PROYECTO DE TP
Expediente 1793-D-2010
Sumario: DECLARAR DE INTERES DE LA H. CAMARA EL LANZAMIENTO DE UNA MARCA GLOBAL DE PRENDAS DE VESTIR DENOMINADAS "NO-CHAINS", SIMBOLIZANDO LA LUCHA CONTRA EL TRABAJO ESCLAVO.
Fecha: 07/04/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 28
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Declarar de interés de esta H.
Cámara el lanzamiento de una marca global de prendas de vestir -denominada
"no-chains"- que simboliza la lucha contra el trabajo esclavo, tanto en el
sudeste asiático como en Sudamérica, por la cooperativa "Dignity Returns"
(Bangkok, Reino de Tailandia) y la cooperativa "20 de diciembre-La Alameda
(Ciudad Autónoma de Buenos Aires), el 4 de junio de 2010.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
I. ¿Una propuesta en
común? (1)
En Bangkok y en Buenos Aires transcurren
dos historias paralelas. En la capital tailandesa, trabajadores de una empresa textil se
organizaron para recuperar la empresa en la que trabajaban, tras su cierre, y
constituyeron una cooperativa de costureros. Aquí, inmigrantes que eran explotados en
talleres de costura clandestinos se asociaron y crearon sus propios productos.
Ambos emprendimientos -a diferencia de
otras líneas que corren en igual sentido- se cruzaron para elaborar una propuesta
común: la creación de una marca global de prendas de vestir que simbolice la lucha
contra el trabajo esclavo, tanto en el sudeste asiático como en Sudamérica. La marca
se llama no-chains -en inglés, sin cadenas- y será lanzada al mercado en forma
simultánea el 4 de junio próximo. La primera producción será de remeras, estampadas
con motivos que fueron el resultado de un concurso internacional de diseño organizado
por el emprendimiento conjunto de ambas cooperativas.
La inédita alianza entre dos grupos de
trabajadores con idiomas, costumbres y creencias distintos pero con un mismo objetivo
comenzó a gestarse hace poco más de un año, durante un encuentro entre
organizaciones sociales, sindicales y de derechos humanos del sudeste asiático, al que
fueron invitados representantes de la cooperativa argentina.
Las protagonistas de la historia son la
cooperativa Dignity Returns (la dignidad regresa), fundada en Bangkok a raíz del cierre
de una fábrica de indumentaria en 2003, y la cooperativa 20 de Diciembre-La Alameda,
surgida en Buenos Aires a partir de la crisis de 2001. Las dos organizaciones
confluyeron, hace un año, en un encuentro convocado por el Centro de Monitoreo de
Recursos Laborales, una ONG con sede en Hong Kong que nuclea a organizaciones de
17 países del sudeste asiático y que promueve lo que en esa región se entiende como
"trabajo decente".
"En diciembre de 2008 conocimos a la
gente de La Alameda en un encuentro en Lima, Perú, y pensamos que sería muy
importante el aporte de su experiencia en el encuentro que teníamos previsto para
marzo de 2009 en Bangkok. Allí fue donde se conocieron con la gente de Dignity
Returns y se pusieron de acuerdo para lanzar una marca global", dice desde Hong
Kong a Página/12 Doris Lee, coordinadora de programas de poblaciones del Centro de
Monitoreo.
Con el acuerdo, las dos organizaciones
dieron el primer paso para crear una "red global de trabajadores costureros". "El
objetivo, más que obtener una ganancia, es que se globalice la lucha contra el trabajo
esclavo, crear conciencia entre los consumidores y los trabajadores", dijo a este diario
Gustavo Vera, presidente de la cooperativa La Alameda y uno de los promotores de la
marca global.
Desde Bangkok, Andrew Little, vocero de
la cooperativa Dignity Returns, dijo a Página/12 que aspira a que el lanzamiento de la
marca global sirva para "hacer visible internacionalmente el modelo de organización en
cooperativas y crear conciencia acerca de las luchas de los trabajadores".
Así, la alianza que dio forma a la marca
no-chains pretende ser el punto de partida para que se sumen cooperativas de trabajo
de otros países. "A partir de que se conozca la marca, vamos a recibir pedidos de
cooperativas de otros países para integrarse a la red global. Después de un período de
estudio, para comprobar que se ajustan a las reglas del trabajo limpio, se van a
incorporar", explicó Vera.
