa
manera, será la única vía de intervención efectiva y acertada para la toma de
decisiones. Al integrar las informaciones y hacer partícipes de ellas a los distintos
actores sociales, se podrán tomar decisiones de importancia para la conservación de los
ambientes que se incluyan en el plan. Es necesario que se los informe acerca de los
posibles beneficios ambientales, así como también las posibilidades de incursión en
nuevos y mejores mercados a través de certificaciones de origen. Para ello, se deben
establecer políticas estatales de apoyo a la producción sustentable, y acompañar a los
productores en la búsqueda de mercados para los productos provenientes de estas
formas de gestión. Indefectiblemente el éxito o fracaso del proyecto dependerá de la
intervención de las partes, y del involucramiento de los interesados, para que aseguren
el cumplimiento y control de las acciones que proyecten, así como también en el diseño
de las sucesivas medidas que se propongan a lo largo de las diferentes etapas.
D. Demostrar los beneficios y servicios que
proveen los ecosistemas: se debe hacer comprender la importancia que comportan
actividades a veces subestimadas o no debidamente dimensionadas por la población.
Tal es el caso de la agricultura orgánica, el ecoturismo, la certificación forestal, etc. Una
información adecuada puede interesar a los participantes acerca de los beneficios de
una gestión adecuada de los recursos naturales y sus beneficios;
E. Armonizar la legislación tanto a nivel
interprovincial, como nacional y regional: una de las cuestiones quizás más duras de
resolver junto con la reorientación de la economía sea la de la armonización de la
legislación vigente en el área del proyecto, puesto que
son por todos conocidas las discusiones
que se deben hacer permanentemente entre los distintos niveles de gobierno para hacer
compatibles y aplicables las leyes que rigen en diferentes territorios, en especial porque
cuando hablamos de ambientes, éstos no siempre cumplen con las fronteras y
delimitaciones que hacen las personas políticamente.
¿Cómo se pueden sostener
financieramente?
La biodiversidad es imprescindible para la
supervivencia del hombre sobre la Tierra. En razón de ello, no son pocos los servicios
que ésta presta a través de los componentes de los ecosistemas, por medio de
alimentos, medicinas, agua, e incluso esparcimiento. Pero también se puede ver que la
biodiversidad posee una estrecha relación con la pobreza, ya que su destrucción implica
inevitablemente un aumento de poblaciones bajo la línea de pobreza, y un deterioro
consecuente con su calidad de vida.
Recientemente, el Banco Mundial
estableció un PBI mundial en una cifra aproximada de 29 billones de dólares anuales. Al
mismo tiempo, biólogos dedicados al estudio de la economía de la naturaleza, calcularon
que los servicios provenientes de ésta se podrían evaluar en 33 billones de dólares
anuales. (10*)
A lo expresado se debe sumar el hecho de
que tanto la agricultura, como la ganadería junto con la medicina y una parte
importante de la industria, dependen de los recursos provenientes de la biodiversidad
tanto para su funcionamiento como para su desarrollo. Pero en este sentido, se produce
un hecho importante: es común calificar a la biodiversidad en general, como "bien
público", y dentro de esa concepción, se tiende a aprovechar los recursos naturales en
forma gratuita, por lo que se procede a un uso de los mismos de manera insustentable
hasta que se vuelven escasos, o se los extermina. En el mismo sentido, los beneficios
obtenidos son calificados como externalidades, o, expresado de otra forma, no tienen
mercado ni son comercializables.
Sin embargo, esta visión puede cambiar
cuando se produce la expropiación de los mismos, como por ejemplo cuando se
privatiza o concesiona un parque, los usuarios que usufructuaban antes de su
biodiversidad en forma gratuita, ahora deben pagar por cada uno de los servicios que
reciben, así sea por esparcimiento. Pero peor aún, si se pudiera patentar o enajenar
esos bienes, los ingresos serían mayores, y su acceso podría ser restringido, por lo tanto
si se obtuvieran niveles adecuados de ingresos por los servicios ambientales que la
biodiversidad presta a la población, sin que se restrinjan por ello los derechos de las
personas, se podrían sufragar muchos de los gastos que se efectúan en su cuidado.
(11*)
Es por eso que el Convenio sobre la
Biodiversidad firmado en 1992, establece entre sus prioridades:
- Conservación de la biodiversidad.
- Uso sustentable de sus
componentes.
- Distribución justa y equitativa de los
beneficios que surgen de la utilización de sus recursos genéticos. (12*)
Pero además, existe otro aspecto a tener
en cuenta para nuestro país, y éste se basa en las ventajas comparativas que presenta
su alta biodiversidad, que podría ser aprovechada para fomentar el desarrollo
económico de las regiones en donde se intervenga, y por consecuencia, el crecimiento
de la misma, y su correspondiente mejora en la calidad de vida de sus habitantes.
Esta cuestión, no es por cierto poca cosa,
UICN y WRI han estimado que algunos servicios ambientales sustentables, podrían
ayudar en este sentido:
- El ecoturismo genera globalmente unos
12 mil millones de dólares por año.
