El Senado y Cámara de Diputados...

Artículo 1º: Se establece la obligatoriedad de instalar en todo el territorio Nacional, estanques de reabastecimiento de agua con el fin acortar el tiempo de reaprovisionamiento del líquido vital para combatir los incendios forestales en las zonas de alto riesgo.

Artículo 2º: El objeto de la presente Ley es contar con grandes reservorios de agua ubicados en áreas donde no hayan ríos, lagos o lagunas aptas para el reaprovisionamiento de mochilas extintoras, autobombas y helicópteros hidrantes (equipados con helibalde) o existiendo -por su naturaleza- no cuenten con la profundidad o caudal mínimo que se requiere para tal fin o se encuentren muy alejados del área. Esta modalidad aporta una gran ventaja a la hora de reabastecer una unidad de ataque, ya que al estar el estanque ubicado dentro de la zona de riesgo, se ahorra una considerable y valiosa cantidad de tiempo. Esta modalidad ayuda a hacer más eficiente la lucha contra los incendios forestales y rurales que quemen vegetación viva o muerta, en bosques nativos e implantados, áreas naturales protegidas, zonas agrícolas, praderas, pastizales, matorrales, humedales y en áreas donde las viviendas de la periferia urbana se empiezan a entremezclar con la vegetación fuera del ambiente estrictamente urbano. Asimismo alcanza a fuegos planificados, que se dejan arder bajo condiciones ambientales previamente establecidas, y para el logro de objetivos de manejo de una unidad territorial.

Artículo 3º.- Cada estanque será de forma circular con un diámetro de 10 metros, una altura de 2 metros y una fosa circular central de 5 metros de diámetro por 3 de profundidad, con una capacidad de 215.978 litros.

Artículo 4º: La Autoridad Nacional de Aplicación de la presente ley será la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación o el organismo que la reemplace.

Artículo 5º:.- Se invita a las provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a adherirse a la presente ley.

Artículo 6º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

Debido a que en las últimas décadas, los factores climáticos en el mundo han cambiado en forma considerable los regímenes de lluvia, la Argentina no ha quedado alejada de esta problemática global. De esta manera, con el correr de los años los inviernos son cada más templados, concentrándose el frío en pocos días y con heladas intensas y los veranos son cada vez más sofocantes y con sequías prolongadas. Las lluvias son más escasas pero a su vez más abundantes provocando con ello, inundaciones, desbordamiento de ríos, desborde de represas en territorios habitados o trabajados por el hombre de campo (agro ganaderos) en donde antes no se preveían estas contingencias, causando grandes erogaciones de gastos por parte del Estado para recomponer las pérdidas producidas.

Otra consecuencia es el aumento de la temperatura terrestre, que se ha elevado décimas de grado en el último siglo y esto acarrea diversas consecuencias climáticas como la disminución de la humedad ambiente y de la tierra. El viento es otro factor clave e importante en el cambio climático. Una de las principales causas es que al haberse elevado la media de la temperatura atmosférica, se produce un aumento en la diferencia de presión entre los centros ciclónicos y anticiclónicos sobre la superficie terrestre, incidiendo en el aumento de la velocidad y frecuencia de los vientos. Estas corrientes mueven grandes masas o volúmenes de aire (húmedo o seco según donde estén ubicados) y los trasladan a otras regiones cambiando con ello el clima reinante de ese lugar transformándolo en más seco, húmedo o más lluvioso según el caso. Como consecuencia de ello, en las áreas donde había un mínimo de humedad, ahora es árido y la vegetación de pastizales o bosques quedan expuestas a convertirse en combustible de grandes y desbastadores incendios coadyuvado con la falta de agua.

El factor principal a la hora de buscar las causas de los incendios, es sin duda la intervención del hombre.

La tira de colillas encendidas de cigarrillos a la vera de las rutas, caminos y senderos, los fogones mal apagados, la quema de basura, y las actividades recreativas realizadas fuera de las áreas de acampe son algunas de las principales causas de los incendios.

La medida preventiva y rigurosa, consiste en la instalación de estanques reservorios de agua ubicados estratégicamente en las zonas afectadas con el fin de acortar los tiempos de reabastecimiento de agua para las unidades hidrantes. Los incendios ubicados a grandes distancias de las ciudades o pueblos, una autobomba tardaría varias horas en reabastecerse en su cuartel o boca de incendio más cercana, lo mismo para las unidades aéreas equipadas con helibalde, solo conseguirían apagar un pequeño sector, para que cuando a la hora en que regrese la unidad hidrante reabastecida, los focos ígneos que hubiesen quedado en la zona operada ya habrían tomado fuerza y el fuego se habría reavivado, además del gran avance con que el resto de la columna de fuego viene quemando y desbastando el campo en cuestión.

