El Senado y Cámara de Diputados...

EMISION DE NUEVOS BILLETES DE CURSO LEGAL

DE DOSCIENTOS Y QUINIENTOS PESOS

Artículo 1º.- El Banco Central de la República Argentina y Sociedad del Estado Casa de Moneda dispondrán la emisión de billetes de curso legal de pesos doscientos ($200). La imagen del anverso será la del Coronel Juan Pascual Pringles y, la del reverso, la del Ejército de los Andes.

Art. 2º.- El Banco Central de la República Argentina y Sociedad del Estado Casa de Moneda dispondrán la emisión de billetes de curso legal de pesos quinientos ($500). La imagen del anverso será la del Presidente General Juan Domingo Perón y, la del reverso, la de la Plaza de Mayo el día 17 de octubre de 1945.

Art. 3º.- El Poder Ejecutivo nacional, el Banco Central de la República Argentina y Sociedad del Estado Casa de Moneda dispondrán los medios necesarios y reglamentarán la presente Ley en un plazo de noventa (90) días a contar desde la publicación en el Boletín Oficial.

Art. 4º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo nacional.

Señor presidente:

El presente Proyecto de Ley propone la emisión de billetes de curso legal de doscientos y quinientos pesos, basada en la expansión vivenciada por la economía argentina, y el consecuente incremento en el uso del efectivo para realizar transacciones económicas y de ahorro.

Es evidente, Señor Presidente, que en la última década nuestro signo monetario de mayor denominación -los billetes de cien pesos ($100)- se ha visto desactualizado como consecuencia del incremento en el nivel generalizado de los precios de nuestra economía.

Algunas evidencias y comparaciones de la mencionada desactualización pueden servir para apreciar la magnitud del problema.

Estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC) señalan que el Producto Bruto Interno (PBI) en moneda corriente a precios de comprador del tercer trimestre de 2011, alcanzó la cifra de un billón ochocientos sesenta y cinco mil trescientos noventa millones de pesos (1.865.390 millones de pesos).

Si se lo compara con el mismo dato de hace 10 años atrás -tercer trimestre de 2001- se deduce que el PBI es 6,9 veces mayor en términos corrientes y 1,8 veces mayor en términos reales. Del cociente de estos dos últimos, surge la evolución de los precios implícitos del PBI, que el INDEC estimó en 3,89 veces superior al nivel de precios implícitos de hace diez años atrás.

Por su parte, el Indice de Costo de la Construcción (ICC-INDEC) acumula, desde diciembre 2001 a diciembre 2011, un incremento del 446%; el Sistema de Indices de Precios Mayoristas (SIPM-INDEC) acumula 404% en el mismo período, y el Indice de Nivel General de Salarios (CVS-INDEC) acumula un crecimiento del 440% en igual período.

No obstante, es dable destacar que estas primeras aproximaciones estarían subestimando el verdadero incremento general de los precios, dada la conocida intervención al INDEC y su posterior pérdida de prestigio y credibilidad respecto a las estadísticas que elabora dicha institución.

Las indicadas distorsiones de las estadísticas nos sugerirían que los incrementos en el nivel general de precios habrían sido mayores a los expuestos por el INDEC y nos obliga a abordar nuestra comparativa de desactualización de nuestro signo monetario desde otras aristas.

En este sentido, podemos señalar que, desde 2002 a 2011 la recaudación en concepto del Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios - más conocido como el impuesto al cheque- se multiplicó 7,4 veces pasando de 405 a 3015 millones de pesos en 2011, en tanto que la recaudación de ingresos tributarios corrientes del Estado nacional se multiplicó 9,9 veces pasando de 40.034 a 398.132 millones de pesos en el mismo período. A su vez la base monetaria se expandió 7,3 veces pasando de 29.302 a 216.177 millones de pesos entre el primer día hábil de 2003 y el último de 2011.

Paralelamente, en una comparativa regional del poder de compra de dólares de estadounidenses con el signo monetario de mayor denominación de cada país, en Argentina con 100 pesos se pueden comprar 23 dólares, con 20.000 se pueden obtener 41,2 dólares, con 100 reales de Brasil se pueden adquirir 55 dólares y 2.000 pesos Uruguayos equivalen a 102 dólares. En la comparación regional el poder de compra de nuestro billete de $100 pesos luce insuficiente y precisa un acomodamiento.

En este mismo sentido, la desactualización de nuestro signo monetario de mayor denominación ha generado una serie de problemas que encarecen, dificultan y hacen más riesgosas las habituales transacciones económicas que se realizan en todo el territorio Argentino.

