La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar el más enérgico repudio por el homicidio de la Señora Laura Abonaza de Gilda, en un hecho delictivo ocurrido en el Departamento de Godoy Cruz, Provincia de Mendoza, el pasado sábado 14 de Abril. Y solicitar al Poder Ejecutivo provincial, tome las medidas necesarias frente a la ola de inseguridad que se vive en la Provincia de Mendoza.

Señor presidente:

El pasado sábado a la madrugada ocurrió un hecho de inseguridad aberrante en mi provincia; de total cobardía por parte de los ladrones y que dejó a otra familia destruida por la pérdida de un integrante a manos de la delincuencia. El sangriento e impune ataque de tres asaltantes a la Señora Laura Abonaza de Gilda, de 42 años de edad, ocurrió cuando se retiraba de la casa de su cuñada a quien había ido a visitar con su hijo, en el Departamento de Godoy Cruz, Provincia de Mendoza.

Uno de los tres asaltantes, a quemarropa, le disparó un tiro a la cabeza. La víctima estaba fuera de combate, desvanecida, e igual sin contemplaciones la agarraron de un brazo y la tiraron a la acequia. Pero tenían tiempo para más. Fueron al asiento de atrás despertaron de un cachetazo en la cara a su pequeño hijo de seis años, también lo tomaron de los brazos y lo tiraron encima de su madre que agonizaba en el interior de la acequia. Después de ello los tres mal vivientes escaparon a toda velocidad en el auto de la mujer. Un rato más tarde los ladrones estrellaron el auto contra otro en una esquina y siguieron su huida a pie.

El caso ha provocado una gran conmoción en la sociedad, ya que el hecho grafica de manera impiadosa la grave situación que vive la gente ante el flagelo de la inseguridad. Además, pone en relieve el altísimo grado de demencia e impunidad con que se manejan ciertos delincuentes.

En el día de ayer, martes 17 de Abril, entre las dos y las tres de la madrugada, no había registro alguno de actividad cerebral en Laura Abonassar. Los médicos del Hospital Italiano de Mendoza, donde estaba internada, explicaron a los familiares de la víctima que no podían hacer más nada; decretaron la muerte cerebral y pusieron en marcha el plan de contingencia para la ablación de órganos.

Esta valiente decisión que tomó la familia de Laura, era el reflejo de la postura que había adoptado Laura en vida, y que su familia no dudó en mantener firme. Laura estaba casada con Alejandro Gil, un profesor de Educación Física y comerciante, con quien tenía dos hijos: el nene que estaba en auto y una adolescente de 14 años a quien Laura le estaba preparando la fiesta de 15.

La noticia del fallecimiento causó conmoción, pero no sorpresa. Desde varias horas antes, sus allegados habían tomado conocimiento de que las lesiones cerebrales provocadas por la bala habían dejado a Laura en un estado de coma irreversible y su organismo se mantenía en funcionamiento sólo por la asistencia de un respirador artificial y de las drogas suministradas para no dañar al resto de los órganos que iban a ser donados.

Conmueve el hecho a toda una provincia por la brutalidad, el salvajismo y la irracionalidad. El balazo que mató a Laura Abonassar llena de bronca, indignación y dolor. A todos. Primero a su familia y a las personas que la quieren, pero también a la sociedad mendocina que lo vive como la concreción de sus temores más íntimos y cotidianos.

Tanta rabia social expresada en estos días, con marchas y permanentes quejas ante las autoridades provinciales, se entiende desde el hastío del pueblo de Mendoza por la sucesión de robos, asaltos, secuestros, despojos y crímenes de la que todos somos víctimas, los hayamos sufrido o no. Así, a la sangre injustamente derramada de Laura se sumarían otras sangres derramadas por la inacción de las autoridades provinciales.

Por los motivos expuestos, solicito a mis pares y al Señor Presidente la aprobación de este Proyecto de Declaración.