PROYECTO DE TP
Expediente 1547-D-2011
Sumario: DECLARAR DE INTERES DE LA H. CAMARA EL LIBRO "ESCLAVAS DEL PODER: UN VIAJE AL CORAZON DE LA TRATA SEXUAL DE MUJERES Y NIÑAS EN EL MUNDO", DE LA ESCRITORA MEXICANA LYDIA CACHO.
Fecha: 06/04/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 23
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Declarar de
interés de esta H. Cámara el libro "Esclavas del poder: un
viaje al corazón de la trata sexual de mujeres y niñas en el
mundo", de la periodista, activista social y escritora
mexicana Lydia Cacho.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
I. ¿Quién es Lydia Cacho?
Lydia Cacho Ribeiro. México D,F. 12 Abril
de 1963, es periodista, activista social y escritora, ha sido galardonada con el Premio
Nacional de Derechos Humanos Don Sergio Méndez Arceo, el Premio Yo Donna de
España a la labor humanitaria, el Premio Jineta Sagan de Amnistía Internacional y el
Premio Guillermo Cano de la UNESCO a la libertad de expresión.
Es especialista en temas de
violencia y género, y asesora a la Agencia de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM).
Durante 18 años ha ejercido el periodismo en radio, televisión y en diversos diarios y revistas.
Es cofundadora de la Red de Periodistas de México, Centroamérica y el Caribe, y corresponsal
de la agencia de noticias CIMAC. Su columna semanal se publica en el diario mexicano El
Universal y en otra decena de periódicos.
Fundó y dirige un centro de atención para mujeres
y sus hij@s víctimas de violencia en Cancún, Quintana Roo, certificado por el Nacional
Training Center for Domestic and Sexual Violence.
Es autora de Los demonios del
Edén, Muérdele el corazón, Esta boca es mía, Memorias de una infamia y Con mi hij@
no.
II. ¿Cuál es la importancia de este
libro
Ocho países figuran en el índice de este
libro recién publicado en la Argentina, como una hoja de ruta: Turquía, Israel,
Palestina, Japón, Camboya, Birmania, México. Ocho destinos marcados por su posición
estratégica en el rapto, compraventa y abuso sexual de mujeres. Especie de vuelta al
mundo, o mejor dicho, dar vuelta el mundo, patas arriba, para que en esa posición
incómoda y patética caiga uno de los más grandes negocios del siglo XXI: la
esclavitud. Abolida el siglo pasado con su correspondiente liberación de la conciencias,
resucita en books, páginas vip, empresas de acompañantes y aporta la misma calma a
quienes prefieren pensar que "algo habrán querido". Sí, falta un país en la lista de
arriba: Argentina está entre los ocho puntos clave y juega un lugar protagónico en el
capítulo donde se desenmascara la conexión política con los clubes nocturnos de
Cancún.
