Proyectos »

PROYECTO DE TP


Expediente 1726-D-2012
Sumario: "CONFITERIA DEL MOLINO" UBICADA EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES: SE LA DECLARA DE UTILIDAD PUBLICA Y SUJETA A EXPROPIACION.
Fecha: 29/03/2012
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 20
Proyecto
El Senado y Cámara de Diputados...


Artículo 1º.- Declárase de utilidad pública, y sujeto a expropiación, por su valor histórico y cultural, el cuarenta y cinco por ciento (45%) indiviso del inmueble de la "Confitería del Molino" sito en Av. Rivadavia 1801/07/15 esquina Av. Callao 10/20/28/30/32 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Circunscripción 11, Sección 9, Manzana 74, Parcela 23), correspondiente a los niveles 3º, 2º y 1º Subsuelos, Planta baja y 1º Piso.
Artículo 2º.- Decláranse de utilidad pública y sujeto a expropiación, por su valor histórico y cultural, los bienes muebles e instalaciones originales existentes en el inmueble al que se refiere el artículo 1º, y los bienes intangibles pertenecientes a la ex Confiteria Del Molino, incluyendo la marca "Del Molino", clase 42, (Res. 1590589), registrada en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) por Nietos de Cayetano Brenna S.A.
Artículo 3º.- Decláranse como bienes de interés histórico-artistico, en los términos de la ley 12.665, a los bienes muebles e instalaciones originales a los que se refiere el artículo 1º de la presente Ley.
Artículo 4°.- Los bienes muebles e inmuebles a expropiar serán concesionados por el Poder Ejecutivo Nacional, para su uso exclusivo como Confitería, Restaurant, Elaboración de productos de panadería, pastelería y helados, Casa de fiestas privadas y usos complementarios permitidos por la normativa vigente. El primer piso del inmueble podrá ser destinado a la realización de actividades culturales, la creación de un centro cultural o un museo, o cualquier otra actividad que no vulnere el valor patrimonial del inmueble, bajo la órbita de la Secretaria de Cultura de la Presidencia de la Nación.
Artículo 5º.- La determinación del valor de los bienes a expropiar se hará de acuerdo con la tasación que efectúe el Tribunal de Cuentas de la Nación.
Artículo 6°.- Los gastos que demande el cumplimiento de la presente ley serán imputados a la partida presupuestaria correspondiente.
Artículo 7º.- Comuníquese, etc.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


La historia de la Confitería del Molino se remonta a 1821, cuando el inmigrante italiano Constantino Rossi abrió la "Confitería del Centro" en la esquina de las calles de las Torres y Somavilla -años más tarde, esquina de las calles Federación y Garantías; hoy Rivadavia y Rodríguez Peña-. Poco después el local fue rebautizado como "Confitería del Molino", en homenaje al primer molino harinero instalado en la ciudad de Buenos Aires en el mismo barrio.
Con motivo de la construcción de la Plaza Congreso, la Confitería del Molino se trasladó el 28 de febrero de 1905 a su actual ubicación, en la esquina de las avenidas Rivadavia y Callao donde se levantaba una vivienda de dos pisos con negocio en la planta baja perteneciente a Cayetano Brenna que, posteriormente, encargó la construcción de la actual sede de la confitería, inaugurada en 1917.
El nuevo edificio fue proyectado y construido por el joven arquitecto italiano Francisco Tereso Gianotti, incluye también los 3 subsuelos donde se producía y fabricaba la propia pastelería. El trabajo, pese a la complejidad, se resolvió en menos de un año. El conjunto reunía una gran diversidad de materiales: cerámicas, vitraux, mosaicos de colores, composiciones en mármol y esculturas de bronce, traidos de Italia. La réplica de las aspas de un molino harinero, realizada en hierro, completaba simbólicamente la fuerza constante y dinámica que impulsaba la época. La obra, que fue aludida por el propio autor como expresión de su "modernismo gianottiano", se transformó en un hito de la arquitectura porteña gracias a su peculiaridad, reforzada por encontrarse frente a otro de los monumentos emblemáticos de la Ciudad como el Palacio de los Dos Congresos.