Es por ello que un billete de mayor denominación permitiría aliviar los problemas de falta de efectivo en los cajeros automáticos -problema común en los fines de semana-, reducir los costos de transporte en camiones de caudales, acotar los riesgos de salideras bancarias al transportar paquetes de dinero con volúmenes más pequeños y menos vistosos y reducir el costo de impresión de billetes del estado.

Se estimó que la producción de billetes de cien pesos ($100) para el año 2012 sería de mil doscientos millones (emisión más reemplazo) a diez centavos de dólar cada billete aproximadamente y que el costo de fabricación insumiría 120 millones de dólares. Se puede reducir según el proveedor que se contrate.

A modo ilustrativo, si la necesidad de producción de billetes fuese enteramente realizada en billetes de una denominación de Pesos Doscientos ($200), se necesitarían la mitad de billetes y se insumirían la mitad de recursos para satisfacer la misma demanda de dinero, ahorrándole al Estado nacional una cifra estimable en 60 millones de dólares. Análogamente, si la necesidad de producción fuese enteramente realizada en billetes de una denominación de Pesos Quinientos ($500), se necesitaría la quinta parte de los billetes y el ahorro alcanzaría los 96 millones de dólares.

Por las razones expuestas urge una solución a esta problemática que impacta en la mayoría de las transacciones económicas de nuestro país, con la comprensión de que la emisión de estos dos nuevos billetes no darán solución definitiva al problema, pero si permitirán una acomodamiento de los billetes en circulación en relación con el nivel general de precios y fundamentalmente permitirá reducir costes, dificultades y riesgos de las normales transacciones económicas que se llevan a cabo en nuestra economía.

En cuanto a las imágenes de los nuevos billetes, el de doscientos pesos tendrá la imagen del Coronel Juan Pascual Pringles en el anverso y, en el del reverso, la del Ejército de los Andes. Mientras que el correspondiente a quinientos pesos contará con la imagen del Presidente General Juan Domingo Perón en el anverso y, la del reverso, la de la Plaza de Mayo el día 17 de octubre de 1945.

El motivo de las imágenes correspondientes al billete de doscientos pesos se debe a un homenaje al Coronel Juan Pascual Pringles quien nació el 17 de Mayo de 1795 en Los Tapiales, localidad de las serranías puntanas que se encuentra a 15 kilómetros de El Trapiche en el departamento de Pringles, Provincia de San Luis.

Se incorporó en 1815 a las milicias de Vicente Dupuy, con las cuales -en 1819- ayudó a conjurar, una sublevación de los prisioneros realistas detenidos en San Luis.

En noviembre de 1819 se incorporó al Ejército de los Andes, donde fue dado de alta como Alférez en el Regimiento de Granaderos a Caballo que se concentraba en el campo histórico de Las Chacras (San Luis), en el cual se erige hoy el monumento al Pueblo Puntano de la Independencia, donde yacen los restos de los puntanos muertos en el combate de San Lorenzo.

El 20 de agosto de 1820 partió con la Expedición Libertadora al Perú y el 27 de noviembre del mismo año pasó a la inmortalidad por su valor, cuando ante el asombro de sus compañeros de armas y adversarios, que excedían notablemente en número a sus tropas, se arrojó al mar en Chancay (Perú), en la llamada Playa de Pescadores, para evitar caer prisionero de los realistas y con él, nuestro pabellón.

Su gesto suscitó la admiración de los vencedores que lo invitaron a retornar a tierra con todos los honores, figurando en los libros de guerra del general realista Valdez cono un caso nunca visto de valentía. Su decisión y coraje le valió el escudo de honor con la leyenda que decía "GLORIA A LOS VENCIDOS DE CHANCAY" entregada por el General San Martín en lo que constituye el único caso en que el Padre de la Patria condecoró a un oficial después de haber perdido una batalla.

En setiembre de 1822 fue ascendido a capitán y se hizo parte de la expedición llamada de los Puertos Intermedios. El 6 de agosto de 1824 vio la victoria en Junín y el 8 de diciembre triunfó a las órdenes de Sucre en Ayacucho, último gran combate de la campaña libertadora continental. En 1826 fue ascendido por Bolívar a Teniente Coronel para luego regresar a su país. Tiempo después fue nombrado por Rivadavia como segundo jefe del nuevo Regimiento Nº 17 integrado por las milicias de San Miguel del Monte. Con este grupo combatió en la Guerra con Brasil, interviniendo en las acciones del arroyo Taim y laguna Merim. En 1829 regresó a Buenos Aires. Se unió luego a las fuerzas del General José María Paz que marchó a Córdoba combatiendo en San Roque y La Tablada.

