La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar su apoyo al Presidente de Bolivia, D. Evo Morales, en su reclamo a la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, para que el "aculliku" o mascado de la hoja de coca no continúe siendo considerada una práctica ilegal en el ámbito internacional, en particular según los términos de la Convención Única sobre Estupefacciones de 1961.

Señor presidente:

El aculliku o pijcheo, es decir, el mascado de hoja de coca, constituye una práctica milenaria de los pueblos originarios andinos de nuestra región, que no alcanza solamente a Bolivia, sino que se extiende también a otros territorios, incluido el argentino.

Cuando afirmamos que es una práctica milenaria estamos indicando que la hoja de coca fue utilizada por estos pueblos mucho tiempo antes de que las sociedades de consumo de estos tiempos la convirtieran en el estupefaciente de uso masivo llamado cocaína. De esta forma, atribuir a los pueblos andinos la responsabilidad por estos resultados actuales, y por eso prohibir directamente o reducir al mínimo el cultivo y el uso de la coca, aparece cuanto menos irrazonable, por no decir injusto.

Bolivia ha reconocido en su Constitución que es un Estado multiétnico y pluricultural, reconociendo a cada uno de los pueblos originarios, pero además su Constitución contiene una provisión específica respecto del uso de la hoja de coca. El artículo 384 de la Constitución Boliviana aprobada en el 2008, obliga al estado a proteger el uso de la hoja de la coca como una parte de la herencia cultural ancestral y rechaza la designación de la coca en su estado natural como un narcótico.

Debemos decir de nuestra parte, que también nuestra Constitución Nacional establece en el artículo 75, inciso 17 que corresponde al Congreso "reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos y garantizar el respeto a su identidad". En consecuencia, constituye por tanto una obligación nuestra como integrantes del Congreso de la Nación llevar adelante todas las acciones políticas y legislativas con miras a cumplir con ese inciso 17, y creemos que el apoyar al Presidente de Bolivia en el reclamo por el uso de la hoja de coca es claramente un acto en ese sentido.

Todos sabemos que las comunidades andinas mascan coca tanto por razones personales como por motivos de salud pública. Entre los beneficios se encuentra el uso como remedio de medicina tradicional para aliviar los problemas gastrointestinales, mal de alturas y trastornos respiratorios.

Por todos estos motivos resulta por demás irrazonable que la masticación de la hoja de coca se encuentre hoy tan perseguida por las normas de la comunidad internacional. A pesar de los reclamos del Presidente Evo Morales, el artículo 49, inciso 2 e) de la Convención Única sobre Estupefacciones de 1961 sigue vigente. Este artículo establece que: "la masticación de hoja de coca quedará prohibida dentro de los 25 años siguientes a la entrada en vigor de la presente Convención conforme a lo dispuesto en el inciso 1 del artículo 41".

En consecuencia, entendemos Señor Presidente, que el Estado de Bolivia merece el apoyo de esta Cámara de Diputados de la Nación respecto a este reclamo.