PROYECTO DE TP
Expediente 1592-D-2011
Sumario: EXPRESAR RECONOCIMIENTO A LA LABOR DE LA "CASA DE LA CULTURA DE LA CALLE" PARA NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN RIESGO SOCIAL.
Fecha: 06/04/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 23
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Expresar su
reconocimiento a la labor que realiza la "Casa de la
Cultura de la Calle" para niños, niñas y adolescentes en
riesgo social.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
I. ¿Qué es la Casa de la Cultura de la
Calle? (1)
La Casa de la Cultura de la
Calle es una ONG que busca generar un espacio creativo para niños, niñas y
adolescentes en riesgo social. Participan más de 400 chicos de hogares, institutos de
menores y escuelas, y también en situación de calle. "Nos arraigamos a lo vincular,
artístico y terapéutico. Trabajar desde el arte abre enormes posibilidades de
transformación", sienta en sus bases este espacio que creó Gastón Pauls. La Casa de la
Cultura ya había editado otros discos a beneficio, Tango por los chicos y Folklore por
los chicos, pero esta vez las letras salieron de los mismos chicos. Nicolás Pauls,
productor de Canciones de cuna, explica que el CD se ofrece a través de los súper
Disco, como forma de mantener un precio accesible (se vende a $14,90). Un primer
objetivo del proyecto, dice Pauls, ya fue cumplido con creces: que los chicos
encuentren en la música un lugar de expresión y de producción. Ahora esperan vender
muchos discos (éste es uno de los pocos casos en los que el pirateo no entra como
posibilidad), para seguir con los talleres.
II. Canciones de cuna, un CD y un
proyecto muy especiales (2)
Canciones de cuna escritas por chicos que
quizás no tuvieron esas canciones a la hora de buscar el sueño. Canciones de cuna
musicalizadas por gente que viene del rock, del pop, de la "música de grandes", y que
nunca se había puesto a componer una nana. O sí, pero para sus hijos, en la búsqueda
cotidiana del sueño, quizás hace muchos, muchos años. Ahora estas Canciones de
cuna suenan para chicos y para grandes en un disco que brilla con luz propia por
varios motivos. Está el de su contenido, claro: son nanas especiales, que van de la
intimidad de una voz con un piano o una guitarra al rock and roll más contundente.
Son letras a veces duras, escritas por los chicos de hogares, institutos de menores o en
situación de calle, que concurren a los talleres de la Casa de la Cultura de la Calle (ver
aparte). Para sostener estos talleres volverá el dinero recaudado con la venta del CD, y
en esto también el proyecto tiene un sesgo especial.
Los nombres de quienes grabaron estas
Canciones de cuna conforman un seleccionado que parece difícil de reunir en otro
contexto: hicieron este disco Luis Alberto Spinetta, Ricardo Mollo, Fito Páez, Pedro
Aznar, Germán Daffunchio, Fernando Cabrera, Hilda Lizarazu, Litto Nebbia, Kevin
Johansen, Lisandro Aristimuño, Damien Rice, Luka Bloom, Gonzalo Aloras, Miguel
Cantilo, Hugo Fattoruso y Vítor Ramil. Todos ellos recibieron una letra escrita por los
chicos en los talleres y se pusieron a trabajar con una consigna: se les propuso que
compusieran e interpretaran una canción pensando en cómo les cantarían esa letra a
sus hijos. "Algo simple, pequeño, una canción de cuna", les dijeron. Reunidas esas
pequeñas nanas, lograron armar un disco grande.
"¡Qué dream team que juntaste!", cuenta
Nicolás Pauls que le dijeron cuando quedó armada la maqueta del CD. A él le
encargaron la producción de este disco que llevó un año y medio de trabajo. "Por
supuesto que es un recontra dream team. Pero podría haber sido otro, con otra gente,
y también hubiese sido un dream team. Porque lo que vale es la calidad humana de los
que se fueron sumando: cuando les contamos sobre el proyecto, todos, absolutamente
todos, dijeron que sí inmediatamente, sin reparos, sin peros", dice Pauls. "Pusieron
todo su entusiasmo y más de lo que les pedimos: Luis Alberto ofreció su estudio para
que otros músicos fueran a grabar, por ejemplo. Yo no puedo terminar de agradecer
ese tipo de gestos." El actor y músico ya se entusiasma con una segunda parte de
Canciones de cuna para la asociación civil que creó su hermano Gastón, con aquellos
artistas que esta vez no pudieron estar por cuestiones de agenda. Pero antes vendrá la
presentación de este disco, la realización de un videoclip que ya está en marcha y,
sobre todo, encuentros como el que quedó pendiente entre Ricardo Mollo y Nayeli a-Z,
la chica que escribió la letra de "No me llore tanto", el tema que compuso Mollo.