El lanzamiento de la marca global está
previsto para el 4 de junio, en forma simultánea, a las 11 de la mañana en el local de
La Alameda, en Buenos Aires, a las 21 en la sede de Dignity Returns, en Bangkok. La
idea es que los dos actos estén comunicados entre sí mediante una
videoconferencia.
A partir de ese día estará en venta la
primera serie de remeras de no-chains, la nueva marca, en locales de comercio justo
de distintas ciudades del mundo. "Va a haber un precio especial para sindicatos y
organizaciones", dice Vera. El titular de la cooperativa argentina aclara que el fin del
emprendimiento no es comercial y que las ganancias obtenidas se van a repartir en
partes iguales entre los dos talleres, pese a que en Buenos Aires los costos de
producción son el triple que en Bangkok.
Cada prenda tendrá un costo que oscila
entre los 12 y los 15 dólares (unos 50 pesos argentinos, en promedio), dice Tamara
Rosenberg, la responsable de ventas para Argentina y América. Cada cooperativa lo va
a vender en sus puntos de distribución (en Buenos Aires, en el local de Bonpland 1660,
en Palermo, y en la sede de La Alameda, en Directorio y Lacarra, Parque Avellaneda)
pero además se distribuirán por correo los pedidos que se hagan a través de su sitio
web, www.nochains.org, a organizaciones de cualquier ciudad del mundo interesadas
en comercializar el producto, previo pago electrónico o mediante el sistema de
consignación. Como capital inicial, el emprendimiento contó con un subsidio de la
Fundación Avina.
Las dos organizaciones que lanzan la
marca global se parecen pero nacieron en realidades bien diferentes. Los fundadores
de Dignity Report son ex trabajadores de la firma Bed and Bath, que fabricaba
indumentaria para exportación, contratada por multinacionales como Nike, Adidas y
Umbro. Aunque sus contratos estaban formalizados, se desempeñaban bajo un
régimen de extensas jornadas laborales y hasta "les suministraban drogas para
permanecer despiertos", según cuenta el sitio de la cooperativa. Cuando la fábrica
cerró, en 2003, fueron despedidos sin indemnización. Después de varias semanas de
conflicto, y de acampar frente al Ministerio de Trabajo tailandés, consiguieron que el
gobierno les diera facilidades para comprar máquinas industriales de costura y
conformaron la cooperativa Solidarity Factory. Esa organización, integrada hoy por 16
trabajadores -en su mayoría mujeres-, tomó el nombre de Dignity Returns, la marca
de las prendas que producían.
La Alameda, en cambio, surgió como
comedor comunitario, en medio de la crisis de diciembre de 2001. A ese comedor
comenzaron a asistir ciudadanos bolivianos, muchos de ellos inmigrantes ilegales que
vivían en los propios talleres de costura donde trabajaban. Los trabajadores que
lograban escapar de esa situación -muchos de ellos vivían en situación de
semiesclavitud, con sus documentos retenidos por los talleristas y siempre con deudas
pendientes con sus patrones por el traslado desde Bolivia- conformaron la cooperativa
de costureros 20 de Diciembre.
El encuentro de marzo de 2009 entre
organizaciones sociales, sindicatos de Corea, Filipinas, Indonesia y Tailandia se realizó
en el marco de la crisis global que afectó a la economía, y que tuvo como
consecuencia la pérdida de fuentes de trabajo en todo el mundo. "Pensamos que
podíamos aprender de la experiencia de países como Argentina, donde los
trabajadores recurrieron a la creación de cooperativas de trabajo y se organizaron para
luchar contra el trabajo esclavo", dijo Doris Lee, que nació en Corea del Sur pero vive
en Hong Kong.
Las dos cooperativas, que tienen
productos y marcas propios, iban a confeccionar en principio los mismos modelos que
hacen actualmente. "Pero decidimos llamar a un concurso internacional de nuevos
diseños -comentó Gustavo Vera-. Los seis ganadores fueron elegidos por el voto de
los integrantes de las dos cooperativas: fueron elegidos dos trabajos de la Argentina,
uno de Corea del Sur, uno de Indonesia, otro de Estados Unidos y el restante, de Hong
Kong", agregó. Los ganadores recibirán como premio el estampado del diseño que
realizaron en los nuevos modelos y una cantidad de remeras.