El local desató un éxito rotundo e inmediato. Los legisladores abrían allí sus cuentas corrientes y Brenna los atendía con levita. El Molino se había convertido en un foro para el debate, la conversación y las citas amorosas.
El Molino, con un volumen construido cercano a los 6000 m2, presenta un valor fundamental desde el punto de vista de la historia de la arquitectura porteña: su creador, lo proyectó en la misma época que la Galería Güemes, la construcción más alta de la ciudad hasta 1915.
Gianotti, que fue convocado para este proyecto siendo un profesional muy joven, plantea en él -como en todas sus obras posteriores- una combinación particular. Desde la sobriedad ecléctica, con rasgos compositivos del academicismo francés y ornamentación modernista en el desarrollo de la fachada, a la aplicación de los mayores adelantos tecnológicos de la época, en el marco de un riguroso estudio de las necesidades funcionales y de ingeniería que según él toda obra debía observar.
Según explica el propio Gianotti en sus memorias, su intención fue lograr una imagen que no pasara desapercibida para el público, apelando a soluciones inéditas como la marquesina y los artefactos de vitraux en la planta baja, la torre mirador con sus vitraux de dibujos relativos a las nubes y al viento en el remate, y las famosas aspas, como sello de identidad original alusiva al nombre de la casa.
El Molino superó toda clase de vicisitudes, atravesó incendios, cierres y anexiones, sin perder nunca el brío propio de aquellos espacios genuinamente hilvanados a la pulsión cultural del tiempo histórico y la comunidad en que perviven.
Oliverio Girondo, Roberto Arlt, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi, Aníbal Troilo, Tita Merello, Carlos Gardel, Irineo Leguizamo, Alfredo Palacios, Olinda Bozán, Amado Nervo, José Ingenieros, Alfredo Palacios, Marcelo T. De Alvear, Agustín P. Justo, Juan Domingo Perón, fueron, entre otros, algunos de sus habitué.
La vecindad inmediata con el Honorable Congreso de la Nación, cuya inauguración fue contemporánea, lo convirtió en una extensión informal aunque obligada del palacio legislativo. Así, en los períodos democráticos de la Argentina, parlamentarios y políticos de todos los partidos y sectores convertirían a la Confitería del Molino en una usina paralela donde se confrontaban ideas, se abrían nuevos caminos alternativos de convergencia y, en definitiva, se formulaba, en gran parte, el destino nacional.
En sintonía con el signo democrático que le confería a este punto de encuentro su proximidad al Congreso, muchos hechos puntuales relativos a lo mejor de nuestra cultura institucional transcurrieron en la Confitería del Molino. Como caso testigo en este sentido caben recordar los días de diciembre de 1983, cuando su salón principal albergó reuniones históricas que respaldarían pública y fundacionalmente la defensa irreductible de los derechos humanos por parte de la sociedad argentina, así como la condena a la violación de los mismos perpetrada por quienes interrumpieron la institucionalidad del país. Consolidada la creación de la CONADEP, se reunió en el emblemático salón de la esquina de Callao y Rivadavia el entonces "Foro del pueblo Argentino contra el terrorismo de Estado" convocado , entre otros, por las Madres de Plaza de Mayo, la Asamblea por los Derechos Humanos (APDH), la CGT de la República Argentina la Asociación de familiares de detenidos y desaparecidos. Algunos de los oradores que prestigiaron aquella jornada (antecedente directo del "Nunca Más") fueron el premio Nóbel Adolfo Pérez Esquivel, Estela de Carlotto y Simón Lazara, entre otras figuras representativas de la nueva etapa que se abría con la flamante democracia recuperada.
Semejante bagaje de antecedentes no fue suficiente, sin embargo, para preservar este histórico edificio del abandono. La casa cerró sus puertas por vacaciones el 24 de enero de 1997 y no volvió a abrirlas.