"Gastón pensaba en cómo serían las
noches de esos chicos que forman parte de los talleres de la Casa de la Cultura. Y en
cómo habrían sido esas noches cuando eran más chicos. Pensaba que tal vez a
algunos nunca les habrían cantado una canción de cuna. Así nació el taller donde se
trabajaba sobre este tema con los chicos: se les proponía que escribieran lo que les
hubiera gustado que les cantaran cuando eran más chicos, o lo que les iban a cantar a
sus hijos en algún momento de la vida. De ahí salieron las letras", cuenta Pauls.
"Hicimos un listado de los músicos que queríamos que estuvieran en el disco y
quedaron aquellos con los que logramos compatibilizar agendas. Les enviamos las
letras para que eligieran la que querían trabajar y, a partir de ahí, la recepción y la
entrega de todos fueron algo maravilloso. Lo que entregaron fue todo su amor, por
eso quedó tan lindo."
Nanas de la calle
"No me llore tanto que ya se va a
dormir", acuna despacito la letra que abre el disco, con Mollo y su guitarra. También
Aznar canta como susurrando: "Duerme mi niñito, que se va a dormir", y abre una
bella nana de su piano. La letra la escribió Lucas Bustamante, de 9 años. Spinetta
canta una nana que parece hecha para él, "Mañana despertar", y ya desde el título y la
poética el autor de la letra, Luciano Nieto, de 22 años, parece estar conectado con
quien le pondría música a su canción. Páez canta "Mírame"; el uruguayo Fernando
Cabrera le pone su marca a la letra de Claudio Mizraji Molina, de 18 años: "Tus
berrinches me preocupan pero me dicen que estás creciendo". "Si te duermes te doy
un caramelo y te quiero mucho", repite Vítor Ramil con acento portuñol, en un arrorró
que trae el ritmo circular de las noches, la cadencia de la ronda que aparece para
acunar al niño, como llegada desde el fondo de los tiempos. Es mágico: el olor de esos
momentos vuelve como un chasquido en algunas de estas Canciones de cuna.
Hay también canciones hechas en inglés,
que fueron encargadas a los irlandeses Damien Rice y Luka Bloom. Escritas por chicos
que viven en la calle o en institutos de menores, en otras letras golpea la realidad de
sus autores. "Quiero saber por qué me fui de tu vida, por qué me dejaste solito",
escribió por ejemplo Emanuel, de 16 años, en "Mamá querida". Esa fue la letra que
eligieron Germán Daffunchio, sus hijos y su sobrino para componer el tema que cierra
el disco.
"Y... no creo que la nuestra pueda
pasarse como una canción de cuna, para nada... ¡puede traer pesadillas!", se ríe
Daffunchio en diálogo con Página/12. "Mis hijos y yo recibimos varias letras, y
obviamente... la que nos gustó fue la que estaba más sufrida. El desafío era poder
transmitir esa letra." El líder de Las Pelotas trabajó con sus hijos de 19 y 22 años, y en
la grabación con su sobrino de 19, de quien cuenta con orgullo que está estudiando
sonido en Londres. "Colaborar con un proyecto para ayudar a otros siempre es
gratificante", dice el músico. "Pero en este caso fue doblemente gratificante, porque
me permitió trabajar con mis hijos y mi sobrino, y estoy muy contento con la
resultante final. Mis hijos tocan desde chiquitos, tienen incorporada la música como
parte de su vida. Tocamos juntos muchas veces, pero siempre caseramente. Así que
éste era un desafío profesional, y se la bancaron muy bien. Es más, hicieron todo ellos,
la música, la producción, la grabación, todo. Yo sólo canté y los incentivé. Así que lo
más emocionante fue esto: compartir la música, la creación, con los chicos."
