La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más enérgico repudio a las reiteradas declaraciones de la dirigente de la Coalición Cívica Elisa Carrió, de acuerdo a lo publicado en diversos medios de comunicación nacionales, en el sentido de identificar a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner y al ex Presidente, Néstor Kirchner, con el dictador rumano Nicolae Ceausescu y el genocida alemán Adolf Hitler.

Señor presidente:

La principal dirigente de la fuerza opositora, que obtuvo el segundo lugar en las últimas elecciones presidenciales, ha venido realizando en forma reiterada declaraciones públicas identificando las figuras de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, y del ex Presidente Néstor Kirchner, con los dictadores y genocidas Adolf Hitler y Nicolás Ceausescu, exhibiendo un total desprecio por la institucionalidad republicana y democrática que la misma dirigente permanentemente dice defender.

Mediante estas comparaciones expresa una visión moralizante de la política, reduciendo el escenario de los conflictos, propios de la disputa por el poder político de los regímenes democráticos, a enfrentamientos entre enemigos "peligrosos". Esta visión resulta socavante de los principios en que se fundan las democracias modernas, en los cuales la conflictividad social puede y debe resolverse mediante las legítimas instituciones que nuestra Constitución Nacional instauró para dirimir las diferencias, tales como el voto soberano del pueblo argentino y el debate parlamentario entre sus representantes, entre otras.

A elegir esta estrategia discursiva de identificar a dos Presidentes elegidos con absoluta transparencia mediante el voto, que expresó que para la mayoría de nuestro pueblo el proyecto del actual gobierno representa mejor sus intereses, esta dirigente actúa con total irresponsabilidad e irracionalidad cívica, al cuestionar la legitimidad de las decisiones del conjunto del pueblo y de sus propios votantes.

"Deberíamos darnos cuenta de que un mecanismo particularmente perverso está en juego en estas reacciones moralistas. Este mecanismo consiste en asegurar la propia bondad mediante la condena del mal en los otros. El hecho de denunciar a los otros siempre ha sido una forma poderosa y fácil de obtener una idea elevada del propio valor moral." (1)

El peligro de este discurso antipolítico del que hace gala Carrió, radica en que conlleva la idea de una oposición que sólo puede ejercerse en forma violenta, mediante la eliminación física de los adversarios, puesto que plantea un modelo donde las diferencias no se dan entre partidos o expresiones políticas, sino entre el bien y el mal, del mismo modo que lo hace el presidente norteamericano George W. Bush y lo hizo la dictadura genocida de Videla, entre otros, con las brutales consecuencias que todos conocemos. Cabe preguntarse si estas expresiones tienen por objeto crear un clima que invite a proponer una resistencia violenta frente al actual gobierno democrático y una emulación del mismo final del que fueron objeto Ceausescu y su esposa, completamente reñido con el sistema republicano y democrático que hemos elegido los argentinos.

Parece una obviedad tener que recordar que Ceausescu gobernó durante 25 años su país mediante un régimen dictatorial de persecución, represión y eliminación física de sus opositores, contando incluso, en ocasiones, con el apoyo del gobierno norteamericano (2) y el ejercicio del monopolio de la propaganda política en los medios de comunicación en los cuales nunca hubiera podido expresarse, como afortunadamente puede y hace habitualmente, Elisa Carrió, de estar bajo un gobierno de similares características. Es innecesario recordar las atrocidades de Hitler y su persecución y exterminio de millones de judíos, gitanos, prisioneros y opositores políticos. No es un ejercicio complejo para la imaginación preguntarse cómo hubieran "resuelto" esos regímenes, por ejemplo, el conflicto en curso con los sectores agropecuarios que apoya esa misma dirigente.

Por ello deben repudiarse enérgicamente estas declaraciones, que conllevan no sólo un calificativo injurioso para las personas de la actual mandataria y del ex Presidente y lo que representan, sino también un total desprecio por un pueblo que ha luchado hasta la muerte para sostener un sistema de gobierno democrático, de libertad política y de calidad institucional, arriesgando la vida de miles de argentinos en su defensa.

Por lo expuesto solicito a los señores diputados la aprobación del presente proyecto.-