La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional, informe a través de los organismos correspondientes a esta H. Cámara, los siguientes puntos relacionados el incendio ocurrido el pasado 2 de abril en la Refinería La Plata de la empresa estatal YPF S.A.:

1 - Detalle pormenorizado de las causas del incidente

2 - Relevamiento detallado de los daños sufridos en la planta

3 - Relevamiento del impacto en la salud de los trabajadores que se encontraban al momento del incidente

4 - Informe sobre la aplicación del Protocolo de Seguridad durante el incidente

5 - Detalle del impacto ambiental del incendio

6 - Plan de reactivación de las funciones normales de la planta

7 - Plan de contingencia ante una eventual falta de abastecimiento por la paralización de la planta

8 - Existencias de bombas de desagote ante eventuales inundaciones que puedan provocar incidentes

9 - Informe pormenorizado del estado actual de mantenimiento de todas las refinerías nacionales controladas por YPF.

10 - Fundamentos de los parámetros utilizados en el punto 8.

11 - Historial de implementación simulacros de emergencia, cronograma y características de los mismos.

Señor presidente:

EL objeto del presente pedido de informes es conocer de manera fehaciente lo ocurrido el pasado 2 de abril en la Refinería La Plata de la empresa YPF S.A, la cual produce el 35 % del combustible nacional. Es motivo de preocupación que dicha planta quede con su producción paralizada ante un incidente sobre el cual aún no se ha informado debidamente. Al nivel de una empresa como YPF, no existen los accidentes. Existen causas. Existen razones técnicas por lo cual ocurren las cosas. Y por sobre todo, existen responsables. Eso es lo que intentamos determinar a través de este pedido de informes.

La actual crisis energética que atraviesa el país (con una importación de energía estimada para este año en el orden de los 15.000 millones de dólares) no puede resistir ni tolerar que problemas como estos no se informen de manera eficaz a fin de salvaguardar el valor de la empresa estatal que, producto de la falta de información, sufrió pérdidas en sus acciones en el orden del 5 %, inmediatamente después del incidente.

Lo ocurrido lleva a un replanteo sobre la situación energética del país ya que como dice YPF, si el problema fue ocasionado por la cantidad de agua acumulada, ¿cómo es que no se tomaron las medidas pertinentes ante una contingencia como esta? Es altamente peligroso que ante una inundación se produzca un siniestro de tales características teniendo además el entorno densamente poblado en el que se encuentra situada la planta. Existen antecedentes en otros lugares del mundo donde fenómenos extremos golpearon de manera inesperada instalaciones hidrocarburíferas y no ocurrió lo mismo.

El caso más reciente y representativo es el ocurrido durante el huracán Sandy, que azotó el año pasado la costa este de Estados Unidos con vientos de hasta 150 kilómetros por hora. Sobre la costa de New Jersey, en línea directa con el huracán, se encuentra la refinería de Bayway, operada por Phillip 66, se trata de una de las principales abastecedoras de energía del sector, tal como ocurre con La Plata. La planta, ubicada sobre la costa, también cuenta con torres de coque (donde se originó la explosión de YPF) y fue sometida a condiciones climáticas extremas, con mareas de hasta 5 metros sobre el nivel normal del mar. En total, se registró la caída de 900 mm de lluvia. Sin embargo, no ocurrió ninguna explosión. Sólo hubo que realizar ajustes técnicos para que la plante recobrara la plena utilidad operacional. No se registraba un evento meteorológico similar en esa zona desde 1903.

Entonces, ¿cómo es posible que los técnicos nacionales no hayan previsto la posibilidad de una inundación, por las causas que fueran, sabiendo de antemano que el contacto del agua con la torre de coque en plena producción puede generar vapores y una explosión en el sistema?

Los antecedentes indican también que el lunes 3 de septiembre de 2012 hubo otro incendio, esta vez en la planta de coque "B" (el incidente reciente fue en la planta de coque "A"), que se inició en las primeras horas de la tarde. La empresa no hizo ninguna comunicación al respecto. El día estaba soleado y no había caído ni una sólo gota.

En uno de sus últimos viajes a Venezuela, el ministro de Planificación, Julio De Vido, firmó nuevos acuerdos para "reforzar la seguridad alimentaria del pueblo venezolano y, por otro lado, la seguridad energética del pueblo argentino" a través de la compra de energía mediante la empresa estatal PDVSA.

El pasado 8 de agosto la presidenta Cristina Fernández de Kirchner asistió a la inauguración de una ampliación de la refinería de La Plata cuyo costo fue de 320 millones de dólares. Sin embargo, lo que resulta altamente alarmante y llamativo, es que la empresa asociada en las obras de mejoras sea la petrolera Venezolana PDVSA, tal como lo consigna el comunicado oficial de la empresa argentina en su sitio web.

"La obra comprendió la construcción de una planta de hidrodesulfuración de gasoil dentro del predio de la refinería platense, que permitirá obtener combustible con menor porcentaje de azufre, más limpio y más amigable con el medio ambiente.

Esta obra cobra importancia tras el acuerdo firmado la pasada semana entre YPF y la venezolana PDVSA con el fin de optimizar los proyectos que tienen en ejecución ambas petroleras y para el desarrollo de nuevos proyectos conjuntos".

Justamente unos días después, el 25 de agosto, ocurrió la explosión en la refinería de Amuay, en Venezuela, propiedad de PDVSA. Fue uno de los mayores accidentes en la historia del sector hidrocarburifero, provocando la muerte de 42 personas y destruyendo 1.600 casas alrededor de la planta. Las investigaciones por las causas del suceso apuntaron a una desinversión crónica en la planta, producto de los despidos sistemáticos que se produjeron desde el año 2002 cuando el gobierno venezolano despidió a miles de técnicos y trabajadores por participar en una huelga. Los expertos aseguraron que los retrasos en las inversiones, la pérdida de recursos humanos, la falta de mantenimiento y la politización de la empresa son los factores que han propiciado las continuas fallas.

Pero el problema se vuelve más grave aún a ya que sólo unos días antes de la explosión, el 31 de julio de 2012, la Argentina firmó con Venezuela la "Declaración Presidencial Conjunta para una alianza estratégica entre las empresas YPF y PDVSA". Dicho documento establece a grandes rasgos una serie de artículos donde se insta a la cooperación conjunta entre ambas empresas aportándose mutuamente recursos humanos y técnicos.

Es justo que con tales antecedentes de la empresa venezolana planteemos serias dudas sobre el futuro energético de la Argentina y la pertinencia de la asociación entre YPF y PDVSA en momentos críticos como el que estamos viviendo. Es lo que motiva este pedido de informes a fin de corregir a tiempo los desajustes para tener un desarrollo más promisorio y acorde a la capacidad de recursos que posee nuestro país.

Por esa razón es que nos preocupan los interrogantes que surgen ante la falta de información por parte de YPF ¿Donde está publicado el Protocolo de Seguridad que nombra YPF en su comunicado oficial? ¿En qué estado de cumplimiento de las normas de seguridad se encuentra la refinería de La Plata? El incidente reciente es fruto de una fatalidad o una falla estructural? Quizás el interrogante más importante sea saber quién es el responsable de la seguridad y de la elaboración de los planes de prevención de catástrofes y accidentes.

Por las razones antes expuestas, en pos del esclarecimiento de los hechos y del debido suministro de la información pública, es que solicitamos la aprobación del presente proyecto de resolución.