El Senado y Cámara de Diputados...

ARTICULO 1º - Institúyese el 31 de marzo de cada año como "Día Nacional de la Democracia".

ARTICULO 2º - En el seno del Consejo Federal de Educación, el Ministerio de Educación de la Nación y las autoridades educativas de las distintas jurisdicciones acordarán la inclusión en los respectivos calendarios escolares de jornadas alusivas al Día Nacional instituido por el artículo anterior.

ARTICULO 3º - Facúltase al Poder Ejecutivo Nacional para disponer en los distintos ámbitos de su competencia la implementación de actividades específicas.

ARTICULO 4º - Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

El 31 de Marzo próximo pasado, los argentinos y las argentinas fuimos protagonistas y testigos de la mayor convocatoria espontánea de los últimos tiempos, palpable en la multitud que se congregó en la Avenida Santa Fe al 1600 a pocos minutos de pasadas las 20 hs y en las más de 60.000 personas que visitaron las exequias y acompañaron los restos mortales del Dr. Raúl Alfonsín hasta el cementerio de La Recoleta.

En todos los idiomas, en diarios y sitios digitales tan lejanos y disímiles como India, Australia, Francia, Italia, Inglaterra, Estados Unidos, entre otros, destacaron de una u otra manera la noticia del fallecimiento con expresiones como:

Australia: "Muere el símbolo de la democracia argentina"

Italia: La Stampa, de Milán, "Muere Raúl Alfonsín, padre de la democracia"

México, diario El Universal, "Raúl Alfonsín, el líder que la Argentina necesitaba"

India: "Muere Raúl Alfonsín, héroe de la democracia argentina"

El presidente de Brasil, señaló que Alfonsín fue un "artesano de la alianza Brasil-Argentina". En una misiva dirigida a su par argentina, lo calificó como "un gran constructor de la democracia" en todo el continente sudamericano.

Alfonsín fue un estadista. De la mano del Dr. Raúl Alfonsín recuperamos la Democracia.

Durante los años transcurridos desde la restauración democrática, el pueblo argentino juramentó defender los Derechos Humanos, el Estado de Derecho y el espacio de libertad e igualdad por medio de sus representantes y fundamentados en los principios establecidos por la Constitución Nacional.

Con la Democracia tenemos la oportunidad de opinar, deliberar, disentir, consensuar y participar en nuestro destino común como nación en búsqueda del Bien Común dejando de lado las individualidades para formar parte de algo mas trascendente, el desarrollo de nuestra comunidad, el bienestar de nuestras familias, jóvenes, trabajadores y abuelos sean de la religión, color o filiación política que fueran por el simple motivo de pisar suelo argentino.

Se reconoce a la democracia como único sistema legítimo para desarrollar verdaderamente los valores republicanos y el respeto a los derechos fundamentales, es cimiento del sistema de gobierno que hoy gozamos y que vamos a defender para que la tiranía NUNCA MAS empañee nuestros destinos.

Aquel 10 de diciembre de 1983, cuando asumía como Presidente de los Argentinos dijo: "Me comprometo nuevamente a trabajar junto con todos ustedes para concretar los objetivos que hemos pregonado por toda la extensión de la geografía argentina, y hacer ciertos esos objetivos que los hombres que nos dieron la nacionalidad nos presentan como un mandato que ahora sabemos está al alcance de nuestras manos. Entre todos vamos a constituir la unión nacional, consolidar la paz interior, afianzar la justicia, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino".

Alfonsín puso en práctica sus promesas electorales: sancionó decretos ordenando enjuiciar a los dirigentes de las organizaciones guerrilleras ERP y Montoneros, y a los miembros de las tres juntas militares que gobernaron el país entre 1976 y 1983, y en esa línea, creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) con la misión de revelar, documentar y registrar casos y pruebas de violaciones de derechos humanos, para fundar el juicio a las juntas militares.

Alfonsín envió al Congreso un proyecto de ley declarando nula la llamada ley de autoamnistía dictada por el gobierno militar. Esta primera ley de la democracia permitió que entre el 22 de abril y el 14 de agosto de 1985 se llevara a cabo un juicio único en el mundo: tribunales civiles examinaron 281 casos de violaciones a los derechos humanos y terminaron condenando a los comandantes a penas que fueron entre reclusión perpetua y cuatro años de prisión. Se trató de un hecho sin precedentes que contrastó fuertemente con las transiciones negociadas que tuvieron lugar en aquellos años en Uruguay, Chile, Brasil, España, Portugal y Sudáfrica. El precario equilibrio con las fuerzas militares y varias intentonas de golpe de Estado lo obligaron a claudicar en varios frentes, como las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida, con las que puso coto a los enjuiciamientos. Tiempo después se refirió al tema como medidas de fuerza mayor para evitar una inminente guerra civil.

En su diagnóstico de la crisis, consideró necesario priorizar la resolución de los problemas políticos. Impulsó la libertad de expresión y de opinión, buscó una sociedad de participación, de pluralismo y de rechazo de los dogmatismos. Posibilitó el regreso de los intelectuales del exilio.

Las tres décadas transcurridas han dejado, entre otras cosas, una certidumbre que debemos evocar: algo ha cambiado notablemente a partir de 1983: no hubo ni habrá en nuestro país más presidentes de facto.

El presente proyecto de Ley contribuirá a que las jóvenes generaciones puedan crecer celebrando "vivir en democracia", separadas de personalismos excluyentes y canibalismos políticos, bajo el amparo de la autonomía que brinda una cultura cívica apoyada en instituciones fuertes, en un estado de derecho, en partidos políticos sólidos, pero fundamentalmente apoyada en sujetos plenos, libres y en ejercicio democrático.

Señor presidente, tengo el honor de haber conocido al Dr. Alfonsín y haber conversado con él. Siento orgullo por seguir su filosofía y reafirmo mi compromiso vital de defender nuestra democracia, de trabajar por la paz, por la justicia, por la libertad y por la solidaridad. Cada ciudadano argentino debe hacerlo, más allá de la ideología, del lugar laboral o social en que se encuentre, para que NUNCA MÁS la sombra de la tiranía tiña con sangre nuestro suelo y nuestras aguas, oscureciendo el cielo con las sombras de los desaparecidos. . .

Por todo lo antedicho planteo la institución del 31 de marzo de cada año como "Día Nacional de la Democracia" y solicito a mis pares aprueben el presente proyecto de Ley.