La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Declarar su más profundo y sincero beneplácito a raíz del importante hecho que representará para la comunidad internacional la conmemoración, el próximo 29 de abril de 2007, del 10º aniversario de la entrada en vigor de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción; evocación que reafirma y pone de manifiesto el compromiso de los Estados Partes para con el sistema multilateral del tratado y con los objetivos y propósitos de la Convención que persigue el desarme y la no proliferación de armas químicas a favor de la integridad física de miles de personas en todo el mundo.

Señor presidente:

Una profunda satisfacción nos debe causar la celebración de un nuevo aniversario, esta vez el décimo, hecho que ocurrirá el próximo 29 de abril del corriente, de la entrada en vigor de la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción. Este acontecimiento viene a reafirmar no sólo la voluntad de los gobiernos signatarios del presente instrumento internacional con el desarme y la no proliferación de armas, sino también los denodados y loables esfuerzos de la comunidad internacional para poner fin a la amenaza causada por las armas químicas.

El citado instrumento internacional, que entró en vigor el 29º de marzo de 1997, habiendo sido aprobado el 13 de enero de 1993 en París, representa un claro e innegable avance para poner un coto definitivo a los nefastos efectos que pudiera tener el accionar de las armas químicas. Este tipo de armas puede causar la muerte, heridas, incapacidad temporal o irritación sensorial por su acción química sin poder confinarse a blancos militares ni dejar a resguardo zonas neutrales; tienen la potencialidad de provocar daños severos que se extienden por tanto tiempo que hacen pensar en sus consecuencias frente a generaciones aún por nacer.

Cabe señalar que la Convención es el primer acuerdo multilateral de desarme que persigue la completa eliminación de una de las categorías de las armas de destrucción masiva en un plazo establecido. Asimismo, el citado compendio internacional alienta a la acción individual y conjunta de los estados partes para aunar esfuerzos con la finalidad del contribuir a la remoción, desactivación y, posteriormente, destrucción o conversión de todas las instalaciones de producción de armas químicas. A través de la aplicación de un régimen de verificación riguroso, se vigila que no se desvíen las sustancias químicas de doble uso, estableciendo las garantías necesarias para que no surjan armas químicas nuevas a través de la inspección y monitoreo de la transferencia de las mismas, a fin de garantizar que dichas sustancias químicas se emplean para fines exclusivamente pacíficos.

Cabe destacar que nuestro país se comprometió con este importante objetivo, mediante la firma de la mencionada Convención precisamente el 13 de enero de 1993 y luego ratificándola el 13 de octubre de 1995 mediante la ley 24.534; hecho que revalidó la defensa, por parte de nuestra nación, en lo que se refiere al desarme en la esfera de las armas de destrucción en masa. Esta conducta tiene su origen histórico en la participación del Tratado de Tlatelolco de 1967 para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina, y el "Compromiso de Mendoza", firmado en 1991, por el que unilateralmente se prohibían las armas químicas y biológicas no sólo en Argentina sino también en una gran parte del territorio de América Latina.

La indudable importancia que tiene para la comunidad internacional la vigencia de la Convención sobre la prohibición de armas químicas se evidencia en la cantidad de estados que a la fecha forman parte del citado instrumento: en relación a esto puede detallarse que actualmente son 181 las Partes que han ratificado el instrumento y 6 que lo han firmado, quedando fuera sólo 7 países que aún no han rubricado el mencionado tratado, estableciéndose claramente su universalidad. A ello debe sumarse los esfuerzos de 115 Estados que han presentado legislación de aplicación de la misma.

Son más que obvias las significativas mejoras que la Convención ha obrado en la vida de las personas y comunidades de todo el mundo. Es de resaltar que a través de su aplicación, se ha desactivado el 100% de las instalaciones declaradas de producción de armas químicas, se ha inventariado y verificado el 100% de los arsenales de armas químicas declaradas, se han destruido o convertido para fines pacíficos 58 de las 65 instalaciones de producción de armas químicas declaradas, se ha verificado la destrucción de casi 1/4 del arsenal declarado de agentes químicos en el mundo, y han quedado sujetas a inspección cerca de 6.000 instalaciones industriales.

Señor presidente, dados los últimos avances realizados para que nuestro país también cuente con la propia legislación de aplicación de la Convención en breve y en función de la relevancia que tiene este instrumento para la comunidad internacional, no podemos dejar de expresar nuestras salutaciones por la conmemoración del 10º aniversario de la misma; siendo este motivo y por todo lo expuesto que solicito la aprobación del presente proyecto de resolución.