Lydia Cacho, la periodista mexicana
autora de Las esclavas del poder, se sube y se baja de aviones, recorre calles, barcitos
de mala y también de exclusivísima muerte donde se entrevista con personas
abyectas, con víctimas, con informantes, con aislados héroes y mártires (asesinan a un
periodista durante la investigación de este libro) que rescatan y sanan, que luchan
contra un monstruo sin cabeza. No, esto último hay que rectificarlo cuanto antes, no es
un error menor ni inocuo. No hay monstruo sin cabeza sino crimen organizado,
negocio rentable con una mercancía que, trabajando tan sólo dos años gratis, a veces
a los golpes y drogadas pero la mayoría de las veces convencidas de que están en
deuda con quienes les pagaron el pasaje, se quedaron con sus documentos en un país
extraño y antes les prometieron un trabajo de mucamas, de mozas o de modelos,
genera una ganancia incomparable. Y nunca son sólo dos años gratis. Al proxeneta con
el pucho en la boca y parado sobre un farol, a la madama venida a menos y a la propia
madre que vende a sus crías, habrá que agregarles unos personajes menos
pintorescos: altos funcionarios, jueces, banqueros, policías, sicarios, embajadores y
ministros de asuntos exteriores que emiten pasaportes auténticos con información
falsa, y hombres comunes con sus nombres y apellidos. Lydia Cacho los nombra a
todos. "Unos crean el mercado de la esclavitud, otros lo protegen, lo promueven, lo
alimentan y otros más renuevan la demanda de materia prima." La materia prima se
va recolectando en diversos países, cada uno con su cultura, sus creencias y sus
prejuicios, todo vale. Por ejemplo, en Turquía, donde en los 5 últimos años fueron
traficadas 200.000 mujeres, donde el 50 por ciento de las emigrantes termina en
prostitución y es record la prostitución de transexuales, las mujeres para salir de sus
casas deben llevar velo y la transexualidad se considera un pecado. Hay prostitución
legal, sin embargo la clandestina es infinitamente mayor. El negocio de la esclavitud
necesita de la prostitución lícita para que resulte más complejo decidir cuál es cuál. Las
calles de Turquía están muy visitadas por noruegos y suecos, en cuyo país la
prostitución está prohibida; aquí además nadie los reconoce.
Si algo fundamental consigue este libro, a
medida que revela el teatro de operaciones, es quitarle el pánico moral que la trata de
personas viene cargando desde que se habla de ella. No hay melodrama. No queda
lugar para el grito de espanto ni para la pregunta desconfiada sobre cómo es que estas
chicas no logran escapar, ambas interjecciones de la agenda progresista tan
funcionales a la agenda negra. Aquí las putas, las natashas, las geishas son esclavas
aunque se llamen escort service: "Mientras usted lee este libro puede entrar en la
página zonadivas.com y contratar a una mujer de esos países. ¿Cómo sabe un cliente
que esa mujer está allí por propia voluntad o es esclava de un red de tratantes que la
controlan por deudas impagables, amenazas y aislamiento?", advierte la autora. Los
clientes tienen voz y "las prefieren sumisas y cariñosas, que no parezcan putas",
mientras los empresarios se ocupan de asegurarle la salud al que paga: "Los tratantes
inyectan antibióticos una vez al mes a las prostitutas para proteger a los clientes que
en general se niegan a usar condón. Costumbre que genera un problema de salud
tremendo para ellas, pues las hace resistentes a los medicamentos más potentes". La
trata de personas, documentada en 175 naciones, demuestra las debilidades del
capitalismo global y la disparidad provocada por las reglas económicas de los países
más poderosos, pero sobre todo revela la normalización de la crueldad humana y los
procesos culturales que la fortalecieron.
En 2005 L. Cacho fue encarcelada y
torturada a raíz de su libro Los demonios del edén: el poder que protege a la
pornografía infantil, donde denunciaba un negocio de poderosos que no está en
absoluto alejado de éste. Ante la pregunta sobre cómo se salvó y cómo se le ocurre
seguir, ella reconoce que "lo fundamental fue que soy muy realista, nunca he
subestimado una amenaza de muerte y siempre he pedido ayuda. Antes de que me
detuvieran al equipo de mi oficina y a mi pareja les hice saber que si algo me sucedía
debían llamar a una serie de personas, hicimos una lista que incluía a gente de la ONU
con quienes he trabajado, de Amnistía Internacional, etc. Paralelamente mis colegas de
medios fueron absolutamente solidarios y no cejaron en su esfuerzo hasta asegurarse
de que llegara con vida al día siguiente de que fui levantada y torturada por la
policía".
-La torturaron, la
amenazaron. ¿Siguen intentando sobornarla o intimidarla?
