La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar pesar por el fallecimiento del escritor Eduardo Galeano ocurrido en Montevideo el domingo 12 de abril de 2015.

Señor presidente:

Eduardo Galeano tenía una prosa tan cautivante que nos permitía acercarnos a temas ásperos, sin rasparnos. Tenía a la vez esa delicadeza y el compromiso de no soslayar los grandes temas, los que nos afligieron como humanidad, como región, como país, pues también escribió con y para los argentinos.

Su gran obra, "Las venas abiertas de América Latina", tantas veces traducida, reeditada incesantemente desde 1971, prohibida por todas las dictaduras militares del continente y responsable de que su autor se viera obligado al exilio, fue la expresión de una generación de luchadores por la libertad y la emancipación del continente y fue la voz de generaciones de oprimidos de la historia. A pesar de que Galeano renegara de su estilo de escritura, la obra siguió el designio de las grandes obras: dar testimonio de su época, trascender a su creador, y -según palabras del propio Galeano- "explorar la historia para impulsar a hacerla".

Como periodista Eduardo Galeano fue tan fecundo como lo fue en lo literario, hacia 1960 como editor del semanario Marcha y del diario Época. Luego del golpe de Estado en su país de 1973, fue encarcelado y posteriormente se instaló en la Argentina. Una década después fue el director de la revista cultural y política Crisis, reconocida por las participaciones de grandes escritores, poetas, artistas e intelectuales como Vicente Zito Lema, y sobre todo por su resistencia a los designios autoritarios y contrarios a toda libertad de expresión de la dictadura cívico militar de nuestro país. El mismo año en que la revista debió cerrar, Galeano debió abandonar también nuestro país, en agosto de1976.

Desde su exilio en España escribió la trilogía "Memoria del fuego" ("Los nacimientos", 1982; "Las caras y las máscaras", 1984; y "El siglo del viento", 1986) donde revisita la historia del continente latinoamericano, publicada a su regreso a Montevideo en 1985 y que constituyera otro fenómeno literario y éxito editorial.

Transcribo de una nota periodística la reseña de una "Carta al señor Futuro", donde en 2004, Galeano expresaba sus anhelos: "Nos estamos quedando sin mundo. Los violentos lo patean, como si fuera una pelota. Juegan con él los señores de la guerra, como si fuera una granada de mano; y los voraces lo exprimen, como si fuera un limón. A este paso, me temo, más temprano que tarde el mundo podría no ser más que una piedra muerta girando en el espacio, sin tierra, sin agua, sin aire y sin alma", advierte en esa carta. "De eso se trata, señor Futuro. Yo le pido, nosotros le pedimos, que no se deje desalojar. Para estar, para ser, necesitamos que usted siga estando, que usted siga siendo -apunta-. Que usted nos ayude a defender su casa, que es la casa del tiempo" (Página 12, lunes 13 de abril de 2015).

En 2010, Galeano recibió el prestigioso premio Stig Dagerman en Suecia y en 2013, el Premio Alba de las letras. En la Argentina, fue homenajeado con el Doctorado Honoris Causa en la Universidad Nacional de Cuyo (2008) y en la Universidad de Buenos Aires (2009). También recibió la distinción Deodoro Roca de la Federación Universitaria de Buenos Aires "por ser un ejemplo para la juventud latinoamericana" en 2011.

Con su reciente fallecimiento Eduardo Galeano nos priva del cronista rebelde de nuestro tiempo, nos deja con la duda de lo que hubiese relatado que ocurrió en la reciente apertura de sesiones de la asamblea de la OEA, donde después de muchas postergaciones se contó con la presencia de Cuba, y muchos de nuestros presidentes de América Latina pudieron expresar con solvencia y firmeza las necesidades de cambios en las prácticas de intervención de las grandes potencias en asuntos soberanos de los países más débiles y en crecimiento democrático.

Nos lega también el compromiso con la historia y con la palabra. Sin duda este escritor indispensable merece el reconocimiento de este congreso y del pueblo argentino. Por este motivo solicito a mis colegas acompañar la presente resolución.