Las historias paralelas de las dos
cooperativas no sólo se cruzaron en el emprendimiento de la marca global. "También
hubo muestras de solidaridad ante las luchas y las dificultades que cada uno afrontó en
su país", contó Gustavo Vera. Así, recordó la ocasión en que trabajadores de Tailandia
fueron a manifestar ante la embajada argentina en Bangkok cuando los costureros de
La Alameda fueron agredidos por una patota de talleristas en Buenos Aires, en julio del
año pasado. Y la movilización de costureros argentinos y bolivianos aquí, frente a la
embajada de Tailandia, en solidaridad con los trabajadores despedidos de la
multinacional de lencería The Triumph, en Bangkok. Es que, pese a la distancia y a las
diferencias culturales, el mundo del trabajo en ambos países tiene puntos en común: la
utilización de migrantes ilegales a los que se contrata por la mitad del salario de un
trabajador local, en empresas que trabajan para grandes marcas de
indumentaria.
El tejido de la sociedad entre costureros
de dos mundos, desde la propuesta inicial hasta el lanzamiento del producto, llevó
poco más de un año. Los protagonistas, en el acto de presentación, hablarán en
lenguas muy distintas, el tai y el castellano, pasando por la obligada mediación del
inglés. Sin embargo, todos dicen tener un idioma en común, que es la meta de trabajar
con dignidad.
II. ¿Historias paralelas? (2)
El sudeste asiático es una de las regiones
donde la crisis económica de 2008-2009 golpeó más fuerte, con un alto número de
desempleados. A la vez, hay un alto número de trabajadores precarizados, sobre todo
los migrantes, que perciben menores salarios que los trabajadores locales. El nivel de
sindicalización de los operarios es muy bajo y en la mayoría de los casos los sindicatos
están organizados por empresas -salvo en Corea del Sur, donde se han formado
gremios por actividad-, lo que les da menor fuerza a la hora de defender sus derechos.
Casi ninguno de estos sindicatos defiende a los cuentapropistas y a los
inmigrantes.
Como muestra de la estrategia de las
empresas ante la crisis, Doris Lee, coordinadora del Centro de Recursos Laborales, una
ONG con sede en Hong Kong, relata el caso de la firma The Triumph, dedicada a la
elaboración de lencería. Como la mayoría de las multinacionales, esta empresa de
origen alemán y capitales suizos se radicó en Tailandia, donde elabora sus productos
con costos notablemente bajos.
"Allí, el año pasado la empresa despidió a
2000 trabajadores, incluidos sus principales representantes sindicales, lo que dio pie a
un prolongado conflicto", relata Lee.
La empresa fundamentó la reducción de
personal en la crisis y la disminución de las ventas. "Pero después de la intervención
del gobierno decidió abrir una planta en otro lugar del mismo país, donde no había
organización sindical, lo cual deja en claro la intención de desarmar la organización
gremial", agregó la dirigente de la ONG a Página/12.
Después de acampar durante meses
frente al Ministerio de Trabajo, un grupo de despedidos resolvió conformar una
cooperativa de trabajo con su propia marca. "Le pusieron Try arm, que tiene una
fonética parecida a Triumph", relató Lee.
En Tailandia se da un fenómeno similar al
que se produce en Argentina con los inmigrantes bolivianos que llegan a trabajar en
condiciones de precariedad. Allí, son los inmigrantes de la vecina Birmania los que
llegan al país, aunque en calidad de refugiados.
Muchas fábricas cerraron desde que
comenzó la crisis, en septiembre de 2008, y otras manifestaron una tendencia a bajar
los costos despidiendo a trabajadores contratados o pasando los permanente a
contratados. Otras empresas optaron por mudarse a países como Filipinas, donde los
derechos laborales son menos controlados por el Estado.
Los datos se desprenden del informe
elaborado por los representantes de la cooperativa La Alameda -los únicos
latinoamericanos-, que participaron en marzo de 2009 en la conferencia organizada
por el Centro de Recursos Laborales en Bangkok, en la que participaron sindicatos y
ONG de la región. Allí se debatió sobre las consecuencias de la crisis, la situación del
movimiento obrero asiático y las tácticas y estrategias para enfrentar la crisis.