-Intentaron sobornarme antes de mi
arresto, luego yo fui tan clara públicamente que nunca sucedió. Lo que sí es que no he
dejado de recibir amenazas desde que publiqué Las esclavas del poder,
particularmente de las mafias extranjeras en México. Recientemente me han dicho que
el argentino ex oficial de la SIDE (de 1974 a 1987) Raúl Martins y su nuevo socio
Gabriel Conde (que ahora vive en Cancún), que reabrieron un nuevo prostíbulo de lujo
allí, por cierto de manera ilegal, han dicho que van a deshacerse de mí. Creo que lo
más peligroso para ellos es que mi trabajo periodístico en algunos casos ha logrado
despertar el interés de autoridades para volver a mirar casos que daban por perdidos.
Unos amigos periodistas que fueron al nuevo club nocturno de Martins me dijeron que
aseguró que si yo me "meto con él en Argentina, la voy a pagar con la vida". Así que
me recomendaron que no publicara en Argentina y que no fuera, porque la mafia que
él controla en su país es muy poderosa.
CIRCULO EMPRESARIO
-¿Por qué dice en su libro que
la trata de blancas es un fenómeno que nació en el siglo XX?
-Aunque la trata de mujeres (ya no se
dice de blancas porque ahora son de todas las razas) es un fenómeno antiguo, lo que
decimos es que se ha potenciado a nivel comercial como nunca en la historia. La
mecánica de la trata sexual ha cambiado porque abreva del movimiento feminista.
Antes a las mujeres se las esclavizaba haciéndolas adictas al opio, la heroína o la
marihuana y el alcohol. Ahora se les entrena con pornografía, se les inculcan los
valores sexistas que promueven la prostitución como única salida válida para ciertos
grupos socioeconómicos y raciales. Los tratantes se han montado en la ola de la
libertad sexual y han logrado construir un discurso posmoderno, con la desgraciada
ayuda de algunos intelectuales y feministas, en el que la esclavitud es supuestamente
una opción.
-¿Ahí radica la diferencia con
la esclavitud del siglo pasado?
-A diferencia de la era de esclavitud
africana, en que se daba por cierto que las y los negros carecían de derechos, en el
siglo XX se construyó un discurso que dice que las mujeres eligen la esclavitud y la
asumen como una herramienta de desarrollo económico. Lo cierto es que ninguna de
esas académicas y feministas vive de la prostitución forzada, sino de alentarla y
justificarla, creando una gran confusión y descalificando a quienes la cuestionamos.
Para mí este no es un asunto de moral sino de ética pública, si hubiera equidad real y
opciones educativas y económicas millones de mujeres no estarían en condiciones de
prostitución sino con una vida sexual y erótica plena y libre.
-Entre líneas en su libro, el
feminismo, o al menos una parte, carga con sus duras críticas e incluso se
refiere al auge de la trata como un boomerang del feminismo. Lo que acaba
de decir deja afuera aquello de "entre líneas".
-Yo soy feminista, desde niña lo tengo
claro. No fue el feminismo el responsable de que hoy en día la trata sexual sea un
flagelo mundial, fue la ausencia de participación masculina en el movimiento por la
igualdad lo que generó mayor desigualdad (ese es el boomerang del feminismo). Me
explico: los logros del feminismo son monumentales en todos los ámbitos y casi todos
los países, sin embargo aunque millones de hombres coinciden con los principios
feministas de equidad, trabajos iguales salarios iguales, no violencia, etcétera, lo hacen
como individuos, no como grupo social. Basta ver lo raquíticos que son los
movimientos para la creación de nuevas masculinidades en el mundo, que se enfrentan
al machismo puro y duro de una manera impresionante. Los hombres son los grandes
ausentes en esta transformación global, como individuos pueden ser muy equitativos,
pero pocos están dispuestos a dar la batalla diaria para defender y construir una nueva
forma de ser hombres, consideran que cambiar como individuo es suficiente. Luego
están los millones que no sólo no cambiaron, sino que están furiosos con los principios
de equidad de las mujeres y que buscan revertir esos cambios exigiendo mujeres
jóvenes, obedientes, capaces de reproducir el paradigma de hembra solícita que ellos
conocen y que los hace sentir seguros en su masculinidad machista.