- En 1998 los productos destinados a la
industria medicinal, provenientes de recursos de la biodiversidad, rindieron ventas por 6
mil millones, sin contar los beneficios que se recaudaron por la posterior venta de los
productos elaborados.
- Sólo en 1996, la agricultura orgánica
recaudó 3,3 mil millones de dólares.
- La consultora Bloomberg calcula que los
productos ecológicos moverían 30 mil millones de dólares hacia el año 2005. (13*)
En consecuencia, no son pocas las
oportunidades de recuperación de los fondos que se inviertan en medidas de protección
de áreas y de establecimiento de corredores que sirvan para su viabilidad.
Pero para determinar un instrumento
adecuado de ingresos de fondos, o de inversión de los mismos, se pueden obtener de
diversas maneras, los que deberán ser aplicados de acuerdo a la discusión que se
genere con los actores involucrados, y la oportunidad de aplicación.
Se podrían enunciar fuentes de tipo estatal
a través de multas a infractores ambientales, reforma del sistema tributario con
incorporación de incentivos ambientales, cobro de regalías por uso de ciertos recursos
naturales, reembolsos por actividades sustentables, etc. Por otra parte se pueden
obtener beneficios por medio de sistemas de donaciones, préstamos blandos, subsidios,
etcétera. (14*)
De cualquier manera, es de capital
importancia que los estadistas comprendan la importancia del tema y su incidencia en la
posibilidad de producir un desarrollo armónico y sustentable al mismo tiempo que se
cuida el ambiente, patrimonio de toda la población a la que representan en su nombre y
en el de las generaciones futuras.
La potencialidad de un corredor
Paraná-Uruguay
Grandes humedales están crecientemente
amenazados por el aumento de la demanda de agua para usos humanos, lo que afecta
también a las napas subterráneas asociadas. En la Argentina por ejemplo, los Bajos
Submeridionales en Santa Fe y Chaco, y los muy extensos y ricos bañados de la laguna
de Mar Chiquita en Santiago del Estero y Córdoba pueden ser afectados por varios
proyectos de desecamiento y utilización de agua para riego. (15*)
La región general implica una vastísima
cuenca que comprende los ríos Paraná, Uruguay y de la Plata junto con los tributarios
que vuelcan sus aguas en éstos.
En esta región se asienta la mayor
densidad poblacional del Cono Sur, lo que generó un extenso corredor demográfico a lo
largo de siglos de ocupación humana.
La única capital de los países que
conforman la región, que no se halla dentro de los espacios de esta cuenca, es la de
Bolivia, con lo que se resalta la importancia en general y política en particular, que tiene
en sí mismo el sistema hidrográfico y sus componentes.
Dentro de este marco, la mayor parte de
los humedales accesorios al sistema de ríos, se halla mayormente ligada al Paraná. Pero
algunos de ellos no son de origen natural, sino que provienen de represamientos
artificiales con fines de producción de energía eléctrica. Esta situación se da
principalmente en los tramos del Paraná superior en donde se halla instalada una
capacidad de generación del orden de los 32.000 MW a lo largo de unos 1.100 km de
río. (16*)
Esta situación ha generado una barrera
infranqueable para muchas especies por lo que se está generando un fraccionamiento
de poblaciones en especial de peces, que a la larga creará dos grupos distintos aguas
arriba y abajo de los represamientos, con el agravante de su fraccionamiento en los
lugares de mayor presencia de represas, haciendo por consiguiente crecer las
posibilidades de inviabilidad de las poblaciones que allí se hallen, nuevamente y en
especial de peces, ya que además no se cuenta con medidas efectivas para ayudar a la
interconexión del flujo genético en ambos sentidos de circulación.
Más hacia el Sur, ya en el Paraná Medio, se
desarrolla sobre la margen derecha una amplia y compleja planicie de inundación que se
extiende desde cerca de la confluencia del Paraná y el Paraguay hasta la ciudad de
Diamante (Entre Ríos), aproximadamente, en la que se invierte la posición de las
barrancas y sus áreas inundables, que pasan a la margen izquierda en el tramo
conocido como Paraná Inferior, donde van perdiendo sus características típicas para
confundirse con el Delta paranaense. (17*)
A esta situación se le agrega el importante
factor de que aún no cuenta con ningún represamiento en ese tramo, con lo que la
posibilidad de circulación genética se halla todavía en condiciones de sustentabilidad si
se toman las acciones necesarias para garantizarla.
Más hacia al Este, el río Uruguay define un
curso de unos 1.800 km de largo, que drena a la vez una superficie de alrededor de
365.000 km2. Desde el inicio de la cuenca en territorio brasileño, hasta la represa de
Salto Grande, se puede aún observar largos tramos de río sin represas, y que pueden
establecer largos tramos como corredores biológicos viables.