"Ellos estaban preocupados porque
sabíamos que el nuestro era un tema bien denso. Y bueno, nos habían pedido una
canción de cuna... Pero cuando escuché el disco vi que quedó bien en ese cierre; todos
los que participan pusieron lo mejor de cada uno, lo demás dependerá del que compre
o escuche el disco", sostiene Daffunchio. "Lo importante es que este proyecto haya
podido salir adelante, que la gente de Casa de la Cultura pueda recaudar para seguir
trabajando, en fin, que podamos haber servido para algo. Lo demás es
anecdótico."
Lisandro Aristimuño también eligió una
letra fuerte para musicalizar. Dice que lo hizo, en principio, por la música que encontró
en esta letra, pero también por lo que encontró como reflejo en la letra de Claudio, de
16 años. "Yo siempre estoy atento a la música de las palabras, de las frases, del
formato, y apenas leí la letra de Claudio le encontré una música. Pero también me
gustó la idea de que las canciones de cuna pueden no tener un final feliz, y en el final,
esta letra habla de un abandono", dice. "Me pareció real, y así como muchos chicos de
la calle se tendrán que dormir solos, porque sus padres tienen que ir a trabajar, a mí
me ha pasado que mis viejos se iban a laburar, al teatro, y no me dormían con una
canción de cuna. Esa poesía me gustó, no era algo imaginado, él la hizo real, y pensé
que tenía que ser alguien fuerte y valiente el que la hizo."
Aristimuño no conocía a Claudio cuando
musicalizó su letra, pero lo encontró en una escucha del disco. "Nos abrazamos, con la
emoción de haber hecho juntos una canción. Fue lindo abrazar a alguien que no
conocés, pero con quien creaste algo que va a quedar. Esa experiencia que para mí va
a quedar para siempre."
Nanas para saltar la soga
Fattoruso propone al piano la "Cita con
Dios" que escribió Karina Martínez, de 16 años. Desde Montevideo cuenta a Página/12
que fue la "cadencia rítmica" que encontró en esa letra la que lo atrajo para elegirla.
"Nicolás (Pauls) me mandó varias letras, fui leyendo una, otra, y mis ojos se pararon
en ésta por la cadencia rítmica que tenía, me pareció que me iba a sentir más cómodo
al ponerle música. Por supuesto que son letras de niños, no anduve buscando
cadencias con una lupa. Pero cuando mis ojos encontraron esa rima dije sí, ésta es
para mí."
"Es un proyecto loable, pensado para
ayudar a un sector que está en problemas. ¿Cómo iba a decir que no a una invitación
de este tipo? Acá yo no tengo que considerar nada, me invitan y voy, y así como me
invitan a tocar en otros discos que son vendidos por gente que tiene casa con piscina y
chofer, ésta es una pequeña colaboración que ni loco rechazaba", reflexiona Fattoruso.
"Tengo cuatro hijos y como se imaginará he cantado varias canciones de cuna en mi
vida. Una canción de cuna tiene una sola manera de ser cantada, y es la del amor: es
el amor más alto, hacia padres e hijos, lo que queda en el medio es lo que es uno. Así
que cualquier manifestación de este tipo va acompañada de la mayor dosis de amor
que tiene uno disponible." El pianista cuenta también que no pensó en sus propios
hijos cuando compuso esta canción, sino en los chicos que escribieron las letras. Los
que podían estar en la calle mientras él hacía su música.
Fue un verso muy cortito el que disparó la
nana que canta Kevin Johansen: "Duerme para que al otro día saltes la soga. También
para que juegues tranquilo". Esto lo escribió Selena, de 9 años, y vuelto canción es
una canción de cuna circular, o mejor, saltada en la soga, despacito, en una tarde
larga de recreo. "Cuando Nico Pauls me contó la propuesta me pareció muy buena la
idea de que los niños escribieran las letras, y como a mí me resulta un poco
complicado componer sobre letras de otros, por falta de costumbre (yo compongo de
otro modo, por lo general todo junto), fue lindo también el ejercicio", cuenta el
cantautor. "Tenía una música que me pareció que tenía algo de canción de cuna, la
desarrollé y elegí una pieza corta, apenas unas frases. Me parecía interesante conjugar
una letra bien cortita y una música un tanto compleja y enredada en ese contrapunto,
jugando con la métrica."