Con esta nueva metodología, los estanques reservorios estarían ubicados a solo pocos kilómetros de las áreas propensas, permitiendo con ello un rápido reabastecimiento de las unidades. Para ser más claro, hablemos de números y tiempos: Un camión hidrante tiene una capacidad de entre 4.000 a 10.000 litros (dependiendo el modelo) de agua. Supongamos un camión estándar de 6.000 litros para una autobomba, pues podrán reabastecerse en el estanque unas 36 veces y el tiempo en que tardaría en llegar al mismo y regresar a la zona de combate sería ínfimo, ya que el estanque estará situado dentro de la zona afectada. Imaginémonos si esa autobomba tuviese que recorrer varios kilómetros hasta el lugar de reabastecimiento más cercano, agregando el tiempo en que perdería si el terreno es accidentado (rodear montañas, quebradas, zonas impenetrables como rocas, vegetación alta etc.). Veamos ahora el caso del helicóptero con helibalde; en nuestro país se usan los que tienen una capacidad entre 800 a 1.500 litros de agua (según el modelo del balde y/o potencia del Helicóptero que lo transporte), pues con un balde estándar de 1.000 litros, podrán reabastecerse en el estanque unas 215 veces, tardando en su llenado solo 7 segundos. Una mochila extintora tiene una capacidad operativa promedio de 18 litros; podrán reabastecerse unas 11.998 veces.

El estanque tiene unos 10 metros de diámetro por 2 metros de altura con una fosa central de 5 metros de diámetro por 3 metros de profundidad. Ésta fosa sirve para que el piloto del helicóptero apoye el balde sobre el espejo de agua y lo sumerja para su llenado. El balde tiene una altura aproximada de 1,80 metros y el fin de la fosa es aprovechar por completo los 157.075 litros que contiene el reservorio en sus 2 metros de altura más los 23.561 litros (medidos desde el labio del balde hasta el borde superior de la fosa) haciendo un total de 180.636 litros disponibles de agua. Los 5 metros que tiene de diámetro la fosa, es para que ante eventuales vientos de la zona sumadas las turbulencias de las aspas del helicóptero que pudieren mover el balde, al piloto se le facilite introducirlo sin dificultad alguna hasta el fondo de la fosa.

Los estanques deben estar ubicados en zonas despejadas, con vegetación de una altura hasta 20 cmts. en sus primeros 30 metros de radio, los próximos 30 metros, la vegetación no deberá sobrepasar el metro de altura (esto es a los fines operativos de seguridad de las aeronaves) para que de esta manera, tengan suficiente espacio de maniobrabilidad la flota de hidrantes y personal afectado al incendio. A su vez, deben estar comunicados por medio de un camino con acceso a calle pública, acondicionada para el paso de camiones de porte (autobombas y cisternas).

Se tomará como guía de las zonas afectadas para la instalación de los estanques, el Mapa de Peligro de Incendios Forestales y el Plano de Regionalización de riesgo de fuego que proporciona el Plan Nacional de Manejo del Fuego como también el mapa de Regiones Fitogeográficas para incendios forestales que proporciona el Programa Nacional de estadísticas Forestales (PNEF).

El mantenimiento de los estanques se reduce a su limpieza semestral y a su control de nivel de agua en forma mensual.

Las causas de incendios forestales, se deben por dos motivos; Las originadas por el Hombre y las originadas en forma natural. A nivel Nacional, el 41% de los incendios fueron producidos por causas intencionales, el 22% por Negligencia, un 4% por causas Naturales y un 33% por causas desconocidas. Por ejemplo en la Patagonia, el hombre tiene una participación del 93% en la generación de incendios y como causas climáticas (rayos en zona de tormentas), sólo el 7%.

Estadísticamente, el porcentaje de incendios forestales y superficie afectada en el territorio Nacional varían acorde a la región. Así tenemos que en la región Patagónica, tiene un 22.9 % de incendios afectando sólo el 1% de la superficie. La región Pampeana tiene un 19.88% de incendios

afectando un 37% de la superficie. La Región Norte tiene un 35.72% de incendios afectando un 5% de su territorio. El NOA tiene un 9.02% de incendios afectando un 22% de su territorio. El NEA tiene un 2.25% de incendios afectando un 2% de su territorio. La región Centro tiene un 11.4% de incendios afectando un 33% de su territorio.

Por las razones expuestas y el enriquecedor criterio de los Señores Miembros de ambas Cámaras Legislativas, de mis pares solicito quieran tener a bien brindar acompañamiento al presente proyecto de ley.