-Usted dice también que los
empresarios del sexo han modernizado sus técnicas apropiándose del
discurso progresista. ¿Cuanto más informados estamos, más datos les
damos sobre cómo vender mejor su producto?
-A principios de la primera década de este
siglo comenzaron a surgir libros, series de televisión y reportajes escritos sobre la
esclavitud de las mujeres y las técnicas para trasladarlas. El periodista Víctor Malarek
reveló pruebas claras en su libro Las Natashas tristes, esclavas sexuales del siglo XXI,
donde explicó con detalle las estrategias de traficantes y tratantes que llevaban
mujeres de Rusia y países aledaños a Estados Unidos. Fue entonces cuando los
tratantes de todo el mundo, que funcionan en redes de protección interconectadas,
cambiaron sus técnicas. Entendieron que debían subirse a la ola de la modernización y
empezaron a repetir el mismo discurso de académicos y feministas que defendían el
trabajo sexual como la liberación de la sexualidad femenina en la economía capitalista.
Ya no había que drogarlas, golpearlas ni mantenerlas profundamente atemorizadas,
sólo había que fortalecer la cultura del sexismo, maquillada de sofisticación. Y así son
los métodos que hoy se emplean para someter.
-¿Por qué cree que los
hombres insisten con la compra de sexo? ¿Le llama la atención esa
necesidad de los clientes de que ellas no parezcan forzadas?
-La prostitución es un producto cultural.
Siglos atrás, cuando a las mujeres se les consideraba seres inferiores y sin derechos, el
patriarcado estipuló que el placer sexual es eminentemente masculino y que la
obligación de proveerlo es eminentemente femenina. Así heredamos esta visión arcaica
de que los hombres son como animales incapaces de controlar su libido (yo no creo
que lo sean) y que las mujeres son a la vez provocadoras de esa libido incontrolable y
corresponsables de la violencia que reciben a raíz de esa supuesta incapacidad
masculina para controlarse. Lo cierto es que la cultura ha asimilado la violencia sexual
como algo inevitable y tanto hombres como mujeres de todo el mundo justifican
diariamente la existencia de esclavas sexuales como un método para evitar que las
"mujeres buenas y decentes" sean violadas. En ese contexto la prostitución nace como
un producto comercial en que las mujeres y niñas están a la venta para facilitar la vida
de los hombres.
-Usted habla de un sistema de
la esclavitud. ¿Qué dice de toda la otra versión que muestra al comercio
sexual como un lugar de intercambio de poderes, glamour y placer?
-Hombres y mujeres somos a la vez
víctimas y reproductores de esos paradigmas. La prostitución nace como una
estrategia de sometimiento y esclavitud de las mujeres, luego se glamoriza para
convertirla en un supuesto oficio en el que para tener poder debés a tu vez explotar a
otras mujeres y niñas. Es un sistema de esclavitud perfecto porque su discurso alega
que las mujeres tienen la voluntad de ser objetos de placer a voluntad de un tercero.
No me extraña nada la actitud masculina, los hombres son también víctimas de estos
valores culturales; lo que me extraña es que no seamos capaces de rebasar el viejo
discurso de que la prostitución es un acto de libertad sexual, cuando millones de
personas son víctimas de ese discurso mientras unas cuantas viven de él. La verdadera
libertad sexual y erótica es que nadie se vea forzado a nada y que los hombres
aprendan a relacionarse eróticamente desde la equidad, no desde la desigualdad.
En las casas donde se hospedan las
víctimas la pornografía, las películas eróticas se emplean para crear una cultura de
aceptación y normalización de la explotación. Los tratantes convencen a las mujeres de
que el sueño de ser estrellas porno es de ellas y que además es realizable. La autora
da cuenta de casos tan bizarros en los que un joven amable y supuestamente
enamoradizo es contratado para hacer el papel de héroe romántico que mantiene a
varias chicas en simultáneo con la ilusión de que las liberará por amor. Esclavas del
poder consigue derribar algunos supuestos. Uno de ellos, el de que las chicas y
mujeres quedan tan marcadas que no pueden hablar. Por el contrario, las
entrevistadas para este trabajo recuerdan con claridad asombrosa los rostros, las
palabras y las acciones de quienes las raptaron y quienes las compraron, así como los
lugares y los funcionarios que intervinieron. No hay mucha gente dispuesta a tomarles
declaración ni a tomarlas en serio. El monstruo con cabeza las ha convertido en las
otras, las que ahora están para eso.
