La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, mediante los organismos correspondientes, informe a esta Honorable Cámara sobre los puntos que se detallan a continuación:

1. Cuáles son los instrumentos jurídicos de cooperación bilateral en materia de Defensa y/o Seguridad suscriptos desde el año 2003 a la fecha entre el gobierno de la República Argentina y su par de los Estados Unidos de Norteamérica. A dichos efectos, remitir la totalidad de los instrumentos en cuestión.

2. Si la República Argentina mantiene actualmente la condición de "Aliado Extra-OTAN" en relación al gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica desde el año 1997. En caso afirmativo, remitir el/los instrumento/s que así lo dispongan y acrediten, e informar sobre situaciones concretas llevadas a cabo y que hayan tenido o tengan por objeto tornar operativa esta alianza.

Señor presidente:

Como es de público conocimiento, hace pocas semanas ingresó personal militar de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos de Norteamérica en una aeronave de la Fuerza Área de dicho país. Se trató de un transporte de gran porte tipo Globalmaster III ("Amo del Mundo"), matrícula nº 77187. Dicha situación se enmarca, como el mismo gobierno nacional lo reconoce, en un programa de entrenamientos proporcionados por elementos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos a efectivos de la Policía Federal Argentina; específicamente al Grupo de Operaciones Especiales Federales (GEOF). Es parte de una política de cooperación bilateral en materia de seguridad, que fue reactivada en 2009 y cuyas ediciones precedentes ocurrieron a fines de la década del ´90.

La fuerte polémica que rodea la cuestión, y que incluye el decomiso de material logístico no declarado por los efectivos estadounidenses, abrió muchos interrogantes y críticas desde todo el arco político y ya tiene derivas judiciales. Asimismo atraviesa cuestiones fundamentales: la política exterior y la relación entre la política de defensa y de seguridad interior.

Por ello, se hace imperioso conocer y analizar debidamente cuál es la forma y el grado de cooperación en materia de Seguridad y de Defensa Nacional con los Estados Unidos; primera potencia militar del planeta y sumamente resistida por amplios sectores de la comunidad internacional debido a sus políticas violentas e intervencionistas, como lo atestiguamos durante toda la Guerra Fría (1947-1991) y en la posterior etapa unipolar, tanto en Medio Oriente, como en América Latina, África y otras regiones del planeta, acentuándose desde la invasión en Afganistán en octubre de 2001.

El reciente escándalo del arribo del contingente militar norteamericano puso en evidencia que el Ministerio de Seguridad Interior, conducido por Nilda Garré y el Ministerio de Relaciones Exteriores, a cargo del polivalente Héctor Timerman, tienen facultades para celebrar acuerdos de cooperación bilaterales sin dar parte al Poder Legislativo. No puede pasar desapercibido el hecho de que el Congreso Nacional desconozca qué tipo de entrenamiento y cuáles doctrinas son impartidas por elementos extranjeros a nuestras Fuerzas Armadas y de Seguridad.

Huelga recordar lo que la doctrina de Seguridad Nacional, la Guerra Preventiva, la Escuela de la Américas (hoy "Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad") y el Comando Sur, significan para nuestra región y para buena parte del mundo: represión, golpismo, terrorismo de Estado, desaparición forzada de personas, tortura, genocidio y tragedia.

En el mismo sentido es imperioso conocer el estatus que nuestro país mantiene con los Estados Unidos en el marco de una alianza militar por fuera de la Organización del Tratado del Atlántico Norte como "aliado extra-OTAN". La misma se consolidó en la década de 1990, en plena época de "relaciones carnales", "realismo periférico" y todo tipo de sofismas que sirvieron al gobierno menemista para justificar el alineamiento automático con el hegemón imperial de Occidente.

Es necesario conocer a fondo los alcances de esta alianza, si hoy continúa de manera formal o no, y en que situaciones concretas se ha plasmado. De hecho, poco sabemos de la visita oficial de la actual Ministra de Seguridad, Nilda Garré, al Secretario de Defensa estadounidense Robert Gates durante 2009 en Washington, cuando la funcionaria aún dirigía el Ministerio de Defensa y se reunió con su par para avanzar en temas de cooperación militar. Desconocemos por completo si hubo alguna referencia al punto 2) de este proyecto.

Como legisladores tenemos la responsabilidad de saber cuales principios, doctrinas y actividades se generan en este marco. Más aún cuando los instrumentos que establecen la cooperación bilateral no fueron tratados ni aprobados por el Congreso Nacional. Se trata de un paso concreto para democratizar la democracia: aumentar la presencia del control político y del conocimiento ciudadano para generar un mayor compromiso con los temas que hacen a la seguridad interior y a la defensa nacional, la cual incluye la protección de la soberanía, de nuestro territorio y sus recursos.

Por todo lo expuesto solicito el acompañamiento de mis pares del presente proyecto de resolución.