Dentro de estos territorios, es fundamental
el papel que cumplen los "pulsos" de las crecientes periódicas que permiten una
respuesta característica de la comunidad biótica de la región para la cual se halla
adaptada toda la biodiversidad que la ocupa.(18*) Este "pulso" representa la principal
fuerza que determina y controla la bioproductividad del río, desarrollada
fundamentalmente en las planicies de inundación. (19*)
Este sistema comprende un corredor
natural que si bien está siendo fragmentado por presión de actividades humanas
productivas, aún presenta posibilidades de sustento. La importancia biológica del mismo
se halla sostenida en especial por un corredor natural de selva de galería que acompaña
al cauce del río a través del sistema de islas que va perdiendo diversidad a medida que
se acerca al delta. Dentro de este territorio, se hallan varias especies endémicas,
especialmente hacia la parte superior y cercana a la provincia de Misiones.
Flanqueando a este enorme humedal, se
halla el cauce principal del Paraná y en el lado oriental de la Mesopotamia, el Uruguay
conforma otro humedal paralelo. Estos cursos de aguas representan un factor de
ingresos de gran importancia económica y social. Según cifras de 1980, se extraían
50.000 toneladas de pescado del Paraná, y 15.000 toneladas del Uruguay, con una cifra
igual al del Plata. Actualmente, entre el comercio legal e ilegal de pesca, se estima que
solamente en el Paraná la cifra podría duplicarse como mínimo. A los ingresos de pesca,
se deben agregar los que se generan por pieles de coipos, yacarés y lagartos
fundamentalmente. Tanto el sistema de humedal, como el cauce principal del río forma
una unidad, ya que ambos se complementan para su funcionamiento, al que se debe
agregar la complementariedad de las costas y humedales que forman un mosaico de
ambientes complejo y extenso, que deben contemplar la visión conjunta de costas, ríos
y humedales para que el mismo funcione de manera natural, y pudiendo a la vez
absorber explotaciones comerciales sustentables sin que se pierda la capacidad de
corredor que le es inherente. Sobre esta inmensa zona se hace necesario implementar
una estrategia urgente de delimitación de un corredor biológico como desafío para la
sustentablidad del sistema y sobre la que se debe iniciar la discusión de un programa
para ponerlo en práctica.
Por último, vale mencionar el efecto que
sobre dicha zona está causando el desplazamiento de la explotación ganadera, y el
empleo del fuego para roza y mejora de pasturas, con la inevitable destrucción de
hábitats que deberían estar protegidos.
De esta manera, en nombre de la libre
empresa, se destruye un capital de recursos naturales que pertenece a toda la Nación,
y que termina sucumbiendo a los intereses particulares de quienes usufructúan los
beneficios de los recursos naturales públicos. En este sentido debe recordarse que
quienes usan esas tierras, ya sea como prpopietarios de los terrenos o como
arrendatarios, deben ajustarse a las leyes vigentes o que se implementen en el futuro,
pero que de ninguna manera les está permitido el libre albedrío productivo en esas
tierras, ni el uso indiscriminado de prácticas irrazonables como la quema indiscriminada
de campos, algo que con la implementación de la presente ley podría comenzar a
subsanarse.
Por todo lo expuesto, y por lo expondré en
su oportunidad, solicito de los señores legisladores el tratamiento y posterior aprobación
del presente proyecto de ley.
REFERENCIAS:
1 Posición de la UICN sobre áreas
protegidas para el Comité Preparatorio de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo
Sostenible - 4ª Reunión Preparatoria, Bali (Indonesia).
2 Convención de la Diversidad Biológica de
las Naciones Unidas. PNUMA, 1992.
3 Ibíd.
4 Bennett, Andrew F., Linkages in the
landscapes: the role of Corridors and Connectivity in Wildlife Conservation. IUCN, Gland,
Suiza, 1999.
5 Rosenberg, D. K. et al., Biological
Corridors: Form, Function, and Efficacy. Bio Science Nº 47.
6 Soule y Sanjayan, Conservation Tergets:
Do They Help? Science Rev., 1998.
7 CONAP. Documentos Técnicos 4 de julio,
1999. Guatemala.
8 Bennet, op. cit.
9 CONAP, op. cit.
10 Costanza et al., The Value of the
World's ecosystems services and natural capital. Nature 387, 1997, World Bank. World
Development Indicators, Washington, 1998.
11 Panayotou, T. Taking Stock of Trends in
Sustainable Developments Since Rio. En: Finance for Sustainable Development: The
Road Ahead. Naciones Unidas, Washington, 1997.
12 Convención de la Diversidad..., op.
cit.
13 W.R.I. et al. World Resources 1998-99.
Instituto de Recursos Mundiales, Washington, 1998.
14 Panayotou, op. cit.
15 Bonetto, A. A., Hydrologic regime of the
Paraná river and its influence on ecosystems. A. D. Hasler Editors, New York,
1975.
16 OEA. Infraestructura y potencial
energético en la cuenca del Plata, 1985.
17 Bonetto, A. A., Austral river of South
America. Amsterdam, 1994.
18 Bonetto, A. A. y Wais, I. R., El concepto
de "pulso" de inundación en relación a las planicies aluviales del sistema fluvial Paraná-
Paraguay. Ecosur 16.
19 ibídem.
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