La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más profundo repudio a la continuidad de la carrera de "turismo carretera" en la ciudad de Comodoro Rivadavia que no fue suspendida ante la muerte del piloto Guillermo Castellanos.

Señor presidente:

Resulta preocupante que las autoridades del turismo carretera no hayan suspendido la competencia que se llevó a cabo en la ciudad de Comodoro Rivadavia en la que muriera, en la sexta vuelta de la final, Guillermo Castellanos.

Nacido en Nueve de Julio, (Buenos Aires), el 3 de julio de 1966, casado y padre de dos hijos, Castellanos había relegado su profesión de inseminador artificial de animales para dedicarse al taller donde atendía el auto de carrera. Un año antes, en Comodoro Rivadavia, había debutado en el TC, tras haber pasado por TC pista y fórmula Renault.

El domingo, en un choque en el que se vieron involucrados varios automóviles, Guillermo Castellanos tuvo que ser retirado de su auto cortando el techo. Ante la presencia de fuego, la carrera había sido detenida momentáneamente en la octava vuelta. Despejada la pista, se preparaba la reanudación. En palabras publicadas por el diario Clarín "Ya por entonces todos imaginaban lo peor y que el reconocimiento oficial llegaría con la carrera cumplida. Un cruel estilo impuesto a partir de la muerte de Ayrton Senna en Imola por la necesidad de cumplir a toda costa con los compromisos económicos y publicitarios, evitando las complicaciones judiciales que ocasionaría el reconocimiento de una muerte en el lugar del accidente." Efectivamente, resultó ser así.

Creemos que el deporte, en la búsqueda constante de la superación de los propios límites, en el trabajo individual y grupal para conseguir un logro, debe ser apoyado. Creemos que estos ideales de trabajo en equipo y fijación y superación de metas merecen ser inculcados a los jóvenes y contar con un decidido apoyo oficial.

Pero creemos también, Señor Presidente, que los valores se inculcan con todas las actitudes involucradas en el mismo hecho. Así, resulta difícil sostener que vale la pena esforzarse cuando lo que se muestra es que la vida del deportista vale menos que un contrato publicitario o la eventualidad de reclamos judiciales. Cuando lo que prima es un negocio, no pueden esperarse más que estos hechos y estas actitudes que son repudiables y que, lamentablemente, se ven como normales, aceptables o aceptadas.

Por esta razón solicitamos a nuestros pares que nos acompañen en la aprobación del presente proyecto.