Países record
Tailandia, Camboya y Japón son los tres
países asiáticos donde más se consume la prostitución: el 70 por ciento de los hombres
pagan por sexo. Tailandia, a pesar de sus leyes contra la trata y la prostitución
forzada, recibe 5,1 millones de turistas sexuales al año, y según Ecpat entre 450.000 y
500.000 hombres locales pagan por tener sexo con adultas y menores de edad. En
Europa, España encabeza la lista de países consumidores de prostitución. En México,
los centros turísticos como Cancún, Playa del Carmen y Acapulco reciben cada vez más
visitantes norteamericanos y canadienses en busca de sexo con mujeres jóvenes,
dóciles y obedientes, como pude comprobar en una de mis noches de investigación en
los centros nocturnos de Cancún.
Cifras en la piel
Las colombianas, mexicanas y rusas que
entrevisté en Japón y se prostituyen en las calles, esclavizadas por deudas millonarias
con la mafia yakuza, tienen cuatro clientes en noches malas, seis en las regulares y
hasta catorce en las mejores. Una joven colombiana sacó de su bolso una libreta
pequeña con un diseño de Hello Kitty en la que apuntaba cuántos clientes había tenido
cada noche durante los once meses que llevaba en Tokio. Ansiaba pagar su deuda de
15 mil dólares a su tratante, quien la compró a través de una red internacional y la
hizo traer desde Medellín. Sólo entonces al pagar su deuda podía comenzar a juntar
dinero para volver a casa. En el tiempo que llevaba como prostituta forzada había
tenido sexo con 1320 hombres. Las niñas de diez años, rescatadas de Pataya,
Tailandia, me narraron que tenían seis o siete clientes de yum yum (sexo oral) todos
los días al año. La joven de diecisiete años que huyó de sus tratantes en Ciudad Juárez
tenía hasta 20 clientes al día, dos terceras partes nacionales y una tercera parte
norteamericanos. Había sido forzada a tener sexo 6750 veces, y sólo el 10 por ciento
eran clientes cautivos.
III. ¿Por qué declarar de interés este
libro?
El 1° de agosto de 2002, el Congreso Nacional
sancionó la Ley 25.632 que aprueba la Convención Internacional contra la Delincuencia
Organizada Transnacional y sus protocolos complementarios para prevenir, reprimir y sancionar
la trata de personas, especialmente mujeres y niños y contra el tráfico ilícito de migrantes por
tierra, mar y aire (Promulgada el 29 de agosto de 2002, publicada en el Boletín Oficial del 30 de
agosto de 2002).
El libro incluye gráficos en base a un Informe
sobre la Trata de Personas 2009 - trabajo realizado por la Oficina para Supervisar y Combatir la
Trata de Personas del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América ("The
Protection Project", Universidad Johns Hopkins). Allí, la República Argentina figura como país
de origen, tránsito y destino de la trata de personas con el propósito de explotación sexual
comercial.
Ahora bien, si buscamos en Internet el Informe
correspondiente al año 2010 (que puede ser bajado en formato pdf) constataremos que la
República Argentina se encuentra entre los 14 países que -entre el 2009 y el 2010- han subido
en el ránking internacional de países involucrados en la trata de personas.
La importancia de este libro radica, no sólo en
hacer visible este verdadero flagelo humano, sino en que propone maneras en que la población
en general puede y debe involucrarse en la lucha contra este comercio vil. Por todo ello
solicitamos la aprobación de este proyecto de resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
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