La confitería, con su torre aguja en ochava, forma parte del Área de Protección Histórica Nº1 San Telmo - Av. De Mayo, sancionado en 1992, estando catalogado con Nivel de Protección Estructural por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Cinco años después, el 24 de noviembre de 1997, por medio del Decreto 1110/97, fue declarada Monumento Histórico Nacional. Pero estas medidas no alcanzan para evitar los daños que surgen de la desidia y la ausencia de actividad humana, factor que, en definitiva, actúa como sangre y alma en un caso de estas características.
Tan emblemática casa no volvería a ser la misma sin la presencia plural y vital de sus clientes y trabajadores, en suma; sin el factor humano que le dio su identidad primigenia. El abandono, por otra parte, tampoco coincide con el profundo reconocimiento que la sociedad tiene para con este entrañable edificio histórico. No hay porteño que no lo tenga en el recuerdo y lamente su inactividad.
La Confitería del Molino es un espacio vivo en la memoria de los ciudadanos que parece esperar pacientemente su liberación a favor de la vida cultural porteña. Afortunadamente nadie lo olvida, pero el sólo recuerdo no revierte el desamparo.
Este proyecto conjuga la doble finalidad de recuperar una joya de nuestro patrimonio y revalorizar la que fuera usina político-cultural por excelencia de la Ciudad de Buenos Aires, hoy anclada en el kilómetro cero. Necesitamos que soplen nuevos vientos para estas aspas y recuperarlo en la dimensión del movimiento que merece. Su identidad histórica, arquitectónica y cultural representa y alberga como pocos espacios porteños lo público con lo privado y viceversa: el café de los cafés, la gran casa de puertas abiertas, ubicada frente a la máxima institución legislativa de la República, donde los asuntos de nuestra vida intelectual, política, social y artística encontraron su recinto espontáneo para la elucidación pacífica, urbana, democrática. Un paradigma, en suma, de la cualidad "ciudadana" en el sentido amplio de la palabra que nos define como hacedores de nuestro entorno, y no apenas como meros habitantes.
La Confitería del Molino fue históricamente un ámbito paralelo a la vida democrática y cultural de nuestra Ciudad; un reflejo profundo de la identidad participativa de Buenos Aires y una extensión física de las principales vicisitudes que atravesamos los argentinos. Ese doble valor patrimonial que alberga, merece que la construcción sea recuperada en el marco de un proyecto sustentable incluyendo el punto de vista edilicio y cultural.
A su vez, el envejecimiento y deterioro debe ser revertido cuanto antes, especialmente si tenemos en cuenta la urgencia agregada que nos impone el bicentenario, cuyos festejos resultarían sin duda incompletos de no contar con este verdadero "testigo vivo" de nuestra historia funcionando a pleno y cumpliendo, en su ilustre caso el segundo centenario como vecino del Congreso Nacional.
En consecuencia proponemos la expropiación de los niveles pertenecientes a la Confitería propiamente dicha, como así también los bienes muebles e instalaciones originales existentes en el inmueble y la marca identificatoria, con el fin de que el Poder Ejecutivo Nacional otorgue en concesión la explotación comercial de la confitería. El resto de los pisos permanecería en poder de los actuales propietarios, descendientes del propietario original, Cayetano Brenna, y el primer piso podría ser destinado a la realización de actividades culturales, de esta forma se preservará el inmueble, pero a la vez se protegerá el valor intangible que implica que en esa tradicional esquina porteña vuelva a funcionar la confiteria con su nombre histórico.
Es por todo lo expuesto que solicitamos la aprobación del presente proyecto de ley.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
PIEMONTE, HECTOR HORACIO BUENOS AIRES COALICION CIVICA - ARI
COMI, CARLOS MARCELO SANTA FE COALICION CIVICA - ARI
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
CULTURA (Primera Competencia)
PRESUPUESTO Y HACIENDA
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha Movimiento Resultado
18/04/2012 ANÁLISIS DE PROYECTOS DE COMPETENCIA MIXTA Aprobado con modificaciones unificados en un sólo dictamen