Johansen dice que ya tiene práctica en
esto de escribir canciones dedicadas a niños, y sus hijos de 13, 7, y 3 años han sido
destinatarios de sus temas: "El círculo", por ejemplo, inspirada en el despertar de su
hija mayor, o "La hamaca", que pensó para la de 7, o "My name is peligro", aún
inédita, que hace imaginar lo que se viene con el de 3.
Litto Nebbia aborda "El que crece", un
bello texto en el que Gastón Martínez, de 15 años, le habla a un niño más pequeño con
una poesía que emociona por su contundencia. El músico explica su trabajo en este
disco: "Elegí una de las letras que los chicos habían enviado y al toque la musicalicé.
Cuando mi hija Miranda era niña, ya tuve esta experiencia, musicalizando letritas de
sus compañeras de tercer grado. Un proyecto que promoví alentándolos a escribir una
canción."
Nanas para pedir tiempo
"Necesitamos tiempo, por lo menos un
año y medio", cuenta Nicolás Pauls que pidió cuando le encargaron esta producción, y
ése fue el tiempo que se tomaron. Cuenta también que sigue sorprendido por el
agradecimiento posterior de los músicos que se sumaron. Destaca que cuando
terminaron de masterizar el disco, organizaron una escucha en el estudio Circo Beat,
con los autores de las letras y algunos de los artistas que participaron. "Fue un
momento que no puedo explicar, emocionante por todos lados. Los chicos hasta ese
momento no sabían cuál de sus textos había quedado musicalizado, y quién lo había
hecho. Ricardo Mollo quedó muy triste porque ese día no pudo ir, y Nayeli, la chica que
hizo la letra que él tomó, es absolutamente fanática de Ricardo, quedó un encuentro
pendiente."
Así que el proyecto seguirá necesitando
tiempo, en lo que le resta por crecer. En encuentros como ése, en una futura
presentación, en una reedición, si las ventas siguen bien a través de la cadena de
supermercados con la que se acordó su distribución (ver aparte). Muchas de las letras
que escribieron los chicos para este disco hablan del tiempo necesario para crecer.
Como la de Gastón Martínez, que se refiere a "El que crece": "A veces cuando te
equivocas aprendes, y a veces tus heridas te hacen más fuerte. A veces no hace falta
ser tan valiente y a veces el cobarde es el que aprende... Mereces un aplauso por ser
paciente y mereces más tiempo para hacerte hombre... Porque eres un niño, mi niño,
un niño nada más. Y eso es lo que debes ser. Y eso es lo que debes ser".
III. Un agradecimiento (3)
En el mundo en que vivimos, desde el
momento en que un niño carece del abrazo y el arrullo de su madre, somos todos
parte de un episodio trágico en el que sufrimos nuestro propio abandono. Es una
escena muda. Aunque hayamos tenido una madre hermosa y protectora, nos
rehusamos a pensar que el mundo debe ser así, y reaccionamos como para intentar
rehacer los lazos que son el origen del crecer. Ser abandonado por la madre es ser
devuelto al mundo de otra manera, la del silencio.
Una canción de cuna es un encuentro
entre la piel y el aire. Es el toque de un ángel en medio de la locura de las horas, que
nos presenta la paz como el cauce fundamental de la propia conciencia y la
sensibilidad.
De ahí en más, cantar una canción de
cuna es un acto materno, nos pone en la piel del que ampara y es amparado y se
desvive en hacerlo. El niño debe ser uno mismo.
Y también desde esa misma imagen de
preciosos latidos compartidos, uno puede volar un poquito y pensar que también
estamos arrullando al mundo.
Gracias por hacerme participar de
esto.
IV. Consideraciones finales
Es muy loable la labor realizada por esta ONG a
favor de la niñez desprotegida. Por ello solicitamos la aprobación de este proyecto de
resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
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MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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ASUNTOS COOPERATIVOS, MUTUALES Y DE ORG.NO GUBERNAMENTALES (Primera Competencia) |