Participaron delegaciones de 16 países
asiáticos (Malasia, Indonesia, Filipinas, Camboya, Vietnam, Corea del Norte, Hong
Kong, China, India, Tailandia, Nepal, Laos, Sri Lanka, Taiwán, Pakistán y Japón) y de la
Argentina, cuyos representantes relataron la experiencia de fábricas recuperadas y
asambleas después de la crisis de 2001.
Los delegados coincidieron en que "desde
1995 se viene produciendo una caída del salario respecto del PBI, y en que los
gobiernos se han ocupado más de la regulación de los mercados financieros que
estallaron que del sistema laboral, donde cada vez hay más excluidos", sintetizó
Gustavo Vera, de la Alameda, participante en aquel encuentro.
III. ¿Diseños ganadores? (3)
Los diseños para los estampados de la
marca no-chains fueron el resultado de un concurso organizado por las dos
cooperativas desde su sitio web. Presentaron sus propuestas más de veinte
participantes y los ganadores fueron elegidos por votación de los miembros de las dos
cooperativas. El ganador fue Juyoung Park, de Corea del Sur. En segundo lugar resultó
elegido el trabajo de Yan Yan Chan, de Hong Kong (el niño al que le extraen cadenas
de su cerebro con dos palitos, que ilustra estas páginas).
En tercer lugar quedó el diseño elaborado
por Muhamad Yusuf (Setu Lagi), de Indonesia. El cuarto más votado fue el trabajo de
una argentina, Mabel Velázquez, y en el quinto lugar se ubicó el diseño de otro
argentino, Gastón Fernández (los grillos con la leyenda aequitas, equidad en
latín).
En sexto lugar quedó el trabajo de Vassil
T. Vassilev, un ciudadano búlgaro residente en San Francisco, Estados Unidos (autor
de las figuras formadas por alicates).
IV. ¿Cómo se organizó? (4)
La cooperativa La Alameda no comenzó
como un emprendimiento textil sino como un comedor comunitario, en diciembre de
2001. Fue consecuencia directa de las luchas surgidas en los últimos días del gobierno
de De la Rúa y la conformación de asambleas populares. En Parque Avellaneda,
militantes y vecinos ocuparon el local abandonado del viejo bar La Alameda y crearon
un comedor.
Allí llegaban mayoritariamente
trabajadores bolivianos de talleres de costura del barrio. Venían con sus hijos y
denunciaban que en muchos casos habían sido traídos desde Bolivia con engaños, que
eran sometidos a extensas jornadas laborales de hasta 18 horas y debían vivir
hacinados en los mismos lugares donde trabajaban.
Comenzó entonces un trabajo de
denuncias, junto a la Defensoría del Pueblo, de los talleres que funcionaban en forma
clandestina explotando inmigrantes ilegales. Algunos de los trabajadores que lograron
ser rescatados de esas condiciones integraron la Cooperativa 20 de Diciembre, que
creó su propia marca de ropa, Mundo Alameda. Las denuncias terminaron en varias
causas judiciales, en las que se acusa a los talleristas de reducción a la servidumbre e
incumplimiento de la ley de migraciones. También se acusó a las marcas, responsables
por haber derivado trabajos a talleres clandestinos.
En una de esas causas, fueron incautadas
máquinas de costura usadas por un taller ilegal. Por orden judicial, esas máquinas
fueron puestas a disposición del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, que en
asociación con el Gobierno de la Ciudad y La Alameda creó el primer polo de
confección de indumentaria libre de trabajo esclavo, que funciona en Barracas.
Desde La Alameda también se constituyó
la Unión de Trabajadores Costureros, organización gremial que representa a los
trabajadores formalizados en talleres de costura. Pretende capitalizar el descontento de
los trabajadores hoy representados por el Sindicato de Obreros del Vestido (Soiva),
cuyos salarios están entre los más bajos.
Desde 2008, La Alameda participó en
denuncias de casos de trata de personas para explotación sexual y trabajo infantil en
granjas del Gran Buenos Aires y chacras de Mendoza.
V. Consideraciones
finales
Como representantes del pueblo argentino, nos
congratulamos que, de manera concreta, se concientice a la sociedad sobre la degradación
humana que significa el trabajo esclavo en pleno siglo XXI. Por todo ello es que solicitamos la
aprobación de este proyecto de resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
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MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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LEGISLACION DEL TRABAJO (Primera Competencia) |