Tuvo un paso como gobernador de San Luis y luego en 1830 actuó en la batalla de Oncativo. De vuelta a la Provincia se ocupó de preparar un contingente armado que denominó "Escuadrón de Lanceros de San Luis" que marchó a Córdoba en febrero de 1831. Tras ayudar al coronel Echeverría en el sitio que le puso Quiroga, emprendió derrotado su regreso a San Luis. Alcanzado por la vanguardia federal murió en el Chañaral de las Ánimas el 19 de marzo de 1831. Las circunstancias de su muerte nos marcan a las claras el reconocimiento unánime que sobre su valentía y coraje existía. En efecto su deceso se produjo cuando, al ser alcanzado por un oficial federal que no lo reconoció y le intimó rendición, Pringles contestó que sólo se rendiría ante Quiroga, por lo que el oficial le descerrajó un tiro. Moribundo, fue llevado a presencia de Quiroga, pero murió en camino. Quiroga cubrió su cuerpo con su propio poncho y la amonestación al oficial que lo había matado resultó un reconocimiento a este patriota cuyo merecido homenaje peticionamos: "¡Por no manchar con tu sangre el cadáver del valiente Coronel Pringles no te hago pegar cuatro tiros ahora mismo! ¡Cuidado otra vez, miserable, que un rendido invoque mi nombre!".

Por su parte, las imágenes del billete de quinientos pesos constituyen un reconocimiento a nuestro General Juan Domingo Perón en el marco del 17 de octubre de 1945 que es, sin lugar a dudas, un punto de inflexión en la historia argentina, producido por la espontánea irrupción a la realidad política nacional de un sector social que hasta esa fecha había estado al margen de las grandes decisiones: Los Trabajadores.

Efectivamente en esa histórica jornada hubo una masiva y espontánea movilización de trabajadores, hasta ese día jamás vista en la historia argentina, que sale a clamar por la libertad del Coronel Juan Domingo Perón -que permanecía detenido- por decisión del gobierno de Edelmiro J. Farrell, en la isla Martín García.

Estos trabajadores tenían motivos más que suficientes para salir a pedir por la liberación de Perón atento a que se trataba de la persona que había trabajado incansablemente por ellos desde la Secretaría de Trabajo, organismo desde el cual Perón -conjuntamente con los sindicatos- realizó una impresionante cadena de reconocimiento de los derechos de los trabajadores.

Así, en su gestión se desarrolla un inmenso programa por el cual se crearon, entre otras cosas, los tribunales de trabajo; se sancionó el Decreto 33.302/43 extendiendo la indemnización por despido a todos los trabajadores; más de dos millones de personas fueron beneficiados con la jubilación; se sancionó el Estatuto del Peón de Campo y el Estatuto del Periodista; se crea el Hospital Policlínico para trabajadores ferroviarios; se prohíben las agencias privadas de colocaciones; se crean las escuelas técnicas dirigidas a obreros; en 1944 se firmaron 123 convenios colectivos que alcanzaban a más de 1.400.000 obreros y empleados y en 1945 otros 347 para 2.186.868 trabajadores. Adicionalmente Perón logra derogar el decreto-ley que reglamentaba los sindicatos sancionado en los primeros días del gobierno militar.

Por lo tanto, con Perón preso en el Comité Central Confederal de la CGT declaró una huelga general a partir de la hora cero del 18 de octubre "como medida defensiva de las conquistas sociales amenazadas por la reacción de la oligarquía y el capitalismo".

La iniciativa fue, sin embargo, desbordada por las bases y, desde la tarde del 16 de octubre, los obreros empezaron a dejar sus lugares de trabajo.

Fue así que, el 17 de octubre de 1945, miles de trabajadores se acercaron a Plaza de Mayo reclamando la presencia de Perón. Tal fue el clamor popular que el gobierno debió ceder y permitir a Perón -que había sido trasladado desde la Isla Martin García al Hospital Militar de Buenos Aires- dirigirse desde el balcón de la Casa Rosada a la multitud que lo aclamaba.

Allí el líder se reencuentra con el pueblo trabajador y dirige al mismo un histórico discurso en el que sienta las bases de lo que ha de ser su acción futura.

Quedando así por siempre, las impactantes imágenes de ese pueblo espontáneamente movilizado, que por cualquier medio llegó a la Plaza de Mayo a pedir la libertad de Perón, lo cual dice más que mil palabras.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares que me acompañen con su firma en el presente proyecto de Ley.